Publicando las Novelas ejemplares en 1613, Miguel de Cervantes Saavedra presentó doce novelas nuevas al mundo diciendo en su prólogo al lector que él es “el primero que ha novelado en lengua castellana” sus propias novelas, “no imitadas ni hurtadas”. Sus novelas tratan de varios temas de la sociedad de España del Siglo de Oro, las toman en enfoque y las critican. Uno de esos temas es la situación y visión de la mujer en la sociedad que sin duda merece gran atención ya que es también un tema abordado en el mundo actual.
En las Novelas ejemplares se presentan varias mujeres de diferentes clases sociales y de diferentes cualidades. En ellas encontramos tanto mujeres prostitutas de bajo nivel social, gitanas, esclavas, como dueñas, señoras nobles y honradas, que nos ofrecen un campo de investigación. Hoy en día tenemos acceso a muchos trabajos y obras que analizan y critican la situación de las mujeres en las obras de Cervantes. El tema también despertó mi interés por lo que voy a escribir este trabajo escrito.
Ahora bien, en cuanto a la situación de las mujeres en las obras de Cervantes, este trabajo escrito enfocará la situación de las mujeres en la Novela del celoso extremeño y analizará sus caracteres. Al tratar este tema lo veo necesario observar y caracterizar los diferentes personajes femeninos - Leonora, la dueña Marialonso y la esclava Guiomar. Entonces cabe dividir el trabajo en diferentes partes: Primero voy a dar un apunte sobre el contenido de la novela y después voy a analizar la situación de Leonora, Marialonso y Guiomar.
Contenido
1. Introducción
2. La situación de las mujeres en la Novela del celoso extremeño
2.1 Un apunte sobre el contenido de la novela
2.2 Leonora- una víctima de la sociedad
2.3 Marialonso – la oveja negra de la novela
2.4 Guiomar – la única persona fiel, pero sin poder
3. Conclusiones
4. Bibliografía
1. Introducción
Publicando las Novelas ejemplares en 1613, Miguel de Cervantes Saavedra presentó doce novelas nuevas al mundo diciendo en su prólogo al lector que él es “el primero que ha novelado en lengua castellana”[1] sus propias novelas, “no imitadas ni hurtadas”[2]. Sus novelas tratan de varios temas de la sociedad de España del Siglo de Oro, las toman en enfoque y las critican. Uno de esos temas es la situación y visión de la mujer en la sociedad que sin duda merece gran atención ya que es también un tema abordado en el mundo actual.
En las Novelas ejemplares se presentan varias mujeres de diferentes clases sociales y de diferentes cualidades. En ellas encontramos tanto mujeres prostitutas de bajo nivel social, gitanas, esclavas, como dueñas, señoras nobles y honradas, que nos ofrecen un campo de investigación. Hoy en día tenemos acceso a muchos trabajos y obras que analizan y critican la situación de las mujeres en las obras de Cervantes. El tema también despertó mi interés por lo que voy a escribir este trabajo escrito.
Ahora bien, en cuanto a la situación de las mujeres en las obras de Cervantes, este trabajo escrito enfocará la situación de las mujeres en la Novela del celoso extremeño y analizará sus caracteres. Al tratar este tema lo veo necesario observar y caracterizar los diferentes personajes femeninos –Leonora, la dueña Marialonso y la esclava Guiomar–.[3] Entonces cabe dividir el trabajo en diferentes partes: Primero voy a dar un apunte sobre el contenido de la novela y después voy a analizar la situación de Leonora, Marialonso y Guiomar.
2. La situación de las mujeres en la Novela del celoso extremeño
2.1. Un apunte sobre el contenido de la novela
En la Novela del celoso extremeño el narrador cuenta la historia del protagonista, el viejo Felipo de Carrizales, protagonista de la novela, que después de volverse rico en las Indias regresa a Sevilla y se casa con una niña, Leonora, de “trece o catorce”[4] años. A causa de sus celos, que dominan su carácter y acciones en la novela, encierra a Leonora en una “casa-cárcel”[5] con el objetivo de educarla a su manera y protegerla de las diabólicas miradas del mundo exterior. Ya en las primeras páginas de la historia se muestra la fuerza de sus celos que determinan su mundo y sus acciones y que estas también tienen efecto en la vida de Leonora. Su casamiento con ella ya presenta al lector que las mujeres no tenían derecho de decidir en el asunto del matrimonio y que la diferencia de edad no se consideraba importante en ese tiempo.
Carrizales también compra seis criadas, entre ellas la dueña Marialonso y la negra Guiomar, encargándoles de guardar a Leonora y de “que por ninguna vía ni en ningún modo dejasen entrar a nadie de la segunda puerta adentro […]”[6] a la casa. Con el negro viejo Luis, que custodia la primera puerta, y con la llave maestra, que solo él tenía en su posesión, creía Carrizales que tenía la situación bajo su control. Sin embargo la aparición del virote Loaysa como un antagonista en la historia cambia la situación. Con el objetivo de entrar a la casa y romper la “fortaleza tan guardada”[7] primero consigue ganar la confianza de Luis y lleva a las criadas y la dueña Marialonso a su lado. El mundo de Carrizales se hunde cuando encuentra a Leonora y Loaysa durmiendo juntos. El narrador termina la obra con la muerte de Carrizales después de su deshonra y con la entrada de Leonora a un monasterio como una monja.
¿Cómo llega la historia a un fin así? ¿Qué funciones tienen Marialonso y Guiomar en la historia? ¿Cómo se transforma la persona de Leonora durante la historia? En las siguientes partes vamos a tratar de responder esas preguntas y ocuparnos con la pregunta central: ¿Qué situación tienen las mujeres en la novela?
2.2. Leonora- una víctima de la sociedad
El lector llega a conocer a Leonora en las primeras páginas de la novela como una niña hermosa de trece o catorce años. De todas las heroínas en las Novelas ejemplares ella es la más joven, viene de una familia pobre pero noble y se casa con Carrizales sin resistir a sus padres que muestra su lealtad a ellos. Aunque sus padres sabían qué tipo de hombre era Carrizales, vendieron a su hija por veinte mil ducados como un objeto. En efecto matrimonios arreglados no eran cosas raras en el Siglo de Oro; tampoco la gran diferencia de edad entre el esposo y la esposa.[8] Es obvio que Leonora no tenía otra opción que casarse con Carrizales ya que la sociedad y la religión católica pusieron así las reglas del matrimonio en ese tiempo. Y así “la nueva esposa, encogiendo los hombros, bajó la cabeza y dijo que ella no tenía otra voluntad que la de su esposo y señor, a quien estaba siempre obediente.”[9] “Once married, the husband became the new guardian to whom the wife had to render total obedience.”[10]
En la continuación de la novela Leonora queda pasiva hasta la aparición de Loaysa que quiere “empuñar, por fuerza o por industria, fortaleza tan guardada.”[11] Leonora se convierte en un objeto de deseo entre los dos hombres, Carrizales y Loaysa: El primero quiere defender a Leonora con sus grandes celos y el otro quiere “ganar el tesoro más preciado de Carrizales.”[12] Así, entre los celos de Carrizales y la codicia[13] de Loaysa queda Leonora con su servidumbre. Asimismo cabría decir aquí, si consideramos que Loaysa es un representante de la gente del barrio[14] de Sevilla, que Leonora es otra vez una víctima de la sociedad.
En cuanto a la entrada de Loaysa a la casa, Leonora también tiene un rol importante.
Después de ser la joven convencida por las doncellas y, especialmente por la dueña, Leonora acude a ver al mozo cantar, “que, sin haberle visto, le alababa y le subía sobre Absalón y sobre Orfeo” (117). Planean todos juntos buscar la llave maestra que abra todas las puertas de la casa, ofreciéndose activamente Leonora a hacerlo bajo la condición de que Loaysa jurara “cantar y tañer cuando se lo mandaren”(119), haciendo todo lo que ellas le pidieran. Así, Leonora le unta al viejo los polvos para mantenerlo dormido y coge la llave de debajo del colchón en el que su esposo dormía, consiguiendo meter finalmente a Loaysa dentro de la casa.[15]
De ese manera la pasiva Leonora “se convierte en sujeto activo al permitirle la entrada”[16] de Loaysa a la casa. Se hace convencer por su servidumbre, especialmente por Marialonso, y por Loaysa muy fácil a causa de su falta de experiencia que es bastante normal por una niña de quince años. Este suceso se puede definir como el éxito de Loaysa en su objetivo de entrar a la casa.
Sin embargo, cuando Loaysa, con la ayuda de la dueña Marialonso, logra quedarse juntos con Leonora, ella no se deja engañar de él:
[…] [E]l valor de Leonora fue tal, que en el tiempo que más le convenía, le mostró contra las fuerzas villanas de su astuto engañador, pues no fueron bastantes a vencerla, y él se cansó en balde, y ella quedó vencedora, y entrambos dormidos. Y, en esto, ordenó el cielo que, a pesar del ungüento, Carrizales despertase […].[17]
En esta parte Leonora demuestra su valor, y su lealtad a su esposo Carrizales. A pesar de sus faltas en dejar entrar a Loaysa a la casa, no se puede decir que ella es culpable de todo lo que sucede ya que sus acciones buenas justifican sus faltas.
Lo que pasa después de Carrizales ve a Leonora “en los brazos de Loaysa, durmiendo tan a sueño suelto como si en ellos obrara la virtud del ungüento y no en el celoso anciano”[18], recibimos desde la perspectiva de Carrizales que, perdido en el pensamiento de venganza, quiere castigar a su esposa y al virote dándoles muerte. Este fue el castigo del adulterio de la mujer en ese tiempo[19], sin embargo no se puede decir que Leonora merezca este castigo ya que ella no cometió adulterio. No sabemos que hizo a Carrizales cambiar su opinión del castigo que impondría después de caer a su cama sin poder matar a Leonora y Loaysa. De todas maneras al fin de la novela es obvio que se vio responsable por todo el suceso y aceptó la realidad de que él era la persona culpable, diciendo: “[…] [Y]o mismo [he] [haya] sido el fabricador del veneno que me va quitando la vida.”[20]
[...]
[1] Miguel de Cervantes: Novelas Ejemplares. Edición, prólogo y notas de Jorge García López, con un estudio preliminar de J. Blasco. Barcelona 2001, p. 19.
[2] Novelas Ejemplares (2001), p. 19.
[3] Aparecen también otras mujeres como la madre de Leonora y la servidumbre pero ellas son más bien personas pasivas por lo tanto no es necesario caracterizarlas.
[4] Miguel de Cervantes: Novelas Ejemplares II. Ed. Harry Sieber, Madrid 2009, p. 102.
[5] Novelas Ejemplares (2009), p. 17.
[6] Novelas Ejemplares (2009), p. 104.
[7] Novelas Ejemplares (2009), p. 107.
[8] cf. C. R. Rabell: Rewriting the Italian novella in counter-reformation Spain. Woodbridge 2003, pp. 112-113.
[9] Novelas Ejemplares (2009), p. 105.
[10] Rabell (2003), p.113. (Traducción: Una vez casados, el esposo se convirtió en el nuevo guardián de la mujer, a quien la esposa tuvo que rendir total obediencia.)
[11] Novelas Ejemplares (2009), p. 107.
[12] Novelas Ejemplares (2009), p. 18.
[13] cf. Novelas Ejemplares (2001), p. 326.
[14] Novelas Ejemplares (2009), p. 106.
[15] A. J. Sosa-Velasco: “La autonomía como horizonte personal: La transformación de Leonora en El celoso extremeño” en: Espéculo. Revista de estudios literarios. Madrid 2004, p. 6.
[16] Sosa-Velasco (2004), p.6.
[17] Novelas Ejemplares (2009), p. 130.
[18] Novelas Ejemplares (2009), p. 130.
[19] cf. Rabell (2003), p. 116.
[20] Novelas Ejemplares (2009), p. 133.
- Quote paper
- Anonymous,, 2012, La Situación de las Mujeres en la Novela del Celoso Extremeño, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/441906
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