El presente escrito trata sobre la valoración que hace Mario Vargas Llosa de la obra de José María Arguedas.
A partir de los años sesenta dos conceptos de literatura radicalmente opuestos dividen el Perú literario; la corrienteindigenista(o literatura comprometida y social) orientada en el folclore y cultura andinos frente a la corrientecriolla,de influencia occidental. La críticacriollaacusa a losindigenistasde un compromiso literario-social a costa de la calidad literaria, mientras que loscriollosserán tachados de literatoslight,escritores de frívolo contenido, según la críticaindigenista.Antes de proseguir, es importante subrayar que Vargas Llosa se halla clasificado como autorcriollistay Arguedas comoindigenista1. Ese tipo de clasificación va a ser cuestionada a lo largo del presente trabajo, ya que el punto de partida ideológico de ambos autores conduce a una lectura de la obra arguediana diferente. Obviamente ejercemos una interpretación literaria partiendo de la propia subjetividad. Por ello es importante ser conscientes de esa propia subjetividad y afiliación ideológica -así como de la ajena. A lo largo de este escrito pretendemos mostrar -al igual que Vargas Llosa- que la afiliación de Arguedas no es aquella a la que se le ata oficialmente. Vargas Llosa procura relativizar la obra de Arguedas frente a las corrientes indigenistas en boga y señala correctamente que Arguedas no es un activista político literario sino más bien un conservador cultural. Tal posición indigenista-política que se transluce en el último tramo de su obra surge a causa de la presión externa. No obstante, Vargas Llosa intenta hacer de Arguedas un militante de su posición ideológica respecto al concepto de literatura. La lectura e interpretación que hace de él en su libro “La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo”2parte del concepto de la literatura como ficción, concepto diametralmente opuesto al esfuerzo realista de la literatura andina. A nuestro parecer ninguna de ambas clasificaciones es absolutamente aceptable. Por ello hemos estructurado el presente trabajo del siguiente modo: en primer lugar exponemos el concepto de literatura de Arguedas contrapuesto al de la literatura indigenista, a continuación nos dedicamos al concepto literario de Vargas Llosa, sintetizando después la crítica que éste hace del indigenismo y de Arguedas ejecutando por último una crítica a la lectura de Vargas Llosa.
Índice
1. Introducción
2. Concepto de literatura de José María Arguedas
3. Concepto de literatura de Mario Vargas Llosa
4. Crítica de Mario Vargas Llosa sobre la obra de José María Arguedas. Crítica al indigenismo y a Arguedas
5. Conclusión
Bibliografía
1. Introducción.
El presente escrito trata sobre la valoración que hace Mario Vargas Llosa de la obra de José María Arguedas.
A partir de los años sesenta dos conceptos de literatura radicalmente opuestos dividen el Perú literario; la corriente indigenista (o literatura comprometida y social) orientada en el folclore y cultura andinos frente a la corriente criolla, de influencia occidental. La crítica criolla acusa a los indigenistas de un compromiso literario-social a costa de la calidad literaria, mientras que los criollos serán tachados de literatos light, escritores de frívolo contenido, según la crítica indigenista. Antes de proseguir, es importante subrayar que Vargas Llosa se halla clasificado como autor criollista y Arguedas como indigenista[1]. Ese tipo de clasificación va a ser cuestionada a lo largo del presente trabajo, ya que el punto de partida ideológico de ambos autores conduce a una lectura de la obra arguediana diferente. Obviamente ejercemos una interpretación literaria partiendo de la propia subjetividad. Por ello es importante ser conscientes de esa propia subjetividad y afiliación ideológica –así como de la ajena. A lo largo de este escrito pretendemos mostrar –al igual que Vargas Llosa- que la afiliación de Arguedas no es aquella a la que se le ata oficialmente. Vargas Llosa procura relativizar la obra de Arguedas frente a las corrientes indigenistas en boga y señala correctamente que Arguedas no es un activista político literario sino más bien un conservador cultural. Tal posición indigenista-política que se transluce en el último tramo de su obra surge a causa de la presión externa. No obstante, Vargas Llosa intenta hacer de Arguedas un militante de su posición ideológica respecto al concepto de literatura. La lectura e interpretación que hace de él en su libro “La utopía arcaica. José María Arguedas y las ficciones del indigenismo”[2] parte del concepto de la literatura como ficción, concepto diametralmente opuesto al esfuerzo realista de la literatura andina. A nuestro parecer ninguna de ambas clasificaciones es absolutamente aceptable. Por ello hemos estructurado el presente trabajo del siguiente modo: en primer lugar exponemos el concepto de literatura de Arguedas contrapuesto al de la literatura indigenista, a continuación nos dedicamos al concepto literario de Vargas Llosa, sintetizando después la crítica que éste hace del indigenismo y de Arguedas ejecutando por último una crítica a la lectura de Vargas Llosa.
2. Concepto de literatura de José María Arguedas
José María Arguedas se deja influir por tres corrientes literarias : a) el nuevo indigenismo, dedicado a luchar por el indio dentro y fuera del campo jurídico, b) el totalismo –que procura crear una entidad integradora peruana de todas las culturas y formas existentes- y c) el andinismo, que propone al indio no como grupo étnico, sino como entidad moral.
Arguedas criticó la generación hispanista: les reprocha (Riva Agüero, Belaunde e incluso Tello) el reivindicar el pasado imperial incaico y al mestizo aristócrata (como el inca Garcilaso) pero ignorar o despreciar al indio actual. Subraya la labor callada de los indios a lo largo de siglos para defender su integridad y desarrollarla, mediante la toma de elementos libremente elegidos o impuestos. Ello será permanente preocupación de Arguedas:
valorar la capacidad del indio para absorber lo ajeno, el poder asimilativo de lo indigena, así como denunciar literariamente los abusos y crímenes de que eran víctimas los indios, la rectificación de la imagen del indio como ser inferior, lleno de taras y alérgico a la modernidad. En otras palabras, Arguedas se propone ejercitar una revaloración, reinserción y rebelión cultural de lo indio en la sociedad peruana a través de su literatura. En lo que respecta al proceso cultural reivindicativo del indio, para Arguedas, la integración del indio no debe consistir en su occidentalización, sino en un proceso en el cual ha de ser posible la conservación de algunos rasgos característicos no ya de la tradición incaica, muy lejana, sino de la viviente hispano-quechua. En otras palabras; Arguedas es un ecólogo cultural, un conservador de la cultura de los indios (costumbres, ritos, lengua)[3]. Él concibe la cultura como la unión entre la conservación de lo tradicional y la transformación de lo foráneo.
En la obra de Arguedas se descubre la influencia filosófica onto-literaria de Chéjov y Balzac, junto a los cuales postula que el escritor no está obligado a resolver, en la literatura, los problemas que son privativos de la sociedad, siendo suficiente con que sepa plantearlos bien –siempre que ese planteamiento tenga un objetivo y sentido.
Con ello, podemos afirmar que Arguedas profesa una vocación reivindicadora y al mismo tiempo tiene conciencia lúcida de la problemática andina a la que procura examinar con criterio realista, evitando simplificaciones. La problemática andina rota para él en torno a un centro, la cultura indígena estancada, lo que confiere su importancia capital a la situación social, económica y política del indio, pero, debido a eso, también a los restantes sectores que con el indígena se encuentran estrechamente imbricados. Asimismo, Arguedas entiende que la literatura podía funcionar como esas zonas privilegiadas de la realidad que él –como antropólogo- estudió, donde se había alcanzado una mestización feliz, o sea la que no implicaba la negación de los ancestros indígenas para poder progresar. Así quiso mostrar esa transculturación en la literatura narrativa. Consecuentemente, jerarquizó artística e intelectualmente tales valores, produciendo en base a ellos un nuevo sistema de valores artísticos.
Arguedas dirigió su obra a aquellos círculos rebeldes dentro de las clases favorecidas, debido a que un sector masivo con cierta educación apenas comenzaba a aparecer cuando Arguedas inició su obra literaria. Así, la operación transculturadora que intentará sólo podía asentarse en susodichos círculos (intelectuales, estudiantes) del hemisferio de la cultura dominante. Ello obliga a Arguedas a una función traductora-cultural (transculturadora), donde los valores indígenas serán expuestos mediante analogía al mundo no-indígena; Arguedas optará como forma o género narrativo no la canción o el cuento indígenas, sino la novela, como lengua transmisora, obviamente, no el quechua, sino el castellano. Partiendo de esa base, las dificultades y lucha arguedianas a nivel literario serán el modo de trasladar con el mayor realismo posible tales estructuras a un esquema occidental-hispano sin perder verosimilitud. Arguedas pretende, en calidad de indígena , insertarse en la cultura dominante, apropiándose de una lengua extraña (castellano), forzándola a expresar otra sintaxis (quechua). Simultáneamente está transculturando la tradición literaria de la lengua española llevándola a apropiarse de un mensaje cultural indígena en el cual deberá caber tanto una temática específica como un sistema expresivo. Como si fuera poco, tiene a sus espaldas la demanda universalista que el incipiente vanguardismo ha planteado a la generación regionalista a la que debe dar respuesta. Según Ángel Rama en el prólogo que escribió para el libro de Arguedas “Señores e indios. Acerca de la cultura quechua”[4] Arguedas respondió al universalismo con su técnica traductora por medio de la forma[5].
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[1] Emil Volek clasifica a Arguedas como autor realista mágico clásico, que sublima “la vida cotidiana de los indígenas,” que “existe sólo en función del mito tradicional o de la visión poética alegórica” en su artículo “El hablador de Mario Vargas Llosa: Utopías y distopías postmodernas”. De aquí en adelante (Hablador, pág.).
[2] De aquí en adelante se citará (Utopía, pág.).
[3] “las luchas sociales tienen un transfondo no solo económico en un pais como el nuestro, sino und denso transfondo cultural” cita de Arguedas en Vargas Llosa, (Utopía, 81).
[4] De aquí en adelante se citará (Señores, pág.).
[5] Rama prefiere denominarlo; mediante “'gestalismo' que en varios conceptos prefigura nuestro estructuralismo” (Señores, 19).
- Quote paper
- Lorena Jaume-Palasí (Author), 2005, La crítica de Mario Vargas Llosa sobre José María Arguedas, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/50520
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