El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre los puntos que más llamaron la atención de la crítica sobre la literatura de Juan Rulfo. Entre estos están la literatura realista, la cuestión del mito en los relatos y el universalismo de su obra. La idea planteada no fue delimitar las características de su literatura y clasificarla, sino más bien seguir la corriente de los críticos. Argumento en el trabajo el carácter universalista de su obra, pero lo termino con un capítulo sobre un cuento el cual considero muy próximo de la literatura realista, dejando abierto el espacio de conclusión. También procuro emplear la vida del autor bien como el momento en el que este vivió para explicar un poco del entorno en el cual dio vida a su literatura Rulfo.
Indice
1 - Introducción
2 - Juan Rulfo y la narrativa hispanoamericana del siglo XX
3 - En México, Rulfo
4 - Breve estudio temático: Regionalismo o universalismo?
5 - Breve comentario acerca de la estructura de los cuentos
6 - Nos han dado la tierra
7 - Conclusión
8 – Bibliografía
1 - Introducción
Dentro de la narrativa hispanoamericana tenemos muchos autores del siglo veinte de relevancia indiscutible y que se han tornado consagrados y conocidos en casi todo el globo. Rulfo es uno de ellos. Diversas corrientes literarias ganaran espacio a principios del siglo en la literatura hispanoamericana. Entre estas está la literatura realista, en su procura de encontrar el alma del pueblo hispanoamericano y tratar de sus problemas, de revelar al mundo sus tierras y sus pueblos, sus ciudades y contradicciones sociales. Ya teníamos a Carpentier, con su real maravilloso, hablando del pueblo y sus luchas, o a Roberto Arlt y su Juguete Rabioso, fotografiando la realidad de forma directa; teníamos a toda la rica novela de revolución, con por ejemplo Los de Abajo, de Mariano Azuela, y la necesidad de cambios en la literatura, como ocurre con J. Revueltas. En la segunda mitad del siglo veinte llegaría la irrealidad, el realismo mágico y el grande boom: la literatura hispanoamericana había ganado fuerza y forma en las letras de Quiroga, Borges, Carpentier, Rulfo, entre muchos otros, acumulando riqueza literaria para formar un Bestiario o a Cien años de soledad.[1]
Pero Rulfo, donde se encuentra ? Su literatura procura más bien ser una mímesis de la realidad, o está más cercana al invento de esta, como ocurre con el realismo mágico, con el mundo de Kafka o con los mitos de Dante? Rulfo entra en la literatura con pocas páginas publicadas, pero su importancia se puede ser sentida por el gran volumen de obras publicadas sobre el. Críticos de todo el globo entienden el gran valor que este tiene para la literatura hispanoamericana y mundial, y discuten desde la publicación de El llano en llamas sobre la literatura rulfiana. Pertenece esta a la literatura realista, como la de revolución, o más bien está relacionada con el mito, la invención de la realidad?
En este trabajo serán planteadas estas y otras cuestiones. Lo inicio con el capítulo “Juan Rulfo y la narrativa hispanoamericana del siglo XX”, donde procuro reflexionar sobre la llegada de su literatura en América Latina hispanohablante, señalando su literatura como punto de división entre antes (literatura realista) y después (el boom). El capítulo que sigue - “En México, Rulfo” - va a tratar de la sociedad cuando de la publicación de los libros de Rulfo, una sociedad la cual pedía una nueva literatura y que al mismo tiempo limitaba la libertad del autor. En este mismo capítulo, reflexiono sobre el entorno de Rulfo, un entorno de un escritor que cuando joven sufrió con la rebelión de los cristeros y absorbió a los alientos del pueblo en un periodo postrevolucionário, lo que le va a influenciar enormemente en su literatura, como vamos a ver. Luego hago una reflexión sobre las características realistas y universales en la literatura de Rulfo, en un capítulo intitulado “Breve estudio temático: Regionalismo o universalismo?”, que con ayuda de opiniones de algunos de los críticos de su obra expone las características relevantes cuanto al tema. Después, en el capítulo “Breve comentario acerca de la estructura de los cuentos”, comento sucintamente algunas de las características más interesantes al lector sobre la estructura temporal de los relatos de Rulfo. Para finalizar, analizo el cuento “Nos han dado la tierra”, un cuento que contrasta con la idea universalista de la literatura de Rulfo, mostrando que a pesar de su literatura no ser realista, posee características fundamentales y la riqueza de esta. Este cuento ilustra, además, uno de los temas que considero principales en la obra de Rulfo, el tema del período postrevolucionário, de la reforma agraria, de una revolución que no logró alcanzar sus objetivos.
2 - Juan Rulfo y la narrativa hispanoamericana del siglo XX
Juan Rulfo es uno de los raros escritores que poco han publicado, pero lo suficiente para tener importancia en la literatura nacional y internacional. Hugo Rodrídez Alcalá observa que Rulfo es único por ser “el [autor] de máxima fama con la mínima obra” (Alcalá 1973: 88), comparándolo con los escritores importantes de las últimas cinco décadas. La literatura de Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, escritor jalisciense, más conocido como Juan Rulfo, esencialmente consiste en el libro de cuentos El llano en llamas (1953) y la novela Pedro Páramo (1955). Su obra ha sido traducida a un grade número de idiomas, entre ellos al alemán, al griego y al chino, haciendo llegar al mundo la novela hispanoamericana y la cultura de México en particular. Rulfo logró mesclar diversos elementos hasta alcanzar una narrativa única. Harry L. Rosser comenta que lo que más asombra en la obra de Rulfo es la “elevada condensación expresiva de sus textos así como la diversidad estructural que se observa sobre todo en los relatos” (Rosser, 1995: 325). En Rulfo hallamos las historias muchas veces fragmentadas, con una narrativa llena de elipses y que encuentra en el centro de su construcción una dislocación de los niveles temporales; tenemos también, por ejemplo, la reducción del papel del narrador tradicional y el predominio del diálogo. En sus cuentos encontramos al campesino, en su condición de pobreza, elevado al doloroso universo del hombre que sufre.
Rulfo, a pesar de no salir totalmente de la temática que la literatura anterior trataba, como la de la vida del campesino en los años que suceden a la revolución Mexicana, alcanza una narrativa que llega para renovar las formas literarias y que será precursora inmediata del boom que sigue con autores como Cortázar y García Márquez. El primero libro de Rulfo salió en el tiempo de la Segunda Guerra Mundial y encuentra desde su publicación una grande atención de especialistas. Muchos críticos encontraban en la obra de Rulfo características que hacían difícil no relacionarla con la novela tradicional y realista, por tratar de temas clásicos como la hostilidad de la naturaleza, la injusticia social, la violencia, etc. Pero con la llegada de la novela “Pedro Páramo” quedó claro que las innovaciones en las técnicas narrativas le permitían enseñar la vida de personajes desde el punto de vista del regionalismo, típico del indigenismo o del criollismo, pero con una apurada y más profunda reflexión del alma del ser humano, haciendo su narrativa alcanzar una significación universal. Rosser comenta que se ha afirmado que El llano en llamas fue el punto máximo en la trayectoria del cuento hispanoamericano (Rosser 1995: 326) y Carlos Fuentes parece unir a la crítica cuanto a la idea de que Rulfo pertenece a la primera nómina de los autores de la llamada nueva novela hispanoamericana.
A partir de los años 50 la novela hispanoamericana ha conseguido un auge extraordinario, superando sus propias fronteras y difundiendose en escala mundial. En el año de la publicación de Pedro Páramo, el panorama de la literatura hispanoamericana se encontraba en un profundo cambio. Antes de Rulfo existieron muchos otros escritores que habían escrito novelas precursoras, como El Juguete Rabioso de Roberto Arlt, por ejemplo, pero hasta los años cincuenta la literatura hispanoamericana parecía no transcender a las formas tradicionales de la escuela realista. Esta se dividía entonces en la novela regionalista, la criollista, la indianista, y la de protesta social, de la tierra, localista, etc. Pero ya en 1915 o 1920 muchos autores empezaban a ver una necesidad de evolución de esta literatura tradicional, una necesidad que solamente se generalizaría después de los anos 50. Nuevas características de narrativas literarias van ganando entonces espacio. Quizá uno de los cambios importantes sea el cambio de perspectiva. Si la literatura realista trata la realidad desde fuera del sujeto, o sea, del narrador, hacia dentro del objeto, de la realidad, la nueva novela procura aproximarse más del ser humano, valorizando los problemas del hombre; para esto procura adoptar nuevas formas narrativas, apoyandose en la novela europea y estadounidense, con influencia de autores como Joyce, Kafka y Faukner.
En México no nos podemos olvidar que la literatura de la revolución fue una constante hasta los anos 50, cuando ven a ser más una vez expuesta por la literatura rulfiana. Literatura esta que va a tener obras de gran fuerza, como Los de Abajo, de Mariano Azuela , y Al filo del Agua, de Yáñez. Al relacionar esta literatura con la literatura de Rulfo, Gonzáles Boixo comenta que la novela reportaje de revolución y sus personajes históricos van a quedar atrás para siempre después de Rulfo. Dice también que José Revueltas y sus inicios de renovación formal y la intención en Al filo del agua de mostrar no más que la realidad, es decir, de mostrar la conciencia o subconsciencia del pueblo mexicano, parecen preparar la visión profunda del hombre que tenemos en Rulfo, abriendo espacio para una nueva literatura. Esta nueva literatura que va explotar con el boom y los cuentos de Cortazár y novelas de García Marquez, pasa antes por Rulfo, que es universal sin dejar en el olvido la literatura de Revolución, trayendo elementos tantos estructurales cuanto temáticos de esta (Boixo 1983: 29).
3 - En M e xico, Rulfo
El desarrollo de México en los anos 50 es evidente. Ha crecido la economía mexicana: la capital, que en 1940 tenia un millón y medio de habitantes, en la década de 50 ya tiene tres. La televisión gana fuerzas y llega para quedarse. Cualquiera podía ver los cambios. La clase media andaba satisfecha con sus avances y la clase obrera, que llega del campo, produce electrodomésticos, automóviles, cemento, Coca-Cola. Pasaba lo que más tarde nombrarán “desarrollo”.
La revolución mexicana llegaba de esta forma a su meta, y también a su final. El tiempo de la violencia en el campo quedaba ya lejos. También los héroes a que se referían los nuevos políticos, Zapata, Pancho Villa, Obregón; estos quedaban en el pasado dando espacio a un sólido Estado nacional. Los presidentes ya son muy distintos de los de la revolución y la modernidad en los medios de producción, importación y exportación son la base de una economía en desarrollo.
En este ambiente los intelectuales empiezan a discutir el “Ser mexicano” en este nuevo período de la historia. Estos gozan ahora de más privilegios, tienen una prensa mucho más presente, donde podían publicar, más galerías de arte donde exponer, mejores sueldos en las universidades y círculos más grandes encontrarse. Ellos empiezan a desear un nuevo lenguaje para un nuevo México, un lenguaje que traduzca mejor los cambios que les dejaban a los hechos de la revolución para tras. Querían modificar el lenguaje de la retórica revolucionaria, ya les aburrían los panfletos políticos en la literatura. Llegaba la hora de procurar una forma de expresión que va más allá de la literatura tradicional y realista, la literatura de la revolución, es la hora de una expresión subjetiva y universal.
A pesar de todo el clima de exaltación de la revolución que aún existía en México, ciertamente muchos no veían que la revolución había llegado a su meta, sino que esta no se cumplió. Las novelas de la revolución, que antes eran leídas con tanto aliento, ahora no pasarían de pura retórica. El camino que les quedaba era tener un posicionamiento crítico en relación a la revolución. Pero en un México despolitizado, y con un partido político dominante y el control estatal eso era casi imposible. Los que han intentado (como J. Revueltas, por ejemplo) estuvieron en la cárcel. En este punto llega Juan Rulfo, que logra mostrar la realidad como es de verdad, pero sin hacer una referencia directa a la historia, a través de una narrativa universal.
Una narrativa universal pero sostenida en el problema del campo y, mismo de forma indirecta, situada en un momento histórico preciso: el que vivió Rulfo. Tomo aquí las palabras de Harry L. Rosser, el cual dice que “en todo caso, tendría muy poco sentido aproximarse a la obra de Rulfo o a la de cualquier otro autor, sin tener en cuenta por lo menos el contexto específico en el que vivió Rulfo” (Rosser 1995: 333). Es el periodo postrevolucionário, en el tiempo de la rebelión de los Cristeros. Esta ocurre entre los años 1926 y 1929, cuando la iglesia católica mexicana procura derrocar la revolución de 1910 y la constitución Mexicana de 1917, que incluyó artículos basados en el principio de la separación de la Iglesia y Estado. La violencia de la rebelión tuvo consecuencias drásticas para la familia de Rulfo. En 1924, dos años antes de consolidada la rebelión, muere su padre. Rulfo tenía apenas ocho años cuando empieza la guerra. Un año después muere su madre. Sobre la situación de su infancia, Rulfo dice:
“Yo tuve una infancia muy dura, muy difícil. Una familia que se desintegró muy fácilmente en un lugar que fue totalmente destruido. Desde mi padre y mi madre, inclusive todos los hermanos de mi padre fueron asesinados. Entonces viví en una zona de devastación. No sólo de devastación humana, sino de devastación geográfica. Nunca encontré, ni he encontrado hasta la fecha, la lógica de todo eso. No se puede atribuir a la Revolución. Fue más bien una cosa atávica, una cosa de destino, una cosa ilógica.”[2]
Las razones que llevan Rulfo a decir que “fue más bien una cosa atávica, una cosa de destino, una cosa ilógica”, dejando al destino la explicación para lo que le pasó no nos conviene comentar aquí, pero queda claro que la rebelión destruyo su familia, lo que ven a marcar toda su obra. Rulfo, a pesar de haber insistido, más de una vez, en que ha preferido no utilizar alusiones autobiográficas ni personajes conocidos, se ha notado una inevitable inclusión de dados autobiográficos. Rosser nos recuerda que el crítico Alberto Carlos viajó a San Gabriel, donde se crió Rulfo. Allí “varios informantes estaban totalmente de acuerdo al relatar a ese profesor cómo murió el padre del autor; son, por lo demás, detalles que forman la base de la elaboración artística que Rulfo hace en Diles que no me maten” (Rosser 1995: 332). Está también en “Diles que no me maten” una de las frases que más marcan la condición de soledad en la que vivió Rulfo y miles de Mexicanos: “Es algo difícil crecer sabiendo que que la cosa de donde podemos agarrarnos para enraizar está muerta”.
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[1] das seminar wurde am SS 2008 in madrid,spanien,besucht.diese hausarbeit dient als ergänzung um das in spanien besucht seminar an der FS-jena als leistungsschein anzuerkennen
[2] Rulfo cidado por Aquinaga en Rulfo, Juan (2006). El Llano en llamas. Madrid: Catedra, p 15
- Quote paper
- Student Turian da Silva (Author), 2009, Juan Rulfo, una literatura de transición?, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/137100
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