El gobierno actual del MAS desde que asumió el poder el 2006 instauro una política económica Neo keynesiana, la cual está dirigida a convertir al Estado Boliviano en un Estado Empresario, donde la inversión pública y la denominada demanda interna son las que impulsan el crecimiento de la economía boliviana, sin embargo este modelo de capitalismo de Estado ha ingresado en una etapa crítica, ante la ausencia de los recursos del gas, y la evidente falta de otros recursos que no sean los naturales, materia prima para exportar, ello está obligando al Estado a presionar sobre el sector formal de la economía, es decir los contribuyentes inscritos en el padrón tributario, al igual que un endeudamiento público, el cual ya ha sobrepasado ciertos márgenes de prudencia, estos están próximo a un 40% del PIB de Bolivia, el cual es de 35.000 millones de dólares aproximadamente.
Este articulo surge ante este nuevo escenario, un Estado que no efectúa mayores ajustes, salvo mínimos en sus políticas económicas, sean monetarias, cambiarias o fiscales, que no logran resolver problemas estructurales y lo que obliga a efectuar un análisis sobre la nueva realidad de la economía boliviana, ante la nueva coyuntura económica, ampliamente desfavorable para nuestro país por la alta dependencia de su economía primaria.
Resumen
El gobierno actual del MAS desde que asumió el poder el 2006 instauro una política económica Neo keynesiana, la cual está dirigida a convertir al Estado Boliviano en un Estado Empresario, donde la inversión pública y la denominada demanda interna son las que impulsan el crecimiento de la economía boliviana, sin embargo este modelo de capitalismo de Estado ha ingresado en una etapa crítica, ante la ausencia de los recursos del gas, y la evidente falta de otros recursos que no sean los naturales, materia prima para exportar, ello está obligando al Estado a presionar sobre el sector formal de la economía, es decir los contribuyentes inscritos en el padrón tributario, al igual que un endeudamiento público, el cual ya ha sobrepasado ciertos márgenes de prudencia, estos están próximo a un 40% del PIB de Bolivia, el cual es de 35.000 millones de dólares aproximadamente.
Este articulo surge ante este nuevo escenario, un Estado que no efectúa mayores ajustes, salvo mínimos en sus políticas económicas, sean monetarias, cambiarias o fiscales, que no logran resolver problemas estructurales y lo que obliga a efectuar un análisis sobre la nueva realidad de la economía boliviana, ante la nueva coyuntura económica, ampliamente desfavorable para nuestro país por la alta dependencia de su economía primaria.
Abstract
The current Government of the more since he took power 2006 established Neo Keynesian economic policy, which is intended to convert to the Bolivian State in a State businessman, where so-called domestic demand and public investment are those that drive the growth of the Bolivian economy, however this model of state capitalism has entered a critical stage in the absence of the gas resources, and the apparent lack of other resources that are not natural, raw material for export, it is forcing the State to press on the formal sector of the economy, i.e. the taxpayers registered in the tax rolls, as well as a public debt, which has already exceeded certain margins of prudence These are close to 40% of the GDP of Bolivia, which is approximately 35,000 million dollars.
This article arises before this new scenario, a State which does not make major adjustments, except lows in its economic policies, are monetary, exchange-rate or tax, that they fail to resolve structural problems and making it necessary to carry out an analysis of the new reality of the Bolivian economy, before the new situation economy, before the new situation economic, widely unfavourable to our country by the high dependency of its primary economy
Introducción
El gasto público ha estado impulsando en la última década el crecimiento de la economía boliviana, dentro de la adopción del modelo de Keynes, apoyando este en el boom de precios, la renta nacional se benefició del denominado “superciclo de las commodities”, en particular del precio del barril de petróleo por encima de los 100$us dólares, y en menor proporción de los minerales que exportamos. Para recordar, el IDH en 2014 fue de 2.274 millones dólares, en 2015 bajó a 1.518 millones dólares y en 2016 a 898 millones de dólares.
El ciclo de expansión de nuestra economía concluyo y ahora nos enfrentamos a una nueva realidad, contracción en la economía de un país que no supo aprovechar una coyuntura favorable de recursos, Bolivia recibió 60 mil millones de dólares durante los últimos 11 años: 2005-2016, y no fue capaz de modificar principalmente su aparato productivo, seguimos siendo una economía que exporta materias primas sin valor agregado, lejos de alcanzar la industrialización, salvo modestas iniciativas como las plantas de urea y de amoniaco, y las plantas separadoras de líquidos.
Al boom de los precios, es justo reconocer la importancia que tuvo el Decreto 28701 Héroes del Chaco, el cual permitió retomar el control y nacionalizar los recursos provenientes de los hidrocarburos del país. Bolivia obtuvo mayores recursos y supuso una leve reducción de la pobreza extrema del país mediante la adopción de políticas sociales, como la redistribución de la riqueza mediantes bonos hacia los sectores más vulnerables y de ese modo contribuir hacia mejores condiciones de vida de la población. Por todo lo anterior, la realidad económica de Bolivia cambió con esta nacionalización de la industria de hidrocarburos dispuesta el 1 de mayo de 2006, sin embargo esta no fue la lera nacionalización del gas y del petróleo en Bolivia, fue la tercera, en el pasado la primera fue en 1937 cuando el gobierno expulso a la Standard Oil, y luego en 1969 cuando hizo lo propio con la Gulf Oíl Company.
También como consecuencia de la nacionalización citada del lero de mayo de 2006, la inversión pública pasó de 600 millones de dólares en el 2005, a 6 mil millones de dólares en el 2014, un 90 por ciento de estos recursos provenientes del Estado, por concepto de regalías, esta nacionalización de los hidrocarburos consolidó la situación económica de Bolivia.
Respecto de los ingresos:
La nacionalización de los hidrocarburos en 2006 aporto recursos decisivos para el crecimiento de nuestra economía, los que sumados al boom de precios del comercio internacional le permitió al Estado boliviano multiplicar sus ingresos nacionales por la exportación de gas de dos mil millones de dólares en 2005 a 31.500 millones de dólares en 2016.
En términos comparativos en 21 años anteriores a 2006, la renta petrolera del país ascendía a 4.587 millones de dólares, frente los 33.319 millones de dólares acumulados en 11 años de gestión del actual gobierno, (2006-2016), este record es resultado de tres factores, por la alta cotización del barril del petróleo por un lado y por otro, la incidencia del decreto supremo Decreto 28701 Héroes del Chaco que nacionalizo la renta petrolera, estos dos hechos sumados al crecimiento de la demanda interna provocaron un aumento significativo de la renta nacional.
El flujo de estos recursos permito al Estado boliviano ejecutar obras en materia de construcción de caminos, escuelas, hospitales, postas sanitarias, campos deportivos, entre otras obras que mejoraron la calidad de vida de los bolivianos, donde el gasto social al igual que el de capital permitió mejorar la infraestructura del país.
Perspectivas actuales a la fecha:
El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia al acumulado del primer trimestre de 2017 registra el indicador más bajo de los últimos siete años, según datos reportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), expuestos por el Ministerio de Economía, establecen un 3,34% y un acumulado a 12 meses de un 3,8%.
Desde 2010 que Bolivia no tenía un bajo crecimiento (3,2%), ya que en los siguientes años se había dado un repunte en la economía que llegó a su máximo tope, del 6,9%, en 2013. Según medios oficiales, el principal problema que confronta nuestra renta nacional es la crisis económica de Brasil, que está comprando actualmente menores volúmenes de gas, recordemos que Brasil es el principal comprador del gas boliviano, el cual compra exactamente el doble que Argentina.
En los hechos se han combinado dos variables: la caída de precios y un menor volumen de producción, por la menor demanda de nuestro principal mercado, Brasil. Al respecto, cabe la critica a las autoridades nacionales que han sido incapaces de gestionar nuevos mercados para el gas boliviano a largo plazo, para no depender solo del mercado brasileño y argentino.
En retrospectiva, durante el período de auge de precios del petróleo (2006-2013), la renta nacional estaba compuesta un 45% por ingresos hidrocarburíferos (ingresos por venta de hidrocarburos e impuestos IDH) y 55% por recaudaciones impositivas internas. Ahora por la caída de los precios del petróleo, esta renta petrolera sufrió una disminución superior al 60%. Pero, a pesar de la crisis provocada por la caída del precio del crudo durante el año 2016 Bolivia cerró sus índices de producción por encima de 60 millones de metros cúbicos de gas natural por día.
Al respecto, debemos considerar que el crecimiento de la economía boliviana en la última década fue impulsada por la renta petrolera, y por la demanda interna, estos dos factores son los que han sostenido el crecimiento de nuestra economía, al efecto los organismos financieros internacionales han pronosticado que el 2017 la economía boliviana tendrá un crecimiento levemente superior al 4%.
Este periodo 2006/2013, denominado bonanza en la economía boliviana ha tenido en el pasado períodos históricos en los que esta bonanza histórica internacional ha sido la misma. Y eso ha ocurrido sólo en dos ocasiones, en los años 70, y entre el 94 y el 98, en los años 70, la tasa de crecimiento promedio fue de 5,7 por ciento. Entre el 94 y el 98, fue de 4,8 por ciento. Ahora, la crítica al actual gobierno es de con 60 mil millones de dólares que han administrado en 11 años es muy poco lo que han hecho en materia de transformaciones estructurales, sobre todo en materia de industrialización.
Es más, debemos complementar señalando que este periodo denominado de bonanza beneficio a todos los países sin exclusión, por tanto no es un mérito del modelo boliviano, es así que por ejemplo, el Perú ha crecido al 6 por ciento entre 2004 y 2014”, y Perú tiene un modelo económico totalmente distinto al nuestro, es prácticamente opuesto al modelo boliviano de capitalismo de estado.
El modelo económico de Bolivia, es un éxito?
No lo es, e instituciones como el Fondo Monetario Internacional lo han puesto en duda. Es más, el FMI mediante su blog-diálogo a fondo del FMI sobre temas económicos de América Latina, la economista Nicole Laframboise en la publicación[1] "Bolivia, Preservando los avances” pone en duda el crecimiento de la economía boliviana al observar desde 2014, la caída de precios, el Gobierno haya promovido el gasto público para respaldar el crecimiento; además de que el Banco Central dé créditos a empresas estatales, lo cual hace que se incrementen los riesgos fiscales y las deudas del Estado, estos hechos repercuten negativamente en nuestra calificación de riesgo/ país.
Evaluación del contexto económico nacional
Presión fiscal sobre la recaudación tributaria y su importancia actual para la economía nacional
La renta interna se ha convertido en la principal fuente de ingresos corrientes para la economía nacional, dejando atrás a los ingresos por hidrocarburos.
En un contexto de déficit fiscal superior al 6% del Producto Interno Bruto, la orientación de hacienda presiona sobre el sector formal de la economía por la vía impositiva, esta se direcciona a mejorar la eficiencia tributaria, tratando de reducir la evasión fiscal y coaccionando a la formalidad a los contribuyentes
Datos sobre la recaudación de impuestos:
Abbildung in dieser Leseprobe nicht enthalten
Fuente; Ministerio de Economía y Finanzas de Bolivia.
El impuesto al valor agregado (IVA) es la principal fuente de ingreso entre todos los impuestos conforme se puede observar en el grafico superior, la segunda mayor fuente de recaudaciones son los impuestos directos sobre las utilidades (IUE) con 19% de participación.
Una muestra de esta presión tributaria son los reportes recientes del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), el cual recaudó 1,2% más de lo previsto para los ingresos tributarios del mercado interno, alcanzando un total de Bs 34.791,4 millones el 2016 con la participación importante de 4 impuestos.
Entre los tributos que más aportaron el año pasado, está el Impuesto al Valor Agregado del Mercado Interno (IVA MI) con Bs 10.943,3 millones; el Impuesto sobre las Utilidades de las Empresas (IUE) con Bs 10.381,3 millones; el Impuesto a las Transacciones (IT) con Bs 4.426,4 millones; y el Impuesto al Consumo Específico del Mercado Interno (ICE MI) en Bs 1.790 millones.
Calificación actual de riesgo de nuestra economía
Ante el nuevo escenario de la economía boliviana, la agencia calificadora de riesgos Standard & Poor’s ha modificado de estable a negativa la posición de riesgo de nuestro país, ello debido a la débil situación en la que se encuentra nuestra economía frente a la caída de precios de las materias primas que exportamos, en particular precio/ gas, esta modificación del riesgo es el resultado del análisis de varios indicadores macroeconómicos, como ser:
1. El ratio deuda pública/ PIB, cerca del umbral del 40% respecto del PIB,
2. Al déficit fiscal en cuenta corriente, 4to año consecutivo de déficits, el del 2017 se pronostica en un 7,8% aprobada en la ley financial gestión/ 2017,
3. En un constante déficit de la balanza de cuenta corriente afectando a nuestras RIN Reservas Internacionales Netas, las cuales continúan descendiendo aunque lentamente,
4. y a un rápido deterioro de la liquidez de nuestra economía, la que ha obligado al BCB a intervenir reduciendo el encaje legal de la banca privada para favorecer una mayor liberación de recursos hacia el crédito.
La[2] S & S es una de las tres agencias de calificación de riesgos más grandes y reconocidas del mundo, estas son FitchRatings, Moody’s Investor Service y Standard & Poor's.
Estas agencias emiten periódicamente sus calificaciones, las cuales incluyen una opinión para el largo plazo, una de corto plazo y las expectativas futuras sobre esa calificación. Cada calificación suele ser modificada con signos “+” o “-” o con números del 1 al 3 para indicar posiciones relativas del sujeto dentro de la categoría.
[...]
[1] Bolivia, Preservando los avances, Fondo Monetario Internacional.
[2] Standard & Poor's.
- Quote paper
- Ph. D. Economia Cesar Manuel Romero Arnez (Author), 2016, La política económica de Bolivia, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/417131
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