La relación amorosa del rey español Alfonso VIII con una judía, llamada Fermosa, despierta gran interés desde hace siglos. Se trata de una historia, cuya autenticidad nunca ha sido comprobada pero, a pesar de esto, se ha convertido en tema principal de obras dramáticas, poemas narrativos y novelas tanto de autores españoles como de extranjeros. Escritores como Lorenzo de Sepúlveda, Lope de Vega, Antonio Mira de Amescua, Juan Bautista Diamante, Franz Grillparzer, Lion Feuchwanger y muchos más renovaron este motivo al adaptarlo a su tiempo y a sus propias ideas literarias y visiones políticas. Entre los que se inspiraron de este asunto, y que merece ser mencionado, es el escritor del siglo XVIII Vicente García de la Huerta. En su drama “Raquel”, representado por primera vez en 1772, apoyándose en un acontecimiento del siglo XIII, refleja los conflictos de su tiempo. Comparando la tragedia de García de la Huerta con la leyenda y examinando diferentes aspectos de ambas, intentaré averiguar en este trabajo hasta qué punto García de la Huerta se sirve del argumento de la leyenda, cómo consigue modernizar el tema y crear de este asunto, cinco siglos más tarde, una tragedia con propia “vida”.
Como he dicho en la introducción, en este trabajo prestaré atención a un determinado suceso de la vida del rey Alfonso VIII, que tiene sus orígenes en las crónicas y los romances. Los amores de Alfonso VIII con una hermosa judía fueron mencionados por primera vez en “Castigos e documentos para bien vivir ordenados por el rey don Sancho”, una obra de carácter didáctico fechada hacia 1292. En otra obra, conocida como Primera Crónica General, que también pertenece al reinado de don Sancho IV se hace mención de su relación en una nota al margen. En la Segunda Crónica, fechada hacia 1344, es donde se amplía ese tema. El humanista Florián de Ocampo, en la primera impresión de la Crónica del año 1541 da todavía una versión más amplia y detallada. Al escribir “Las cuatro partes enteras de la crónica de España que mandó el Sereníssimo don Alfonso llamado el Sabio” se sirvió del manuscrito de 1289. La versión de Ocampo relata que la relación amorosa del rey Alfonso VIII con una judía, llamada Hermosa, duraba siete años y que todo sucedía después de haberse casado con doña Leonor. El rey se enamoró tanto de esa mujer que se olvidó de sus
deberes matrimoniales y estatales.
Índice:
1. Introducción
2. Las fuentes
2.1 La leyenda
2.2 “Raquel” de García de la Huerta
3. El contexto en el que apareció la tragedia de García de la Huerta
3.1 Contexto literario
3.2 Contexto histórico
4. Los personajes y su papel en la obra
4.1 Los protagonistas en la leyenda
4.2 Los personajes de García de la Huerta
4.2.1 Raquel
4.2.2 Alfonso VIII
4.2.3 Los representantes de la nobleza
4.2.3.1 Hernán García
4.2.3.2 Garcerán Manrique
4.2.3.3 Álvar Fáñez
4.2.4 Rubén
5. Conclusión
6. Bibliografía:
6.1 Bibliografía básica
6.2 Bibliografía secundaria
1. Introducción
La relación amorosa del rey español Alfonso VIII con una judía, llamada Fermosa, despierta gran interés desde hace siglos. Se trata de una historia, cuya autenticidad nunca ha sido comprobada pero, a pesar de esto, se ha convertido en tema principal de obras dramáticas, poemas narrativos y novelas tanto de autores españoles como de extranjeros. Escritores como Lorenzo de Sepúlveda, Lope de Vega, Antonio Mira de Amescua, Juan Bautista Diamante, Franz Grillparzer, Lion Feuchwanger y muchos más renovaron este motivo al adaptarlo a su tiempo y a sus propias ideas literarias y visiones políticas.
Entre los que se inspiraron de este asunto, y que merece ser mencionado, es el escritor del siglo XVIII Vicente García de la Huerta. En su drama “Raquel”, representado por primera vez en 1772, apoyándose en un acontecimiento del siglo XIII, refleja los conflictos de su tiempo.
Comparando la tragedia de García de la Huerta con la leyenda y examinando diferentes aspectos de ambas, intentaré averiguar en este trabajo hasta qué punto García de la Huerta se sirve del argumento de la leyenda, cómo consigue modernizar el tema y crear de este asunto, cinco siglos más tarde, una tragedia con propia “vida”.
2. Las fuentes
2.1 La leyenda
Como he dicho en la introducción, en este trabajo prestaré atención a un determinado suceso de la vida del rey Alfonso VIII, que tiene sus orígenes en las crónicas y los romances. Los amores de Alfonso VIII con una hermosa judía fueron mencionados por primera vez en “Castigos e documentos para bien vivir ordenados por el rey don Sancho”, una obra de carácter didáctico fechada hacia 1292. En otra obra, conocida como Primera Crónica General, que también pertenece al reinado de don Sancho IV se hace mención de su relación en una nota al margen. En la Segunda Crónica, fechada hacia 1344, es donde se amplía ese tema.[1]
El humanista Florián de Ocampo, en la primera impresión de la Crónica del año 1541 da todavía una versión más amplia y detallada.[2] Al escribir “Las cuatro partes enteras de la crónica de España que mandó el Sereníssimo don Alfonso llamado el Sabio” se sirvió del manuscrito de 1289. La versión de Ocampo relata que la relación amorosa del rey Alfonso VIII con una judía, llamada Hermosa, duraba siete años y que todo sucedía después de haberse casado con doña Leonor. El rey se enamoró tanto de esa mujer que se olvidó de sus
deberes matrimoniales y estatales. Lo que provocó el descontento de “los omes buenos” del reino y, como consecuencia de su ira, la muerte de la judía y de todos que estaban con ella. La muerte de su amante le causó a Alfonso VIII un gran dolor porque grande era su amor por ella. Para aliviar sus penas los vasallos salieron con él hacia un lugar cercano de Toledo que se llama Yliescas. Ahí le apareció un ángel, mensajero de Dios, que le echó en cara su grave pecado y le recordó que Dios se vengaría de él si no volviera al ”buen camino”. Alfonso, vuelto en sí, se arrepintió y renunció vengarse a los asesinos de su amante.[3]
2.2 “Raquel” de García de la Huerta
García de la Huerta no fue el primero en el campo literario que trató el tema de la judía de Toledo. Más de cien años atrás el tema aparece en obras de Lorenzo de Sepúlveda, luego en Lope de Vega, Mira de Amescua, etc. Así que además en la leyenda, al escribir su drama, se apoyó también en algunos textos literarios. Según René Andioc, en su introducción a “Raquel”: “[...] a pesar de algunas semejanzas entre la obra de Lope y la de Huerta, los modelos que más influyeron en ésta son La Raquel, poema en octavas reales de Luis de Ulloa Pereyra [...], y La judía de Toledo, de J. B. Diamante...”.[4]
No olvidándome de mi objetivo, dejo de profundizar la relación entre el drama de Huerta y los textos literarios escritos antes, y fijaré mi atención en la “pareja” texto original-tragedia huertiana. Observando ambos textos se puede decir que con algunas excepciones el argumento de la tragedia de Huerta coincide con el de la leyenda. García de la Huerta aprovechó el esquema general de la acción, o sea, la relación amorosa entre Alfonso VIII y una judía, llamada Raquel,[5] que duraba siete años y era la causa del desorden y del descontento de los vasallos. Huerta conserva incluso el final trágico aunque el asesinato se comete por un nuevo personaje. Las novedades en el drama consisten en el empleo de nuevos protagonistas, la nueva forma y, por supuesto, en el nuevo sentido que adquiere.
3. El contexto en el que apareció la tragedia de García de la Huerta
Aunque es evidente la semejanza con el texto de la leyenda, las fuentes histórico-legendarias no son suficientes para explicar la aparición de la tragedia de Huerta. Ésta cobra su verdadero sentido al ser relacionada con la época en la que aparece. De aquí surgen y las diferencias con la leyenda. En su aparecer como tal influyeron tanto hechos políticos como visiones estéticas del siglo XVIII.
3.1 Contexto literario
El siglo XVIII en España, desde el punto de vista literario, se caracteriza por la recepción de unas ideas que ya circulaban por Europa, las llamadas neoclásicas. Esta nueva estética encontró apoyo sobre todo en los intelectuales ilustrados de la aristocracia y la burguesía españolas. Su nueva obsesión era Francia, de donde entraron las nuevas ideas.
Los autores del siglo XVIII buscaron nuevos temas. La leyenda de Raquel, como los temas relacionados con el Siglo de Oro no les interesaban más. Los que participaron de la corriente ilustrada no tenían razones para admirar el pasado. Pero esos nuevos valores eran aceptados sólo por una minoría, la mayoría del pueblo castellano los consideraba ideas extranjeras. “Los sectores de la aristocracia y del mundo de las letras que no simpatizaban con Francia conservaron vivo un patriotismo más bien nostálgico, manteniendo un antagonismo permanente con las reformas y los nuevos aires de la Ilustración”.[6] García de la Huerta era uno de los que no simpatizaban con Francia ni con las nuevas ideas ilustradas. Su decisión de escribir la tragedia según las reglas neoclásicas era más por demostración que por convicción. Él mismo, en su advertencia habla de los motivos que lo animaron a escribir su obra :
“ Su autor, [...] , emprendió esta composición, con el fin de hacer ver a sus amigos, y a algunos apasionados del Teatro Francés, que ni nuestro ingenio, ni nuestra Lengua, ni nuestra Poesía, debía en manera alguna ceder a las de otra nación, aunque más se precie de culta e instruida.”[7]
[...]
[1] Martín Largo, José Ramón: La judía de Toledo: desde Lope de Vega hasta Franz Grillparzer, Madrid, Brand Editorial, 2000, pp. 32 y s.
[2] Al hacer la comparación me sirvo de esta versión.
[3] La versión de Ocampo citada en: Martín Largo, José Ramón: La judía de Toledo: desde Lope de Vega hasta Franz Grillparzer, Madrid, Brand Editorial, 2000, pp. 34 y s.
[4] Andioc, René: “Introducción biográfica y crítica”, en: García de la Huerta, Vicente: Raquel. Edición, introducción y notas de René Andioc, Madrid, Castalia, 2002, p. 20
[5] Lope de Vega le dio este nombre, que aparece por primera vez en su comedia Las paces de los reyes y judía de Toledo, publicada en 1617.
[6] Martín Largo, José Ramón: La judía de Toledo: desde Lope de Vega hasta Franz Grillparzer, Madrid, Brand Editorial, 2000, p. 168.
[7] García de la Huerta, Vicente: Raquel. Edición, introducción y notas de René Andioc, Madrid, Castalia, 2002, p.70
- Citar trabajo
- Magister Artium Neviana Peneva (Autor), 2004, La judía de Toledo. Una adaptación de la leyenda por Vicente García de la Huerta, Múnich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/89499
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