Con influencias externas, el conflicto interno musulmán ha dado como resultado un grupo denominado como "terrorista" por la comunidad internacional, que, a través de brutales actos de violencia, busca en la actualidad su expansión en el mundo.
1. AB INITIO. EL SURGIMIENTO: CONFLICTO INTERNO MUSULMAN Y SUS RAÍCES:
A partir de la muerte del profeta Mahoma, surgió un conflicto sectario entre la rama ortodoxa y tradicionalista del Islam –los Suníes (cuyo nombre proviene de “Ahl al-Sunna", que quiere decir: la gente de la tradición), quienes piensan que el poder lo debe ejercer quien tenga la capacidad de hacerlo– y una facción política de la historia temprana islámica que reclama el derecho de Ali, el yerno de Mahoma, y sus descendientes, de encabezar a la comunidad islámica –los Chiíes–. Se trata de un conflicto de carácter político (no derivado de sus creencias y sus prácticas), pues ambos grupos buscan dirigir a la comunidad musulmana.
Extendiéndose hasta nuestros días, dicho conflicto sectario islamista no sólo ha crecido, sino que también se ha vuelto una preocupación para la comunidad internacional.
Según un artículo redactado por Cathy Lynn Grossman, Tension between Sunnis, Shiites emerging in the USA, y publicado por el diario USA Today, en la actualidad aproximadamente el 85% de la población musulmana en el mundo, pertenece a la secta Suní, mientras el 15% restante pertenece a los Chiíes. Es aquí donde juega un papel importante el sectarismo, pues, en los países musulmanes gobernados por los suníes, los chiíes tienden a formar los sectores más pobres de la sociedad y son víctimas de discriminación y opresión.
En 1979, con la revolución iraní (tras el establecimiento de un nuevo gobernante chiíta en el poder), Teherán lanzó una política para apoyar, aún traspasando sus fronteras, a las milicias y partidos chiíes: política que fue contrarrestada por los Estados del Golfo, quienes fortalecieron sus vínculos con los gobiernos sunitas y los movimientos en el exterior. Esto, por supuesto, trajo consecuencias negativas implícitas para las minorías chiíes en el mundo, pues, por temor de que apoyaran a Irán, muchos Estados de Medio Oriente empezaron a sospechar de deslealtad por parte de estas.
"In the early days, Iran had a stated desire to export its Islamic revolution, and its Supreme Leader styled himself as the leader of the whole Muslim world, making Sunni Arab leaders nervous. This had some negative consequences for Shiite Muslims in the region," le dijo la investigadora Jane Kinninmont1, en una entrevista con Susannah Palk, a la CNN.
Más tarde, el conflicto se enfatizó durante la invasión estadounidense en Irak en el año 2003, con el surgimiento de una milicia sunita en el país árabe: la filial de Al-Qaeda en Irak, ya que muchos veían un gobierno dominado por los chiíes tras el derrocamiento de Saddam Hussein. "This really alarmed the traditional Sunni rulers of the region," dijo Kinninmont a la CNN . "There was this mounting fear that Iran and Iraq would work together in collusion against the other Arab states."
LA GUERRA DE IRAK Y SUS CONSECUENCIAS EN EL CONFLICTO ISLAMISTA:
"My fellow citizens. At this hour, American and coalition forces are in the early stages of military operations to disarm Iraq, to free its people and to defend the world from grave danger”, enunció el ex-Presidente estadounidense, George W. Bush, el 29 de enero del 2002 durante su Discurso del Estado de la Unión, con el fin de justificar la acción militar que debía tomar Estados Unidos de América en Irak para acabar con las armas de destrucción masiva existentes en dicho país.
Según una encuesta realizada en Estados Unidos por la CNN, Gallup y USA Today, el 67% de los americanos que escucharon el discurso que dio el entonces Presidente, antes de mandar sus tropas al país árabe, encontraron convincentes los puntos que había tratado en este.
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(Pictures of the month January 2003. REUTERS/Jeff Mitchell)
La invasión se llevó a cabo entre el 20 de marzo y el primero de mayo del 2003, fecha en la que George. W. Bush declaró el fin de las principales operaciones de combate en Irak. Durante el mes de abril del mismo año –durante la invasión norteamericana–, Abu Musab al-Zarqawi, quien prometió lealtad a Osama Bin Laden2, estableció la filial de Al-Qaeda en Irak (AQI) para combatir, junto con otras milicias, a las tropas extranjeras para evitar el establecimiento de un gobierno chiita; esta se convirtió en una fuerza sunita importante de la insurgencia.
Cita Noam Chomsky, profesor de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), durante una entrevista con David Barsamian –un locutor de radio estadounidense con orígenes armenios, y fundador y director de la Radio Alternativa en E.U.A.–, un artículo redactado por Graham Fuller3 para hablar acerca del contexto que creó Estados Unidos en Irak y que propició el surgimiento del Estado Islámico. Apoya, Chomsky, en la entrevista, uno de los efectos que, según Fuller, hubo en Irak después de los bombardeos estadounidenses y británicos, y una guerra que había durado casi diez años seguidos entre Irán e Irak (con las sanciones que le fueron impuestas al país por la comunidad internacional, descritas como “genocidas” por diplomáticos reconocidos4 ) que dejó al país destruido: la institución inmediata de divisiones sectarias; es decir, la enfatización de un conflicto que se ha vuelto brutal desde entonces, pues los residentes de Bagdad, antes de la invasión, vivían con mayor tranquilidad que la que experimentaron después del surgimiento del grupo yihadista en Irak.
2. POST MORTEM. ESTADO ISLÁMICO Y SU FINALIDAD:
Unos meses antes de la muerte, por parte de la Fuerza Aérea estadounidense, de Abu Musab al-Zarqawi en 2006 (cuyo cargo fue suplido por Abu Ayyub al-Masri –quien, en el mes de octubre del mismo año, nombró a Abu Omar al-Baghdadi su líder–), el ya conformado AQI –que tuvo como principal interés el de evitar el establecimiento de un gobierno chiíe en Irak durante la invasión estadounidense– procedió a buscar las maneras de ampliar su poder, para tener el dominio que por cientos de años se había disputado con los chiíes, iniciando una guerra sectaria contra la mayoría chiíta en el país. Posteriormente, adquirió la denominación de Estado Islámico de Irak (EII), y más tarde, en el 2013, la de Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), después de haber ampliado sus operaciones hasta Siria apoyando a los grupos rebeldes que buscaban derrocar el régimen de Bashar Al-Assad durante la guerra civil Siria. Ese mismo año, el EIIL fue desvinculado de al-Qaeda; grupo que, por sus brutales actos de violencia, lo desconoció.
Dichos actos, se tratan de “un terrorismo que, además de atentados suicidas por lo común muy letales, incluye frecuentes decapitaciones en público o crucifixiones, a menudo divulgadas mediante Internet, de quienes el EIIL considera infieles o herejes,” según Fernando Reinares, investigador principal de Terrorismo Internacional en el Real Instituto Elcano y catedrático de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos.
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1 Jane Kinninmont es investigadora y jefe adjunto del Programa de Medio Oriente y el Norte de África de Chatham House (el Instituto Real de Asuntos Internacionales, un instituto de política independiente con sede en Londres).
2 Fundador de la red terrorista Al Qaeda.
3 Analista político con cuya opinión concuerda Noam Chomsky.
4 Denis Halliday y Hans von Sponeck.
- Quote paper
- Mateo Mansilla-Moya (Author), 2014, Islamic state. ¿Cuáles son los fines del grupo Yihadista?, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/286702