Bei der vorliegenden Arbeit handelt es sich um den Versuch einer Analyse und Interpretation des Gedichts "Luis de Baviera Escucha Lohengrin" von Luis Cernuda. Cernuda, der 1902 in Sevilla geboren wird und im Alter von 61 Jahren in Mexiko-Stadt stirbt, wird neben Federíco García Lorca als der einflussreichste Dichter der "Generación del 27" angesehen . Seine umfangreichen Kenntnisse, die er durch die intensive Beschäftigung mit nicht nur der heimatlichen und französischen, sondern auch der englischen und deutschen Literatur erwirbt, erweitern für Cernuda den üblichen, den spanischen Dichtern vertrauten Kanon der innerspanischen und französischen Schriftsteller und machen ihn unter den Dichtern der 27er Generation zu einem der wohl poetisch informiertesten und reflekiertesten Autoren. Nicht unbedeutend für seine Lyrik ist auch sein musikalisches Interesse und seine in diesem Bereich systematisch gesuchte und erfolgte Bildung, die sich vor allem an Mozart, aber auch an Wagner orientiert. Letzteres wird im Gedicht "Luis de Baviera Escucha Lohengrin" unter Beweis gestellt, welches Cernuda 1960 in Mexiko verfasst, wo er seine letzten Lebensjahre als Exilant verbringt. Es gehört zu Cernudas letztem Gedichtband "Desolación de la Quimera", das 1962 erscheint, welches posthum ein Jahr später in das Buch "La Realidad y el Deseo" aufgenommen wird.
I. Einleitung
Bei der vorliegenden Arbeit handelt es sich um den Versuch einer Analyse und Interpretation des Gedichts "Luis de Baviera Escucha Lohengrin" von Luis Cernuda.
Cernuda, der 1902 in Sevilla geboren wird und im Alter von 61 Jahren in Mexiko-Stadt stirbt, wird neben Federíco García Lorca als der einflussreichste Dichter der "Generación del 27" angesehen[2]. Seine umfangreichen Kenntnisse, die er durch die intensive Beschäftigung mit nicht nur der heimatlichen und französischen, sondern auch der englischen und deutschen Literatur erwirbt, erweitern für Cernuda den üblichen, den spanischen Dichtern vertrauten Kanon der innerspanischen und französischen Schriftsteller und machen ihn unter den Dichtern der 27er Generation zu einem der wohl poetisch informiertesten und reflekiertesten Autoren. Nicht unbedeutend für seine Lyrik ist auch sein musikalisches Interesse und seine in diesem Bereich systematisch gesuchte und erfolgte Bildung, die sich vor allem an Mozart, aber auch an Wagner orientiert. Letzteres wird im Gedicht "Luis de Baviera Escucha Lohengrin" unter Beweis gestellt, welches Cernuda 1960 in Mexiko verfasst, wo er seine letzten Lebensjahre als Exilant verbringt. Es gehört zu Cernudas letztem Gedichtband "Desolación de la Quimera", das 1962 erscheint, welches posthum ein Jahr später in das Buch "La Realidad y el Deseo" aufgenommen wird.
Im Folgenden wird nicht nur eine Analyse der formalen Ebene hinsichtlich der Metrik, des Reims, der Rhythmik und der Rhetorik des Gedichts vorgenommen, sondern auch die inhaltliche Ebene untersucht. Da die Aspekte der formalen Ebene in enger Beziehung zueinander stehen, wird von einer Unterteilung in verschiedene Kapitel abgesehen. Bei der Analyse der inhaltlichen Ebene wird versucht, das Gedicht in inhaltliche Abschnitte zu gliedern. Anschließend folgt ein Kapitel zur Intertextualität, das an dieser Stelle, noch vor der darauf folgenen Interpretation, nicht fehlen darf, da die Intertextualität Voraussetzung für ein tiefergehendes Verständnis und die Auslegung des Werkes ist. Im Schlusswort werden die Ergebnisse zusammengetragen und das Gedicht in das Gesamtwerk Cernudas eingeordnet.
II. Analyse des Gedichts "Luis de Baviera Escucha Lohengrin"
II.1 Originaltext
Luis de Baviera Escucha Lohengrin
1 Sólo dos tonos rompen la penumbra:
Destellar de algún oro y estridencia granate.
Al fondo luce la caverna mágica
Donde unas criaturas, ¿de qué naturaleza?, pasan
5 Melodiosas, manando de sus voces música
Que, con fuente escondida, lenta fluye
O, crespa luego, su caudal agita
Estremeciendo el aire fulvo de la cueva
Y con iris perlado riela en notas.
10 Sombras la sala de auditorio nulo.
Mas la presencia humana es a veces encanto,
Encanto imperioso que el rey mismo conoce
Y sufre con tormento inefable: el bisel de una boca,
Unos ojos profundos, una piel soleada,
50 Gracia de un cuerpo joven. Él lo conoce,
Sí, lo ha conocido, y cuántas veces padecido,
El imperio que ejerce la criatura joven,
Obrando sobre él, dejándole indefenso,
Ya no rey, sino siervo de la humana hermosura.
55 Flotando sobre música el sueño ahora se encarna:
En el palco real un elfo solo asiste
Al festejo del cual razón parece dar y enigma:
Negro pelo, ojos sombríos que c ontemplan
La gruta luminosa, en pasmo friolento
15 Esculpido. La pelliza de martas le agasaja
Abierta a una blancura, a seda que se anuda en
lazo.
Los ojos entornados escuchan, beben la melodía
Como una tierra seca absorbe el don del agua.
Asiste a doble fiesta: una exterior, aquella
20 De que es testigo; otra interior allá en su mente,
Donde ambas se funden (como color y forma
Se funden en un cuerpo), componen una misma delicia.
Así, razón y enigma, el poder le permite
A solas escuchar las voces a su orden concertadas,
25 El brotar melodioso que le acuna y nutre
Los sueños, mientras la escena desarrolla,
Ascua litúrgica, una amada leyenda.
Ni existe el mundo, ni la presencia humana
Interrumpe el encanto de reinar en sueños.
30 Pero, mañana, chambelán, consejero, ministro,
Volverán con demandas estúpidas al rey:
Que gobierne por fin, les oiga y les atienda.
¿Gobernar? ¿Quién gobierna en el mundo de los
sueños?
¿Cuándo llegará el día en que gobiernen los lacayos?
Se interpondrá un biombo, benéfico, entre el rey
35 y sus ministros,
Un elfo corre libre los bosques, bebe el aire.
Esa es su vida, y trata fielmente de vivirla:
Que le dejen vivirla. No en la ciudad, el nido
Ya está sobre las cimas nevadas de las sierras
40 Más altas de su reino. Carretela, trineo,
Por las sendas; flotilla nívea, por los ríos y lagos,
Le esperan siempre, prestos a levantarle
Adonde vive su reino verdadero, que no es de este
mundo:
Donde el sueño le espera, donde la soledad le
aguarda.
Donde la soledad y el sueño le ciñen su única
45 corona.
Mancebo todo blanco, rubio, hermoso, que llega
Hacia él y que es él mismo. ¿Magia o espejismo?
¿Es posible a la música dar forma, ser forma de
mortal alguno?
¿Cuál de los dos es él, o no es él, acaso, ambos?
El rey no puede, ni aun pudiendo quiere dividirse
60 a sí del otro.
Sobre la música inclinado, como extraño contempla
Con emoción gemela su imagen desdoblada
Y en éxtasis de amor y melodía queda suspenso.
Él es el otro, desconocido hermano cuyo existir
jamás creyera
65 Ver algún dia. Ahora ahí está y en él ya ama
Aquello que en él mismo pretendieron amar otros.
Con su canto le llama y le seduce. Pero, ¿Puede
Consigo mismo unirse? Teme que, si respira, el
sueño escape.
Luego un terror le invade: ¿no muere aquel que ve
a su doble?
La fuerza del amor, bien despierto ya en él, alza
70 su escudo
Contra todo temor, debilidad, desconfianza.
Como Elsa, ama, mas sin saber a quién. Sólo sabe
que ama.
En el canto, palabra y movimiento de los labios
Del otro le habla también el canto, palabra y
movimiento
75 Que a brotar de sus labios al mismo tiempo iban,
Saludando al hermano nacido de su sueño, nutrido
por su sueño.
Mas no, no es eso: es la música quien nutriera
a su sueño, le dio forma.
Su sangre se apresura en sus venas, al tiempo
apresurando:
El pasado, tan breve, revive en el presente,
80 Con luz de dioses su presente ilumina al futuro.
Todo, todo ha de ser como su sueño le presagia.
En el vivir del otro el suyo certidumbre encuentra.
Sólo el amor depara al rey razón para estar vivo,
Olvido a su impotencia, saciedad al deseo
85 Vago y disperso que tanto tiempo le aquejara.
Se inclina y se contempla en la corriente
Melodiosa e, imagen ajenada, su remedio espera
Al trastorno profundo que dentro de sí siente.
¿No le basta que exista, fuera de él, lo amado?
90 Contemplar a lo hermoso, ¿no es respuesta bastante?
Los dioses escucharon, y su deseo satisfacen
(Que los dioses castigan concediendo a los hombres
Lo que éstos les piden), y el destino del rey,
Desearse a sí mismo, le transforma,
95 Como en flor, en cosa hermosa, inerme, inoperante,
Hasta acabar su vida gobernado por lacayos,
Pero teniendo en ellos, al morir, la venganza de un
rey.
Las sombras de sus sueños para él eran la verdad
de la vida.
No fue de nadie, ni a nadie pudo llamar suyo.
100 Ahora el rey está ahí, en su palco, y solitario escucha,
Joven y hermoso, como dios nimbado
Por esa gracia pura e intocable del mancebo,
Existiendo en el sueño imposible de una vida
Que queda sólo en música y que es como música,
Fundido con el mito al contemplarlo, forma ya de
105 ese mito
De pureza rebelde que tierra apenas toca,
Del éter huésped desterrado. La melodía le ayuda
a conocerse,
A enamorarse de lo que él mismo es. Y para siempre
en la música vive.
II.2 Die Formale Ebene
Das Gedicht besteht aus zwölf Abschnitten, von denen jeder neun Verse aufweist. Die insgesamt 108 Verse besitzen ein unregelmäßiges Metrum: Handelt es sich zwar durchweg um Langverse, so reichen diese aber von endecasílabos (z.B. Vers neun) bis in einem Fall zu einem 22-Silber (V. 64). Eine Regelmäßigkeit in der Abfolge der verschiedenen Verslängen ist dabei nicht auszumachen.[2]
Einer bereits in seinen früheren Gedichten zu findenen Gewohnheit folgend, verwendet Cernuda keinen Reim, sondern wählt den verso libre[3]. Der Verzicht auf den Reim – und damit auf eine regelmäßige strophische Gliederung – erlaubt dem Dichter einen formal weniger eingeschränkten und damit unmittelbareren Ausdruck des Gedankens.
Darüber hinaus weist jeder der zwölf Abschnitte zumindest ein encabalgamiento auf, wodurch die pausa menor, die metrische Pause am Versschluss, für das Gehör verwischt wird. Die Verwendung der encabalgamientos hat zur Folge, dass die ohnehin schon langen Verse in übergreifendere Einheiten gegliedert werden, bei denen das Auseinanderfallen von metrischer und syntaktischer Einheit, von Vers- und Satzstruktur, zu gleitenden Übergängen (so von Vers vier zu fünf) und umfassenderen Spannungsbögen führt, wie dies besonders in der Abfolge des elften bis zum 16. Vers der Fall ist. Hier befinden sich gleich vier Zeilensprünge: von Vers elf zu zwölf, Vers 13 zu 14, Vers 14 zu 15 und vom 15. zum 16. Vers.
[...]
[2] Hinsichtlich der Angaben zum Autor beziehe ich mich auf García de la Concha, Victor (Hg.), Antología Comentada de la Generación del 27, Madrid: Espasa Calpa, Colección Austral, 2002.
[2] Hinsichtlich der hier verwandten Terminologie beziehe ich mich auf Baehr, Rudolf, Spanische Verslehre auf Historischer Grundlage, Tübingen: Max Niemayer, 1962.
[3] Im "Historial de un Libro" (La Realidad y el Deseo) in Harris, Derek u. Maristany, Luis (Hgg.), Prosa Completa, Barcelona: Barral, 1975, S. 927 spricht Cernuda von "mi escasa simpatía por la rima […], dejando de usarla […] a partir de 1929".
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