José Ortega y Gasset ha pasado a la Historia como uno de los filósofos más importantes no sólo de España, sino de todo el siglo XX. Por ello, su obra considerada más importante, La rebelión de las masas, ha sido muy leída y comentada desde su publicación en 1930. La constante referencia de numerosos autores y estudiosos a este ensayo -el mismo Ortega nos dice en él que su obra es un “casi libro”- y la enorme influencia que éste ha tenido hacen más interesante si cabe su lectura.
Esta atracción inicial se incrementa a medida que va leyéndose la obra, pues en ella Ortega no sólo desarrolla la idea de la rebelión de las masas, sino que además expone numerosos aspectos de su concepción filosófica: “la vida es por lo pronto un caos donde uno está perdido. El hombre lo sospecha; pero le aterra encontrarse cara a cara con esa terrible realidad y procura ocultarla con un telón fantasmagórico, donde todo está muy claro”. Esta concepción quizá sea una de las causas de que posteriormente al analizar el desolador estado de la cultura y la opinión, Ortega niegue la posibilidad de que el hombre-masa pueda revertir su situación, debido a su ciego e irracional hermetismo.
Por otro lado, el autor también describe su parecer acerca de temas tan diversos como el origen y la concepción del Estado, el desarrollo histórico y el futuro de Europa, la situación cultural y moral de su época, etc. Ortega demuestra que dichas reflexiones no son meras opiniones o intuiciones, sino que son resultado de la experiencia y de un profundo análisis y estudio, lo que, junto a la natural lucidez de la que hace gala a lo largo de toda la obra, hace que sus comentarios y exposiciones sean sumamente interesantes de cara a una posterior reflexión acerca de ellos.
Así pues, nos encontramos con un ensayo muy interesante que abarca multitud de temas. Sin embargo, las reducidas dimensiones de este trabajo y su pertenencia a la asignatura de Opinión Pública exigen que los temas tratados se limiten a aquellos aspectos de la obra que hacen referencia a los conceptos e ideas relacionados con dicha disciplina. Éstos son, principalmente, el concepto de Opinión Pública, la explicación del origen y el poder de las masas, las características de su denominada “rebelión” y su papel en la sociedad actual, pues, pese a que la obra data de 1930, es, como se verá a continuación, de rabiosa actualidad.
LA REBELIÓN DE LAS MASAS (José Ortega y Gasset)
1-. Introducción
José Ortega y Gasset ha pasado a la Historia como uno de los filósofos más importantes no sólo de España, sino de todo el siglo XX. Por ello, su obra considerada más importante, La rebelión de las masas, ha sido muy leída y comentada desde su publicación en 1930. La constante referencia de numerosos autores y estudiosos a este ensayo -el mismo Ortega nos dice en él que su obra es un “casi libro”- y la enorme influencia que éste ha tenido hacen más interesante si cabe su lectura.
Esta atracción inicial se incrementa a medida que va leyéndose la obra, pues en ella Ortega no sólo desarrolla la idea de la rebelión de las masas, sino que además expone numerosos aspectos de su concepción filosófica: ella está caracterizada por un estremecedor pesimismo antropológico, reflejado en su convencimiento de que el hombre suele ser una “fiera con veleidades de arcángel”,1 lo cual le lleva a estar convencido de que “la vida es por lo pronto un caos donde uno está perdido. El hombre lo sospecha; pero le aterra encontrarse cara a cara con esa terrible realidad y procura ocultarla con un telón fantasmagyrico, donde todo está muy claro”.2 Esta concepción quizá sea una de las causas de que posteriormente, al analizar el desolador estado de la cultura y la opinión, Ortega niegue la posibilidad de que el hombre-masa pueda revertir su situación, debido a su ciego e irracional hermetismo.
Por otro lado, el autor también describe su parecer acerca de temas tan diversos como el origen y la concepción del Estado, el desarrollo histórico y el futuro de Europa, la situación cultural y moral de su época, etc. Ortega demuestra que dichas reflexiones no son meras opiniones o intuiciones, sino que son resultado de la experiencia y de un profundo análisis y estudio, lo que, junto a la natural lucidez de la que hace gala a lo largo de toda la obra, hace que sus comentarios y exposiciones sean sumamente interesantes de cara a una posterior reflexión acerca de ellos.
Así pues, nos encontramos con un ensayo muy interesante que abarca multitud de temas; su discípulo Julián Marías advierte al lector en la introducción de esta edición que la teoría central de La rebelión de las masas es sólo un capítulo de la sociología de Ortega, “pero ésta, a su vez, es su teoría de la vida colectiva, es decir, un capítulo de su teoría general de la vida humana o metafísica”.3 Aun teniendo en cuenta esta particularidad, las reducidas dimensiones de este trabajo y su pertenencia a la asignatura de Opinión Pública exigen que los temas tratados se limiten a aquellos aspectos de la obra que hacen referencia, tanto explícita como implícita, a los conceptos e ideas relacionados con dicha disciplina. Éstos son, principalmente, el concepto de Opinión Pública, la explicación del origen y el poder de las masas, las características de su denominada “rebeliyn” y su papel en la sociedad actual, pues, pese a que la obra data de 1930, es, como se verá a continuación, de rabiosa actualidad.
2-. El concepto de Opinión Pública en La rebelión de las masas
En el prólogo que Ortega y Gasset escribió para la edición francesa de La rebelión de las masas, el autor analiza el concepto de Europa y defiende, al igual que cuando posteriormente habla acerca de las naciones que la integran, que el Viejo Continente no es meramente un concepto académico o teórico, sino que es una realidad histórica y cultural. Para defender dicha afirmación, Ortega afirma que existen costumbres europeas, usos europeos y opinión pública europea: “que desde hace siglos y con intensidad creciente existe una opinión pública europea -y hasta una técnica para influir en ella-, es cosa incymoda de negar”.4
Así pues, nos encontramos aquí con la primera referencia explícita a la Opinión Pública, y de su utilización en esta frase se podría inferir que la idea que Ortega tiene de dicho concepto se corresponde con la definición estudiada en nuestra asignatura, a saber, “la discusión y expresión de los puntos de vista del público sobre los asuntos de interés general, dirigidos al resto de la sociedad y, sobre todo, al poder”. Por otro lado, en la segunda parte de su sentencia, Ortega apunta a que la Opinión Pública no es algo estático e inamovible, sino que se puede influir en ella gracias a “una técnica”. Cuál es ésta o en qué consiste, el autor no lo explica, pero ya el mero hecho de apuntar que hay una técnica para influir en la Opinión Pública nos habla de la importancia de ésta, ya que si se quiere moldear es porque reviste importancia, por lo que siempre habrá personas o grupos que querrán modificarla según sus intereses.
Más adelante, al desarrollar los conceptos de mando y de poder, Ortega profundiza en la trascendencia que tiene la Opiniyn Pública: para él, “el mando es el ejercicio normal de la autoridad”, y “se funda siempre en la opiniyn pública”, de modo que “jamás ha mandado nadie en la tierra nutriendo su mando esencialmente de otra cosa que de la opiniyn pública («) El hecho de que la opiniyn pública es la fuerza radical que en las sociedades humanas produce el fenómeno de mandar es cosa tan antigua y perenne como el hombre mismo”.5 Ahora, el concepto de Opinión Pública excede lo anteriormente expuesto, ya que pasa a constituir ni más ni menos que la razón última de la existencia del poder, y por tanto ése es el motivo por el que se explica que tantos y tantos gobernantes, pese a tener el control de la fuerza militar, tarde o temprano se hayan visto desplazados: no eran apoyados por la opinión de sus ciudadanos. Vemos, pues, cómo Ortega concede una importancia a la Opinión Pública que convierte a ésta en un elemento imprescindible para comprender no sólo la situación de una sociedad, sino, más allá, el fenómeno mismo de la Política. De ahí se deriva, pues, la validez de la afirmación de Hume cuando el filósofo inglés asegura que el estudio de la Historia consiste en demostrar cómo la soberanía de la opiniyn pública, lejos de ser una aspiraciyn utypica, “es lo que ha pesado siempre y en toda hora en las sociedades humanas”.6
Sin embargo, pese a esta vital importancia, Ortega posteriormente afirma que “a veces la opiniyn pública no existe”,7 ya que hay determinadas ocasiones en que una sociedad se divide en grupos discrepantes, lo cual impide que se constituya un poder, de modo que el vacío que ha dejado la opinión de los ciudadanos sea ocupado por la fuerza bruta. Además de la visible contradicción en la que cae -puesto que es imposible que la Opinión Pública sea el germen de toda autoridad si no se da en todas las sociedades en la que ésta existe-, el autor se desvía ya de la definición teórica que antes enunciábamos, ya que identifica Opinión Pública con unanimidad de pareceres. Aquí, Ortega parece no tener en cuenta que no ha habido sociedad alguna, ni siquiera aquellas gobernadas por regímenes totalitarios, en la que la opinión de los hombres que la componen haya sido uniforme: siempre han existido y existirán pareceres diversos, ya que cada persona es diferente, y además los asuntos públicos son lo suficientemente complejos y opinables como para que haya corrientes de opinión divergentes.
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1 Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Autral, Madrid, 2009, p. 262.
2 Ídem, pp. 202-203.
3 Introducción, Ídem, p. 10.
4 Ídem, p. 46.
5 Ídem, p. 175.
6 Cfr. en Ídem, p. 175.
7 Ídem, p. 176.
- Citar trabajo
- Licenciado en Humanidades. Doctorando en Historia Medieval Eduardo Baura García (Autor), 2010, La rebelión de las masas y su visión de la Opinión Pública, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/167642