El trabajo desarrollado en esta tesis doctoral es un aporte teórico y metodológico para el análisis enunciativo y cognitivo de la comunicación, concretamente de los titulares de prensa como unidad de análisis de las formas de interacción y conocimiento humano. Con lo anterior se pretende plantear una reflexión en torno a los medios informativos, particularmente la prensa, desde la identificación de las formas expresivas, enunciativas y cognitivas que permiten crear y fijar el conocimiento sobre los acontecimientos de una época, concretamente sobre la violencia como una forma de leer la realidad social.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Capítulo I. ANÁLISIS DE LOS TITULARES DE PRENSA SOBRE VIOLENCIA SOCIAL Y POLÍTICA EN COLOMBIA EN 1950 COMO SITUACIONES DE HABLA
1. Las situaciones de habla según Austin y su aplicación al presente estudio.
1.1. Los titulares como situaciones de habla
2. Cuadro resumen de los titulares como situaciones de habla
3. Conclusiones de esta sección
Capítulo II. DESCRIPCIÓN DE LOS TITULARES DE PRENSA SOBRE LA VIOLENCIA SOCIAL Y POLÍTICA EN COLOMBIA EN 1950 COMO ACTOS DE HABLA ILOCUTIVOS TESTIMONIALES
1. Algunos aspectos de los actos ilocucionarios
2. Actos ilocutivos testimoniales y declaraciones testimoniales
2.1 Los titulares desde la consideración de actos de habla ilocutivos testimoniales
2.2 Comentarios generales de los actos de habla ilocutivos testimoniales de la prensa.
3. Conclusiones de la sección.
Capítulo III. LA COGNICIÓN MEDIÁTICA EN EL ANÁLISIS DE LOS TITULARES DE PRENSA SOBRE LA VIOLENCIA SOCIAL Y POLÍTICA EN COLOMBIA EN 1950 COMO TESTIMONIO.
1. Esquema de análisis de la cognición mediática
2. El conocimiento y los lectores
3. El testimonio como articulación entre la cognición mediática y la epistemología del testimonio en el estudio de los titulares de prensa.
3.1 Aspectos generales del testimonio
3.2. Los titulares de prensa como testimonio
4. Conclusiones de la sección
CONCLUSIONES GENERALES
BIBLIOGRAFÍA
RESUMEN
El trabajo desarrollado en esta tesis doctoral es un aporte teórico y metodológico para el análisis enunciativo y cognitivo de la comunicación, concretamente de los titulares de prensa como unidad de análisis de las formas de interacción y conocimiento humano. Con lo anterior se pretende plantear una reflexión en torno a los medios informativos, particularmente la prensa, desde la identificación de las formas expresivas, enunciativas y cognitivas que permiten crear y fijar el conocimiento sobre los acontecimientos de una época, concretamente sobre la violencia como una forma de leer la realidad social.
El objetivo principal es enriquecer los abordajes teóricos y metodológicos de aplicación de las Ciencias Cognitivas a partir del estudio del lenguaje, concretamente desde los actos de habla y las formas de enunciación. Para ello nos servimos de los aspectos planteados por Austin en su obra en general, pero en concreto siguiendo los planteamientos recogidos en Cómo hacer cosas con palabras (1962) y Ensayos Filosóficos (1989), acerca de la las situaciones concretas de habla, de la capacidad de los actos como enunciados y finalmente la consideración del testimonio como la manera de conocer la mente de los demás y formular así creencias, aspectos estos de su obra “Otras mentes,” (1989).
Todo lo anterior para revisar la manera como los titulares de prensa permiten referir en tanto situaciones de habla a un contexto histórico determinado, como es la violencia social y política en Colombia en 1950, a través de la enunciación de sujetos, hechos y acciones, así como de la manifestación de aspectos cognitivos emocionales. También, para describir la estructura y el funcionamiento de este tipo de enunciados como actos ilocutivos testimoniales, que permiten reconocer el modo en que se configura el conocimiento humano a partir de los intercambios lingüísticos en que se manifiestan las experiencias de otros sujetos.
Finalmente, se plantea la determinación de los titulares como testimonio, dejando ver la manera como a través del registro que hacen los diarios de los acontecimientos como noticia, es posible acceder a la mente de los demás, ya que se configuran estos actos en fuente de conocimiento, y de qué manera logran la formación de creencias en las audiencias. Con lo anterior, se quiere precisar la dimensión evaluativa del lenguaje, no en términos de la verdad o falsedad de las expresiones emitidas, sino de aquello que al enunciar se testifica, haciendo que se establezca una relación entre la autoridad del diario para informar sobre un acontecimiento y hacer que se sepa; las razones dadas para que se crea, en términos de las categorías y las formas valorativas utilizadas al formular el titular; y la idea del titular como testimonio que parte de una experiencia individual que se torna colectiva.
Se propone un tipo de estudio acerca de la forma como los titulares de prensa sobre la violencia, permiten reconocer las herramientas, recursos y estrategias que los medios informativos utilizan para el fortalecimiento del orden social establecido, así como para la formación de creencias en los lectores acerca de los sujetos, los hechos y las acciones de una época, desde un tipo de conocimiento en el cual se evidencian cargas morales, axiológicas, políticas, religiosas y socioeconómicas a partir de las cuales se realiza una lectura y se impone una visión de mundo.
La herramienta teórica que se quiere proponer como base de las definiciones utilizadas, se articula en tres elementos. El primero, la noción de situación de habla propuesta por Austin, definida como una situación en que usamos el lenguaje para hablar del mundo “situación de habla S”, planteada desde la forma de lenguaje E es un T, donde E (elemento de referencia) y T (palabra que nombra o da sentido). El segundo, el abordaje de los titulares de prensa como actos ilocutivos testimoniales a partir de los cuales un medio realiza mucho más que enunciar, desde la construcción de un tipo de conocimiento de segunda mano, a través del cual se evidencia el conocimiento de P y se hace que se sepa P. El tercero, la identificación de los titulares como testimonio, en el marco de una suerte de cognición particular, denominada en este estudio cognición mediática, la cual se manifiesta en los aspectos referidos en los anteriores momentos, como son las situaciones de habla como contexto compartido, y los actos ilocutivos testimoniales como expresión de ese conocimiento.
En cuanto al desarrollo operativo de la propuesta, tenemos la formulación de las nociones de enunciación mediática y cognición mediática como herramientas metodológicas que aborden el problema del conocimiento de la realidad a partir del estudio de los medios informativos como formas de conocimiento humano. La primera noción se identifica en el análisis de los actos emitidos como situaciones de habla; las formas de referir, nombrar y dar sentido; los procedimientos de focalización y matización de la información referida desde las categorías de sujetos, hechos y acciones; finalmente de unos recursos utilizados por cada diario para plantear el registro de lo sucedido como una suerte de testimonio. La segunda noción a través de un acercamiento a los titulares de prensa como expresiones testimoniales en las que se manifiesta el conocimiento sobre un hecho y se construye un tipo de conocimiento colectivo sobre las categorías señaladas.
Para lograr describir las nociones y mostrar su aplicación en un estudio de caso concreto, tomamos cuatro diarios colombianos El Tiempo, El Espectador, El Colombiano y El Siglo, desde el registro de sucesos de violencia social y política en Colombia en 1950. Se estableció la posibilidad de reconocer un tipo de conocimiento de segunda mano, a través del cual se evidencia el conocimiento de P y se hace que se sepa P. Con ello se quiere mostrar cómo los titulares logran testificar acerca de nuestro conocimiento común, partiendo de los conocimientos formulados desde la experiencia de otros.
Esta referencia a la experiencia de otros, alude a unas formas de conocimiento de segunda persona, o segunda mano, que lo diferencian del conocimiento tradicional, reducido al conocimiento racional a través de los sentidos, ya que el de segunda mano determina a quién se dirige, a través de la declaración de intenciones. Estas declaraciones se constituyen en un conocimiento mediático, en el cual se expresa el testimonio de que P, dando autoridad al enunciador, con lo cual el lector toma P y sabe que P.
Es esta medida que se configura el carácter documental y cognitivo de los titulares, tomando como base que a través de ellos se configura el conocimiento de una época determinada, a partir del registro de los sujetos, los hechos y las acciones. También que se evidencia la identificación de los enunciadores, sus autoridad, los recursos para referir a su conocimiento y las formas de transmitirlo. De igual manera se advierte el contexto histórico, social, cultural y político, en este caso de Colombia, en el registro de acontecimientos de violencia de 1950.
Es por ello que este análisis al ser enunciativo cognitivo, establece un estudio desde dos planos. Uno puramente enunciativo en el cual se toma como evidencia el titular, desde su información, los recursos, el orden, el énfasis y todos los recursos que condicionan la presencia y el estilo de cada diario para mostrar su conocimiento de lo que ocurre. Y el segundo que permite reconocer la experiencia de cada diario para aludir a la realidad de una época, configurando el tipo de conocimiento que se evidencia en lo registrado, así como el conocimiento que se logra transmitir a los lectores. Este trabajo en doble vía, permite plantear a los titulares como unidades más allá de lo puramente lingüístico, al darles el tratamiento de actos de habla con una doble función.
La primera como situaciones de habla, es decir enunciados que se plantean a propósito de una situación total de habla, como es la violencia social y política experimentada en Colombia en 1950. La segunda, como formas declarativas testimoniales, a partir de cuya formulación se registra, pero a la vez se indica un tipo de conocimiento diferencial entre los enunciadores.
Es en tal sentido que el estudio propuesto tiene varios propósitos. El primer es identificar y diferenciar las formas y los recursos que cada diario utiliza para expresar su lectura sobre la violencia desde sus protagonistas, los sucesos y las condiciones en que tuvieron lugar, definiendo rasgos diferenciales y propios de la situación de habla descrita en cada caso. Esto con el fin de construir el perfil de cada enunciador haciendo uso de las situaciones de habla proferidas, caracterizando las situaciones de habla alusivas a la violencia y reconociendo la manera como se configuran los lectores de cada diario a través de los acontecimientos registrados.
Un segundo propósito es describir cómo este tipo de emisiones pueden interpretarse como testimonio, es decir, como un tipo de enunciación que está condicionada por su propia estructura enunciativa, por las condiciones de emisión y por el tipo de realidad a la que refiere. Ello nos permite establecer la forma como la enunciación de la realidad tiene inmersos elementos ideológicos, sociales y culturales que definen las formas de pensar, actuar e interactuar de los sujetos.
El tercer propósito es retomar los aspectos hallados en torno a los titulares de prensa como situaciones de habla, a propósito de una situación total de habla, violencia social y política en Colombia en 1950, así como revisar los mecanismos y expresiones testimoniales que evidencian la lectura de este tipo de acontecimientos por parte de cada uno de los diarios seleccionados. Con estos dos elementos preliminares fue posible analizar las nociones de enunciación mediática y de cognición mediática, respectivamente a la luz de los elementos y recursos que utiliza la prensa colombiana en el periodo elegido para dar cuenta de un estado de cosas.
La idea de este estudio es plantear un análisis del fenómeno de la comunicación desde la manifestación de una cognición general, formulada de manera testimonial como forma de conocimiento de segunda mano. Esto es, un tipo de conocimiento que se establece a partir del interés de conocer otras mentes, es decir cómo se sabe que otro conoce, basados en la caracterización de los titulares desde una especie de formulación “como si se estuviera percibiendo algo” sin ser lo mismo que percibiendo algo a través de los sentidos. Se trata de diferenciar entre el conocimiento de primer grado, nivel u orden, basado en el interrogante sobre qué significa conocer, para describir los aspectos emocionales, evaluativos, acerca de estados de cosas referidos.
En tal sentido, se busca plantear que el fenómeno de la comunicación (enunciación mediática) y el fenómeno de la cognición general, se conectan a partir de la puesta en juego del mecanismo de conocimiento testimonial expresado en la cognición mediática. Es decir, se establece la cognición mediática como una forma cognitiva particular de conocimiento por testimonio, y se busca desmontar los mecanismos enunciativos de los titulares de prensa en tanto situaciones de habla y declaraciones testimoniales.
El texto consta de tres capítulos. El primero busca analizar los titulares como situaciones de habla sobre acontecimientos de violencia social y política en Colombia en 1950. El propósito es identificar y diferenciar las formas y los recursos que cada diario utiliza para expresar su lectura sobre la violencia desde sus protagonistas, los sucesos y las condiciones en que tuvieron lugar, definiendo rasgos diferenciales y propios de la situación de habla descrita en cada caso. Se busca construir el perfil de cada enunciador, haciendo uso de las situaciones de habla proferidas, para lograr configurar una categorización de los sucesos de violencia social y política en Colombia en 1950, desde cada enunciador. Es decir, tipificar situaciones de habla que aluden a la violencia y precisar la manera como se configuran los lectores de cada diario, a través de los acontecimientos registrados.
Es así como inicialmente se plantea el análisis de las formas enunciativas expresadas en los titulares, con el fin de describir las categorías que se describen, los mecanismos utilizados, y su consideración como actos de habla proferidos. Este análisis nos permitirá plantear qué tipos de actos de habla predominan en la enunciación mediática de los titulares de prensa de los diarios colombianos El Tiempo, El Espectador, El Siglo y El Colombiano en 1950. También reconocer la forma en que son utilizadas y focalizadas las categorías de sujetos, hechos y acciones y el manejo de recursos verbales y adverbiales que sirven para matizar, modalizar o enfatizar el enunciado expresado.
En el segundo capítulo se muestra cómo a partir de la identificación de los elementos y el funcionamiento de la estructura sintáctica, del tipo de enunciados que predominan, así como del uso intencional de recursos verbales y adverbiales para expresar las categorías de sujetos, hechos y acciones, es posible plantear una hipótesis que permita mostrar las diferencias en el registro de la violencia, a través de la descripción, la formulación y la focalización de las categorías enunciadas por parte de El Tiempo, El Espectador, El Siglo y El Colombiano en 1950, al registrar los acontecimientos ocurridos. Lo anterior permite identificar la expresión de un conocimiento colectivo derivado que se configura como lectura de fenómenos sociales desde un tipo particular de enunciación, propuesto por los diarios colombianos, así como reconocer las formas de construcción enunciativa y cognitiva sobre la violencia social y política en Colombia en 1950.
En un capítulo final se pretende muestra la capacidad testimonial del titular, desde la referencia a los modos de comprender este concepto en diferentes ámbitos, la manera como estas características se identifican en los titulares analizados y finalmente las condiciones que posibilitan hablar de un tipo de cognición propia de los medios, a partir de la enunciación de las categorías de sujetos, hechos y acciones, en el marco de su formulación como actos ilocutivos testimoniales qu permiten la formación de creencias en las audiencias, a través de mecanismos descritos en cada uno de los titulares seleccionados.
Con el recorrido en general se quiere mostrar desde el análisis enunciativo cognitivo aplicado a los titulares de los diarios y a la descripción de las formas y condiciones de expresión del conocimiento de segunda persona, a qué nivel y en qué medida la prensa logra modificar las formas y los métodos de conocimiento humano, partiendo de los grados de correspondencia entre lo enunciado y los acontecimientos y protagonistas de la época; los niveles de objetividad con los cuales se registra lo sucedido en el acto proferido y finalmente el tipo de conocimiento que se configura por parte de cada enunciador. Para ello planteamos la noción de cognición mediática a través de la cual queremos identificar la forma en que los medios informativos logran articularse como un tipo de conocimiento social basado en la expresión enunciativa e ilocutiva de sujetos, hechos y acciones registrados como noticia, los cuales expresan un tipo de sociedad y un tipo de conocimiento social propios de una época.
Este análisis enunciativo cognitivo permite dar cuenta de la manera como los diarios seleccionados para este estudio, y en general la prensa, al registrar un hecho como noticia y expresarlo en un titular, logra configurar un tipo de conocimiento de segunda mano a través del cual se evidencia el conocimiento de P y se hace que se sepa P. Con ello se quiere mostrar cómo los titulares logran testificar acerca de nuestro conocimiento común, partiendo de los conocimientos formulados desde la experiencia de otros. Es en este sentido que este tipo de emisiones pueden configurarse como testimonio, es decir, como una forma de enunciación condicionada por su propia estructura enunciativa, por las condiciones de emisión y por el tipo de realidad a la que refiere.
Se busca sugerir que el tipo de enunciados de la prensa tiene similitud con los enunciados de la ciencia en tanto se basan en la observación de un fenómeno, en su registro, en la identificación de la estructura constitutiva y funcional del fenómeno y a partir de todo lo anterior formulan conjeturas que pueden llegar a constituirse en enunciados verdaderos sobre el mundo. De manera que no es lo mismo si cualquier individuo pensara en contar la realidad desde su lugar de sujeto natural y común de la sociedad, a pesar que pudiese tener más o menos información sobre los sucedido, a que lo realice un enunciador, cuyo lugar dentro de la sociedad determina el estatus de lo dicho.
De suerte que así como los enunciados de la ciencia, el arte y la religión constituyen formas de construcción y manifestación del conocimiento colectivo derivado sobre la realidad de una época, también los titulares de prensa determinan un modelo social en torno a las condiciones actuales de conocimiento de segunda persona. Esto porque parten de la expresión de un estado de cosas como existente y definen su representación a partir del uso de mecanismos de objetividad, con un cierto grado de correspondencia, según sea el caso, con lo referido. También porque permiten configurar un conocimiento de segunda mano basado en conductas, valores, actitudes y modos de definir el fenómeno de la violencia, en este caso a partir de formas y condiciones de conocimiento diferencial e identitario según el tipo de audiencia que se configura.
INTRODUCCIÓN
Cuando Juan profiere una oración como “Putin es un mentiroso” en las condiciones usuales de seriedad y conocimiento del español ha realizado un acto ilocucionario representativo, con dirección de ajuste mente-a-mundo, mediante el cual ha expresado su creencia de que Putin es un mentiroso. Su enunciado resultará verdadero en la medida en que el mundo sea efectivamente como él dice que es. Pero ¿qué sucede si el diario El Clarín titula así su edición del domingo? ¿Qué tipo de acto ilocutivo se ha llevado a cabo? ¿Quién ha expresado su creencia, si es que se ha expresado alguna? ¿Cómo debemos tomar las palabras del diario y cómo las tomamos normalmente?
El presente abordaje pretende responder estas preguntas mostrando que a pesar de las similitudes superficiales, ambos actos de habla pertenecen a categorías comunicativas diferentes. Mientras Juan no es considerado como fuente de conocimiento, los titulares de prensa cumplen con esa función configurando un tipo de cognición que denominaré mediática. Mientras Juan no tiene un poder institucional que transforme su opinión sobre Putin en conocimiento, los diarios sí.
Los lectores, en general, tomarán sus palabras en su valor nominal, como parte de una visión del mundo que incorporarán sin mucha precaución a su propia visión del mundo por vía testimonial. Esa forma de conocer tiene su contraparte en lo que denominaré enunciación mediática, un acto ilocutivo que utiliza formas específicas e impersonales de expresión para cumplir con su cometido. En esta forma de comunicación, el énfasis en las categorías de oyente y hablante, tan fundamentales en la teoría de actos de habla estándar, y en las que se basa el proceso de codificación y decodificación, es abandonado a favor de una visión de la comunicación altamente ritualizada en la que el poder institucional y la confianza ciega en el testimonio son pilares de la enunciación y la comprensión.
Para ello, partimos de la consideración realizada por Austin (1971) cuando afirma que “hacer un enunciado «es un evento histórico, es la emisión por parte de un determinado hablante o escritor de determinadas palabras (una oración) a una audiencia con referencia a una situación, evento, o lo que sea, históricos. Una oración está hecha de palabras, un enunciado se hace con palabras». Se alude a esta caracterización del enunciado, con el fin de tomar distancia de otro tipo de consideraciones que refieren solamente a aspectos lingüístico gramaticales, y no a un abordaje desde la filosofía del lenguaje, en especial, la teoría de los actos de habla, cuyos aspectos teóricos son la base que seguirá este estudio.
Partimos de la hipótesis en torno a la identificación de los titulares como enunciados mediáticos que se constituyen en testimonio, y que por tanto son tomados como fuente de conocimiento por parte de los lectores. Para ello, en un primer momento realizamos la descripción de este tipo de enunciados como situaciones totales de habla; posteriormente, analizamos su configuración como actos ilocutivos testimoniales, definidos como aquellos que persiguen determinados fines, haciendo uso de formas específicas e impersonales de expresión para cumplir con su cometido; finalmente, planteamos la determinación de los titulares como testimonio, a la luz de los rasgos obtenidos desde las nociones de enunciación y cognición mediáticas, en tanto formas de acceder a la mente de los otros y como mecanismos de formación de creencias colectivas. .
Para poner a prueba mi hipótesis sobre las nociones de enunciación y cognición mediáticas, como herramientas de análisis de la prensa con una perspectiva lingüística testimonial, tomaré como material de análisis los titulares de los diarios colombianos El Tiempo, El Espectador, El Colombiano y El Siglo. En cuanto a momento histórico, me limitaré a una época específica y conflictiva de la historia colombiana, los años 50 del siglo XX, conocidos como la época de la Violencia por el sangriento conflicto que enfrentó a liberales y conservadores por el control político del país. Esta elección permite hacer manifiesto un ambiente muy cargado ideológicamente en el que las relaciones de poder implícitas se harán explícitas en el uso del lenguaje por parte de los medios de comunicación.
La pertinencia de seleccionar como material de análisis los titulares de los diarios ya anotados para reconocer los acontecimientos de violencia social y política de la época referida, se sustenta en primera instancia en que se constituyen en fuente necesaria y única de registro de lo sucedido; segundo, pertenecen a perspectivas ideológicas diferentes; y, finalmente, porque configuran el universo mediático de la época seleccionada. Veamos una breve descripción que permite evidenciar la carga social, política y simbólica de los diarios.
El periódico El Tiempo es un diario de ideología liberal, fundado en 1911 y constituido en la voz oficial de este partido en las décadas posteriores, y en la guía de las conductas y valores promulgados por los gobiernos en los diferentes momentos de la historia de Colombia.
Por su parte El Espectador, fundado por Fidel Cano en 1887 en la ciudad de Medellín, Colombia, es considerado el de mayor trayectoria en la historia del país. Se reconoce como un diario cuyo interés son los artículos de opinión, más que las noticias de última hora, con lo cual define un perfil reflexivo y crítico.
El Colombiano, por su parte, fue fundado en 1912. Se caracteriza por la búsqueda de una unidad e identidad nacional, en la cual no se tienen en cuenta los partidos, sino los principios y valores sociales, éticos y morales.
Finalmente, el periódico El Siglo con ideología conservadora, fue fundado por Laureano Gómez y José de la Vega en 1936. Como dato especial, cabe anotar que apoyó inicialmente a Jorge Eliécer Gaitán, de raigambre liberal. En 1953 el general Gustavo Rojas Pinilla, ordenó el cierre de El Siglo el 4 de agosto de ese año, siendo director Belisario Betancur. El diario volvería a circular tras la caída de la dictadura el 10 de mayo de 1957.
En cuanto a la tipificación de la violencia de la época como política y social, se parte de la consideración de ésta como fenómeno político, en donde se expresa el conflicto ideológico que han encarnado las confrontaciones armadas a lo largo del tiempo por los proyectos de Estado nación y los modelos de desarrollo. De igual manera como un fenómeno social, expresado en las relaciones cotidianas que parten de las necesidades y las dinámicas sociales y económicas que se dan en determinados territorios.
Tanto la violencia política como la social, tienen en este periodo referido una presencia histórica en diversos territorios ya bien definidos y caracterizados por el tipo de sujetos que son sus protagonistas, a quienes se hace referencia en los diarios seleccionados mediante apelativos o rasgos concretos, respetivamente “Sombra Negra” y “Marihuano”; o denominaciones grupales como bandoleros, cuatreros, hampones. Esto lo que deja ver es que la cultura se costituye en una bisagra que permite describir y analizar, causas y efectos para establecer el porqué la violencia es un recurso válido en diferentes periodos históricos, tanto para resolver conflictos de poder por y contra el Estado, como para resolver los más elementales problemas de relación social.
Es a partir de lo anterior que la muestra se consolida como representativa, en tanto y en cuanto los acontecimientos a los que se hace referencia en los diarios, sirven como referentes de los sucesos de la época aludida siendo, además, una manifestación clara de formas enunciativas muy diferentes a las que se encuentran en un manual de historia o un documental sobre la misma época, y sobre el mismo tipo de violencia. De igual manera el análisis de los titulares, inicialmente como situaciones totales de habla, permite enmarcar un panorama general de los aspectos cognitivo emocionales expresados en la formulación de los acontecimientos por parte de los medios, y de la forma como desde allí se establece el registro de la realidad social y política de la época.
De manera que la pretensión del estudio no es realizar un abordaje exhaustivo de todos los titulares de la época, lo cual conllevaría a una tarea demasiado dispendiosa, sino tomar los aspectos generales que muestran el funcionamiento de los titulares como situaciones totales de habla, y posteriormente como actos ilocutivos testimoniales. De allí que pueda constituirse en una herramienta de análisis de otros momentos históricos, en otros países, así como en mecanismo para explicar las formas utilizadas en la enunciación de los medios como manifestación de un tipo de conocimiento institucionalizado.
El recorrido se estructura a partir de tres momento. En el primero se analizan los titulares como situaciones totales de habla en las cuales es posible identificar aspectos cognitivos y emocionales. En el segundo se establece la formulación de los titulares como actos ilocutivos testimoniales, diferentes de las situaciones de habla referidas, y se describen los esquemas de las declaraciones testimoniales. En el tercero, se plantea la noción de cognición mediática como herramienta de análisis de los titulares de prensa sobre la violencia social y política en colombia en 1950 como testimonio. El propósito de este último apartado es mostrar que la prensa, al registrar los acontecimientos de violencia, permite reconocer que los titulares no se pueden definir solamente como expresiones que se quedan en el decir, sino que con ellos se logra configurar un hacer.
Capítulo I. ANÁLISIS DE LOS TITULARES DE PRENSA SOBRE VIOLENCIA SOCIAL Y POLÍTICA EN COLOMBIA EN 1950 COMO SITUACIONES DE HABLA
En este apartado se plantea un análisis de los titulares de prensa desde su consideración de situaciones de habla, tomando como base los aspectos cognitivoemocionales que se manifiestan en el registro de los acontecimientos sobre violencia social y política en Colombia en 1950. El propósito es identificar los mecanismos y procedimientos a partir de los cuales la prensa registra la violencia desde las categorías de sujetos, hechos y acciones, constituyéndose de esa manera en fuente de conocimiento sobre la realidad de la época.
Para lograr este propósito, primero retomamos los aspectos formulados por Austin (1962), en su texto clásico Cómo hacer cosas con palabras, y posteriormente referimos a un estudioso de su obra como es Antonio Blanco Salgueiro (2013), quien ha realizado un análisis de la noción de situación de habla, para diferenciarla de la de acto de habla. En un segundo momento realizamos la identificación de las situaciones de habla que los diarios plantean desde las categorías de sujetos, hechos y acciones, con el fin de identificar los mecanismos y procedimientos generales que caracterizan los titulares como situaciones de habla.
De manera que al establecer que el registro presentado en los titulares de prensa es efectivamente una situación de habla prototípica en la cual se parte de las categorías de sujetos, hechos y acciones, es posible establecer que el poder institucional y la confianza ciega en el testimonio de quien enuncia, permiten reconocer tanto antecedentes como consecuencias cognitivo-emocionales en el hablante y en el oyente, sin llegar a la consideración de este tipo de actos como perlocutivos, sino como actos ilocutivos testimoniales.
1. Las situaciones de habla según Austin y su aplicación al presente estudio.
Partimos del planteamiento que hiciera Austin como principio holista: “el acto de habla total en la situación de habla total es el único fenómeno real que en última instancia estamos tratando de elucidar.” (1962:147) Lo que establece después como desarrollo de ese principio, es una teoría general de las diversas cosas que hacemos con palabras. De allí se desprende la tipología de actos y sus diferentes maneras de lograr diferentes cometidos. Sin embargo, uno de los grandes vacíos que han encontrado quienes estudian en la actualidad los alcances, posibilidades y limitaciones de esta teoría, tiene que ver precisamente con la no definición de la situación de habla total como algo distinto al acto de habla total.
Austin caracteriza el elemento concreto a partir del cual es posible determinar el abordaje que se puede hacer a las emisiones realizadas por parte de los sujetos para referir al mundo, basado en la consideración de que el decir que alguien conoce algo, implica un mayor compromiso con lo que dice, que si se afirma que alguien cree en algo y expresa esa creencia. De suerte que los actos lingüísticos, no solamente funcionan como descriptores del mundo, sino que a las vez hacen parte del modo en que los seres humanos configuran sus conocimientos sobre el mundo. Es por ello que al establecer los titulares como situaciones de habla sobre la violencia social y política de 1950 en Colombia, reconocemos este tipo de enunciados como acciones, en tanto y en cuanto manifiestan una serie de características y rasgos propios de la enunciación mediática, en este caso de la prensa, para registrar los acontecimientos desde su conocimiento de la realidad nacional, expresado testimonialmente a los lectores.
Todo lo anterior parte de la consideración que Austin establece como principio implícito en la misma labor lingüística que aconseja confiar en que los demás no pretenden engañarnos y que posibilita una verdadera comunicación. Este principio de fiabilidad interpersonal, como lo denomina García Suárez (Austin, 1963:35)[1], permite que el hablante no esté continuamente pendiente de la posibilidad de que las situaciones de habla sean ficticias y/o equívocas y que pueda confiar por completo en la veracidad de las emisiones del resto de hablantes, del mismo modo que la confianza en la normalidad de los sentidos y de las situaciones de percepción, permite no dudar de la veracidad de nuestro conocimiento sensible.
De acuerdo con ello y tratando de establecer una caracterización de los titulares como situaciones de habla, es decir, tomando lo enunciado en su dimensión de uso del lenguaje en una situación histórica como la violencia registrada por los diarios en Colombia en 1950, nos pondremos en la tarea de fundamentar lo que según nuestro estudio permitiría mostrar la diferencia no desarrollada por Austin entre situación de habla y acto de habla. Para realizar nuestro propósito, acudimos a uno de los estudiosos de la obra de Austin como lo es Antonio Blanco Salgueiro, quien luego de varios años de realizar un abordaje analítico por la teoría austiniana de los actos de habla, presenta en su artículo ´John Austin: el estudio del acto de habla total en la situación de habla total´ aparecido en Perspectivas en Filosofía del lenguaje (2013), una serie de reflexiones y aportes que podrían llenar este vacío teórico.
Este autor propone que una mejor teoría del acto de habla total en la situación de habla total debe reconocer una dimensión cognitivo-emocional en el habla, lo cual permite identificar situaciones típicas de habla, que incluyen tanto antecedentes como consecuencias cognitivo emocionales. Sin embargo, es preciso aclarar que no se debe pensar en actos perlocutivos, ya que se aludiría a un análisis sobre los efectos, elemento que no es de interés de este estudio sobre los titulares.
De manera que para el caso concreto sobre los titulares de prensa, partimos de la identificación de un tipo de violencia en un momento histórico en Colombia como es la violencia social y política en 1950, desde la identificación de las categorías de sujetos, hechos y acciones, como aspectos cognitivo emocionales.
En el contexto social e histórico de 1950 en Colombia, podemos identificar claramente tres sujetos que están involucrados en la construcción de la violencia: bandoleros, cuatreros y hampones; además todo lleva a una secuencia de construcción de identidades. En primer lugar se asocia al bandolero con la imagen del héroe mítico - Robin Hood – la imagen del personaje que quiere ayudar al campesinado, pero a su vez se beneficia con el robo de ganado y otros productos del campo, logrando hacer un capital económico para subsistir. En segundo lugar, el bandolerismo se involucra en cuestiones políticas y es donde se inicia la violencia política en nuestro país, las masacres contra conservadores y la venganza de los conservadores respectivamente.
La construcción del cuatrero se encuentra ligada a la de bandolero porque los dos robaban ganado, gallinas, comida, cosechas, etcétera, pero a su vez los cuatreros generalmente robaban a la clase élite de los pueblos (terratenientes, gamonales). Eran ladrones de veredas y también estaban asociados a la construcción del héroe mítico de Robin Hood porque los campesinos los ocultaban o en varias ocasiones los ayudaban a escapar de los bandoleros. Igual que los bandoleros, los cuatreros tenían su accionar en las regiones o partes rurales de Colombia ya que en estos lugares no había una protección del Estado y no contaban con Ejército.
Los h ampones estaban asociados al caco o ladrón de barrio o de vereda, el cual solo robaba para buscar algún beneficio particular. Por lo general, estos hampones no tenían una filiación política y no integraban ninguna cuadrilla o grupo definido en la década de los cincuentas, tomando como base de sus acciones ciudades capitales del país.
En cuanto a los hechos propios de este momento de la violencia en Colombia, cuando el campesinado estaba resignado con su estilo de vida y con la situación social que enfrentaban, se genera un resentimiento hacia el Estado y es ahí en donde el bandolerismo surge como la solución a los problemas. Además, debemos mencionar que la violencia entre partidos políticos se inició en las diferentes veredas y regiones rurales del país; a partir de allí llegó a las ciudades (El Bogotazo del 9 de abril de 1948 cuando asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán, candidato por el partido liberal a la Presidencia de la República 1950 – 1954); hay que mencionar que la gran mayoría de pueblos en Colombia tenían una estructura claramente definida en donde la presencia del Gamonal del Pueblo, el Alcalde, la Comandancia de Policía y la Iglesia eran las autoridades civiles – militares y eclesiásticas de la región.
Por su parte, las acciones que se registran como acontecimientos de violencia social y política, tienen que ver con el gran despliegue que realizaban los medios sobre los actos violentos que llevaban a cabo los bandoleros, en especial la radio y los periódicos, puesto que eran medios de fácil acceso a la comunidad y buscaban que los ciudadanos juzgarán como asesinos, violentos, vándalos, etcétera, a los bandoleros y sus acciones.
Se afianza la carga ideológica, moral y social para calificar y descalificar a los sujetos que aparecen como protagonistas del conflicto de la época, con lo cual se registran los sucesos de violencia, primero como fenómeno político, en donde se expresa el conflicto ideológico entre partidos, proyectos de Estado no concluidos, así como diferencias de corte axiológico, que han encarnado las confrontaciones armadas a lo largo del tiempo. Segundo, como un fenómeno social, expresado en las relaciones cotidianas en las cuales se afianzan las diferencias de clase, el reconocimiento colectivo y el prestigio de determinados sujetos, la conducta aceptada y la que se sale del orden establecido por la normas de la época.
1.1. Los titulares como situaciones de habla
La violencia social y política de 1950 en Colombia es el marco de referencia de los acontecimientos aludidos en los titulares seleccionados. Estos actos emitidos se constituyen en situaciones de habla, en tanto y en cuanto aluden a ese marco social y político, y a la vez permiten reconocer en su formulación aspectos cognitivo-emocionales referidos al tratamiento de las categorías de sujetos, hechos y acciones. Entendemos, entonces, la estructura del titular de prensa como situación de habla, a partir de la relación entre los elementos base que son una serie de categorías que funcionan como manifestaciones del conocimiento que tiene quien enuncia, y que a la vez adquiere quien lo recibe; también de los recursos emocionales expresados en formas lingüísticas, para fijar la referencia dada en función de cumplir el cometido de su acto: identificar, ubicar, calificar, descalificar o describir desde esas categorías iniciales.
De manera que los elementos constitutivos y la estructura de la situación de habla serán:
Situación total de habla “S” (Registro en los titulares de la violencia social y política en Colombia)
E convenciones (categorías para referir a los acontecimientos)
T convenciones (mecanismos, formas y procedimientos para cumplir el cometido de expresar el conocimiento de la realidad de una época).
Titular de prensa S= E+T
A continuación describimos los sucesos registrados sobre la violencia social y política experimentada en Colombia en 1950, tomando como unidad de análisis los titulares en tanto situaciones de habla, con el fin de identificar los aspectos cognitivo-emocionales que se manifiestan en cada diario. Para ello, primero mostramos las categorías de sujetos, hechos y acciones en cada una de las situaciones de habla identificadas; luego proponemos un cuadro resumen en el cual se muestran las generalidades que configuran la noción de enunciación mediática, desde este primer elemento que son las situaciones de habla.
Titulares del diario El Tiempo
Categoría de sujetos
Titular 1
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Titular 2
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Categoría de hechos
Titular 1
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Titular 2
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Categoría de acciones
Titular 1
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Titular 2
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Comentario de los titulares de El Tiempo
Titular 1
Los recursos utilizados para construir la identidad del sujeto: El uso de un apelativo bajo el cual se reconoce socialmente el sujeto; la relavancia del sujeto dentro de la estructura criminal; la forma pasiva en que se describe la acción padecida por el sujeto.
Titular 2
Se utiliza una forma genérica de referir a un acontecimiento ocurrido a un grupo de delincuentes propios de la época. Un recurso importante es el calificativo de banda, su forma de delinquir (cuatreros), la acción padecida que fue la de ser rodeada, y finalmente se alude a la referencia temporal.
Categoría de hechos
Titular 1
El conocimiento se expresa a través de una forma plural impersonal, para referir a lo sucedido “asaltan y roban”. De igual manera, se acentúan las circunstancias “A pleno día” y que ocurrió en “dos residencias de un mismo barrio”, como dato final y para establecer el monto de lo hurtado, se da la cifra de “$12.000”.
Titular 2
Se utiliza la referencia judicial para aludir a un tipo de delito común para la época “el abigeato”, es decir el robo de ganado. Otro aspecto importante la estructura de defensa que tiene el Estado en algunas regiones “la Policía montada”, la cual se organiza para acabar con estas acciones criminales. Otros aspecto importante tiene que ver con las formas “contra” y “organiza”, ya que manifiestan el control de las autoridades sobre este problema social en una zona concreta “el Valle”.
Categoría de acciones
Titular 1
Este titular presenta inicialmente la formulación del acontecimiento ocurrido en determinadas circunstancias “En su propio lecho” y “de varias puñaladas”, “fue asesinado” “conocido ciudadano”. Estos recursos construyen la escena del crimen, a partir de la referencia a un lugar muy íntimo en que fue atacada la víctima, y la violencia con que se realiza el ataque.
Titular 2
En esta situación de habla se centra la atención en la referencia genérica a la víctima “una joven” de quien se afirma casi con el rigor de las pruebas o la presencia durante la acción que “fue secuestrada en un carro, narcotizada y atropellada”, mostrando la secuencia del ataque.
Titulares del diario El Espectador
Categoría de sujetos
Titular 1
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Titular 2
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Categoría de hechos
Titular 1
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Titular 2
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Categoría de acciones
Titular 1
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[...]
[1] Revisar Juan José Colomina Almiñana Austin sobre percepción. Por una eliminación de los datos de los sentidos. Universitat de Valencia.
- Arbeit zitieren
- Sandra Liliana Pinzón Daza (Autor:in), 2015, La enunciación mediática: Análisis sintáctico, ilocutivo y cognitivo de los titulares de prensa sobre la violencia en Colombia en 1950, München, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/338706
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