Introducción
El creciente interés por la historia de la prensa se puede contemplar como uno de los resultados de la polémica sobre las principales líneas de investigación histórica desde los años
20 de nuestro siglo. Se empezaba a poner en duda entonces que historia fuese solamente la historia de los poderes, que fuese su£ciente para entender el desarrollo de la humanidad
contar la historia de los tratados, de las guerras y de los reyes. Empezaba un movimiento que intentaba contar la historia de las clases sociales y su conciencia de clase, sobre todo de la clase obrera del siglo XIX. Este movimiento procedente de Francia creaba la historia social.(1) Como describe muy bien Ute Daniel(2) surgían después corrientes que intentaban ver al hombre en su vida cotidiana, en su familia o en su ambiente cultural. La llamada
historia de la cultura, creada en los años 60 y 70, es ahora una parte sustancial de las investigaciones históricas.
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1 Sobre la historia social de Andalucía han trabajado Manuel González de Molina, María Dolores Ramos, Diego Caro Cancela.
2 Ute Daniel: Clio unter Kulturschock, en: Geschichte in Wissenschaft und Unterricht, 48, 4/5, págs. 195–218, 259–278, 1997.
Índice General
1 Introducción
2 Andalucía en julio de 1936
2.1 La importancia de Sevilla para los golpistas
2.2 La situación de la prensa
2.2.1 Un corte radical
2.2.2 La prensa carlista y falangista
2.2.3 La prensa de “izquierda”
3 El principio de la guerra en los periódicos sevillanos
3.1 Los periódicos de Sevilla
3.1.1 ABC
3.1.2 El Correo de Andalucía
3.1.3 La Unión
3.1.4 F.E.
3.1.5 Resumen
3.2 «Normalidad absoluta en Sevilla»
3.3 Esfuerzos por la legitimación
3.4 Guerra de los ideólogos
3.5 Los «Poderes Internacionales»
3.6 Apostasía y castigo
4 Resumen
5 Fuentes
Referencias
1 Introducción
El creciente interés por la historia de la prensa se puede contemplar como uno de los resul- tados de la polémica sobre las principales líneas de investigación histórica desde los años 20 de nuestro siglo. Se empezaba a poner en duda entonces que historia fuese solamente la historia de los poderes, que fuese su£ciente para entender el desarrollo de la humanidad contar la historia de los tratados, de las guerras y de los reyes. Empezaba un movimiento que intentaba contar la historia de las clases sociales y su conciencia de clase, sobre todo de la clase obrera del siglo XIX. Este movimiento procedente de Francia creaba la historia social.[1] Como describe muy bien Ute Daniel[2] surgían después corrientes que intentaban ver al hombre en su vida cotidiana, en su familia o en su ambiente cultural. La llama- da historia de la cultura, creada en los años 60 y 70, es ahora una parte sustancial de las investigaciones históricas.
La prensa como «libro diario de los pueblos» [3] es una base perfecta para la investigación histórica, pues en ella se puede encontrar tanto la opinión como los deseos de un pueblo.
La historia de la prensa durante la Guerra Civil no sólo es la historia de la manipulación y de la propaganda, sino también un re¤ejo de las exigencias. Pues cada autor de un artículo no sólo estaba sometido a su conciencia, a los intereses del periódico o de la política, sino también a lo que deseaban sus lectores y la sociedad, es decir que también durante la Guerra Civil – por lo menos en los primeros días – hubo diferencias evidentes entre los diarios de Sevilla.
Sobre la historia de la prensa andaluza hay varias obras que están citadas en la biblio- grafía al £n de este trabajo. Estas obras – si tratan de la Guerra Civil – son exámenes muy profundos sobre la situación de la prensa en Andalucía durante la guerra, y ya sólo por la pobreza de mí español, seguramente un mayor deleite para el lector, que este intento de un trabajo sobre la prensa de Sevilla después de los primeros días de la sublevación.
Para facilitar la análisis de la prensa de este periodo empezaré con la descripción de la situación de Sevilla y de la prensa in Andalucía directamente después el alzamiento. Seguiré con la presentación de los periódicos sevillanos que quedaban después el golpe de Estado para llegar £nalmente a la propia interpretación.
2 Andalucía en julio de 1936
2.1 La importancia de Sevilla para los golpistas
Desde el principio del alzamiento fue Sevilla pieza clave, tanto por su cabecera militar como por su posición militar. «Su rápida conquista por las fuerzas de Queipo de Llano la convirtieron en la primera gran capital de provincia en manos de los sublevados.»[4] Muy pronto Sevilla fue destinada a recibir, agrupar y coordinar las tropas hacia el norte del país.[5]
Pero el éxito rápido de la sublevación en Sevilla no sólo tenía gran importancia estratégica. También tenía una inmensa signi£cación moral. Cuando hubo terminado la fase del golpe de Estado – que dató Salas Larrazábal el 21 de julio – empezó ante todo la consolidación del nuevo poder en todas sus formas. La escasa resistencia sólo en unos barrios populares ayudó que Queipo de Llano en sus charlas radiofónicas y la prensa nuevamente despertada podía hablar del recibimiento rebosante de las tropas falangistas en Sevilla, lo cual iba a constituir una gran parte de la legitimación del alzamiento.
2.2 La situación de la prensa
2.2.1 Un corte radical
Según Antonio Checa Godoy la Guerra Civil era el más radical corte en la evolución perio- dística de Andalucía desde 1833.[6] La región queda dividida en dos. En los lugares donde la sublevación tuvo éxito desapareció la prensa izquierdista inmediato, y luego también una buena parte de la prensa de derechas. En las zonas donde de la República en contra desa- pareció la prensa derechista. Luego, cuando fueron éstas tomadas por las tropas de Franco, la de izquierdas. En Málaga, por ejemplo no existía en 1939 ni uno de los periódicos de 1936. El número de diarios se reduciría dramáticamente en general. Así en Andalucía en 1936 había 34 periódicos, en tanto que en 1939 solamente existían 15.
Al mismo tiempo que se reducía el número de periódicos desaparecía la pluralismo de la prensa andaluza. De la riqueza considerable de distintos formatos y pensamientos en los años de anteguerra no quedó mucho después la sublevación del 18 de julio de 1936. Depen- diendo de la región, el lector fue colmado de propaganda republicana o antirrepublicana. Lo más importante ya no fueron las diferencias entres los mismos periódicos. Ellos renun- ciaron a sus propios rasgos – por decisión propia o por un decreto “de arriba”– para crear una fuerte identidad en la población, para convencer a sus lectores de la legalidad de sus pretensiones y para pedir la lealtad que exige una guerra ideológica y una movilización de miles y miles de personas.
2.2.2 La prensa carlista y falangista
Por medio de la censura y las incautaciones la Falange consiguió muy rápido crear un ambiente homogéneo. Se tomó muy en serio el control de la prensa aunque se mantuvo la Ley de Prensa de 1883 hasta abril de 1938. Entonces el periodismo era «concebido como una actividad de servicio al Estado.»[7]
Sin embargo la situación relativamente confusa al principio de la guerra permitió las ten- tativas de diversas fuerzas políticas por hacerse con una red de prensa afín en la región andaluza. En los primeros meses de la guerra aparecen números semanarios carlistas, pero cesarán por los decretos de uni£cación de 1937 como todo lo que no era prensa del partido único.
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[1] Sobre la historia social de Andalucía han trabajado Manuel González de Molina, María Dolores Ramos, Diego Caro Cancela.
[2] Ute Daniel: Clio unter Kulturschock, en: Geschichte in Wissenschaft und Unterricht, 48, 4/5, págs. 195– 218, 259–278, 1997.
[3] Manuel Aznar, El periodismo en Sevilla (1889) en: Braojos Garrido, Alfonso: “Prensa” y “opinión pública” política en la Andalucía Contemporánea, tomo 7 de Cuadernos de Comunicación, Ediciones Alfar, Sevilla, 1991, pág. 7.
[4] Concha Langa Nuño: De la guerra civil a los XXV años de paz. Prensa y opinión política en la Sevilla fran- quista (1936–1964), en: Ramón Reig y María José Ruiz Acosta (eds.), Sevilla y su prensa. Aproximación a la historia del periodismo andaluz contemporáneo (1898–1998), Universidad, Sevilla, 1998., pág. 80
[5]Bracero, Rafael Gil: La tragedia de todos: odios y violencia durante la Guerra Civil, en: Leandro Al- varez Rey y Encarnación Lemus López (eds.), Historia de Andalucía Contemporánea, Universidad, Huelva, 1998, pág. 430
[6] Antonio Checa Godoy: Historia de la prensa andaluza, Fundación Blas Infante, Sevilla, 1991.
[7] C. Langa Nuño: De la guerra civil a los XXV años de paz, op. cit., pág. 85
- Citation du texte
- Markus Horeld (Auteur), 1999, La prensa de Sevilla al principio de la Guerra Civil, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/1141