En este trabajo escrito quiero dedicarme a los moros, una nación nacida de los árabes y beréberes, que influyeron a España durante su dominación de ocho siglos desde 711-1492.
La zona de ocupación musulmana en España fue conocida como “Al-Andalus”1 de la cual nació el nombre Andalucía que es usado hoy.
La cultura musulmana fue avanzada en ciencia, matemáticas, literatura, arte y arquitectura que, lo que se muestra, especialmente, en las tres ciudades principales de Andalucía: Granada, Córdoba y Sevilla.
Las invasiones árabes influyeron en casi toda la península, en la religión y al aspecto físico, en especial en los que viven en el sur, lo que se muestra en la piel morena y el pelo negro. Sin embargo, había una parte pequeña en el norte que nunca fue conquistada por los árabes.
Este evento minúsculo tuvo muchas consecuencias para la historia y el desarrollo de España y su lengua ya que la gente de este área empezó a organizar la famosa reconquista.
A continuación quiero dedicarme al idioma, a la cultura y a la religión con más detalle.
Indíce:
1.) Introducción
2.) La leyenda
3.) La historia
4.) La influencia árabe
4.1.) Las ciencias y la filosofia
5.) Las religiones
5.1.) La extensión del Islam
5.2.) El Corán
6.) La lengua
7.) La vida cotidiana de los árabes
8.) Arte y arquitectura
9.) Bibliografia
1.) Introducción
En este trabajo escrito quiero dedicarme a los moros, una nación nacida de los árabes y beréberes, que influyeron a España durante su dominación de ocho siglos desde 711-1492.
La zona de ocupación musulmana en España fue conocida como “Al-Andalus”[1] de la cual nació el nombre Andalucía que es usado hoy.
La cultura musulmana fue avanzada en ciencia, matemáticas, literatura, arte y arquitectura que, lo que se muestra, especialmente, en las tres ciudades principales de Andalucía: Granada, Córdoba y Sevilla.
Las invasiones árabes influyeron en casi toda la península, en la religión y al aspecto físico, en especial en los que viven en el sur, lo que se muestra en la piel morena y el pelo negro. Sin embargo, había una parte pequeña en el norte que nunca fue conquistada por los árabes.
Este evento minúsculo tuvo muchas consecuencias para la historia y el desarrollo de España y su lengua ya que la gente de este área empezó a organizar la famosa reconquista.
A continuación quiero dedicarme al idioma, a la cultura y a la religión con más detalle.
2.) La leyenda:
La leyenda dice que Rodrigo[2], cuando subió al trono, se negó a colocar un cierre en la puerta de “la casa de la sabiduría” como exige la tradición de sus antepasados. En lugar de eso ordenó abrir la puerta y entró en la casa. Dentro había una cajita de joyas con ilustraciones de jinetes de pelo rizado armados con lanzas y espadas. Un papel dentro de la caijta decía que los hombres del imagen iban a invadir Andalucía para extinguir el reino en cuanto la casa estuviera abierta. Rodrigo lamentó su hecho pero ya era demasiado tarde ya que los árabes se aproximaban y empezaban a conquistar el país.
3.) La historia:
Como arriba se ha mencionado el poder islámico se extendía desde la India hasta España y aun hasta Italia y Francia en el siglo octavo.
La conquista de España tomó su rumbo en 710 cuando un grupo de beréberes llegó a la lengua de tierra cerca de Gibraltar para explorar el país. Acamparon en la ciudad que hoy se llama Tarifa desde donde realizaron correrías.
El emir estaba impresionado por sus botines y decidió arriesgar un ataque él mismo para aumentar su fama.
La expedición militar a España empezó en 711 bajo del líder Târiq[3]. Vino desde Ceuta con un ejército de 7000 hombres y llegó a un monte cuyo nombre - Djebel al-Tariq que significa “monte del Tariq” – hoy todavía tiene un parecido con el nombre “Gibraltar”.
Con refuerzos de 5000 hombres, rápidamente, destruyeron el imperio de los visigodos y ocuparon ciudades importantes, las capitales, Toledo y Córdoba el 19 de julio de 711.
Ya que había conflictos entre los visigodos, los musulmanes recibieron la ayuda de los súbditos descontentos y de los judíos que eran perseguidos por los visigodos.
Además, los árabes tenían la mejor táctica militar usando livianas armas y liviano equipo.
Las persecuciones de los judíos empezaron en 681 cuando el arzobispo llamó a la cristanización. Ya que los judíos sabían comerciar muy bien internacionalmente, la ley de economía fue promulgada en 693 que debía arruinar a los judíos. Todas las sinagogas fueron destruidas, los puertos fueron cerrados para los judíos, no estaba permitido negociar más, tenían que dar sus propiedades al rey, fueron esclavizados y sus niños fueron dados a familias cristianas.
Así la invasión de los árabes fue la liberación para los judíos que fueron encargados con la vigilancia para que la defendieran contra los cristianos que se retiraron al norte donde formaron centros de resistencia.
Pero también bajo el gobierno islámico había conflictos: los árabes trataban a los beréberes despectivamente lo cual se demostró en una participación pequeña del botín y tierras peores para los bereberes. Pues la islamización avanzaba y el árabe valía como lenguaje culto y también la cultura valía más que la de los beréberes y de las naciones románicas.
Siguieron levantamientos de los beréberes y una división del imperio árabe. En 756 Abd al Rahmans I[4] tomó el gobierno, fundó una dinastía que fue independiente de la política del gobierno abasí[5] en Bagdad. Después de su muerte, su hijo asumió el gobierno durante el periodo de 788 hasta 796. Los cristianos aprovecharon la ocasión cuando había luchas dentro del Al-Andalus y conquistaron Gerona. Por fin se formó la primera frontera permanente entre Al-Andalus y el norte.
En 912-961, bajo Abd al Rahmans III[6], el imperio islámico logró la cima del poder y de la prosperidad. Extendió su influencia sobre la mayor parte de la Península y decidió fundar un califato. Favoreció la integración étnico-cultural entre los árabes, beréberes y judíos. Subdividió el país en tres distritos: en el centro Córdoba, Granada, Málaga, Almería, Jaén und Toledo; en el oeste Sevilla, Jerez, Gibraltar, Tarifa, Badajoz, Mérida, Lisboa, Silves y en el este Zaragoza, Valencia, Murcia, Cartagena, Albacete.
En 926 cambió el título “emir” por el de califa[7] para indicar que liberó España de Bagdad y que Córdoba se había convertido en una gran potencia. No hubo reacción de los abasíes ya que no poseían más poder.
Pero había sucesores que no estaban interesados en seguir la política de este califa, más bien se les había subido el poder a la cabeza así que en 1031 el califato fue destruido y empezó el periodo de los “Reyes de Taifas”, los cuales estaban ocupados en combatirse mutuamente. La población sufrió altos impuestos, bajo el mando de estos emiratos por lo que la población empezó a rebelarse.
Al-Andalus fue caracterizado por división y levantamientos. Todas las importantes familias árabes, berberiscas y cristianas querían reinar sobre el país o al menos sobre su ciudad. Así el enemigo cristiano adquirió fortaleza y en 1085 Alfonso VI[8] consiguió la primera gran victoria con la conquista de la importante ciudad Toledo con la cual se mostró el comienzo de la caída del Al-Andalus. Como consecuencia también la unidad étnico-religiosa se hundió lo que se demostró por las luchas entre los mercenarios, que pertenecían a la misma religión, para mantener su poder.
[...]
[1] Al-Andalus es árabe y significa país de los vándalos
[2] Rodrigo = rey de los visigodos; murió en 711 en Jerez de la Frontera en el río Barbate durante la lucha con los moros
[3] Târiq Ibn Ziyâd = beréber que vino de norte de África y ordenó a dos ejércitos invadir vía Gibraltar a España.
[4] Príncipe omeya que se fugó de una masacre por los abasíes desde Damasco. Fue a Mahgreb de donde era su madre berberisca. Fue el responsable de la construcción de la Mezquita en Córdoba.
[5] Abasí = Abu al-Abbas fue el fundador de la dinastía abasí y derivó su derecho de gobernar de su nombre Abba; como se llamaba el tío de Mahoma.
[6] octavo gobernante omeya y nieto del emir “Abdallah”. Necesitó 15 años para lograr el control sobre Al-Andalus. El período de 50 años de su reinado se atribuye a su fuerte personalidad.
[7] El título califa señala una posición destacada en la comunidad. En contrario al emperador no poseía corona y cetro ya que según el Corán no estaba en posición más alta, sino que era parte de la comunidad.
[8] Alfonso VI (1040-1109) se llamaba “el valiente”. Heredó León de su padre, el rey Fernando I. Desde su victoria sobre Toledo dispuso que se le llamara emperador.
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- Anja Rusche (Author), 2004, Los Moros , Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/72384
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