La presente tesis tuvo la finalidad reflexionar en el cómo se está realizando la praxis de la orientación en la Educación Superior venezolana. Con el propósito de lograr un conocimiento actualizado sobre la situación de la orientación vocacional en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) caso: Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro” (IPREM), el diseño se enmarco dentro del paradigma de investigación cualitativa, la investigación de campo, fenomenológica y etnográfica y se vinculó con la indagación documental descriptiva.
Los informantes se seleccionaron intencionalmente quedando constituida la muestra por 30 estudiantes y los 5 profesionales adscritos al servicio de orientación de la Unidad de desarrollo y Bienestar Estudiantil (UDBE). Se emplearon las técnicas de: la entrevista y la observación participativa, las cuales llevaron a la búsqueda de información sobre el proceso de orientación que se desarrolla en la UPEL. El registro de la indagación se llevó a cabo mediante las notas de campo, planillas de observación, los cuestionarios abiertos no directivos y la conversación guiada. El análisis de los resultados se efectuó a través de la categorización, recategorización, anotaciones especiales y triangulación de la información, con el fin de proponer alternativas que propicien el desarrollo de la orientación como proceso indispensable en el ciclo de vida de las personas.
Se comprobó que en el IPREM no se realizan programas de orientación que propicien el desarrollo del estudiante; esto se evidenció en las entrevistas realizadas a los informantes, quienes exteriorizaron su necesidad de ser orientados en todos los aspectos relacionados con el desarrollo personal y de carrera, por lo tanto se creó un modelo alternativo integral de orientación vocacional que tomó en cuenta todos los factores que inciden el de desarrollo integral del estudiante UPELISTA. El modelo se refiere al énfasis de la orientación vocacional como ciclo vital relacionada con: La toma de decisiones, el autoconcepto, estilos de vida, valores, tiempo libre, libertad de elección, flexibilidad y habilidad para enfrentarse al cambio.
ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA
AGRADECIMIENTO
INDICE GENERAL
LISTA DE CUADROS
LISTA DE MATRICEZ
LISTA DE FIGURAS
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I CONTEXTO EMPÍRICO
Planteamiento del Problema
Objetivos de La Investigación
Justificación de la Investigación
Alcances y limitaciones
Relevancia y significación del estudio
Alcances y limitaciones
Delimitación
Área General
Área Intermedia
Área Específica
Temporal
Espacial
CAPÍTULO II CONTEXTO TEÓRICO
Evolución Histórica de la Orientación
Desarrollo de la orientación en Venezuela
Educación Preescolar Básica Media y Diversificada
La Orientación en la Universidad
Funciones de la Orientación en la universidad
Concepción de la Orientación
Áreas de intervención la Orientación
Orientación Educativa
Orientación Vocacional Profesional
Orientación Personal-social
Enfoques Teóricos Orientación Vocacional
Rasgos y Factores
Conductismo: Asesoramiento Conductual
Humanismo
Existencialismo
Enfoques Cognitivos
Posición Ecléctica
Constructivismo
Antecedentes de la Orientación Vocacional
Necesidad de la Orientación Vocacional e la Educación Superior
Contexto de la Investigación
Historia de la UPEL
Historia del IPREM
La Labor presente del IPREM
Objetivos del IPREM
Misión
Visión
Funciones
Contexto de la Orientación en la UPEl
Estructura organizativa de la DDBE – UPEl
CAPÍTULO III CONTEXTO METODOLÓGICO
Paradigma de la Investigación
Informantes
Técnicas de recolección de los Datos
Momentos de la Investigación
CAPÍTULO IV
CONFRONTACIÓN DE LOS HALLAZGOS
Función de la Orientación en la Educación Superior
Triangulación de la Información
Entrevista Estudiantes
Entrevista profesores de la UDBE
Pertinencia del Modelo
CAPÍTILO V MODELO ALTERNATIVO INTEGRAL DE ORIENTACIÓN VOCACIONAL
Presentación del Modelo
Fundamentación del Modelo
Objetivos del Modelo
Líneas Maestras del Modelo
Representación Gráfica del Modelo
Objetivos y Actividades dirigidas a los Alumnos
Objetivos y Actividades dirigidas al Profesorado
Objetivos y Actividades dirigidas a la comunidad
La Evaluación
Descripción del Modelo
Fase Explicativa del Modelo
Consideraciones Finales
CAPÍTULO VI CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones
Recomendaciones
MATERIALES DE REFERENCIA ANEXOS
A. Guía entrevista profesores
B. Guía de Entrevista Estudiantes..
DEDICATORIA
A Dios, energía positiva que siempre me acompaña y me da la fuerza para superar todos los obstáculos, el ser que amo sobre todas las cosas
A mis padres que me dieron la vida y el ejemplo para convertirme en lo que ahora soy.
A mis adorados hijos: Ramsés, Adrián Antonio y Dominic regalos que Dios me envió y llenan mi vida de amor
AGRADECIMIENTO
A mi tutor Julio, por creer en mí y en mi trabajo.
A Pedrito, (mi sobrino) por tu ayuda incondicional si ti, no hubiese terminado mi meta.
A Clarita, Mary Francis, Patricia y Marielena por su apoyo en el desarrollo de de está investigación.
A Raisa quien día a día me motivó en el inicio y culminación de esta meta.
A Israel por su generosidad.
A Tulia quien con afecto revisó el estilo .
A Carmen por su amor y dedicación al trabajo. Espejo para mi desarrollo profesional y personal.
A mis alumnos fuente de información y crecimiento profesional.
A mis compañeros del servicio de orientación de la UDBE del IPREM por sus valiosos aportes.
Dios les de la mayor de sus bendiciones.
A todos Gracias
LISTA DE CUADROS
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LISTA DE MATRICEZ
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LISTA DE FIGURAS
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REPUBLIC BOLIVARIANA OF VENEZUELA
BICENTENNIAL UNIVERSITY OF ARAGUA
ACADEMIC VICERRECTORADO
DEANSHIP OF INVESTIGATION, EXTENSION And POSTGRADO
MARACAY- VENEZUELA
INTEGRAL ALTERNATIVE MODEL OF DIRECTION VOCACIONAL FOR THE VENEZUELAN UNIVERSITY. CASE:
PEDAGOGICAL UNIVERSITY EXPERIMENTAL LIBERATOR
Author: Ana Maria Rojas Melo
Year: 2004
SUMMARY
The present thesis had the purpose of reflecting in how praxis of the direction is being made in the Venezuelan Superior Education. In order to obtain a knowledge updated on the situation of the vocational direction in the Pedagogical University Experimental Liberator (UPEL) case: Rural Pedagogical Institute " Mácaro "(IPREM), the design I frame myself within the investigation paradigm qualitative, the investigation of field, ethnographic phenomenological and one tied with the documentary investigation descriptive. The informants they selected intentionally being constituted the sample by 30 students and the 5 professionals assigned to the service of direction of the Unit of development and Well-being Student (UDBE). The techniques were used of: interview and participative observation, which took to the search of information on the direction process that is developed in the UPEL. The register of the investigation was carried out by means of field notes, lists of observation, the open questionnaires no directors and the conversation guided. The analysis of the results it carried out through the categorization, recategorization, annotations special and triangulation of the information, with the purpose of proposing alternatives that cause the development of the direction like process indispensable in the service life of the people. It was verified that in the IPREM programs are not made of direction that causes the development of the student; this was demonstrated in the interviews made to the informants, who expressed his necessity to be oriented in all the aspects related to personal development and of race, therefore was created an alternative model integral of vocational direction that took into account all the factors that they affect the one of integral development of student UPELISTA. The model talks about to the emphasis of the vocational direction like vital cycle related to: decision making, self stem, styles of life, values, free time, freedom of election, flexibility and skill to face the change.
Key words: direction, vocation, race, vital cycle, integral development, decision making, autonomy, humanism, constructivism and intervention.
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN, EXTENSIÓN Y POSTGRADO
MARACAY- VENEZUELA
MODELO ALTERNATIVO INTEGRAL DE ORIENTACIÓN VOCACIONAL PARA LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA. CASO:
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
Autora: Ana María Rojas Melo
Año: 2004
RESUMEN
La presente tesis tuvo la finalidad reflexionar en el cómo se está realizando la praxis de la orientación en la Educación Superior venezolana. Con el propósito de lograr un conocimiento actualizado sobre la situación de la orientación vocacional en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) caso: Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro” (IPREM), el diseño se enmarco dentro del paradigma de investigación cualitativa, la investigación de campo, fenomenológica y etnográfica y se vinculó con la indagación documental descriptiva. Los informantes se seleccionaron intencionalmente quedando constituida la muestra por 30 estudiantes y los 5 profesionales adscritos al servicio de orientación de la Unidad de desarrollo y Bienestar Estudiantil (UDBE). Se emplearon las técnicas de: la entrevista y la observación participativa, las cuales llevaron a la búsqueda de información sobre el proceso de orientación que se desarrolla en la UPEL. El registro de la indagación se llevó a cabo mediante las notas de campo, planillas de observación, los cuestionarios abiertos no directivos y la conversación guiada. El análisis de los resultados se efectuó a través de la categorización, recategorización, anotaciones especiales y triangulación de la información, con el fin de proponer alternativas que propicien el desarrollo de la orientación como proceso indispensable en el ciclo de vida de las personas. Se comprobó que en el IPREM no se realizan programas de orientación que propicien el desarrollo del estudiante; esto se evidenció en las entrevistas realizadas a los informantes, quienes exteriorizaron su necesidad de ser orientados en todos los aspectos relacionados con el desarrollo personal y de carrera, por lo tanto se creó un modelo alternativo integral de orientación vocacional que tomó en cuenta todos los factores que inciden el de desarrollo integral del estudiante UPELISTA. El modelo se refiere al énfasis de la orientación vocacional como ciclo vital relacionada con: La toma de decisiones, el autoconcepto, estilos de vida, valores, tiempo libre, libertad de elección, flexibilidad y habilidad para enfrentarse al cambio.
Palabras claves: orientación, vocación, carrera, ciclo vital, desarrollo integral, toma de decisiones, autonomía, humanismo, constructivismo e intervención.
INTRODUCCIÓN
La función general de la orientación proviene de aspectos importantes que se derivan de su desarrollo histórico, a saber: facilitar la toma de decisiones, elecciones de vida y promover la salud mental del ser humano. Su utilización como disciplina auxiliar de la educación y la psicología le dan un papel predominante, en su labor social.
La orientación puede ser considerada, entonces, como segmento del proceso educativo integral que comienza en los primeros años de vida y acompaña al hombre hasta su vejez. Dentro de su labor desarrolla atención en las siguientes áreas: personal-personal-social, académica, vocacional, laboral y recreativa-comunitaria.
Uno de sus propósitos es ofrecer a los educandos información concerniente a las características de las carreras, las diferentes ocupaciones, datos inherentes a sus experiencias escolares y de trabajo; a su vez, ayudarlos a comprender sus propias actitudes, aptitudes y limitaciones con el fin de acompañarlos para que tomen la responsabilidad de su propia vida.
De aquí, se articula la conveniencia de la praxis orientadora en la universidad, su fin en este nivel es ayudar a los estudiantes a conocer sus potencialidades y a desarrollarse en forma gradual y armónica, de modo que le permita construir una vida satisfactoria para él y la sociedad en que vive.
Al terminar el bachillerato el estudiante toma decisiones que implican un mayor compromiso; entre ellas, la elección de carrera es una de las más importantes tomadas hasta el momento. No obstante, esta decisión se realiza en mucha ocasiones de manera inadecuada porque no responden a los intereses internos del sujeto, sino a situaciones externas que lo obligan a elecciones equivocadas en cuanto a la selección de su futura profesión.
La universidad venezolana enfrenta diferentes problemáticas en lo que concierne a la prosecución académica relacionadas con la altas cifras de deserción escolar, repitencia, ausentismo y desescolarización del estudiantado. Ello parece evidenciar que la orientación vocacional en los niveles anteriores no ha logrado su objetivo, lo cual impide el progreso social de Venezuela en cuanto a la formación de recursos humanos autónomos capaces de enfrentar el desarrollo holista de la nación.
Los objetivos planteados en el estudio condujeron al diseño de una investigación cualitativa, de campo, fenomenológico y etnográfico y se vinculó con la indagación documental descriptiva. Los informantes se seleccionaron intencionalmente quedando constituida la muestra por 30 estudiantes y los 5 profesionales adscritos al servicio de orientación de la Unidad de desarrollo y Bienestar Estudiantil (UDBE) y 18 profesores ordinarios. Como técnicas e instrumentos para la recolección de datos se utilizó la entrevista en profundidad, las notas de campo, planillas de observación, los cuestionarios abiertos no directivos y la conversación guiada realizadas por la autora en los diferentes contextos del IPREM.
Permitiendo así reflexionar acerca del papel de la Orientación Vocacional en la UPEL – IPREM plantea el análisis de las necesidades de los estudiantes referidas a toma de decisiones, a desarrollo de carrera, a la viabilidad de dicha escogencia y a la transición de la vida estudiantil al mundo laboral.
En el caso venezolano, la asistencia del estudiante en estas necesidades ha venido perdiendo solidez en el ámbito de la educación superior, quedando alejado de la realidad.
Desde esta perspectiva, se planteó indagar cómo se está produciendo la orientación vocacional en la universidad, con la intención de proponer un modelo alternativo integral de orientación vocacional para la universidad venezolana caso: Universidad Pedagógica Experimental Libertador que fortalezca la formación de sus futuros profesionales.
En este orden de ideas, el estudio está estructurado en seis capítulos a saber
Capítulo I: contexto empírico, donde se presenta el problema de la práctica de la orientación en la universidad venezolana, los objetivos de la investigación y la justificación donde se muestra la importancia de analizar la praxis de la orientación vocacional en la universidad venezolana con el propósito de establecer un enfoque de orientación contextualizado a la realidad sociocultural del país, alcances y limitaciones; así como la Delimitación del estudio.
Capítulo II: Contexto Teórico que sirve de marco al trabajo y recoge la problemática de la praxis de la orientación en Venezuela y particularmente en la UPEL.
Capítulo III: se expone la aproximación metodológica utilizada
Capítulo IV: Triangulación de los hallazgos así como la percepción que tienen los alumnos de la UPEL-IPREM sobre la orientación y las particulares que la han caracterizado.
Capítulo VI: Presentación del modelo alternativo integral de orientación vocacional.
Capítulo VI. Conclusiones y recomendaciones. Finalmente se presentan las referencias bibliográficas.
CAPÍTULO I
CONTEXTO EMPÍRICO
Planteamiento del Problema
La labor de orientar es un hecho natural que ha estado siempre presente en todos los espacios del quehacer humano y ha sido necesaria a lo largo de la historia para guiar a las personas o ayudarlas a desarrollarse e integrarse social y personalmente. El concepto de orientación como disciplina ha ido transformándose a la par de las revoluciones científicas y tecnológicas de la época, se ha vuelto cada vez más complejo, tanto que comparte su espacio con la calidad y la competitividad en la postmodernidad. Pasó de tener un carácter subordinado y de apoyo a ser insertada plenamente como proceso importante en todos los espacios de la educación ya que aborda no sólo las facetas de desarrollo académico o profesional sino también el personal y el sociofamiliar. Sus distintos enfoques teóricos y prácticos vienen a ser el resultado de la influencia de una serie de hechos y aportaciones que se han producido a lo largo del siglo XX.
En el área educativa tiene como compromiso prioritario guiar la elección ocupacional del estudiante; actividad pedagógica que consiste en desarrollar capacidades, habilidades e intereses para el ejercicio de una tarea individual.
La orientación como proceso, especialmente en lo susceptible a ser evaluado, demuestra su importancia en lo que más interesa a la educación, inserción del joven en la sociedad a través de la actividad profesional, lo cual significa salir de la dependencia económica familiar a la autonomía productiva. Sin embargo, la consecución plena de esta meta educacional tiene serios problemas que se derivan de la relación dialéctica individuo sociedad, esta interrelación comienza con el ingreso de la población estudiantil al nivel de estudios superiores o al mercado de trabajo que se hace cada día más arduo, los cupos ofertados por las instituciones de educación superior cada vez son más escasos y el acceso a un trabajo requiere de una formación. De allí que el logro de una plaza en la universidad o de un trabajo significa una gran oportunidad que debe ser asumida por el aspirante de manera muy responsable, consciente y comprometida.
En tal sentido, deberá considerarse a la orientación vocacional como lo señala el origen de la palabra “vocación”, proviene de vox que significa acción y efecto de “llamar” y del sustantivo vocatio que significa “llamado”. Este significado da la sensación de que la vocación es algo innato; pero generalmente no se nace con una vocación (salvo casos excepcionales), sino que ésta se va madurando con el tiempo y a través de las interacciones sociales de la persona con su entorno y su mundo interno.
Por otra parte, la orientación vocacional constituye una tarea social porque consiste en ayudar al prójimo a elegir, aunque la decisión final sea siempre personal. También es una tarea pedagógica porque se trata de orientar al estudiante y de informarle sobre determinadas áreas de estudio.
La función del orientador es la de acompañar al orientado en el proceso de elección y desarrollo de su carrera. Dicho proceso, comienza mucho antes de que un sujeto consulte o tome la decisión de ingresar a la universidad, es un aprendizaje que se va construyendo en diversas etapas de la vida. Entendiendo cada elección como una matriz, que en tanto estructura, opera condicionando nuevas elecciones y que a su vez se va reconstruyendo con cada una de ellas. En el transcurrir de este proceso se requiere ayudar al sujeto a preguntarse sobre la realidad que lo circunda y sobre sí mismo, con el propósito de que el asesorado genere transformaciones propias y en la sociedad. Pero por sobre todo, que éste llegue a asumir la posibilidad de equivocarse y rehacer su proyecto de vida. Desde este espacio, se quiere indagar cómo se aborda la orientación vocacional en la universidad y cómo ésta refuerza el proceso de toma de decisiones de los estudiantes en este nivel.
La capacidad de decisión en este contexto está centrada en lo que se desea ser o alcanzar a nivel profesional; se denomina madurez vocacional, término mucho más amplio que el de elección vocacional, ya que incluye acciones de las personas hacia la toma de decisiones, comprensión de la demanda laboral, actividades de planificación y desarrollo de capacidades vocacionales. Súper citado por Osipow (1990) lo define como: “la congruencia que existe entre el comportamiento vocacional del individuo y la conducta vocacionalmente esperada de él a su edad. Mientras más cerca estén entre sí estos aspectos, mayor será la madurez vocacional”. (P. 147)
En los inicios del siglo XXI, el sistema educativo venezolano confronta obstáculos para resolver las dificultades que tiene de satisfacer las necesidades vocacionales del individuo para el desarrollo de la carrera elegida y su relación con el entorno ocupacional tan cambiante en estos tiempos, asimismo tampoco ha respetado la importancia de la toma de decisión en el logro profesional y la gama de posibilidades y limitaciones relacionadas con el ajuste y compromiso personal.
El momento de elegir carrera es crucial para los estudiantes ya que está vinculado a un proyecto de vida. Al inicio de su carrera, la mayoría de los jóvenes se preguntan si están vocacionalmente maduros para emprender la carrera seleccionada. La respuesta se aprecia sencilla; la persona sabe lo que quiere y lo que puede hacer en la vida y en consecuencia, está capacitada para seguir el proceso de decidirse a emprender un determinado camino, éste no tiene que estar claro en su máxima expresión pero sí al menos esbozado dentro de ciertos márgenes que le permitan vislumbrarse un futuro promisorio.
La elección de una carrera es de naturaleza personal e intransferible, ya que muestra aspectos de la persona en áreas de trabajo y de estudio; se pone en juego el desarrollo de aptitudes, valores, capacidades, de acuerdo a rasgos de la personalidad. Actúan en la orientación vocacional diversos factores de índole externa y de índole subjetiva o interna, relacionados con el individuo. La influencia de índole externa está relacionada con el contexto en que se vive, aunque toda influencia externa requiere rasgos de subjetividad en la percepción de la misma. La influencia de índole interna se fundamenta en el conocimiento de sí mismo. De la conjunción de ambas se determina quién soy y quién quisiera llegar a ser. Mientras más armoniosa es la relación entre ambos aspectos, interno y externo, más satisfecho se va a sentir el sujeto y más ubicado estará en el mundo. En síntesis: la orientación vocacional es un camino a recorrer y por lo tanto es un proceso: el de conocerse a sí mismo y adecuarse a la realidad. Es ir desde quién soy a quién quiero llegar a ser.
Rivera, (1978) explica con preocupación lo siguiente:
La universidad no puede continuar evolucionando como un simple centro de estudios teóricos, ni como una incubadora de profesionales liberales, impera que ella se convierta en un centro de mayor calificación donde se investigue a fondo la problemática venezolana, se adopten soluciones y se formen los especialistas que vayan a ponerlas en práctica. (P. 10)
Después de 28 años todavía en la universidad venezolana se siguen confrontando los mismos problemas, que pueden ser solventados con una adecuada labor orientadora. Por ello, la orientación debe ser en la actualidad, objeto fundamental en cualquier sistema educativo, dada la creciente expansión de la oferta y la demanda curricular, aunada a las características de la sociedad actual, lo que hace necesario tomarla en cuenta como parte importante que coadyuva al estudiante universitario en su desarrollo integral. Entonces, ella debe facilitarse un marco de ayuda y opción para que los usuarios realicen una toma de decisión realista y autónoma, que favorezca la integración de los conceptos educativos y vocacionales, que de alguna manera permitan al alumno valorar y actualizar sus preferencias y lo conduzcan a establecer libre y asertivamente su decisión personal en relación con sus proyectos.
Al referirse a la orientación vocacional es importante definir las variables que influyen en el proceso de la toma de decisión asertiva, según los diferentes enfoques teóricos de la orientación (humanista, conductista, evolutivo, tipología de la orientación vocacional, descriptivo) coinciden en que para desarrollar una carrera que satisfaga las necesidades propias de cada individuo, es importante considerar los siguientes aspectos: (a) intereses: todo aquello que atrae y se disfruta sin que necesariamente se tenga habilidad para ello; (b) habilidades intelectuales, físicas y psicológicas que el individuo posee; (c) personalidad: conjunto de características tanto heredadas como aprendidas que permiten reaccionar de una manera determinada y única; (d) momento histórico, realidad cultural, social, económica y política del lugar donde se vive; (e) combinación del proyecto de vida personal con empleo y tiempo libre; (f) información y conocimiento sobre diferentes carreras técnicas y profesionales, ventajas y desventajas; (h) psicológicas: ideal de yo (lo que se aspira ser y hacer) valores, temores, expectativas, identificaciones con personas significativas y temperamento; (i) historia académica materias que agradan o desagradan y el rendimiento en ellas: (j) influencias sociales, ambiente sociocultural y presiones familiares, historia familiar; (k) status socioeconómico personal; y (l) oportunidades de estudio de acuerdo a una realidad personal.
Los alumnos no pueden abstraerse de la influencia de los factores antes aludidos, pues forman parte de su propia historia. Ahora bien, qué esta haciendo la universidad para ayudar a los estudiantes a desarrollar sus capacidades para el ejercicio de su futura ocupación; será que se acoge una posición simplista y se deja tal responsabilidad a la Educación Media y Diversificada; quién orienta al joven para su desempeño laboral; cuáles son las perspectivas del orientador dentro de la universidad; cómo se debe orientar al estudiante en el desarrollo de su carrera; se puede afirmar que los orientadores son efectivos en el desempeño de su labor.
Las interrogantes formuladas deben ser afrontadas y dar lugar al abordaje de la orientación con un rumbo transformador que permita atender a sus usuarios; desde la intervención para prevenir y enseñar a elegir cómo se elabora y se cambia la identidad vocacional y que ninguna persona define todo con su carrera universitaria; hay que prepararse para estudiar toda la vida. Este proceso es una oportunidad para ayudar a los educandos a encontrarse a sí mismos y convertirlos en verdaderos guías de sus vidas. Es importante reafirmar que la orientación vocacional no es un test, ni una charla, sino que es un proceso. Es el itinerario a ser recorrido por el orientado. Es más que elegir una carrera porque tiene una meta más elevada. Es elaborar proyectos personales de inserción social: “qué me gustaría hacer”, “en dónde me gustaría desempeñarme”. Es un proyecto de vida.
El estudiante universitario debe ser capaz de descubrir y crear sus propias estrategias de aprendizaje, a fin de que se le facilite la adquisición de competencias y la práctica de las mismas, dirigidas al desarrollo del potencial interno con el que cuenta. Este perfil estaría relacionado con la aspiración educativa de la Nación, expresada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) en sus artículos 102 y 103, en los que se establecen los principios de la educación como derecho humano y deber social al servicio de la humanidad, todos tienen el mismo derecho a una educación integral en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones. En esta declaración se puede apreciar la trascendencia de la orientación como estrategia para conseguir las pretensiones, que se instituyen en esta Carta Magna, de formar un ciudadano autónomo, satisfecho con su propia vida, capaz de contribuir con el desarrollo de su comunidad. En este campo, el orientador debe intervenir guiado por el objetivo de promover la autonomía y las competencias personales, la creatividad, la cooperación, el respeto a los demás y la disciplina en los alumnos para que sean capaces de llevar adelante su formación.
No se trata de promover la obediencia ciega o la sumisión al "sistema institucional educativo", ni de inducir comportamientos o conductas que terminen beneficiando al gobierno y no a los alumnos.
En este orden de pensamiento, se puede deducir que la expresión de aspiraciones y valores para el desarrollo del hombre y la de satisfacer una demanda social de educación, no puede ser ejercida a plenitud, si dentro del sistema educativo implantado por el Estado, no se dispone de las condiciones educativas necesarias y adecuadas para alcanzar dichos fines.
La preocupación por la orientación en la Educación Superior, surge por la relación que existe entre la calidad educativa, la vocación, la autoestima, el autoconcepto y la aptitud del estudiante que ingresa y egresa de ella. La calidad adquiere vital importancia en función de los fenómenos de la competitividad y la globalización, procesos que las universidades venezolanas no pueden evadir. De ahí que el tema de la orientación vocacional en la educación superior deba ser debatido y ocupar un lugar prioritario en las discusiones sobre políticas en este nivel.
Todo este preámbulo permite tomar conciencia de la complejidad que encierra el proceso de orientación vocacional, de sus repercusiones futuras, de la dificultad del fenómeno y del poco énfasis que hoy en día se le presta a esta área tan importante para el desarrollo humano; es muy raro que sean analizados todos estos detalles cuando un joven es orientado hacia su posterior ocupación. Clauss, (1972), hace énfasis y da importancia a lo que la profesión hará para el educando y, al respecto, dice: “en la profesión se pone en contacto el joven con nuevas demandas objetivas que influyen en su desarrollo espiritual ulterior” (p. 233). Además, es cierto que una ocupación no deseada produce frustraciones, stress y una gran cantidad de conflictos de personalidad que nada tienen de beneficioso. Y por otro lado, la correcta elección de una ocupación, que verdaderamente esté acorde con los intereses y habilidades del joven, hará de esa persona alguien más dichoso, pleno y permitirá que se desarrolle de una forma más efectiva y más humana, convirtiendo a este individuo en alguien útil para la sociedad y para sí mismo.
La crisis que hoy aqueja a la universidad venezolana no es sólo de expansión sino de baja calidad en cuanto a la formación del estudiantado, bien sea por falta de motivación, problemas socioeconómicos, carencias de actitudes y/o aptitudes, vocación y convicción; se aprecia cómo los alumnos ingresan a la educación superior carentes de herramientas para realizar una elección correcta, lo cual genera en los primeros años universitarios cambios de carrera, deserción, ausentismo y repitencia; síntomas de elecciones erradas o débilmente sustentadas. Lo antes mencionado, se sustenta con lo expuesto por la universidad Central de Venezuela (UCV), (2003) cuando manifiesta con preocupación que: “la universidad venezolana se proclama democrática y popular se mantiene con bajos índices de prosecución y altos índices deserción” (p.3)
En esta argumentación se ve reflejada la problemática que inquieta a las universidades y que por supuesto es decisivo revisar calidad de las mismas. Entendiéndose ésta como la productividad, la pertinencia y efectividad de la educación recibida, lo que permite la inserción de los egresados al mercado de trabajo, provocando un impacto sobre la economía y la sociedad en general.
De ello, se deriva la preocupación y la necesidad de hacer énfasis en la orientación con la finalidad de que el individuo se apropie de un perfil cónsone con las realidades de la Venezuela postmoderna.
La calidad de la educación también se relaciona con la posibilidad que ésta ofrece como ámbito para desarrollar ciudadanos aptos para la vida en democracia, desde este juicio Nilo, citado por Mosquera (1999); define a la calidad como “aquella propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa, que permiten apreciarla como igual, mejor que las restantes como especie y es evaluativa en el marco de su comparabilidad” (p.3), entonces, la calidad educativa es un proceso que tiene normas y criterios diferenciales. Del mismo modo, Mosquera menciona:
La universidad está orientada en todas las direcciones para lograr una educación de alta calidad que la vincule a los diversos campos científicos a través de interdisciplinaridad y la multidisciplinaria dentro de una concepción en la cual la educación sea para toda la vida y permita renovación y actualización profesional usando nuevas concepciones metodológicas. (p. 2)
El autor precitado expresa con bastante claridad la importancia que tiene la formación profesional no sólo desde la óptica del saber hacer en el marco de la ocupación, va más allá, es el saber hacer para la vida. Indudablemente esto se relaciona con la formación integral del estudiante universitario.
En el documento de Políticas de la UNESCO, citado por Tünnermann, (1999), se señala que “la calidad es un concepto multidimensional, que depende de un sistema determinado de la misión institucional...” Asimismo, Jomtien (1990), en la proclamación sobre Educación para Todos, explica que “la calidad de la educación se hace realidad en los aprendizajes cualitativamente relevantes. La calidad no está en lo que se enseña sino en lo que se aprende, por lo que en la práctica dicha calidad está cada vez más centrada en el propio sujeto educativo”. (P.101)
Se puede deducir que si la calidad no esta en lo que se enseña sino en lo que se aprende. Esto implica prestarle atención a situaciones que pertenezcan a la disposición de las cualidades de los estudiantes. De manera que se integren en la dimensión académica, lo intelectual, lo afectivo, lo emocional, lo existencial, lo grupal y lo comunitario, para desarrollar un ser humano más útil y satisfecho con lo que es capaz de ejecutar, hacer y ejercitar.
La acción orientadora debe asociarse como uno de los factores que favorecen la calidad de la educación, elemento que permite la posibilidad de dar adecuadas respuestas a la diversidad y a las necesidades de cada alumno o alumna y en especial a las distintas opciones educativas y a la transición del sistema educativo al mundo laboral, como a la superación de hábitos sociales discriminatorios que condicionen el acceso a los diferentes estudios y profesiones.
Por consiguiente, se debe reflexionar sobre la realidad profesional y ocupacional que vive Venezuela, donde existen graves problemas laborales, entre ellos la desocupación, la fragmentación y heterogeneidad de lo laboral, en un contexto de cambio permanente. Toda esta situación genera miedo y preocupación. Sin embargo, ninguna persona define todo con su carrera universitaria, hay que prepararse para estudiar toda la vida. Porque la sociedad contemporánea se mueve en una red social de transformaciones culturales profundas, de cambios en el estilo de la sociedad, donde se está perdiendo el pensamiento abstracto, porque se mueve por imágenes. Como consecuencia de estos cambios y la falta de costumbre de la persona para elegir desde su marco de referencia interno, la elección se hace más ardua. Entonces, lo primero es enseñar al sujeto a comprometerse, y esto no es fácil, ya que se requiere del conocimiento de sí mismo: ¿quiénes somos?, ¿qué limitaciones tenemos que superar? y ¿qué virtudes podemos aprovechar? El compromiso parte de lo interno. Lo segundo es el desconocimiento generalizado sobre la situación laboral, social, económica y profesional del país. (García, J. marzo 2004 revista en línea Punto de Vista p. 2).
El mundo demanda que el hombre se adapte y esté atento a los cambios que se producen. No sólo conocer el contexto sino también abordarlo, en el sentido de tomarlo, de comprometerse; y en esto se necesita valorar la orientación vocacional como disciplina de la educación que permite al sujeto en primer lugar definir la propia situación vocacional, sus intereses y aptitudes y su relación con su vida profesional y personal.
Es preciso que la universidad como organización social promueva la orientación como primer indicador de la labor universitaria, en función de que se programen diversas actividades conducentes a incrementarla, ya que se observa en los servicios de orientación universitario que las actividades se focalizan más hacia el área administrativa, que a la ejecución de programas que se centren en el desarrollo integral del estudiante.
Por lo tanto, la orientación vocacional es el objeto central de este estudio para conocer e interpretar las circunstancias de ella en la universidad y de cada uno de los elementos que la constituyen.
Entonces, la academia debe ofrecer un servicio de orientación vocacional para que el alumno aprenda a conocerse a sí mismo, a fin de que pueda orientarse y marcarse nuevas metas que le permitan descubrir sus habilidades, aprender a usarlas y potenciarlas para la vida; que sea capaz de analizar los valores de la carrera (salarial, profesional o empresarial) para que trabaje de forma más efectiva y aprenda a evaluar sus oportunidades. Por último, tendrá claro el rumbo a seguir y sabrá afrontar las situaciones laborales.
La orientación consistirá así en una herramienta útil para que cuando el estudiante egrese pueda visualizar las posibilidades de empleo. Él podrá utilizar sus potenciales en la búsqueda y descarte hasta encontrar lo que realmente le conviene. Y a su vez, al detectar carencias o nuevas necesidades, podrá diseñar un programa de formación a su medida y reorientar su carrera si fuera necesario. Maslow (1979) “considera al hombre como un todo integrado, responsables de su propia evolución y que el objetivo de toda acción humana es la autonomía” (p. 40)
De esta manera se responde a una exigencia. El país necesita con urgencia mejorar la educación para disponer de recursos humanos que hagan frente a las necesidades culturales, sociales y de producción, así como de la búsqueda del bienestar y la calidad de vida del venezolano. Por supuesto que conviene considerar los dificultades básicas en esta materia que enfrenta la Educación Superior en los albores del siglo XXI, primeramente el énfasis en lo remedial y no en la prevención y desarrollo del estudiante, seguidamente de la carencia de personal en los servicios de orientación que permitan un radio de acción que abarque a toda la población estudiantil, esto unido, a la falta de un clima estimulo al docente y reconocimiento a su labor.
Lógicamente, el punto álgido no recae sólo en el sistema sino también en la falta de motivación, sentido de pertenecía que muchas veces tienen los profesionales adscritos a estos servicios. Y no ejecutan su rol orientador. Gamargo, C. (1999) declara que: “La involución que percibo en la orientación nacional, es debido a la faltadle ejercicio de liderazgo ético, asertivo, creativo e inteligente de sus dirigentes.” (p.7)
Es pertinente plantearse estrategias que optimicen el proceso orientador empezando desde los docentes para luego llegar a los estudiantes y enseñarles a resolver sus problemas, tomar sus propias decisiones y sobre todo a que desarrolle la capacidad de gerenciar su propia vida.
Este problema, por su íntima relación con el desarrollo personal, debe ser motivo de preocupación para todos los involucrados en el proceso educativo. Las causas que pueden afectar son muchas y complejas. Sin embargo, los servicios destinados a la atención del estudiante deben procurar disponer de todos los medios que tienen a su alcance, ayudar a éste en su integración física, cognoscitiva, emocional y social, lo que incidirá de manera favorable en el desempeño de su carrera.
En la actualidad, existe consenso en el sector educativo de Venezuela acerca de la presentación de problemas que dan punto de partida para determinar la calidad y la prosecución estudiantil dentro de la universidad. Comenzando desde el proceso de admisión que en Venezuela, a partir de 1994, se comienza a distribuir a los estudiantes en diversas instituciones de Educación Superior, a través del Consejo Nacional de Universidades (CNU) y la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU). El CNU-OPSU (2001) considera las siguientes obligaciones y exigencias para Ingresar a la Educación Superior:
1. Requisitos:
a. Todo aspirante a ingresar al subsistema de Educación Superior debe cumplir con:
- Fase de registro del Proceso Nacional de Admisión.
- Tener vigente la prueba de aptitud académica.
- Demostrar su condición de bachiller.
2. Criterios de asignación establecidos por el CNU
- Índice académico: puntaje compuesto por el 60% de la puntuación transformada del promedio de notas de las asignaturas correspondientes a la tercera etapa de Educación Básica y el primer año del ciclo diversificado y profesional de Educación Media, 20% de la puntuación transformada de la subprueba de razonamiento verbal y 20% de la puntuación transformada de la subprueba de razonamiento matemático.
- Promedio de notas: media aritmética de las calificaciones aprobatorias de las asignaturas correspondientes a la tercera etapa de Educación Básica y el primer año del ciclo diversificado y profesional de Educación Media.
- Año de graduación.
- Regionalización y Nivel socioeconómico. (p. 11)
Se puede observar que para asignar un cupo se da mayor importancia a los aspectos cognoscitivos y socio demográficos que a los aspectos vocacionales como intereses, aptitudes y actitudes para el desarrollo de la carrera. En la prosecución no se vincula la orientación a la docencia como está establecido en la ley de universidades Artículo 145 . “La enseñanza universitaria se suministrarán las Universidades y estará dirigida a la formación integral del alumno y a su capacitación para una función útil a la sociedad”. Podría definirse como persona útil a la sociedad aquella que es capaz de tomar sus propias decisiones gerenciar su vida y ser productivo en sociedad a la que pertenece.
En atención a la problemática presentada, se demuestra la necesidad de hacer una revisión de los servicios de orientación en la Educación Superior venezolana. El objeto de estudio de esta indagación fue la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), en vista de la trascendencia social que tiene la formación integral del docente y la orientación como disciplina que coadyuva en el desarrollo potencial de la personalidad.
Tomando en cuenta que la UPEL no escapa de la problemática planteada y que la praxis de la orientación constituye un conjunto de actividades que se realizan para atender individual y colectivamente al estudiante para que éste logre el excelente aprovechamiento de las oportunidades educacionales y su desarrollo integral. Se piensa que es prioritario darle mayor énfasis a los programas preventivos y de desarrollo, que permitan la formación de un docente consciente de su propia realidad, de su vida y de la misión que tiene como formador dentro de la sociedad venezolana.
Por ello, se propone un modelo de orientación con un enfoque alternativo que apoye la planificación y organización de estrategias de intervención para hacer de ella una actividad más acorde con el momento histórico y sociocultural de Venezuela que prepare al hombre para la vida.
Por ello, se pretende realizar un estudio en el cual se evalúe la práctica de la orientación en la UPEL e ir más allá de un simple análisis, aportando una solución desde un modelo de intervención adecuado a las necesidades socioculturales del país, en el que se haga énfasis en el desarrollo de programas institucionales sistemáticamente organizados que centren la información en el autoconocimiento, el desarrollo personal, en el conocimiento de las oportunidades académicas y profesionales que brinda el Sistema Educativo y en las posibilidades laborales, así como en las oportunidades de experiencias de aprendizaje relacionadas con el mundo de trabajo docente y de su entorno social.
Objetivos de la Investigación
La necesidad de lograr un conocimiento actualizado sobre la situación de la orientación vocacional en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador caso: IPR “El Mácaro”, lleva al planteamiento de los siguientes objetivos:
1. Comprender la práctica de la orientación en la universidad venezolana.
1.1. Describir la evolución histórica de la orientación.
1.2. Esbozar las corrientes teóricas que dominan la orientación vocacional en la universidad venezolana.
1.3. Determinar los enfoques y módelos teóricos suceptibles a ser utilizados en la orientación vocacional en la universidad venezolana.
2. Analizar las condiciones técnicas y profesionales del organismo que cumple la función orientadora en la UPEL.
2.1. Describir la estructura organizativa del servicio de orientación en la UPEL.
2.2. Examinar los resultados de los programas de orientación vocacional desarrollados en la UPEL-IPREM, desde la percepción de los alumnos y los profesores adscritos al servicio el servicio de orientación.
2.3. Indagar acerca de la experiencia que tienen los estudiantes sobre los procesos de orientación dentro de la UPEL-IPREM.
2.4. Determinar el conocimiento que tienen los profesores de planta del IPREM sobre los objetivos y funciones que cumple el servicio de orientación del IPREM.
3. Proponer un modelo alternativo integral para la orientación vocacional en la UPEL .
Justificación
Todo ser humano tiene una representación interna del mundo ocupacional – laboral, ya sea transmitida, propia o, producto de la integración de ambas.
En el marco de estos dos aspectos, el de la realidad social-laboral externa, por un lado, y el de la representación interna, por otro, se ubica la Orientación Vocacional-Ocupacional en la actualidad.
Es importante diferenciar los términos: empleo, ocupación y profesión. El primero nombra un lugar de dependencia; la ocupación implica un saber en relación a un trabajo mientras que la profesión requiere una formación que abarca dos aspectos fundamentales: el saber acumulado y el “saber hacer”.
En este sentido, cobra importancia la orientación vocacional como problema socio educativo digno de ser investigado, en vista de las altas cifras de repitencia, deserción y ausentismo escolar que se observa en la Educación Superior venezolana.
Los programas de orientación vocacional en la universidad no han sido desplegados en los últimos años, se hace énfasis en la información más que en el proceso para la prevención y el desarrollo, de allí la necesidad de analizar cómo se está afrontando esta temática en la Educación Superior venezolana, la importancia de este proceso debe focalizarse en la orientación desde en una posición estratégica donde lo primero sea prevenir y no remediar, hacer de la acción pedagógica diaria un modelo donde se acentúen los roles, valores, implicaciones ideológicas, de cada estudiante. A este respecto Cozza (2000), sostiene que:
La docencia debe alejarse del sinónimo de instrucción y acentuar la construcción hacia el ser humano, la ética y los valores de la sociedad y su relación con el individuo... Plantea la necesidad de hacer una integración entre la calidad en la docencia, plantel docente, elaboración de propuestas pedagógicas centradas en el contexto sociocultural donde esta inmerso, planes de estudio acordes con la realidad social – laboral. (P.105)
El punto de vista del autor evidencia la necesidad de una orientación con todas las dimensiones del ser que enfaticen el aprendizaje para y por la vida.
Entonces, asesorar al estudiante para que se identifique con su autoconcepto y para qué decida qué trabajo realizará debe ser uno de los propósitos más importantes del proceso de orientación de la universidad; sin embargo, para que este fin se dé, se requiere un cambio en la labor orientadora; no considerarlo como ente clave en el proceso educativo y de desarrollo del estudiante sería asumir un riesgo al fracaso. La vocación profesional juega un papel importante, ya que quienes seleccionan una carrera concientes de sus necesidades e intereses tienden a tener mayor satisfacción laboral que aquellos que no lo hacen.
Por ello, es deseable tener una mayor información acerca de cómo se está proporcionando el proceso de orientación vocacional en la universidad, en vista de que pareciera que no se toman en cuenta los intereses y necesidades del alumno para ingresar a su formación profesional y de alguna manera percibir que la decisión vocacional va más allá de unas pruebas de habilidades verbales y numéricas que se extiende a contextos mucho más amplios como planificación de la carrera, conocimiento de sí mismo, información y toma de decisiones adecuadas a situaciones personales y sociales.
En vista de lo antes mencionado, sería de mucha utilidad incorporar dentro del campo de la orientación vocacional aspectos relacionados con aptitudes, conocimientos, intereses y aspectos de la personalidad que busquen orientar a los alumnos dentro de la carrera seleccionada y reorientar a aquellos que no se sienten satisfechos o no tienen el redimiendo adecuado para formarse en la carrera que seleccionaron o que le asignaron por el resultado de las distintas pruebas de admisión. Bisquerra (1999) manifiesta:
La nueva concepción de la orientación vocacional es más integral y comprensiva, debe hacer énfasis en el planteamiento preventivo y de desarrollo que intente descubrir y potenciar el desarrollo de la carrera del individuo durante su ciclo vital en todos aquellos aspectos que, aun no siendo puramente vocacionales contribuyen a su realización personal, educativa y profesional. (P. 234)
La orientación vocacional es un proceso técnico científico que aporta información para la selección y desarrollo de carrera, en Venezuela no ha sido efectiva por la falta de coherencia que se aprecia entre las funciones de la práctica de ésta su desvinculación con la docencia y el contenido teórico que la sustenta como proceso integral que busca estimular la autorrealización y autonomía del asesorado.
González, (2001) apunta que:
Es imprescindible destacar que en estos nuevos tiempos es necesario invertir las cosas. No podemos seguir tratando de adaptar lo que hemos concebido como orientación a las diferentes culturas o subculturas, sino más bien, construir desde las culturas o subculturas, los enfoques de orientación adecuados a una de ellas.
Igualmente Navarro, citado por Essenfeld (1975) expone:
La explosión de los servicios de orientación en las instituciones de Educación Superior constituyen un movimiento de proliferación que, visto superficialmente, corresponde a un pujante y moderno desarrollo educativo asistencial (…) en este sector se recibe muy poco apoyo, lo que le da un papel secundario y periférico en el desarrollo del quehacer educativo. A pesar de su gran proliferación no existen criterios claros en relación a las funciones de los servicios y al papel que les corresponde desempeñar. (p.149)
Se puede apreciar que a pesar de haber transcurrido 28 años la orientación sigue confrontando los mismos problemas, se siguen haciendo diagnósticos y no se aportan soluciones.
Partiendo de lo antes mencionado, una primera necesidad sería definir claramente qué se debe hacer dentro de las labores de orientación vocacional en la universidad, delineando características mucho más coherentes con los escenarios educativos, sociales y culturales que se ponen de manifiesto en este nivel educativo. Esto implica que se deben cambiar las antiguas concepciones transculturales y promover puntos de vistas novedosos que, si bien hagan uso de experiencias de otros países, reconozcan la realidad de la orientación en la educación superior, y ella sea un verdadero factor que coadyuve al de desarrollo integral del futuro profesional.
Finalmente, se justifica la importancia de analizar la praxis de la orientación vocacional en la universidad venezolana con el propósito de establecer un enfoque de orientación contextualizado a la realidad sociocultural del país.
Relevancia y Significado del Estudio
La investigación reviste un carácter de importancia en el sentido de la trascendencia que tiene para la sociedad educadora la orientación, las políticas educativas de asesoramiento en orientación en el V y X plan de la nación, en la Ley de Universidades y en los documentos bases y las políticas de docencia de la UPEL, donde establecen y plantean claramente el fomento ellas en la universidad, como medio que garantice la formación integral de los futuros profesionales. Lo planteado permite explicar la importancia de crear un modelo alternativo integral de orientación vocacional para la UPEL.
Es obvio que si se desea promover la orientación en la universidad es necesario interpretar el sentido y significación que los actores otorgan a su práctica y la eficiencia de ella.
La investigación es un aporte teórico que pretende beneficiar no sólo a los estudiantes sino a toda la comunidad Upelistas.
Alcances y Limitaciones
El trabajo estuvo limitado a crear un modelo alternativo integral de orientación y su interacción con el estudiante UPELISTA para el logro de su inserción efectiva a la sociedad educadora, el mismo hizo énfasis en dimensiones cognoscitivas, afectivas y conductuales que condicionan la actuación de los individuos, para asumir los roles que le corresponden desarrollar en su vida social, laboral, afectiva, familiar y su impacto en la sociedad.
En el transcurso de la investigación se analizaron aspectos sociológicos, filosóficos, organizacionales y psicosociales que de manera alguna aportaron elementos necesarios para postular un modelo que ayude a interpretar el problema en estudio.
Delimitación
Área general
Compuesta por el desarrollo de la orientación como instrumento que provoca en los actores del proceso características y finalidades diferenciales en cada un como sujetos del proceso.
La orientación vocacional como disciplina que permite el desarrollo integral del estudiante universitario desde la ocupacional, el rol del orientador y sus distintas funciones y lugares de intervención, centrado en cómo se proporciona su praxis. Así mismo, identificar como se organizar el trabajo de orientación en función de la demanda. Distintos momentos y etapas vitales donde es usual la intervención de un orientador. López B. (1989) expone que:
La orientación vocacional es una intervención tendiente a un esclarecimiento que permite... lograr una elección autónoma y el mejor vínculo con la carrera y la profesión . El rol del equipo orientador consistirá en ayudar a abordar los conflictos que impiden la elección, facilitar la interpretación correcta de la realidad socioeconómica cultural, posibilitar el completamiento y/o corrección de imágenes profesionales distorsionadas o fantaseadas; ayudar a elaborar su identidad vocacional en términos de roles vocacionales ocupacionales. (p. 42)
Desde un enfoque micro se analizan las características de la orientación vocacional en la universidad como elementos que la componen, relaciones que se establecen entre el estudiante, los compañeros de clase, los amigos, los roles, las funciones, interacciones, dinámica familiar, en su proceso de toma de decisiones y elección de carrera y los efectos que produce su intervención en el desarrollo integral del universitario.
En este orden de ideas, el desarrollo del estudio abarcará los hechos observacionales que pueden interrelacionarse con el término praxis de la orientación en la universidad.
Área Intermedia
Dentro del área general conceptualizada como praxis de la orientación en la Universidad, la investigación se abocó a los hechos relacionados al cómo se da el proceso, partiendo del supuesto de que la orientación constituye la base fundamental para ayudar a la persona en su desarrollo personal, social y laboral.
Área Específica
Delimitando con más precisión el área de la realidad donde se realizó la investigación, es pertinente referirse al tema específico del estudio donde convergen, por un lado la praxis de la orientación, la inserción efectiva al sistema sociolaboral y el desarrollo personal del educando.
Temporal
La investigación se realizó en un lapso de 24 meses.
Espacial
El estudio se efectuó en la Universidad Pedagógica Experimental libertador, Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro”. Ubicado en Turmero Estado Aragua – Sector El Mácaro
Informantes
La población se conformó por 35 informantes 30 estudiantes y los 5 profesionales adscritos al servicio de orientación de la UBDE del EPEL-IPREM y fueron seleccionados de manera intencional, así como el 25% de los profesores de planta no adscritos al servicio de orientación.
CAPÍTULO II
CONTEXTO TEÓRICO
Evolución Histórica de la Orientación
Algunos antecedentes sobre orientación se remontan a los orígenes mismos de la humanidad, aunque las primeras pruebas documentales se evidencian en la cultura clásica griega. Sócrates define desde su pensamiento filosófico uno de los objetivos prioritarios de la orientación como es el conocimiento de sí mismo; Platón explica la necesidad de determinar las aptitudes de los individuos para lograr su ajuste y educación social; y Aristóteles considera el desarrollo de la racionalidad para poder elegir una actividad en consonancia con los intereses de los sujetos.
En la edad media se da reconocimiento a la importancia que ha de otorgarse a la orientación. Las obras de Santo Tomás de Aquino (1225-1274), como Summa Theologíae y Quaestiones Disputatae, contienen sugerencias pedagógicas para el ejercicio de una enseñanza eficaz basada en el conocimiento y desarrollo de las potencialidades humanas.
En el renacimiento, al situar al hombre como centro de atención, se genera una serie de cambios que favorecen el resurgir de nuevas ideas que van a configurar la corriente humanística y repercuten en el desarrollo histórico de la orientación. De esta época, se pueden destacar las aportaciones de tres ilustres españoles considerados como precursores de la orientación: Rodrigo Sánchez de Arévalo (1404-1470 o 1480), en su obra Speculum Vitae Humanae (la versión en castellano se tituló El excelente libro intitulado Speio de la Vida Humana), explica la importancia de suministrar información adecuada sobre las distintas ocupaciones para poder realizar una adecuada elección profesional. Juan Luis Vives (1492-1540), en De tratendis disciplinis, considera que se deben conocer las aptitudes de las personas para orientarlas hacia las profesiones más acordes y, en y De anima et vita, advierte a los docentes de la conveniencia de reunirse periódicamente para conocer las características de cada alumno y poder guiarlos en función de éstas. Juan Huarte de San Juan (1529-1588), En examen de ingenios para las ciencias, asegura que los hombres son diferentes debido a la naturaleza innata, a las influencias del ambiente y a la educación recibida; y afirma que, a cada uno, condicionado por las habilidades que le caracterizan, le corresponde una profesión determinada.
En esta etapa de la historia de la orientación, se forjan ideas que giraron en torno a la importancia de las diferencias individuales, la de la elección profesional, la influencia de la educación y la experiencia en la toma de decisiones y el conocimiento de las aptitudes personales y de los oficios. Entre los pioneros más destacados se pueden mencionar Montaigne (1533-1592), Descartes (1596-1950), Pascal (1623-1662), Montequieu (1689-1755), Locke (1632-1704), Berkeley (1685-1753), Hume (1711-1776), Kant (1724-1804), y Karl Marx (1818-1883).
A partir de los cambios sociales ocurridos por la revolución industrial se originan dos corrientes filosóficas en la orientación: por un lado, la visión europea y, por el otro, la norteamericana lo que da origen a la formación de la orientación como una actividad organizada en el mundo.
En Europa se designa como orientación profesional sujeta a los conceptos de selección, ergología y estudios científicos del trabajo y surge, al igual que en América, a principios del siglo XX y ambas con ejecución en el ámbito educativo. Bélgica es considerada como el país pionero de la orientación y de la psicopedagogía. En 1912, A.G. Christiaens, con la ayuda de Decroly, crea el primer servicio europeo de orientación profesional. Asimismo, es importante resaltar las aportaciones tan significativas que hacen los miembros de la Escuela Psicopedagógica de Ginebra (Ferriére, Plaget y Claparéde, entre otros) en los movimientos de renovación pedagógica y en la orientación. Claparéde, en 1917, funda un Gabinete de Orientación Profesional en el Instituto Jean Jacques Rousseau y publica obras de gran trascendencia en la acción orientadora europea de la época, entre ellas la Orientación Profesional, sus problemas y sus métodos. Define los principios fundamentales de la Orientación Profesional en su informe presentado a la Sociedad Internacional de Psicotécnica en 1922, evento que coincide con la celebración en Barcelona- España, de la Conferencia Internacional de Orientación Profesional; ya desde 1914, en este país se ofrecía Orientación y selección Profesional a través del servicio de psicología aplicada a la actividad orientadora que funcionaba como una sección de información del Museo Pedagógico Nacional.
En Europa, se inicia un movimiento conocido como Organización Científica del Trabajo. Sus fundadores son Federick Taylor y Gilberth. Taylor estaba interesado en incrementar el rendimiento en las fábricas a través de una adecuada selección del recurso humano; para lograrlo propone la combinación del capital, los recursos naturales y el factor humano con el fin de conseguir el máximo rendimiento, atendiendo, por igual, los intereses de la empresa, de los consumidores y de los trabajadores. (Curcho, citado por UNA, 1984, P.3)
En su obra de administración industrial, el francés Henry Fayol indica algunos métodos para aumentar la productividad por medio de la racionalización de las actividades del recurso humano de las empresas a través de una adecuada doctrina administrativa y un nuevo tipo de organización de las líneas de mando. (Curcho, citado por UNA, 1984, P.3)
Además de los autores mencionados, se pueden señalar Emilio Mira y López, de España, quien es nombrado en el año 1927, Director del Instituto de Orientación Profesional. Este instituto es trasladado, en ese mismo año, a la Universidad Industrial y convertido en la Sección de Orientación y Selección Profesional de la Escuela de Trabajo a través de la cual se crean los servicios de orientación en los centros de formación profesional. Lipman En Alemania, realiza estudios estadísticos para determinar la aptitud de las personas hacia ciertas profesiones, con el propósito de evitar accidentes laborales.
En la década de 1950 a 1960, son importantes los trabajos realizados por Lahy en Francia, Diorkoski en Rusia, Doniselli, Gasca y Pizzoli en Italia. A partir de estas décadas, la orientación se ve encaminada hacia el desarrollo personal y el área educativa escolar, incorporando al docente en esta labor a través de la atención de grupos. Se crean servicios de orientación escolar, servicios de orientación externos que apoyan a las escuelas y dependen de las oficinas de empleos, Institutos de Ciencias de la Educación con una división de orientación en su organigrama, en los Estudios de Pedagogía, las Cátedras de Orientación Escolar y profesional entre otros. (Monescillo, Méndez y Bisquerra, 1998)
En la década de 1980 se puede señalar que en España, la tendencia de la orientación era crear Equipos Multiprofesionales con incidencia en la Educación Especial, con un enfoque terapéutico y dirigido a toda la población escolar. Las funciones de la orientación de “prevención educativa, detección de problemas y trastornos del desarrollo, valoración de las necesidades educativas especiales, orientación escolar, personal y vocacional, y asesoramiento y ayuda para los profesores de primaria” (Monescillo, Méndez y Bisquerra, P.37)
En el nivel de Educación Superior se crean Facultades de Psicología y Pedagogía con especialidades en Orientación Educativa y, en los años 90, se crea la Licenciatura en Psicopedagogía para formar nuevos especialistas en Orientación Psicopedagógica.
En Estados Unidos, por el fuerte proceso de la industrialización y los acelerados cambios sociales, se estaban produciendo problemas de privación, sobre todo en los jóvenes de las clases menos favorecidas. Por ello, se hacía necesaria una intervención cimentada en la ayuda a los individuos para que éstos pudieran adaptarse a los cambios y adecuarse a las nuevas situaciones laborales. Se conocen cuatro fuentes de las cuales surge la orientación como campo especializado en Norte América, la primera de ella es el movimiento de orientación vocacional desarrollado por Frank Pearsons (1854-1908), quien funda en Boston, 1908, la primera oficina de orientación vocacional como un servicio público al margen del ámbito educativo, aunque propugnará posteriormente la integración de la actividad orientadora a la enseñanza. En dicha oficina se ofrecía ayuda en la búsqueda de empleo a los jóvenes desfavorecidos. Su objetivo prioritario se centraba en lograr un conocimiento en la persona para orientarla al trabajo más idóneo. En su obra Choosing a Vocation, propone, por primera vez, el término Vocational guidance (orientación vocacional) y es considerado como el precursor de la corriente de rasgos y factores al proponer una metodología basada en el conocimiento del sujeto y en el mundo laboral para intentar ajustar la persona a la tarea más apropiada.
Teyler (1978) indica: “la obra de Pearson fue continuada por Hugo Mustemberg, psicólogo de la universidad de Harvard, quien planteó que la diversidad de profesiones exigía cualidades físicas que difieren en una misma persona”. (p. 29).
En los programas de estudios superiores, se introducen cursos de información vocacional, se escriben libros y publicaciones específicas o referentes a todo el ámbito del trabajo.
La segunda fuente de información en la orientación la constituye el desarrollo de los tests psicológicos que fueron aplicados durante la segunda guerra mundial para obtener datos acerca de la capacidad de un individuo y poder predecir su éxito o fracaso en circunstancias dadas, con el propósito de entrenamiento militar. (Curcho, citado en UNA, 1984, P.16). Esta práctica se inicia en 1905 a través de la Escala de Binet y es demandada por la industria y la educación para ser aplicada sistemáticamente en dichas instituciones. Más tarde, Morgan y Murray publican su “Test de Apreciación Temática (TAT), el cual permite realizar un análisis de tendencia y percepciones de naturaleza inconsciente, por medio de temas e historias que estimaban una postura personal y social”. (ob. Cit.P.15). Los orientadores perciben que muchos de estos tests son ventajosos para llevar a cabo el conocimiento de la persona. Hacia la mitad de la década de 1930, se emplea y llega a ser apreciable la orientación vocacional, por lo que se constituye en requisito indispensable entrenar a los orientadores en su utilización (ob. Cit., 1978)
En 1913, José B. Davis, es considerado el padre de la Orientación Educativa al crear un Sistema Centralizado de Orientación en las Escuelas y proponer que se integre la orientación al currículo escolar. Funda la primera Asociación de Profesionales de la Orientación (NVGA). Por su parte, Truman L. Kelly plantea que la orientación educativa (Educational Guindance) debe considerarse como un proceso formativo de ayuda integrado al currículo para facilitar las elecciones en los estudios y resolución de problemas.
La tercera fuente de la orientación es el desarrollo del trabajo social, el cual surge con un fin moral o religioso para despertar conciencia social ante la miseria, ignorancia, enfermedades y la pobreza que reinaban en las grandes ciudades. (Curcho, citado en UNA, 1984). El trabajo social influye en la orientación, ayuda a sensibilizar al orientador sobre las necesidades diversas que presentan las personas y cómo a través de algunas técnicas muy útiles se ayuda a resolver problemas de tipo económico, social, físico y mental.
La cuarta fuente que influye a la orientación en Estados Unidos, la forma el Movimiento de higiene mental que nace con la publicación, en 1908, de la bibliografía La mente que se encontró a sí misma de Clifford Brees, quien atrae la atención hacia problemas mentales como una experiencia individual y un problema social. Su propuesta propicia que las personas se preocupen más por la prevención que por la curación de los problemas psicológicos. Paralelamente al surgimiento de este movimiento, se comienza a sentir interés por el Psicoanálisis como tratamiento para atender los problemas emocionales y modo de pensar, la conducta y motivaciones humanas, se investiga sobre las raíces emocionales que podrían producir problemas de delincuencia, enfermedades y se da nombre de psicoterapia a un “tratamiento que intentaba habilitar a la persona para que venciera sus dificultades hablando acerca de ellas”. (Curcho, citado UNA, 1984, P.17).
En la década de 1960, la figura del orientador cobra importancia profesional y la orientación se difunde ampliamente al promover nuevas formas de entender la práctica orientadora para la prevención y el desarrollo, educación para la carrera y educación psicológica. El movimiento de educación para la carrera está representado por Hoyt (1972) quien “defiende la integración de la orientación en el currículo como instrumento formativo y como proceso que incorpora de forma sistemática elementos profesionales en éste; abarcando, además del sistema educativo, la educación de adultos y la formación permanente” (ob. Cit., P.29)
El movimiento de Educación Psicológica representado por Ivey, Alschuler, Mosher, Sprinthall, y Conttinghan, también aboga por una orientación para la prevención y el desarrollo, que debe atender a los alumnos tomando en cuenta todos sus ámbitos: familiar, social e educativo. Su foco de interés es propiciar la adquisición de competencias psicológicas para afrontar la vida.
En la década de 1980, a partir de la preocupación por los problemas de salud social como SIDA, drogadicción, alcoholismo, entre otros, se diseñan programas orientados a prevenir y favorecer la salud y desarrollo de hábitos para preservar la vida y se amplía el campo de la orientación de la carrera a las empresas, instituciones y otras organizaciones comunitarias, surgiendo departamentos de recursos humanos en éstas para atender las necesidades de los empleados. En 1986, la NVGA pasa a llamarse National Career Developmente Associaction (NCDA).
A partir de la década de 1990, se da mayor importancia al autoconocimiento, la planificación de la carrera vital, toma de decisiones, educación para la salud, habilidades de vida, habilidades sociales, intervención en la familia, ocio y tiempo libre, la comunidad y las organizaciones. El movimiento para el desarrollo de carrera se difunde, se afianzan los principios de prevención y desarrollo y se dirige especial atención al desarrollo autónomo del ser a lo largo de la vida.
En Latinoamérica, el comienzo de la orientación se sitúa en la década de los años treinta. Psicólogos, médicos y psiquiatras eran los responsables de los servicios de orientación, éstos tenían una influencia europea con énfasis en la selección, orientación profesional y la psicotécnica, se inician en Centro América en la década de los años cuarenta. (Curcho 1972, p. 33).
La autora antes citada expresa que en décadas posteriores van surgiendo más servicios, entre los que destacan: el primer instituto de Psicotécnica y Orientación Profesional en Argentina, creado en 1923, el Gabinete de Psicofisiología y de la Dirección General de Tránsito, creado en 1941 y el Instituto Nacional de Orientación y Selección Profesional (INOSP), creado y dirigido por el Dr. Emilio Mira y López en 1947 en Brasil; el Gabinete del Seguro Obrero y el de Psicotécnica adscritos a la Dirección General de Transito en Chile, el servicio de Orientación Profesional organizado por el Dr. Emilio Mira y López en Uruguay en 1945. Además, los Liceos son renovados con un Programa de Orientación ligado al campo educativo en la Educación Media en Chile, Perú, Colombia y Venezuela, en 1963.
En Centro América se destaca el Programa de Orientación integrado al currículo y los cursos de Maestría en Puerto Rico, el Departamento de Orientación Escolar y Vocacional en Guatemala fundado por el Dr. Luis Arturo Lemus, el Programa de Orientación a cargo de la Dra. Margarita Dobles entre otros. En México se da atención especial a todo lo relacionado con dificultades de aprendizaje.
En Washington, en 1958, se reúnen los países del mundo, bajo los auspicios de la OEA y la UNESCO, para celebrar el Seminario sobre Planteamiento Integral de Educación, cual apoya la idea de los educadores de incluir como necesidad prioritaria la orientación en los diferentes programas de América Latina. Esta necesidad se pone de manifestó en diversos eventos que se realizan desde 1959 hasta 1982, en países como Colombia, Guatemala, España, Portugal y México; destacándose entre ellos el Primer Congreso Latinoamericano de orientación efectuado en México en 1969 y el último evento, en 1982, en Madrid.
De lo antes mencionado, se infiere que, en Latinoamérica la orientación se ha manifestado como una necesidad y que ésta debe estar presente en los diferentes niveles y modalidades de la educación para acompañar al estudiante en su proceso de formación. González (2001) asevera que “la orientación como disciplina auxiliar debe corresponderse conla Educación... cada concepción de la educación tiene sus propias metas y la orientación debe colaborar en logro de las mismas”. (P.90)
A partir de 1993, se inicia el informe de la Comisión Internacional sobre la Educación par el siglo XXI, conocido como informe Delors, en el que se plantea que los aportes de la educación para el siglo XXI deberán satisfacer los siguientes objetivos “aprender a vivir juntos, aprender a lo largo de la vida,, aprender a enfrentar la variedad de situaciones y que cada quien aprenda a entender su propia personalidad” (Tunnerman, citado por Universitas 2000, P. 26). En consecuencia, los cuatro pilares de la Educación según la UNESCO son “aprender a vivir juntos, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir. De ello se desprenden las tres dimensiones de la educación “dimensión ética y cultural; dimensión científica y tecnológica y la dimensión social y económica”. (ob. Cit. P. 27)
Ante estas reflexiones, González (1998) plantea en el Congreso Mundial de Orientación y Asesoramiento, realizado en Valencia – Venezuela en noviembre de 2000:
El rediseño de la Misión de la Educación en el ámbito Latinoamericano, por considerarlo un continente con realidades socioeconómicas distintas a los países euro centristas. Los lineamientos actuales de la orientación están dirigidos a la formación de un sujeto económico, a que los alumnos aprendan a pensar, estén adaptados a la sociedad y su conducta sea estudiada en términos observables además, se busca construir sujetos expresivos, creativos y críticos que establezcan vínculos básicamente afectivos .
Asimismo, Oliveiros (2000) “reafirma la necesidad de que la orientación colabore en la construcción de proyectos de vida y logro del desarrollo personal y social, es decir, que asuma una posición conducente a ejercer una práctica comprometida con las nuevas realidades y posturas sociales”. (p.4)
Mata (2000) índica que:
A lo largo de la historia y ya a finales de siglo XX la dinámica sociocultural, con una visión economicista a veces y tecnicista otras, pareciera haber olvidado que el eje central de la educación es el desarrollo pleno del ser humano y dentro de esta visión, la orientación ha tenido la capacidad de dar respuestas a las necesidades humanas. Esto justifica la presencia de la orientación en los proyectos educativos, porque es uno de los elementos que brinda mayor calidad a la Educación. (p. 3)
Considera también que la revaloración de la calidad de la educación a finales del siglo XX, ha sido uno de los avances sociales más importantes y dentro de esta revaloración, la Orientación está llamada a contribuir al desarrollo autónomo, crítico y creativo del estudiante, a la vez que a satisfacer sus necesidades; como parte de los procesos educativos.
En opinión de Castrillo (1998), “en Latinoamérica se debe desarrollar procesos de auto-referencia y auto-reflexivos en los estudiantes, sus representantes e instituciones”. (p.2)
Frente a la coyuntura de la Globalización, de la Integración e identificación de las potencialidades de los pueblos latinoamericanos, es prioritaria la creación de una política de Orientación que promueva cambios culturales y potencie sus raíces, al igual que reivindique el saber popular para la formación de la cultura del poder local nacional.
En tal sentido, Vilera (2000) expresa que:
La misión y sentido social de la labor de la Orientación en Latinoamérica, debe ser extendida en un horizonte ético coexistente culturalmente con una tarea contra la desigualdad social, en una acción participante proactiva a partir de las circunstancias históricas concretas en las que intervienen los Orientadores día a día. En consecuencia, debe asumirse como un proceso de cotransferencia producto de la complejidad social y cultural reinante que le obliga a ampliar su visión antropológica y a facilitar la expansión de potencialidades múltiples en las personas para responder a los nuevos y variados referentes laborales. (p.2)
Resulta impostergable, entonces, que la Orientación dirija su acción hacia los grandes retos de la educación de este siglo que el informe Delors plantea: “hacer realidad el paso de un paradigma de desarrollo económico a otro de desarrollo humano y sostenible; la revitalización de la democracia participativa y respeto a los derechos humanos”. (Tünnermann, 2000, p.27)
La Orientación actual, deberá tomar en cuenta que el individuo pertenece a una realidad sistémica, globalizada y que el ser, además de pertenecer al mundo globalizado, a una sociedad sistémica, es un ser humano con emociones, siendo esas emociones, el motor que impulsa a la sociedad. (Martínez, citado en Castrillo, 2000).
En el Congreso Mundial de Orientación y Asesoramiento realizado en Venezuela, en Noviembre del 2000, se elaboró un documento que describe una nueva práctica de la Orientación, señalando que:
Es la del acompañamiento de convivencia que estimula en el otro el compromiso de asumir sus propios procesos de crecimiento, desarrollo y solución de problemas en todos sus contextos, sobre la base del respeto a los diferentes modos de vida presentes en el seno de las comunidades donde se desenvuelve. (González, 2000 P.3)
Evidentemente, la orientación en la universidad debe buscar fortalecer sus objetivos y que éstos ayuden al estudiante a su plena adaptación al subsistema de Educación Superior y a su desarrollo personal y académico.
Desarrollo de la Orientación en Venezuela
En Educación Preescolar, Básica, Media Diversificada
En Venezuela, la Industria comienza a formar parte de la economía en la década de los treinta, periodo en el cual tiene total dominio del país el régimen gomecista.
El estado venezolano, a la muerte de Gómez y después de la Segunda Guerra Mundial, invade, según lo expresa Sonntag, (citado en de La Cruz, 1988, p. 28.) “el terreno de la reproducción de los valores de cambio”. Según Iturrieta (citado en Calonge, 1988) la explotación de petróleo, su industrialización y comercialización, trae como consecuencia la instalación de la industria en las ciudades y campos más cercanos a los principales centros urbanos y la creación de un sector terciario de la economía.
En el trienio 45-48, se intenta implantar una democracia liberal-burguesa, para impulsar la modernización del país, según el modelo económico desarrollista. Esto requería la formación urgente de recursos humanos especializados; de allí el énfasis que se otorga a lo educativo “la creación de un sistema educativo masivo y democrático es considerado como elemento esencial para la consolidación de un sistema democrático” (Sosa, 1979, p.24)
Previo a estos cambios que se van produciendo en la economía venezolana y, por ende, en la política educativa, se ubica legalmente en el año 1936 los comienzos de la orientación, al ser incorporada en el Decreto de creación del Instituto Pedagógico de Caracas(Moreno,1993); surgen a partir de ese año, en forma asistemática y aislada algunos Servicios de Orientación en instituciones de salud y educación, por sugerencia de la Federación Venezolana de Maestros y del Colegio de Profesores de Venezuela: La Sección de Psicopedagogía del Instituto Pedagógico Nacional, La Escuela Experimental Venezuela, ambas con influencia de la misión chilena; y la Sección de Psicometría del Instituto de Higiene Mental.(UNA,1984)
Se fortalece, entonces, a partir de 1945, la industrialización y se democratiza la enseñanza bajo la concepción de educación para todos, con lo cual se fomentan las escuelas técnicas e industriales y se intensifican las campañas de alfabetización, extendiéndose la matrícula, centralizándose la educación y estabilizándose la organización magisterial (ob. cit).
La nueva realidad Socio- Económica que vive el país propicia una estructura ocupacional y profesional más compleja y da comienzo a problemas de deserción, repitencia y bajo rendimiento en la población estudiantil. La Orientación, dentro de este macro socio-económico, se ve obligada, a través de la praxis-teórica integrada al sistema educativo, a ayudar a los alumnos en elección vocacional y a los problemas de aceptación escolar.
En esta década de los cuarenta, Venezuela recibe un significativo número de inmigrantes provenientes de la posguerra, formados en Europa en el campo de la Orientación, quienes al insertarse en la economía nacional, agudizan, por una parte, el desencadenado proceso de industrialización y por otra, contribuyen a elaborar las bases teóricas de todo cuanto sucedía en el país. En consecuencia, éstos le dan una respuesta institucional a la Orientación.
Ahora bien, la orientación en Europa estaba enfocada a lograr la adaptación del estudiante al medio escolar y la orientación hacia el trabajo en función de las necesidades sociales. Bajo esta concepción comienza a instrumentarse la Orientación en Venezuela. Surgen así en 1945: El Servicio de Psicotecnia en el Liceo Andrés Bello de Caracas, organizado por el Dr. José Ortega Durán (español); La Casa de Observación para Menores y el Instituto de Pre-Orientación de los Teques, creado por el Dr. Rafael Vega (psicopedagogo), el Laboratorio de Psicotécnica en la Escuela Normal Miguel Antonio Caro, organizado por el Profesor Belarmino Lares, quién lo convierte en un laboratorio Psicopedagógico. En 1947, se funda el Centro de Investigaciones Pedagógicas y de Orientación Vocacional del Instituto Pedagógico en Caracas, al que se le establece por Reglamento como una de sus finalidades: “estudiar e investigar los problemas de orientación” (Moreno, 1993, p.1); y por último, el Laboratorio Psicopedagógico de la Escuela Gran Colombia y el Instituto de Psicología y Psicotécnica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela. (Curcho, citado en Una, 1984).
El modelo de Orientación europeo es la respuesta que, para el momento, compensa la necesidad social en los pocos servicios existentes, una realidad basada en contextos sociales distintos al venezolano. Ahora bien, ¿Qué organismo se va a ocupar, a partir de ese momento, de la instrumentación práctica de la orientación? La Ley Orgánica de Educación, (1948), al priorizar la atención a la exploración vocacional y la programación de materias tendientes al desarrollo de la vocación de los estudiantes, sin embargo es el Consejo Técnico de Educación y su Departamento de Psicopedagogía, el que legalmente se convierte en la “instancia coordinadora y centralizadora de las actividades de orientación dentro del sistema educativo” (Moreno, ob cit, p.2)
Las primeras prácticas de orientación se centran, entonces, en facilitar al estudiante la adecuada escogencia de sus estudios, a través de test de inteligencia y aptitudes. Es una orientación muy influenciada por la obra de Mira y López.
Con la implantación de la dictadura militar, en 1949, la orientación sufre un estancamiento; sin embargo, según Moreno (1982), la Ley de Educación de 1955 norma, en su artículo 82, que “en los establecimientos docentes se utilizarán los medios adecuados que permitan explicar (sic) la vocación e inclinación de los educandos con miras al encauzamiento de los estudios ulteriores que aspiren realizar” (p.2). Y en la realidad, la intención de esta orientación estuvo centrada en el interés del alumno y no en los intereses del estado. Esto significó que hasta 1958, se retomarían las ideas que prevalecieron en la época Gomecista: mucho apoyo a la enseñanza privada, lo cual, produjo un descenso en la matrícula y en la prosecución escolar. Por supuesto, en este escenario, la Orientación no tuvo asidero.
Al ser derrocada la dictadura en 1958 y regresar al régimen democrático, se promueve la efectiva participación popular y una acelerada industrialización que produce un éxodo masivo de campesinos a las ciudades en pro de mejorar sus condiciones de vida. También se desarrolla la clase media y se retoma el modelo educativo liberal, imponiendo evidentes reformas en la educación, tales como: expansión de la matrícula estudiantil y diversificación de la enseñanza, producto ésta de la variedad ocupacional existente y de los requerimientos en el trabajo. Estos cambios le asignan a la Orientación la función de atender las necesidades individuales de los estudiantes y las necesidades globales de la sociedad de manera vinculante.
Afirman Bronfenmajer, Casanova y García (citado en Calonge, ob cit, p.19) “que la Escuela Liberal alcanza su mayor auge a partir de 1958 pero alcanza también su mayor crisis”: Fue la burguesía industrial y los nuevos sectores urbanos en ascenso los que la promovieron como un programa de reinvidicaciones sociales para hacer oposición a los proyectos aristocráticos de la dominación terrateniente del momento, bajo las consignas: Escuela única, control estatal, laicidad de la educación, entre otros.
Sus comienzos coinciden con una política de desarrollo y consolidación basados en la expectativa de movilidad educacional, esta última, subordinada a los desarrollos de la división del trabajo, hecho que influirá poco a poco en su deterioro.
Desde el punto de vista educativo, la democracia no pudo ofertar la cantidad de planteles y recursos humanos que se requerían para cubrir la demanda educativa; se crean las Escuelas Normales e Institutos Pedagógicos y sin embargo para cubrir la demanda, asumen labores de docencia personas sin ninguna formación en el área, se incrementa el número de estudiantes por aula de manera exorbitante, la labor cultural y educativa queda como responsabilidad exclusiva de la escuela y se excluyen a la iglesia y a la familia de esta tarea. Se oferta “cantidad” más no calidad, lo cual, trae como consecuencia problemas de bajo rendimiento escolar y una enseñanza desvinculada del entorno social del educando y ofertada por otros medios que indujeron la socialización como lo son: la televisión, la radio, entre otros. (Calonge, ob cit).
Esta crisis de la educación se refleja políticamente y da un nuevo impuso a la Orientación, propiciando su reaparición ya de una forma sistemática. Hasta ese momento se contaba con poco personal preparado en la disciplina, no había programas de Orientación dirigidos a satisfacer las necesidades del estudiante y de la institución de manera vinculante, se carecía de investigaciones y de una praxis general que se pudiera evaluar para ofertar nuevas ideas en el área. (ob.cit)
Entre 1959 y 1962, se van produciendo cambios y surge un nuevo modelo educativo basado en tres principios fundamentales:
1. La Orientación es para todos los estudiantes.
2. Atiende todos los aspectos de la personalidad.
3. Se concibe como un proceso de aprendizaje.
Bajo este enfoque ocurre la transformación del Centro de Investigaciones Pedagógicas y de Orientación Vocacional del Instituto Pedagógico en Caracas en Sección de Investigación y más adelante en Servicio de Psicopedagogía. Se fundan el Departamento Orientación y Bienestar Estudiantil del Instituto Experimental, el Servicio de Orientación del Instituto Pedagógico de Barquisimeto y del Centro Interamericano de Educación Rural en Rubio. (Essenfeld, 1987)
La creación de estos Institutos ocurre sin que hubiese una coordinación entre ellos y hasta esa fecha, no se contaba con personal profesionalmente preparado para iniciar un Programa de Orientación en las escuelas de Psicología y Educación de la Universidad Central de Venezuela y el Instituto Pedagógico de Caracas.
En 1961, la Oficina de Planeamiento Integral de la Educación del Ministerio de Educación (EDUPLAN), conjuntamente con la Oficina de Planificación del Sector Universitario de la Universidad Central de Venezuela, elabora el Anteproyecto del Plan de la Nación, en el que se considera la Organización de un Programa de Orientación Escolar y Profesional para todos los niveles y ramas del sistema educativo, con el fin de canalizar a los estudiantes desde muy temprana edad hacia las actividades educativas más acordes con sus capacidades físicas e intelectuales y de ayudar a los alumnos en la identificación y resolución de sus problemas personales. Se aplicaría entonces un modelo de Orientación con énfasis en lo remedial, centrado en la personalidad del educando y en sus problemas de adaptación y en el cual, lo vocacional y profesional tendrían gran importancia.
Según Calonge (1988) esta nueva concepción expresada en planes, programas y anteproyectos está basada en el modelo de Orientación norteamericano, el cual, además de no estar adaptado a la realidad del país, requería de un personal capacitado y especializado para su instrumentación, con el cual no se contaba. Para preparar el recurso humano requerido, en 1962, la Universidad de Oriente ofreció un curso intensivo de Orientación Educativa y pre-profesional, dirigido a educadores y psicólogos al servicio del Ministerio de Educación.
Como parte de la planificación global inmersa en el cuadro de Alianza para el Progreso, se inscribe en el Plan USAID-Venezuela, aplicación sectorial, con el fin de organizar por medio de asesorías técnicas, el Servicio Nacional de Orientación e iniciar el entrenamiento del personal ya existente. Para cumplir con estos objetivos, el plan contempla la contratación de expertos y el financiamiento de estudios de postgrado en los Estados Unidos para los profesionales que cumplían labores de Orientación.
Nace entonces, en 1962, el Servicio Nacional de Orientación del Ministerio de Educación (SON-ME), bajo la dirección de la profesora Aída Curcho Sifuentes, con el fin inmediato de capacitar y entrenar al personal en ejercicio, formar sistemáticamente personal en el área y centralizar los servicios existentes. Con la creación de este Servicio se inicia realmente una etapa sistemática del programa de Orientación en Venezuela, es decir, se institucionaliza la Orientación.
Calonge (ob cit.) opina:
La filosofía del Programa de Orientación del SONME es una imitación del modelo imperante en Estados Unidos para la época, el cual, está completamente desvinculado de la realidad social de nuestro país y ajeno a las necesidades reales, en el sentido que plantea el derecho a la mismas oportunidades, la armonización de los deseos individuales con las posibilidades sociales y el derecho y la obligación del individuo a tomar sus propias decisiones. (P.6)
¿Cuál era la realidad para ese momento?
El 05 de marzo de 1964, se crea el Servicio Nacional de Orientación del Ministerio de Educación por Resolución 24.683 del Ministerio de Educación. Es elevado a la categoría de División de Orientación (DOME), el cual, cumpliría con las mismas funciones que le fueron asignadas en principio. Se encargaría de la creación de los Centros Pilotos en algunos planteles que contaban con el servicio y continuaría con la formación sistemática de Orientadores a objeto de poder extender el Programa de Orientación a otros niveles educativos con miras a contribuir con la Reforma de la Educación Media.
Es así como se inicia la creación de los Servicios de Orientación a nivel nacional, en los planteles de aplicación anexos a las Escuelas Normales y en planteles de Educación Media atendidos por un equipo multidisciplinario: Orientador, Psicólogo, Trabajador Social, Médico, Odontólogo, entre otros.
Para 1967 se crean diecisiete Núcleos de Orientación para Educación Primaria en el Área Metropolitana, Guayana y Los Andes, con el fin de atender una mayor población en Educación Media y prestar el servicio tanto en el Preescolar como en Primaria.
En opinión de Moreno (ob cit), es la primera vez que en los documentos oficiales aparece la orientación con una concepción interdisciplinaria y es en esta década de los setenta cuando la orientación sufre un gran desarrollo que se evidencia porque surge una diversidad de teorías, unas de tinte psicoanalítico, otras neoconductistas y otras humanistas que desplazan el predominio teórico de Mira y López y de la misión chilena y comienzan a formarse los primeros orientadores a nivel Universitario.
Ahora bien, en 1969, se inicia el ejercicio de un nuevo gobierno democrático que emprende algunas reformas en el campo educativo, las cuales son vistas, por algunos autores, como un nuevo modelo educativo denominado: Escuela Tecnocrática. Este modelo tratará de ser llevado a la práctica dentro del marco socio-económico que dará impulso a grandes complejos industriales que determinaran una demanda más especializada en el mercado laboral. La educación se orientará hacia la formación de especialistas para satisfacer las exigencias del sistema económico, de allí que se instrumentasen en la práctica varias reformas educativas, la creación de universidades tecnológicas de corto y largo currículo, la proliferación de colegios universitarios con la formación de profesiones de servicio a un nivel intermedio y la creación del sistema nacional de selección, distribución e ingreso en el subsistema de educación superior.
A partir de ese mismo año, se inicia una etapa de retroceso para la Orientación, en la que: Se descontinúa la creación de programas que se habían venido desarrollando desde 1963, se fundan los llamados Servicios Unipersonales (se asigna un profesional por plantel) no especializados en el campo, sin entrenamiento previo y sin un plan específico, condenados a la consulta individual remedial, DOME desciende de categoría y pasa a Departamento dependiente de la Dirección de Planeamiento con una dirección ejercida por profesionales sin preparación en el área de la Orientación, se eliminan los Núcleos de Orientación de Primaria, se descontinúa la formación de Orientadores que funcionaba interrumpidamente desde 1964 hasta 1969 y el énfasis de la Orientación será puesto en los aspectos vocacionales.
Dentro del área vocacional, se crean las Áreas de Exploración, con el fin de poner en contacto al estudiante con actividades vinculadas con las plazas ocupacionales técnicas como: carpintería, electricidad, mecánica; entre otras, para que el mismo alumno pudiera explorar sus habilidades e intereses; siendo este un recurso para el desarrollo vocacional del alumno, paradójicamente, quedó excluido del programa de Orientación. En definitiva, durante el período 1969-1973, la Orientación se situó al margen del sistema educativo. Las políticas del gobierno y las disposiciones administrativas en materia de educación asumieron la tarea de orientar sin Orientación, a través de una estructura que no permitía a los estudiantes cambiar su elección inicial a consecuencia de la rigidez y de la estratificación de la educación. Estas preferencias permiten inferir que el concepto de Orientación que se maneja en este período, está limitado a la elección vocacional y a los problemas de estudio; en consecuencia está lejos de una definición integral de Orientación.
A partir de 1974, se realizan reformas en la organización del Ministerio de Educación, al margen de la revisión y evaluación de los programas desarrollados hasta el momento en materia educativa. La Orientación asume el modelo teórico con base en la Psicología Humanista y en los principios de la Revolución Educativa, el cual instrumentaría las políticas del país de acuerdo al Plan de la Nación. Siguen rigiendo los preceptos del Modelo Tecnocrático como la democratización de la enseñanza y la modernización del proceso educativo.
Los cambios que se producen en el programa de Orientación se fundamentan, por tanto, en un enfoque humanista, implementado en los Estados Unidos desde hacía algunos años, con un objetivo primordial: Preparar al hombre para vida.
La elección profesional u ocupacional deja de ser motivo de preocupación principal para el ser humano en la sociedad norteamericana y, bajo este enfoque, la Orientación ya no se va a ocupar directamente de la resolución de los problemas inmediatos del hombre (conseguir trabajo, escoger una profesión, aliviar tensiones, entre otras), sino que se va a ocupar de la existencia del hombre como una totalidad. La preocupación fundamental del norteamericano es su autorrealización, entendida como la aprobación o aceptación del otro. La Orientación, entonces pasa de ser una relación individual a una relación grupal que obligará al Orientador a desarrollar destrezas personales de comunicación y el trabajo en grupo para propiciar un cambio de actitud que ayude al individuo a lograr su bienestar y su mejor adaptación social, obviando la problemática colectiva.
Este modelo de Orientación, propuesto por la Revolución Educativa, adaptado a la realidad norteamericana, da mayor énfasis al área personal-social, a lo preventivo, a la atención indirecta a través de las técnicas grupales y a la preparación del Orientador como experto en relaciones humanas. Es el modelo que se propone para una Venezuela con una economía basada en una agricultura en constante mengua, una industria transformadora o ensambladora de elementos no producidos en el país y con unos ingresos petroleros altos, utilizados para remediar los desajustes resultantes de esa infraestructura económica y, por otra parte, dirigida a una población estudiantil muy desigual en todas las manifestaciones de la actividad social (ingreso económico, vivienda, acceso, y prosecución educativa, insertos en la economía industrial con poca data, etc.) En el aspecto organizativo, se crea la siguiente estructura:
1. Un Nivel Central o División de Orientación del Ministerio de Educación, quien fijará los lineamientos generales que se adaptarán a las necesidades de cada región.
2. Un Nivel Regional, encargado de asesorar, supervisar y evaluar la labor desempeñada en los niveles operativos y distritales.
3. Un Nivel Distrital o Núcleos de Orientación, constituidos por un equipo interdisciplinario de asesorías a nivel operativo y a veces de atención directa.
4. Un nivel Operativo o Servicios de asesoramiento en los planteles, en los que se da la libertad de producir programas ajustados a la realidad de cada institución con la ayuda de equipos distritales, del nivel regional y con los recursos de la comunidad.
En 1974, DOME es elevada a la categoría de División y trasladada a la Dirección de Educación Secundaria, Superior y Especial; luego pasa, en 1975, a la División de Apoyo Docente por pocos meses y enseguida es transferida a la Oficina Ministerial de Asuntos Estudiantiles (OMAE). Esta Oficina tenía la responsabilidad de estudiar los problemas de la población estudiantil, recomendar tratamientos adecuados y aplicar soluciones efectivas. En ese mismo año (1975), los servicios odontológicos, médicos y sociales se adscriben a la División de Bienestar Estudiantil y el Programa de Orientación que se denominará en lo sucesivo asesoramiento, seguirá dependiendo e integrará sus actividades a la OMAE. En 1977, se elimina esta Oficina y el programa de Orientación es asignado a la División de Bienestar Estudiantil de la Dirección General de Asuntos Socio-Educativos (DGASE).
A la DGASE le correspondía “conocer y estudiar la realidad biopsicosocial y económica de la población estudiantil del país y contribuir a los problemas de esta naturaleza que inciden en el normal desenvolvimiento de la conducta y rendimiento de los educandos”. (Peñalver, citado en UNA, p.24)
Producto de una evaluación y autoevaluación de los Servicios, entre 1974 y 1979, se crea un nuevo modelo administrativo: Los Núcleos Integrales de Bienestar Estudiantil (NIBE), uno en cada región y dos en el Área Metropolitana, con el fin de atender a los alumnos de Pre-escolar y Primaria, preferiblemente de las Zonas marginales.
A comienzos de 1978, se presentan algunos cambios sobre los planteamientos propuestos en Orientación a partir de 1973 pero que no la alejan de lo planteado en ese entonces.
Para 1980, a través del Decreto 496, se formula un nuevo Reglamento Orgánico para el Ministerio de Educación, por medio del cual ascienden a la categoría de Oficina Ministerial la DOME, la Dirección de Bienestar Estudiantil y la Dirección General de Asuntos Socio-Educativos.
En el VI Plan de Nación (quinquenio 1984-1989), se establece la creación del Centro Nacional de Asesoramiento Vocacional y Profesional (CENAVOP) para atender la educación media y el Sistema Nacional de Orientación y Admisión a la Educación Superior, mediante el cual se organiza la Oficina Central de Orientación y Admisión al Subsistema de Educación Superior (OCOAES). Con la creación de este Centro se aspiraba sistematizar el proceso de Orientación Vocacional para que respondiera a las necesidades de los estudiantes y a los requerimientos de los planes de desarrollo existentes en los países contemplados en la Ley Orgánica de Educación de 1980.
En opinión de Moreno (ob. Cit.), el nuevo Plan integra la educación en un proyecto de desarrollo cuyo objetivo primordial es la formación de recursos humanos; sin embargo su éxito dependerá de las disposiciones socio-culturales de la población, de sus hábitos de trabajo, de su esfuerzo productivo y de sus capacidades de organización, porque su principal objetivo es incrementar la eficiencia de la economía, y por ende, el aumento de la productividad. Este modelo de desarrollo propuesto implicará, por tanto una transformación sustancial del sistema educativo, que determinará la acción de la Orientación. Dentro de este marco referencial, la orientación será entendida como simple ayuda para escoger una profesión o un tipo de trabajo, ya que el CENAVOP se encargará de investigar, procesar y divulgar información educativa y ocupacional, elaborar y desarrollar programas de asesoramiento vocacional y profesional, investigar las tendencias vocacionales y sus correspondencias con las demandas del mercado de trabajo, establecer un sistema permanente de enlace con instituciones públicas y privadas para la coordinación de programas y recursos y entrenar al personal docente requerido para la ejecución del programa.
El mismo autor sostiene que con esta misión que se le encomienda a la Orientación en este período, se retoma a la concepción del orientador como distribuidor de recursos humanos, es decir, proveedor de trabajadores aptos y satisfechos al mercado laboral y de un trabajo satisfactorio para el individuo, según las exigencias del aparato productivo del estado; tendencia que pudiera incrementarse con el transcurrir de los años.
A partir de 1990, se inicia la puesta en práctica de la Política de Reforma del Estado y como parte de este proceso, surge la política de descentralización educativa (COPRE). Inmersa dentro de estas nuevas influencias se comienza a sentir la Orientación, en 1993. La División de Bienestar Estudiantil elabora un Programa Nacional de Orientación Educativa (PNOE), el cual, constituye el documento normativo y legal que establece las líneas de acción que deben acatar los orientadores, con carácter nacional y centralizado, y otras que tienden a la descentralización progresiva. (Calonge, ob. Cit.)
El PNOE contempla para el nivel de Educación Pre-escolar funciones de planificación y evaluación, como por ejemplo, diseñar planes de acción que permitan atender las necesidades de la institución, elaborar y aplicar instrumentos a directivos, docentes, representantes con el fin de identificar las razones por las que el niño no se integra a la escuela. En fin, al establecer “que los planes de acción estén en función de los requerimientos del plantel, en función del trabajo conjunto con las figuras significativas y en interacción con otras instituciones” (Calonge, ob. cit, p.28), el PNOE está encauzado la orientación hacia la autonomía y descentralización. De igual manera sucede con el nivel de Educación Básica, en el que la planificación persigue como meta principal, la prosecución escolar y las acciones se planifican en función de las necesidades de la institución, siendo el programa, en este nivel, más prescriptivo.
Con respecto a la Educación Media, Diversificada y Profesional, el PNOE le asigna ocho actividades, de las cuales, resalta Calonge (1998) como las más representativas:
Coordinar el proceso de aplicación de la Prueba de Aptitud Académica y realizar en el plantel las actividades de información y asesoramiento en relación con la Pre-inscripción Nacional de acuerdo a las actividades contempladas en Manuel de Procedimientos de la Oficina de Planificación del Sector Universitario; Brindar información educativa y ocupacional a los Docentes, Padres y Representantes, a fin de contribuir positivamente en la toma de decisión vocacional de los alumnos; Brindar asesoramiento vocacional y profesional a los alumnos del último año de Educación Media Diversificada y Profesional a objeto de facilitarle una acertada toma de decisión (p.29)
De estas actividades, la primera no le otorga ninguna autonomía el orientador, ya que debe acatar las directrices de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), las cuales no consideran los aspectos personales de la población estudiantil, ni los factores socioculturales de la región; mientras que en las demás actividades se otorga atención a lo local y a aspectos regionales relativos a redes educativas y ocupacionales Reitera entonces, Calonge (1988) que el PNOE contempla acciones centralizadas y nacionales y a la vez, aborda líneas que inclina la acción hacia la descentralización progresiva.
Esta política de descentralización ya es un hecho en algunos estados y en lo que respecta a la Orientación ha sido objeto de políticas puntuales en alguno de ellos, como es el caso de Aragua, en el que se estableció como prioridad la Orientación Familiar a través de la Escuela de Padres.
“La descentralización crea entonces el marco ideal para la transformación de la Orientación” (Calonge, 1988, p.35); una Orientación innovadora que adaptaría sus planes a los intereses, aspiraciones, valores, creencias y actitudes de los grupos sociales vinculados a los planteados educativos de la Constitución Nacional y la Ley Orgánica de Educación que por supuesto modificaría la manera de ejercer su práctica profesional.
La Orientación en la Universidad
En los años cuarenta, las necesidades de los estudiantes originan la creación de programas para atender los aspectos: económico, médico-odontológico, psicológico y psicopedagógico.
La primera organización de Bienestar Estudiantil surge por Decreto del Ministerio de Educación, en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Posteriormente, se crea una Unidad Administrativa de Servicio Social y médico-dental en el Instituto Pedagógico Nacional.
En la década de los sesenta, la masificación de la educación trae como consecuencia la creación de servicios de orientación en facultades y escuelas, surgiendo los denominados Núcleos Periféricos de Orientación. Estos servicios desarrollan programas con énfasis psicologista. Los nuevos institutos y universidades experimentales creadas en esta década, plantean la necesidad de establecer en el Servicio de Orientación, actividades que apoyen a las nuevas modalidades de estudio.
En 1962, el Consejo Nacional de Universidades (C.N.U) crea la Comisión de Orientación cuyo, objetivo es “promover una política integrada de orientación en educación superior y con los demás niveles” (M.E citado por Essenfeld, 1978, p.41). Esto cohesiona a las universidades y pedagógicos en torno a la discusión de aspectos filosóficos y operativos; sin embargo, en 1970 cesan en sus actividades.
En 1974 y 1975, el Instituto Pedagógico de Maracay (recién fundado) y el Ciclo Básico Superior de Barquisimeto, promueven seminarios de orientación, en un intento de reactivar la comunicación intersectorial.
Enssenfeld (1978) citando a Manzanilla, expone la problemática de la educación superior para los momentos: aumento vertiginoso de la matrícula estudiantil, presión por parte de los sectores menos favorecidos para participar en la educación superior, oferta de mayor número de Cursos Básicos y de Estudios Generales, implementación del Sistema Nacional de Inscripción y de un posible Sistema Nacional de Ingreso.
Para 1977, no se vislumbra aún una política que integre y cohesione el Subsistema de Orientación; en consecuencia, surge por iniciativa de profesionales de la Orientación la convocatoria para organizar las I Jornadas de Servicios Estudiantiles. Como eje central se discute: Un nuevo Enfoque de los Servicios de Orientación.
Estas Jornadas se han seguido realizando bianualmente y sin interrupción. Los focos principalmente tratados han ido reflejando la situación que ha vivido la orientación a través de estos años: En 1980, se sugiere, en las II Jornadas (y posteriormente se funda) la creación de una Asociación Nacional de Profesionales de la Orientación que aglutine a orientadores, psicólogos, trabajadores sociales, médicos, etc; su fin primordial es establecer políticas y estrategias coherentes para estos servicios (UNA, 1984)
En 1986, el C.N.U, establece el Núcleo de Directores de Desarrollo Estudiantil, conformado por todos los gerentes que estaban al frente de estos servicios. Este Núcleo produce, en 1988, el basamento legal y filosófico sobre el cual se fundamentarían los Servicios de Orientación a nivel superior3.
Para 1993, el Núcleo de Directores expone, en un informe producto de un curso-taller, las problemáticas más relevantes que deben redefinir las funciones de estos servicios: Baja calidad del proceso enseñanza-aprendizaje e inexistente participación de la Dirección de Desarrollo Estudiantil en los niveles de Decisión de la estructura organizativa de las Universidades, y elaboran, para 1994, un Plan de Desarrollo Estratégico de estos servicios. Se Plantea con urgencia la redefinición de la Misión y la Visión de estos servicios; así como también su sistema de valores, políticas y estrategias programáticas. Se esboza la necesidad de hacer de la investigación un instrumento de trabajo cotidiano del Orientador. Destaca, como conclusión de lo tratado en estas Jornadas, el consenso sobre la necesidad de retomar la orientación vocacional, de elaborar programas de autogestión y de posesionarse de la nueva tecnología de la automatización.
Para 1998, se realiza en la ciudad de Maracay, el Congreso Latinoamericano de la Orientación y Asesoramiento y el VI Encuentro de la Federación de Asociaciones de Profesionales de la Orientación en América Latina (FAOPAL). En el desarrollo del evento, se trata el tema del postmodernismo y la Orientación. Se debatió sobre la necesidad de tomar en cuenta las diferencias socio-económicas de cada región. Las conclusiones planteadas sugieren ya un cambio de enfoque metodológico en la relación orientador-estudiante: Se habla aquí de una relación de ayuda; de la necesidad de mayor integración de los servicios de orientación a la actividad docente.
Si se contrastan las problemáticas tratadas en las Jornadas de Servicios Estudiantiles con las tratadas por el Núcleo de Directores para este momento, se evidencia una divergencia: a los primeros los mueve la urgencia por resolver los problemas de la praxis diaria, a los segundos, los directores, los problemas teóricos filosóficos.
En el año 2000, se celebra en la ciudad de Valencia (Venezuela), el Congreso Mundial de Orientación y Asesoramiento. Gonzáles y Oliveiros (organizadores del evento), en un primer papel de trabajo, reportan las conclusiones de dicho evento: Necesidad de incorporarse a la globalización, sin sacrificar la particularidad de lo local y lo individual. En referencia a las bases teóricas se mantienen dos posturas:1) considerar a la orientación como una relación de ayuda unidireccional orientador-estudiante y 2) La que sostiene la necesidad de desconstruir esa relación para transformarla en una relación intersujetos “con una visión compartida y dialógica en la búsqueda del otro, atendiendo la horizontalidad, la solidaridad y la interpretación” (p.2)
Para el año 2002 se celebra en Venezuela Valencia el I Congreso de Profesionales de la Orientación de los Países Bolivarianos (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) y se reportan las siguientes conclusiones:
El desarrollo estudiantil constituye hoy en día un eje fundamental dentro del acontecer educativo por su inherencia en el proceso de formación integral del individuo. Es por ello, hay que repensar el rol que debe cumplir la orientación. Ella debe focalizarce hacia el desarrollo integral del sujeto y considerar dentro de sus acciones la atención a la diversidad como elemento que permite la integración. De igual manera, considerar que la orientación en los países bolivarianos debe tomar en cuenta las poblaciones indígenas no sólo por los benéficos que ofrece en el trabajo individual grupal y comunitario, sino también para la instauración de programas de orientación innovadores que le permitan desarrollar e integrar a esta población con habilidades para liderizar y promover su cultura desde una visión genuina y ecologista de su etnia.
Es importante generar modelos de funcionamiento cuya finalidad sea mejoramiento de los servicios estudiantiles de las universidades como punto de partida para unificar criterios en lo referente a políticas y estrategias de atención holística dirigidas a la población estudiantil universitaria con el objeto de lograr la mayor efectividad en dichos servicios
En el Foro Iberoamericano de Orientación Educativa, realizado en Las Tunas Cuba en mayo de 2004 se llegó a delimitar algunos postulados básicos que deben estar presentes en todo el proceso de Orientación Educativa.
1. La Orientación es una función inherente al sistema educativo. Los Estados deben garantizar las oportunidades y el desempeño de dichas funciones para que todas las personas, independientemente de su edad, género, status social tengan acceso libre y derecho a un proceso de Orientación de calidad, acorde con un proyecto de mundo más universal y humanizador, que vaya siempre en un continuo proceso de co-creación.
2. La necesidad de que se desarrolle en la persona la posibilidad de utilizar sus capacidades y habilidades para tomar decisiones y aprovechar al máximo las potencialidades del desarrollo, de acuerdo con las oportunidades y alternativas que se les presentan. Se trata de su autodirección.
3. El carácter sistémico, procesal, regulador que debe tener el trabajo de orientación en un marco dinámico y dialéctico.
4. Impulsar con carácter preventivo y orientador en todos sus niveles que contemple objetivos individuales, sociales e institucionales.
5. Ayudar, no suplantar. Orientar, no dirigir. Ayudar y orientar profesionalmente, necesita un saber hacer y un saber hacer en un aprendizaje constante con una actitud propositiva.
Como complemento a la caracterización de los sistemas de orientación se exponen en forma resumida, dos diagnósticos efectuados con un intervalo de casi diez años. Realizados ambos por Senta Essenfeld, el primero en 1976 cuando ocupaba la Dirección de la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Simón Bolívar de Caracas y el segundo, en 1986, cuando se desempeñó como Coordinadora del Núcleo de Directores de Desarrollo Estudiantil.
Diagnóstico de 1976:
- La Orientación como estructura existe en todas las instituciones, tanto públicas como privadas.
- Existe ambivalencia con respecto a la adscripción de estos servicios: algunas unidades dependen de Subdirecciones administrativas y algunas, de ambas a la vez.
- La proliferación de subsistemas periféricos de Orientación, localizados en ámbitos académicos y espacialmente diferentes, contribuyo en mucho con la atomización e incoordinación de estos servicios.
- La atomización y la ausencia de interconexión entre los subsistemas, es causa y efecto de una práctica dirigida a lo correctivo- remedial que limita e impide la participación real en la investigación y planificación educativa.
- La especialización de las unidades operativas donde cada profesional responde por su área - crea separaciones que elevan costos y obstaculiza la evaluación integral del estudiante y de los servicios.
Diagnóstico 1986
- Existencia de diversidad de criterios en relación a fundamentación filosófica, la política y las estrategias a seguir.
- Poca participación de las unidades de Orientación, en la toma de decisiones sobre aspectos que le conciernen.
- Insuficiencia presupuestaria para desarrollar los diversos programas de orientación al estudiante.
- Ausencia de programas que giren en torno al uso del tiempo libre del estudiante y de actividades recreativas.
- Escasa o nula evaluación y seguimiento de los programas que se desarrollan.
De lo expuesto, se deduce la ausencia, desde los mismos inicios de la acción orientadora institucional, de una política que direccione el desarrollo de las unidades de orientación, adecuándolas progresivamente a las exigencias de los tiempos. Los problemas de comunicación, intra, interunidades e interinstitucionales fueron y siguen siendo, una de las más fuertes debilidades. Las fortalezas de la Orientación parecen radicar en las necesidades reales que de estos servicios tiene la población estudiantil. Existe consenso en que se debe mejorar la calidad de la educación superior y que una manera de lograrlo es mediante el desarrollo integral del educando.
Funciones de la orientación en la universidad
En vista de que la orientación dentro del sistema educativo constituye un proceso continuo, su fundamentación filosófica es la misma en todos sus niveles y modalidades. Solamente varían las políticas y estrategias, así como los objetivos y funciones, ya que estos deben adecuarse al nivel o modalidad correspondiente.
La función de la orientación en la universidad está centrada en la selección, distribución y orientación profesional, está dirigida a identificar a quienes tienen posibilidades de éxito en la carrera, brindar información completa sobre la misma, mercado ocupacional, oportunidades de trabajo y de estudios posteriores. Rivera, (1966) asevera que la orientación en educación superior debe dirigirse a:
...Cristalizar la personalidad del alumno, comenzando por ayudarlo en la adaptación a un medio escolar con objetivos más amplios y a la vez más especializados que en las etapas anteriores y en el cual se establece como principio rector el desarrollo del espíritu de investigación y de esclarecimiento de los problemas nacionales, unido a la formación profesional propiamente dicha. (P. 13)
Ahora bien, la intención debe estar concretada en ayudar a los estudiantes a conocer sus limitaciones, necesidades y a desarrollarse en forma gradual y armónica a fin de garantizar una vida satisfactoria para la sociedad en que se desenvuelve. Por consiguiente, la praxis de la orientación en la educación superior debe estar centrada en el desarrollo integral del alumno y en la valoración de la práctica orientadora todos los aspectos de su vida.
Los procesos de la orientación vocacional incluyen una etapa de búsqueda interna, a través de la cual se aprende a elegir en función de la personalidad, los valores, los intereses, las aptitudes y las habilidades y una etapa de búsqueda externa más informativa, donde se obtiene información adecuada sobre los alcances de las carreras, contenidos y ocupaciones.
Un mejor conocimiento de los intereses permite descubrir campos de actividad no imaginados y posibilita la elección de aquellos que se adecuen mejor con sus capacidades y le proporcionen satisfacción y estabilidad en el trabajo posterior .
Concepción de la Orientación
El concepto actual de orientación y sus distintos enfoques teóricos y prácticos vienen a ser el resultado de la influencia de una serie de acontecimientos y aportaciones que se han producido a lo largo del siglo XX. Para su definición hay que remontarse a la cultura griega. (Bisquerra, ob.cit, P.23).
Cuando se trata de precisar el concepto de orientación es difícil llegar a una sola definición ya que diferentes autores lo han enfocado desde diversos puntos de vista. Estas discrepancias se deben no sólo al espacio de partida de la orientación sino también al cambio histórico en las concepciones que la sustentan. Una de las confusiones que se ha generado alrededor de este vocablo proviene de la traducción errónea de los términos counseling y guindace, usados en la mayoría de los textos de orientación escritos en inglés, pues al utilizar las palabras de guiar y /o aconsejar no se expresa realmente el concepto de orientar, éste significa algo más que guiar, lleva dentro la connotación de que la persona alcanzará su meta por sí misma a través de sus propios recursos y de las oportunidades que se le brindan para obtener su autorrealización. Son muchas las palabras que en la lengua castellana se presentan como sinónimos (conducir, canalizar, dirigir, entre otras) pero se refieren al hecho de controlar desde afuera sin cualidades de voluntad, inteligencia lo cual es opuesto al propósito de orientar.
Otro de los factores de confusión procede del predominio del enfoque analítico sobre sintético.
El analítico aparece en los inicios del movimiento de orientación y sigue prevaleciendo, distingue a la orientación desde una perspectiva transversal para orientar al alumno en sus elecciones vocacionales y profesionales. El criterio sintético aprecia a la orientación como un proceso continuo. “la orientación está destinada a atender a todos los educandos en todos los aspectos de su personalidad a lo largo de todos los niveles educativos”. (Walter citado por Dobles, 1963)
Sin embargo, el compromiso de la historia parece imponerse a pesar de los avances que se han dado en materia de orientación; se parcela en áreas diferenciales orientación educativa, orientación vocacional y orientación personal-social como expresión más moderna pero restringida de asesoramiento Psicológico. No se debe caer en el error de pensar que se puede aislar a la orientación, como se ha venido haciendo, ya que la orientación es un proceso integral que atiende a la persona en todos sus aspectos y se da en una relación de apoyo donde el orientador ayuda al asesorado a descubrir sus potencialidades y a atender sus necesidades de una manera Holística.
Boy y Pine, explican la diferencia entre orientación y guiatura, en cuanto en la manera de abordar las situaciones en el contexto escolar a través del presente cuadro:
Cuadro 1
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Fuente: Boy y Pine citado en UNA, p.24 (1984)
Los autores antes referidos aseveran que:
Los dos términos como sinónimos llevan a una gran confusión con respecto al rol orientador... , la guiatura como una actividad en la que se empeña y debe empeñarse todo el personal docente, ya que se la considera como un esfuerzo, por prestar al alumno una atención individual a través del proceso educativo. (P.24).
En este orden de ideas, se puede apreciar que los programas de guiatura se centran más en ofrecer información vocacional al estudiante, en lugar de incentivarlos a la exploración de sus interese y aptitudes y, ayudar al alumno a ser una persona autónoma, que se conozca a sí misma antes de tomar la decisión referente a su formación profesional.
La principal fuente de confusión sobre el término Orientación proviene de la guiatura porque ésta se estableció como obligatoria en todos los planteles de educación secundaria en Venezuela en (1965) y en lugar de venir para complementar el proceso de la acción orientadora se vio como opuesta en las funciones del orientador.
Es conveniente resaltar que ambos procesos son importantes, que no pueden separarse ni uno superponerse al otro, beben integrase para lograr el pleno desarrollo de la personalidad como principio consagrado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).
Por ello, la orientación se podría puntualizarse como: un servicio que atiende a la persona, desde su más temprana edad con el fin de ofrecer oportunidades individuales que le permitan llevar a fruto el logro de sus metas y alcance satisfactorio de todos los aspectos de su vida.
De lo antes expuesto, se desprende que la orientación es un proceso continuo, destinado a ayudar a la persona a hacer mejores elecciones de vida y lleva implícito: optimizar el desenvolvimiento de la personalidad, lograr un mayor conocimiento de sí mismo, de las oportunidades que se presentan ante el orientado para que tenga una conducta más efectiva en la resolución de problemas y la toma de decisiones.
González (ob.cit.) considera que:
En Venezuela se ha ido formando un concepto diferente de orientación el cual se inició con lo que Vilera (2000) señaló como un proceso de construcción del término, “relación de ayuda” en orientación. Partiendo del hecho que la relación de ayuda para nosotros es una condición limitante de la libertad que los usuarios deben tener en su proceso formativo como persona. En esta idea también se trata de los procesos “dialógicos” Vilera (2000), intersujebtividad Oliveiros y “horizontalidad” (2000) (Vallejos (2000). (P.1)
Desde esta óptica se puede inferir que en la orientación se hace cada vez más importante tener en cuenta la condición humana de las personas que hacen la orientación, González (ob.cit) opina que:
Nuestra profesión es una ocupación hacia lo humano. Para sentirla se requiere de un potencial básico de afecto, consideración de amor hacia lo humano, que por supuesto debe ser reforzado a través de estudios reforzados. Esto nos obliga a ser muy cuidadosos en la selección de los que aspiran a desempeñarse en este oficio. No todas las personas resultan adecuadas para realizar la actividad de la orientación. (P.2)
En esta reflexión, se puede apreciar que la orientación exige no solo una infraestructura para su praxis y de un profesional egresado en el área, sino también de un personal con un perfil humano que le consienta la aceptación de la persona que asesora.
La orientación esta justificada por un conjunto de funciones y tareas dirigidas a satisfacer las exigencias manifiestas en los distintos contextos donde está inmersa.
En el Código de Ética del Profesional de la Orientación (2001), se define a la orientación: “como disciplina, como un área de conocimiento enmarcada en las ciencias sociales dirigida al desarrollo del potencial humano a través de la consulta y asesoría psicosocial en forma individual y/o grupales cualquier etapa del ciclo de la vida”. (p.6)
Esta concepción de orientación le da un marco amplio de acción ya no se circunscribe a fases específicas del desarrollo evolutivo del ser humano, si no que forma parte importante y contribuye en el desarrollo integral de la persona.
Áreas de intervención de la orientación
En el sistema educativo venezolano se consideran tres áreas en la orientación, a saber:
- Orientación Educativa:
Su finalidad es favorecer al educando para que éste obtenga el mayor éxito en su rendimiento académico. Cade (citado por Nerci, 1976, P.21)
la orientación escolar es un proceso educativo a través de la cual se asiste al educando, con el fin de que éste pueda obtener pleno rendimiento en sus actividades escolares, formular y realizar planes según sus actitudes y sus intereses y así alcanzar más armoniosamente los fines últimos de la educación integral.
Desde esta valoración, se puede deducir la importancia del papel que juega el profesor en el proceso orientador. Pasa a ser responsabilidad de éste, gestionar que el educando tenga dominio del conocimiento y habilidades para enfrentar nuevas situaciones en su vida cotidiana. Curcho (ob. Cit.) avala este argumento: el maestro o profesor, por su papel esencial de educador, por la posición básica que ocupa y por su estrecho contacto con sus alumnos se encuentra en una posición inmejorable para orientar a los estudiantes. (P.5)
Como se puede apreciar, la orientación y el proceso de enseñanza aprendizaje integran juntos el proceso educativo, uno está implícito en el otro no se pueden separar y deben buscar la forma de humanizar la función educativa.
- Orientación Vocacional – Profesional:
La orientación vocacional es comprendida como una práctica destinada a prestar asistencia a jóvenes en circunstancias de optar por algún estudio que le permita su formación profesional en cualquiera de los niveles y modalidades del Sistema Educativo, para acceder a una ocupación en el futuro. Está fundamentada en dos disyuntivas trascendentales: (a) diferencias de las personas; (b) diferencias de las oportunidades que se le presentan. Sin estos contrastes no existiría la necesidad de ayuda para la toma de decisiones acertadas. La eficiencia y la factibilidad de que los sujetos se adapten rápidamente al mundo laboral, está estrechamente afectada por los intereses, las capacidades, las oportunidades de progreso y su autoconcepto.
Partiendo de lo expuesto en el párrafo anterior, la orientación vocacional debe estar integrada a los elementos del currículo e incluir oportunidades que faciliten al estudiante la exploración sistemática de sus intereses, oportunidades, realidades socioeconómicas, así como información educativa y ocupacional que le permita adecuar su decisión vocacional a su contexto sociocultural.
Brorrow (1970) sostiene “quienes realizan actividades de orientación en las instituciones educativas necesitan un marco de referencia en cual buscar su práctica diaria, en el caso de la Orientación Vocacional, hay posibilidades de que la estructura teórica provenga de la teoría del desarrollo de elecciones profesionales”. (P.40)
La orientación vocacional tiene entre sus propósitos ayudar al alumno a: descubrir sus propios intereses, valorar sus habilidades, reconocer cuales son sus oportunidades educativas y vocacionales más acordes con su realidad personal-social. Así como, proveerlos de experiencias vivénciales que le permitan el desarrollo vocacional.
La orientación profesional está concebida como el conjunto de actividades designadas a optar por una profesión, preparase y disponerse para ingresar a ella y progresar en su desempeño. En vista de que la elección de una carrera es una decisión de vida del educando.
Según Fingerman (citado por Super, s/f)
... la orientación profesional trata de evitar los fracasos en la vida. Aspira señalar el tiempo recto camino a seguir, a fin de que no se elija una profesión al azar. Tiende a resolver incógnitas indicando a cada uno el trabajo que está en armonía con sus disposiciones naturales, es decir con sus gustos, con sus aptitudes y su vocación. Quiere que cada ser humano, en su esfera, sea un triunfador mediante su eficacia profesional y no un fracasado que gravita, con sus problemas, como valor negativo sobre la sociedad. (P.23)
El propósito esencial de la orientación profesional radica en contribuir con el alumno en la escogencia de una profesión a través de la asesoría en el proceso de toma de decisiones educativas, vocacionales - profesionales. De manera que, le proporcione en el futuro bienestar personal, con el máximo rendimiento de sus potencialidades personales.
- Orientación Personal social o emocional:
Incluye dentro de su marco de acción lograr que el alumno se comprenda y se acepte a sí mismo y a su contexto sistémico. Su objetivo está focalizado en asistir al estudiante en la exploración, conocimiento y aceptación de sus características biopsicosociales y espirituales, prepararlo para superar obstáculos, enfrentar situaciones nuevas, problemas futuros, con el debido éxito personal social. Ello, mediante estrategias aplicadas en el aula para generar un clima psicológico que contribuya a su salud mental.
En este orden de ideas, la orientación completa la labor didáctica, elevándola a la categoría de educación. Debe ser ejecutada como un servicio básico que requiere de especialización para su desarrollo continuo, sistemático, y contextualizado de asistencia directa o indirecta al estudiante para facilitar el desarrollo de todas sus capacidades, de modo que se prepare para la vida y la sociedad en la que vive.
El artículo 22 del Código de Ética de los Profesionales de la Orientación (2001) estable lo siguiente: “las áreas de orientación están concebidas como centros o núcleos de abordaje de los procesos de consulta y asesoría; se definen tomando como criterios roles específicos asociados a tareas evolutivas importantes en el medio social. Están son: la personal-familiar-social, académica, vocacional, laboral y recreativa-comunitaria.
Enfoques Teóricos de la Orientación Vocacional
Rasgos y factores
Edmund Griffith Williamson, es el principal representante de la teoría de rasgos y factores puede considerarse como la corriente continuadora del enfoque iniciado por Parsons.
Las características de este enfoque se basa en los siguientes postulados básicos: (a) cada individuo tiene unos rasgos y unos factores individuales; (b) estos rasgos y factores pueden ser medidos y evaluados; (c) estos factores pueden desarrollarse o quedarse estancados en función de las interacciones del individuo con el medio ambiente; (d) el ejercicio de una ocupación requiere de unos rasgos; (e) cuanto mayor sea la adecuación entre los rasgos individuales y los requisitos ocupacionales, mayor será la satisfacción en la ocupación elegida. Desde esta visión, la personalidad es considerada un sistema de rasgos y factores, tales como habilidad memorística, aptitud verbal y numérica, relaciones espaciales, intereses, actitudes y temperamento. Estos factores maduran y se fortalecen a lo largo del desarrollo del individuo. De acuerdo a esta perspectiva el sujeto, se propone utilizar la comprensión de sí como medio para desarrollar sus potencialidades.
Conductismo: asesoramiento conductual
La mayor parte de la conducta humana es aprendida y sujeta a cambios, ciertos cambios específicos del ambiente del individuo pueden ayudar a modificar la conducta; los procedimientos del asesoramiento se proponen provocar los cambios pertinentes de la conducta del estudiante transformando su ambiente.
Los principios del aprendizaje social, modelado y refuerzo, se utilizan para desarrollar procedimientos de la orientación; la eficiencia del proceso se evalúa sobre la base de los cambios de conducta específica del estudiante fuera de las entrevistas.
Los procedimientos en el asesoramiento no son estáticos, fijos ni predeterminados; se elaboran para ayudar al estudiante a resolver un problema concreto.
Algunas debilidades de este enfoque se encuentran en que: el asesoramiento es frío e impersonal y controlado, relegando la relación personal a una función secundaria, se concreta en técnicas, el asesor predetermina las metas del asesorado, no se explica a profundidad cómo se da el aprendizaje, ya que la hipótesis se debe someter a comprobación (el cambio del sujeto debe ser tangible).
En cuanto a las fortalezas, se puede mencionar que este enfoque permitió que el asesoramiento progresara en cuanto a ciencia, por que se dedican a la investigación y se aplican los conocimientos existentes al proceso de asesoramiento, la hipótesis de cambio se debe formular de manera operativa para facilitar la evaluación de la transformación y logro de la meta que se requiere, se toma en cuenta eliminar, reducir o modificar ciertas limitaciones del ambiente para ayudar al orientado.
Humanismo
Se basa en el asesoramiento centrado en el cliente no directivo. Este supuesto sostiene que el concepto de sí mismo regula la conducta y el campo perceptual constituye la realidad para el individuo, la conducta depende de las percepciones y se organiza de acuerdo al concepto de sí mismo. El sujeto puede hacer su propia elección, si se le brinda una atmósfera permisiva y libre de tensiones. El objeto del asesoramiento es la madurez e independencia y plenitud del asesorado como persona libre y responsable y el proceso de orientación vocacional se da en un clima de mutua aceptación.
No todas las personas están de acuerdo con las ventajas de este enfoque, se considera que tiene ventajas y desventajas ellas dependen de los efectos que genera en la persona que recibe el asesoramiento y de la forma como el asesor aplique el couseling (manera de orientar). Hay que reconocer que Rogers (1961) contribuyó con la nueva manera de ver al hombre “ser único conductor de su propia vida, hombre en pleno funcionamiento”. (p. 195)
Existencialismo
Víctor Frankl (1938), utilizó por primera vez el término existencialismo y logoterapia. Considera que la conducta del hombre está motivada por los intentos de hallar un significado, el hombre no está impulsado por sus valores sino que estos lo arrastran, la falta de un proyecto de vida amenaza de no ser. El individuo de acuerdo con sus potencialidades desarrolla su compromiso.
La Terapia gestalt: tiene orientación existencial; se fundamenta en una concepción holística de la persona, la cual está en constante relación con el entorno. Es esencialmente una agrupación de ejercicios que aparece en 1982 con Perls. Está encaminada a impulsar a la persona al crecimiento normal; más que una técnica correctiva, busca el desarrollo del Darse Cuenta (awareness) de uno mismo y de los diversos aspectos del yo, fomenta en el individuo una mayor libertad y facilidad para continuar su crecimiento normal “el darse cuenta y la aceptación de las emociones indeseadas son las condiciones sine qua non para que se produzca la curación”. (Perls; citado por Paterson 1974. p. 426).
Enfoque Cognitivo
Consideran que la raíz de las dificultades emocionales y comportamentales está en forma negativa y poco realista con lo que las personas piensan de sí mismas y sobre el mundo que los rodea. Los orígenes de la teoría se remontan a Epicteto, filósofo que observó que la gente está perturbada no tanto por los acontecimientos sino por la forma de enfocarlos. La realidad se puede ver desde distintos ángulos, unos mejores que otros; las personas eligen su propio ángulo de visión. Las creencias sobre el mundo y acerca de sí mismo influyen en la particular visión del mundo.
La terapia consiste en cambiar el pensamiento para poder superar las dificultades. Se trata de adoptar otro ángulo desde el que enfocar la vida. Dentro del cognitivismo está la posición racional emotiva de Ellis, la terapia de la realidad de Glasser, la teoría de los constructos personales de Kelly.
La utilización de este modelo pone énfasis en animar al sujeto para que realice una autoexploración y ayudarle a desarrollar habilidades cognitivas que le permitan dominar la situación. Se concede una importancia especial al trabajo en grupo.
La posición Ecléctica
Es la integración de las distintas aportaciones teóricas y metodológicas que han ido surgiendo a lo largo de la historia. Sostiene el principio de que un solo método o teoría no son suficientes para una intervención orientadora eficaz. Se apoya en los conocimientos de otras ciencias, principalmente la psicología, pedagogía y sociología.
El Eclecticismo como sistema teórico, consiste en la selección y combinación de los rasgos compatibles de diversas teorías. Trata de coordinar todas las doctrinas conocidas, procura obtener una resultante superadora de todas ellas consideradas aisladamente. El sistema final está abierto a la revisión constate. Hay que distinguir el eclecticismo de la mera combinación asistemática y acrítica de los distintos enfoques. El punto de vista ecléctico también se conoce como enfoque selectivo, el asesor debe seleccionar la teoría más apropiada al problema y estar dispuesto a cambiar de enfoque en cualquier momento. Ejemplos de propuestas de enfoques eclécticos son: Thorne, Tyler, Gilmore y Carkhuff y la psicosintesis.
Constructivismo
Su principio básico destaca la importancia de la actividad constructiva del sujeto en el proceso de aprendizaje. De acuerdo a esta representación el alumno es el responsable de su proceso de aprendizaje, construye el conocimiento por sí mismo y nadie puede sustituir esta labor, relación de la nueva información con conocimientos previos. La persona es activa, es un organismo en busca de información y la procesa. El asesoramiento se basa en el desarrollo de estrategias metacognitivas que apunte al progreso integral del asesorado.
De las aportaciones de los diferentes enfoques presentados, se reconoce que la orientación abarca toda la persona. Por lo tanto, la posibilidad de que un individuo desarrolle al máximo sus capacidades potenciales de aprendizaje depende sin duda, de las circunstancias ambientales (que el aprendizaje sé de en la interacción con su ambiente). Si está expuesto a experiencias variadas de alta calidad que le permitan descubrirse a sí mismo a través de la autoevaluación y autocrítica, logrará definir su autoconcepto y, por ende, tomar decisiones adecuadas que tendrán una incidencia positiva en el desarrollo profesional que se desea para la realidad social de Venezuela.
Antedentes de la Orientación Vocacional
La definición oficial de Orientación Vocacional formulada por la Asociación Nacional de Orientación Vocacional, en 1937,fue la siguiente “el proceso por el que se ayuda a elegir una ocupación, a preparase para ella, ingresar y progresar en ella”. Super (1951) sugirió que la conceptualización fuera revisada para indicar que:
La orientación vocacional es un proceso por el cual se ayuda a una persona a desarrollar y aceptar una imagen adecuada a integarda de sí misma y de su rol en el mundo del trabajo, a someterse a prueba este concepto en la realidad y convertirlo en realidad para la satisfación de sí misma y beneficio de la sociedad (p.92)
Está claro que la orientación vocacional constituye un proceso de asistencia, un servicio prestado al individuo para ayudarlo a elegir y adaptarse a una ocupación (Crites, S/F p. 37). Entonces, debe considerarse como un proceso de desarrrollo profesional que comienza con el ingreso a la universidad y se da como un constructo que se incrementa de manera sistemática dentro de la vida personal y profesional del individuo.
Ginzberg, Ginsburg, Axelrrad y Herma (1951), hicieron un acercamiento a la teoría general en psicología vocacional introdujeron el factor tiempo en su estudio y formularon proposiciones iniciales de etapas y periodos de desarrollo asociados con la elección ocupacional desde la niñez hasta la adultez. Se supone que en esas etapas la elección ocupacional avanza desde la condición de fantasía hasta su fase de realidad y prueba preliminar. En esta teoría no se logra la integración sino que se alcanza en el futuro y solamente en forma potencial.
El libro de Ginzberg Compañeros de Reto, motivó a Súper a organizar un campo nuevo en la carrera de psicología vocacional. Lo hizo en dos etapas. En la primera propone una teoría de desarrollo vocacional. Las 10 proposiciones en la teoría de Súper centraban la elección ocupacional en el autoconcepto y hacia el desarrollo del autoconcepto vocacional dentro de la multipotencialidad de cada individuo.
Su segunda etapa cristaliza con la publicación de La psicología de la vida profesional (1957). Este libro, ahora clásico, incorporó su teoría del desarrollo vocacional a un marco de desarrollo de la vida y cambió el estudio de la psicología de eventos vocacionales singulares a eventos interactivos y múltiples que ocurren desde el nacimiento hasta la muerte.
Propuso que el desarrollo vocacional progresa a través de etapas de crecimiento, transición, ensayo, prueba, mantenimiento y declinación. Los tipos o modelos de carrera toman formas y encuentran su expresión o dan frustración dentro del marco de desarrollo vocacional.
Los años 50 vieron el cambio de una psicología ocupacional a la psicología de carrera. En los años 60, nuevas fuerzas sociales se unían a la reciente teoría de desarrollo de carrera para causar un impacto en las prácticas de orientación. Profesionalmente, las fuerzas en juego se enfocaban en la necesidad de dar orientación individual suficientemente larga. Los apoyos teóricos de esas fuerzas se originaron en la psicoterapia y tuvieron una marcada influencia en la práctica cambiante.
En Estados Unidos, Sioney P. Marland Jr. (1971), contribuyó con los avances de la psicología de las carreras a un nivel práctico cuando identificó la educación profesional como un medio para mejorar la educación general y propuso que la vida y cómo vivirla es la vocación primordial de todos, y la última prueba del proceso educacional en cualquier nivel es preparar a la gente a vivir y a estar activa con sus corazones y sus mentes y, para muchos, con sus manos también.
Con esta meta, Marland partió de la conclusión de Venn (1970) en el sentido de que si se quiere diseñar un sistema educacional para servir a cada individuo y desarrollar su potencia creativa de una manera autodirigida, hay trabajo que hacer y actitudes que cambiar. De acuerdo con Marland (s/f) "todos nuestros esfuerzos como educadores deben inclinarse a preparar estudiantes para ser empleados de manera propia y útil, o para continuar hacia una educación formal". (p. 38)
Al plantearse la situación de educar para una profesión, surge en primera instancia la inquietud de crear la conciencia del proceso y del desarrollo de la toma de decisiones. Hasta ahora se han diseñado dos niveles de integración necesarios para facilitar el desarrollo de una profesión:
1. El nivel de la teoría de la profesión.
2. El nivel de organización para la educación profesional.
Es necesaria la integración de estos dos niveles para asegurar la viabilidad de una buena toma de decisión personal. Es decir, con información suficiente en las diferentes profesiones, sus características y campos de acción, así como una buena dosis de integración de los rasgos individuales, autocomprensión y análisis, se da un nivel de crecimiento (madurez) necesario en el proceso de elección y toma de decisiones. En este proceso, hay que recordar que a cada persona le toca vivirlo; nadie puede hacerlo por otro, pero sí puede contribuir a que se realice exitosamente.
El desarrollo de cualquier decisión respecto a una carrera potencial, tiene una fase de anticipación y otra de ajuste y acomodo. La fase de anticipación puede dividirse en tres etapas:
1. Exploración.
2. Cristalización.
3. Elección y clasificación; la de ajuste o acomodo, en las de: inducción reformación y reintegración.
Dicho en otras palabras, los pasos de la toma de decisiones serían:
- Ver cuál es la situación a resolver (qué, quién, por qué), definir la situación concreta por decidir.
- Considerar las alternativas posibles. Hacer un examen de las posibilidades y explorar qué información adicional se requiere y cómo puede obtenerse.
- Llegar a una conclusión, es decir, qué decisión es la que toma en cuenta los factores pertinentes, los propósitos y los deseos.
- Moverse hacia la acción, es decir, saber qué se necesita para poner en efecto la decisión y cuáles son los pasos a seguir.
Estos cuatro puntos están interrelacionados y, desde luego, siguen un orden lógico.
El consejero u orientador debe llevar al estudiante a través de estas fases no sólo con respecto a un problema en particular, sino con respecto al proceso mismo; debe establecer la suficiencia del asesorado en el manejo del proceso, desarrollar su conciencia y efectos y, al final, facilitar la introducción del sujeto en este proceso.
Al hacerlo, el orientador deja al joven con una sensación de fuerza como una consecuencia lógica. “El estado en que uno cree en sí mismo viene a ser la fuerza significativa al determinar lo que pasa con uno mismo, viene de la internalización del proceso de decisión” (Ellis y Tiedeman, 1970, p.356-57).
La orientación vocacional es psicología vocacional aplicada a todo esto; no se concreta a elegir una profesión, sino que implica también elegir un estilo de vida, ya que hay muchas semejanzas entre los diversos tipos de personalidad y los ambientes de trabajo en que se conforman las empresas o instituciones.
En segunda instancia, al educar para una profesión se debe observar la estructura del que pregunta y los hechos en la generación de la información. Fullen, Bown y Benk (1967) están conscientes de la responsabilidad que implica el saber. Para ellos, la base del crecimiento personal está en la disposición que manifiesta la persona que aprende, hacia el entendimiento y comprensión no sólo de sí mismo sino de su medio y de los demás.
Cuando se habla de la estructura de quien pregunta, se hace referencia a sus características, su marco de referencia, sus posibilidades, la forma como soluciona problemas, cómo se llega a la información, pero no sólo a eso sino al conocimiento que tiene de sí mismo.
Estos autores usan la técnica de la Ventana de Johari, la cual señala que todas las personas tienen áreas privadas y áreas conocidas por los demás, y una inconsciente que no conoce ni el individuo ni los otros. Mencionan, además, que en el arte de la enseñanza o de la instrucción es necesario que exista una armonía entre el profesor y el alumno, empatía y sensibilidad para que el primero ayude al segundo a descubrir cosas de sí mismo que ignora, disminuyendo así el área oscura y ampliando el área conocida o pública de la persona. Este proceso le daría al joven mayores elementos para la toma de decisiones. Es decir, al recibir uno información de sí mismo, se da un proceso a nivel cognitivo de reestructuración jerárquica mediante el acomodo y la integración de este material a lo ya conocido. Así se modifica también la imagen que se tiene de sí mismo.
Otro factor que se menciona como importante, es la intuición. Tiedeman (1972) indica que ella es el motor de la inteligencia y que en la toma de decisiones es como una chispa que inclina en determinada dirección o mueve a buscar información en cierta fuente y abre caminos. Otro factor fundamental es la información de la que el sujeto pueda echar mano en relación con el campo de las profesiones, y a los procesos mismos de desarrollo personal.
Actualmente, el progreso tecnológico provee de gran cantidad de medios para facilitar la tarea de la elección.
Es importante recordar que conforme se pone interés en la toma de decisiones respecto a las carreras en la educación profesional, hay que ser muy cuidadosos de lo que se hace para no eliminar el efecto mismo que se busca. Para que la responsabilidad personal permanezca en la persona a quien se ayuda en la educación profesional, y no en quienes la estructuran, es esencial que la toma de decisiones sea trabajada e internalizada.
Los programas o guías de orientación vocacional deben promover el desarrollo personal en la comprensión, diferenciación e integración de los pasos del proceso de toma de decisión, pero su mensaje principal no ha de ser que las personas tomen decisiones.
Es preciso examinar a la persona mientras decide su vida, cuidando los medios para hacerlo de tal forma que éste nunca excluya el objetivo, sino que mejore su realización para la vida, a través de proyectos personales y profesionales. Éste es el reto de la educación de carrera: ayudar a cada niño, mujer y hombre a superarse.
Por otra parte, han surgido formulaciones teóricas, que enfatizan el aspecto evolutivo, dinámico y procesual que caracteriza el desarrollo vocacional (Brolin, 1977; Jordaan, 1977; Super, 1977). Estas tendencias (teorías del desarrollo de la carrera) han supuesto una alternativa importante a los planteamientos de elección profesional estática que habían imperado en épocas pasadas amparados en la teoría de rasgos y factores (teoría del ajuste).
A partir de ese momento, se empezó a valorar y atender al desarrollo vocacional en relación con la necesidad de planificar las sucesivas etapas de la vida (Calvert y Steele, 1963; Shertzer, 1981). En este sentido, el concepto de “carrera” ha adquirido una nueva dimensión y con él se han querido expresar los distintos papeles, roles y ocupaciones que los individuos van desempeñando a lo largo de la vida. La National Vocational Guidance Association (1970) ha definido el "desarrollo de la carrera" como una serie de posiciones que forman la secuencia de la vida de una persona. Se trata de una concepción fundamentalmente evolutiva, que tiene en cuenta las etapas evolutivas del crecimiento humano y las tareas más adecuadas a cada una de ellas. El desarrollo de la carrera es considerado como una parte de los procesos que se dan a lo largo de la vida dentro del desarrollo humano.
La influencia que ha tenido esta nueva postura teórica en el campo de la orientación vocacional, ha propiciado el nacimiento de gran cantidad de programas de intervención, con los que se han querido ofrecer vías para que los procesos de desarrollo personal y vocacional se conduzcan de forma favorable para los intereses y necesidades de los distintos individuos (Katz, 1966; Hansen, 1970). En la mayoría de estos programas han quedado reflejadas las líneas maestras que definen esta tendencia y que básicamente son:
- Participar en un enfoque comunitario, en contraposición al modelo tradicional que se centraba sobre todo en la asistencia individual y puntual o counseling. Frente a este exclusivismo del hecho orientador, se busca un modelo que tenga en cuenta otros elementos y factores, que trate de abordar los problemas de una forma integral y que incida en todos aquellos que participan en el proceso de orientación (padres, profesores, alumnos, etc.)
- Defender los procesos de intervención frente a las metodologías puramente descriptivas o etiquetadoras. Se pretende hacer hincapié en el desarrollo de estrategias de acción y elaboración de programas de intervención para la evolución integral de los individuos
- Tener en cuenta las necesidades y características particulares de cada individuo, buscando en última instancia que sea él mismo quien encuentre soluciones adecuadas a sus problemas, partiendo de un conocimiento ajustado de sus potencialidades que le permita planificar los pasos sucesivos de su carrera y tomar las decisiones más ajustadas a sus intereses y posibilidades.
- Usar estrategias adaptadas a las etapas madurativas de cada sujeto
- Centrarse en el medio, ya que la actividad orientadora debe partir del estudio de la realidad inmediata que vive cada uno.
- Usar estrategias adaptadas a las etapas madurativas de cada sujeto.
Se rechaza, por tanto, la idea de ajuste entre sujeto y ocupación como fundamento de la elección vocacional y se insiste más en la perspectiva evolutiva y en el encadenamiento de decisiones que configuran la carrera académica y profesional de cada uno (Super y Bachrach, 1957). Es decir, se defiende una concepción teórica de la orientación vocacional donde se vea ésta dentro de un proceso continuo que permite favorecer el progreso del orientado a lo largo de las distintas etapas evolutivas y vocacionales (Secadas, 1978). Esta concepción parte del hecho de que las elecciones vocacionales y el desarrollo vocacional forman una secuencia que tiene lugar durante un período extenso y no en un momento concreto (Salvador y Peiró, 1986). A lo largo de este período, los sujetos precisan ayuda para autocomprenderse, adquirir una plena conciencia de la realidad circundante, tomar decisiones vocacionales y decidirse por un estilo de vida futura. Por todo ello, se piensa que la Educación Vocacional debería ocupar un lugar importante en el currículo educativo (Watts, 1979) y participar en un plan de formación integral de los sujetos.
Necesidad de la Orientación Vocacional en la Educación Superior
El profesional universitario ocupar un papel principal dentro de la sociedad. Del mismo modo, la Orientación Vocacional ha ido adquiriendo nuevos itinerarios, desde sus comienzos basados principalmente en el uso de tests (Santana Vega, 1990). Hoy en día trata de implicarse con el sujeto en su globalidad, atendiendo tanto al ámbito personal y escolar como al social y profesional (Rodríguez Moreno, 1986).
Partiendo de los siguientes presupuestos, la orientación vocacional debería contemplar los siguientes aspectos para contribuir al desarrollo integral del hombre:
- El ámbito personal, que posibilite la preparación del sujeto para lograr su madurez vocacional e integración social.
- El ámbito académico, que centre la atención no sólo en el rendimiento del estudiante sino también en su adaptación al ejercicio de la carrera y en la resolución de todos aquellos problemas que puedan repercutir negativamente en este proceso.
- El ámbito profesional, a través del cual se logre la integración laboral del sujeto en base a sus aptitudes, intereses y habilidades.
Se pueden señalar, los siguientes objetivos a los que debería tender la Orientación Vocacional en este campo:
- Proporcionar conocimiento sobre el propio sujeto, ayudándole a conocerse mejor para tomar decisiones.
- Informar a los sujetos sobre derechos y oportunidades que se tiene en las diferentes carreras.
- Facilitar el proceso de adaptación laboral a través de experiencias propiciadas en el desarrollo de la carrera.
- Desarrollar la capacidad para resolver problemas vocacionales.
- Favorecer una acción .educativa global e integrada.
- Organizar cursos de formación ocupacional que, desarrollados paralelamente a la formación curricular, contribuyan al desarrollo del las áreas instrumentales.
- Ofrecer una formación socio‑laboral orientada a la búsqueda de empleo y/o para la incorporación al trabajo por cuenta propia.
- Establecer contactos con empresas del entorno, informándolas sobre las posibilidades de inserción laboral (ayudas, apoyos a la contratación, entre otras).
Contexto de la Investigación
Historia de La Universidad Pedagógica Experimental Libertador
El 28 de junio de 1983 se crea la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), decreto N° 2176. Como homenaje del sector educativo a la memoria del Libertador Simón Bolívar en el año Bicentenario de su nacimiento. Se concibió además como una Institución de excelencia académica que tendrá por objeto la formación de profesionales de la docencia y especialistas en educación, y la investigación; la difusión de conocimientos aplicables a los problemas y necesidades del sector y de la comunidad en general. Y tiene la noble labor de formar a los docentes del país.
El 22 de diciembre de 1983, Resolución N° 439 del Ministerio de Educación se declara el edificio de la Escuela Normal “Miguel Antonio Caro” como sede oficial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
El 28 de enero de 1988, Resolución N° 22 del Ministerio de Educación se integran a la Universidad los Institutos Oficiales de Formación Docente existentes, a fin de consolidarlos en un solo sistema coherente y coordinado de elementos independientes, sustentado por análogos intereses e ideales y de alcance nacional.
El 27 de junio de 1988, se firma el Acta de Consolidación de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, en la Iglesia de San Francisco, lugar donde Simón Bolívar fue proclamado "Libertador", y en fecha conmemorativa de la promulgación del "Decreto de Instrucción Pública Gratuita y Obligatoria para todos los Venezolanos", por el entonces Presidente Antonio Guzmán Blanco. A partir de este acto, la UPEL comienza a funcionar efectivamente como Institución formadora de docentes, con presencia en todo el territorio venezolano.
En 1990 se incorporan los Institutos Pedagógicos Rurales "El Mácaro" en Turmero, Estado Aragua y "Gervasio Rubio" en Rubio, Estado Táchira.
A partir de ese año la UPEL quedó conformada por siete (7) institutos pedagógicos y un (1) pedagógico asociado. Diseminada por todo lo ancho de la geografía nacional y está considerado como una de las universidades que mayor número de estudiantes alberga en sus aulas.
En 1992, los miembros de la comunidad de la UPEL unen sus esfuerzos a fin de poder elegir las autoridades de la Institución. El proceso de democratización se hizo realidad en noviembre, con las elecciones y posterior toma de posesión del primer equipo rectoral electo por la comunidad.
El Estado Venezolano la creó, con el fin de establecer un sistema coordinado y coherente que permita unificar criterios y acciones en cuanto a la formación del docente, que se requiere para el desarrollo presente y futuro de la educación venezolana. Es una institución pública de cobertura nacional su misión está dirigida a: formar, capacitar, perfeccionar y actualizar los recursos humanos para la educación que requiere el país; asesorar al Estado Venezolano en la formulación de políticas educativas; promover los cambios en materia educativa y generar, aplicar y divulgar nuevos conocimientos, teorías y prácticas pedagógicas que contribuyan al desarrollo humanístico, científico, tecnológico y social del país, a través del ejercicio innovador, pertinente, eficaz y eficiente de sus funciones de docencia, investigación y extensión.
Su visión consiste en convertirse en una universidad líder en la formación, capacitación, perfeccionamiento y actualización de los docentes; promotora de cambios, productora de conocimientos y generadora de respuestas pertinentes que permitan contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación y de vida de los venezolanos.
La UPEL, imparte una educación orientada a la formación de competencias profesionales de la docencia con vocación de servicio, con clara conciencia de la importante misión que les corresponde como agentes activos para el mejoramiento social y el desarrollo cultural, científico y tecnológico del país y para la consolidación de otros valores fundamentales relacionados con la identidad nacional, el desarrollo independiente, la comprensión, la tolerancia, la convivencia y todas las actividades que favorecen el fortalecimiento de la paz entre las naciones y los vínculos de integración y solidaridad con los pueblos latinoamericanos.
Historia del Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro”
“El Mácaro será una especie de laboratorio donde se perfeccionará a esos hombre que en el futuro serán aventados hacia todos los rumbos de la república en misión apostólica de civilización y progreso”. Así lo expresa, “El Heraldo”, en la primera página de su edición del 15 de agosto de 1938, después de que el entonces Presidente de la República, Eleazar López Contreras, inaugurara, un día antes (14/08/38), la Escuela Normal Rural “El Mácaro”, en el parcelamiento del mismo nombre, de la Carretera Maracay - Turmero del Estado Aragua. Era la génesis del hoy Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro”, la institución universitaria más antigua de toda nuestra entidad federal.
A la muerte del General Juan Vicente Gómez, según lo expresa Enrique Prieto Silva (1988), en la Revista “Opinión Pedagógica”, en el país habían tan sólo 60 maestros titulares para 3,5 millones de habitantes que contaban 2.157 escuelas públicas, 2 escuelas normales con 115 estudiantes y 2 universidades con 1500 alumnos. No había ninguna escuela rural y un 80% de analfabetismo nos mantenía sumergidos en más de medio siglo de atraso con respecto a los países industrializados.
Este panorama gris de 1937 hace que el entonces Ministro de Educación, Rafael Ernesto López, promocione la idea de la creación de “El Mácaro”, la cual logra concretar su sucesor, Enrique Tejera París. Con 60 alumnos provenientes del sexto grado de educación primaria, la institución inicia su misión de erradicar del campo venezolano el concepto de “lo rural como símbolo de atraso y subdesarrollo”.
Trece promociones consecutivas y más de 400 maestros rurales egresados, muchos de los cuales han ganado un lugar permanente en la historia educativa del país, demuestran el cabal cumplimiento de la primera responsabilidad que el estado venezolano le encomienda a “El Mácaro”.
Semillero de mentes progresivas y desafecto al régimen dictatorial entronizado en el país, el instituto es obligado a dispersar sus estudiantes en las otras escuelas normales, siendo transformado, a partir de 1953, en Escuela Granja. Por varios años desarrolla su acción de acuerdo con la nueva naturaleza que le es asignada.
La caída del dictador Marcos Pérez Jiménez y el advenimiento de la democracia, en 1959, producen la necesidad de una Reforma Agraria y, con ella, renace el requerimiento de enfrentar el problema educativo de la población rural del país. Para ese momento, “El Mácaro” convertido en Centro de Capacitación Docente de Educación Rural, cumple nuevamente su rol como institución pionera en la formación y capacitación de dirigentes para el campo venezolano. De sus aulas egresan, hasta 1977, más de un millar de directores y maestros que van a trabajar en más de 400 Núcleos Escolares Rurales de todo el país.
El Decreto Presidencial Nº 808, del 11 de diciembre de 1971 (avalado por la Resolución Nº 9.162 del Ministerio de Educación), confiere a “El Mácaro” la condición de Centro de Perfeccionamiento Docente y le asigna la atención de los sectores rural y urbano. Años después, en enero de 1976, “El Mácaro” es transformado en Instituto de Educación Superior adscrito a la Dirección General Sectorial de Educación Superior del Ministerio de Educación. Tal condición es legalizada en virtud del Decreto Presidencial Nº 3.088, del 20 de febrero de 1979, por medio del cual se define su situación jurídica como Núcleo Académico Permanente del Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio.
Como Núcleo Académico, “El Mácaro” es incorporado a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, UPEL, desde su creación. Posteriormente, el 03 de julio de 1990, “El Mácaro” adquiere su actual condición de Instituto Pedagógico Rural, mediante Resolución Nº 7, sancionada en esa misma fecha por el Consejo Nacional de Universidades. La independencia como sede de la UPEL le permite, desde ese momento, elegir sus propias autoridades, mediante el voto directo y secreto de su personal docente y de sus estudiantes.
Atento al surgimiento de otras necesidades del ámbito educativo y dispuesto a satisfacer los requerimientos de los distintos sectores de la sociedad, “El Mácaro” dirige su acción hacia los docentes que se desempeñan en las comunidades indígenas. Inmersos en realidades muy particulares, estos maestros exigen un tratamiento diferente. Para proporcionárselo, el instituto pone en práctica la modalidad de atención “in situ” y organiza la asistencia técnica a partir del conocimiento de cada realidad étnica. Puerto Ayacucho, Cachama, Maracaibo y Santa Elena de Uairén son los sitios de encuentro.
La Labor presente del IPREM
Como instituto de la UPEL a “El Mácaro” le corresponde el cumplimiento de las tres funciones universitarias: Docencia, Investigación y Postgrado y Extensión.
En el área de Docencia, “El Mácaro” desarrolla los programas de Educación Rural, en su doble vertiente de Profesionalización (para maestros en servicio) y de Formación (para bachilleres), Educación Intercultural Bilingüe; Educación Integral y Educación Preescolar. Para el momento actual, el instituto atiende más de 5.000 estudiantes en diversas Extensiones y Centros de Atención, tales como: Aragua, Guárico (San Juan de Los Morros, Valle de la Pascua, Altagracia de Orituco), Apure, Falcón (Dabajuro, Yaracal, Pueblo Nuevo de la Sierra), Amazonas y Zulia.
En lo que respecta a la labor de Investigación y Postgrado, además de orientar el desarrollo de las líneas institucionales de investigación, “El Mácaro” ofrece tres Subprogramas de Especialización, absolutamente congruentes con su trayectoria y experiencia. Estos se concretan en la especialización en menciones: Docencia en Educación Básica, Materiales Educativos Impresos y Educación Rural.
Por su parte, la actividad extensionista se concreta en tres vías: la académica, la sociocultural y la deportivo recreacional, promoviendo el crecimiento personal y profesional de los integrantes de las comunidades intra y extrainstitucional. “El Mácaro” ofrece de manera permanente, entre otros, los Programas de Entrenamiento para Subdirectores, para Directores y para Supervisores, así como el Programa de Capacitación Pedagógica para Profesionales No Docentes.
Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro” (IPREM) es uno de los ocho (8) institutos que conforman la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Tiene como objetivo la formación de docentes especializados en el estudio, análisis e investigación de la problemática educativa venezolana. De igual forma, se encarga de adiestrarlos en la aplicación de métodos, estrategias y recursos pedagógicos utilizados en el proceso de aprendizaje, a través de las funciones de docencia, investigación y extensión.
Cuadro 2. Representación de las Etapas Evolutivas IPREM
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Cuadro 3. Lista De Directores del Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro” desde 1938 hasta el 2007
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Objetivos del IPREM
Objetivo General
Formar, capacitar, perfeccionar y actualizar los recursos humanos especializados para el ejercicio de la docencia, en el contexto de una estructura curricular sincronizada con la demanda del Estado y del entorno social y económico de la Universidad.
Objetivos específicos
- Contribuir a la formulación, el desarrollo, el perfeccionamiento y la consolidación de una concepción nacional del proceso educativo.
- Fomentar la investigación como eje fundamental de la Institución, con el propósito de contribuir al mejoramiento permanente del sistema educativo y de servir como base indispensable al postgrado.
- Formar profesionales de la docencia con sentido ético, espíritu democrático, dominio de la especialidad y de los métodos y técnicas pedagógicas para satisfacer las necesidades del sistema educativo venezolano en todos sus niveles y modalidades.
- Atender a la profesionalización del personal docente en ejercicio que carezca del título correspondiente.
- Proporcionar a los profesionales no docentes, la capacitación pedagógica indispensable para el desempeño de la docencia en su respectiva área.
- Atender la capacitación y actualización del personal docente en ejercicio.
- Promover actividades artísticas, humanísticas y científicas para elevar el nivel cultural de los miembros de la institución y de la comunidad en general, y especialmente, para afianzar los valores de la cultura general, latinoamericana y universal.
- Promover el uso racional, la protección y el mejoramiento del ambiente, para contribuir al enriquecimiento del nivel de vida en Venezuela.
Misión
El Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro” tiene como misión velar por los procesos de planificación, orientación, administración y evaluación; con el propósito de adoptar y adaptar nuevos elementos gerenciales, orientados a la administración eficiente de los recursos humanos, físicos y financieros de la Institución, en el sentido de contar con un personal que posea las habilidades, destrezas, aptitudes técnicas, académicas y valores necesarios para desempeñar con calidad y productividad en cada sector de la institución, de programar el desarrollo de planta física y dotación, para atender las demandas del Instituto y los diferentes Núcleos que lo conforman; de implantar programas dirigidos a orientar la racionalización del gasto y la reducción de los costos de los productos y servicios que ofrece la Institución. Todo con el fin de fortalecer los programas de inducción, orientación y accesoria; así como también establecer acciones que conlleven a optimizar el rendimiento de los estudiantes e incrementando las tasas de prosecución, de egresados e información sobre el mercado laboral. Para ello se cuenta con un sistema de comunicación e información permanente entre las unidades del Instituto, la Sede Rectoral y demás institutos que conforman la UPEL, así como también con instituciones externas a ésta.
Visión
Promover la imagen institucional tanto en el ámbito regional, como nacional e internacional mediante las actividades generadas por el desempeño de las funciones de docencia, investigación y extensión.
Establecer alianzas y convenios de cooperación con organismos internacionales, nacionales, regionales y locales, tanto públicos como privados, para el desarrollo conjunto de programas y proyectos de interés.
Funciones
Integra sus funciones y sus metas con los fines nacionales y sociales, pero a la vez debe cumplir con los objetivos que el sistema educativo le ha impuesto; los cuales le permiten lograr por un lado tal articulación y por el otro cumplir con tres grandes funciones de la Universidad: Docencia, Investigación y Extensión.
En el año 2000 la UPEL asume el compromiso de revisar y actualizar sus Políticas de Docencia con el propósito de que a través de éstas se reconozcan las nuevas exigencias sociales y de alguna manera se consiga revertir los indicadores negativos, en cuanto al acceso y la igualdad de oportunidades de estudios y la calidad de la formación de los docentes.
Dentro de este espacio la universidad presenta catorce (14) políticas cuyos enunciados están en correspondencia con principios y aspiraciones del Estado Venezolano.
Las políticas de Docencia que se mencionan son las que están intrínsecamente relacionadas con el proceso de orientación de la UPEL.
1. Política de ingreso a la carrera docente:
La UPEL, para atender el principio constitucional del derecho a la educación en igualdad de oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de la vocación y de las aptitudes, y atendiendo a su misión de formar los docentes que requiere el país establecerá mecanismos apropiados para la captación, ingreso y orientación de los aspirantes a cursar la carrera docente, que respondan a un perfil definido por las condiciones de salud física y mental y aptitudes e intereses que garanticen la normal prosecución de sus estudios, su permanencia en la institución y el éxito de la profesión. (UPEL, 2000, p. 31).
Se puede apreciar en el parágrafo mencionado la importancia que tiene la orientación vocacional en el contexto de la universidad, ya que dicha disciplina está dirigida a propiciar el desarrollo del potencial del ser humano.
Para el logro de esta política, la universidad ejecutará las siguientes estrategias y acciones:
1.1. Promocionar en las instituciones de educación media diversificada y profesional, la importancia social de la profesión docente, así como la oferta de oportunidades de estudio que brinda la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, como pionera y líder en materia de formación de profesionales de la docencia.
1.2. Establecer un sistema de admisión en la universidad para el desarrollo de las actividades de ingreso de estudiantes a la carrera docente, garantizando el derecho de igualdad de oportunidades y la equidad en el ingreso a la universidad.
1.3. Garantizar el ingreso para cursar la carrera docente a aquellos estudiantes que muestren comprobada vocación, actitud positiva hacia la profesión y las mejores competencias, sustentadas en méritos académicos.
1.4. Establecer mecanismos de inducción a los nuevos alumnos, que les permita obtener información sobre la universidad, su misión, organización, sus normas y los deberes y derechos de las estudiantes, con el propósito de proporcionar su identificación con la institución y generar su sentido de pertenencia.
1.5. Ofrecer orientación y asesoría a los estudiantes sobre las exigencias, la dimensión ética y el compromiso social de la carrera docente.
1.6. Ofrecer programas de mejoramiento académico y vocacional, así como incentivos a los estudio para estudiantes del último año de educación media diversificada y profesional y a bachilleres interesados en cursar la carrera docente en la universidad, a fin de elevar su nivel académico y motivar a futuros aspirantes. (p. 32-33).
2. Políticas de calidad y pertinencia del programa de formación docente de la UPEL
En su condición de institución formadora de docentes y con liderazgo en materia educativa, orientará sus programas de docencia hacia la excelencia, el mejoramiento de la calidad y pertinencia de la educación. Para ello tendrá en cuenta que quien se forma como docente es un ser histórico social, ubicado en una realidad concreta que le exige el cumplir tareas cada vez más complejas, con sentido de ética y moral profesional. Su formación será integral, atenderá a los avances exponenciales de la ciencia y la tecnología y lo habilitará para promover acciones transformadoras de la realidad educativa nacional. (p. 32)
Estrategias y acciones para el logro de esta política relacionadas con la orientación:
2.1. Reorganizar la oferta de programas de formación docente ajustados a la necesites reales del campo laboral y a las características recursos y condiciones de la Zona.
2.2. Reorientar el currículo de aquellos programas de formación docente que lo permitan, para lograr las salidas intermedias que faciliten la incorporación al mercado de trabajo en mejores condiciones profesionales.
2.3. Fortalecer los programas de inducción, orientación, asesoría académica e información relativa al campo profesional de la docencia.
2.4. Fortalecer programas de orientación y asesoramiento académico y otros que contribuyan a la formación integral del estudiante.
2.5. Establecer programas de evaluación del rendimiento del estudiante, asociados a la premiación justa para exaltar la excelencia académica.
2.6. Ofrecer estrategias de enseñanza-aprendizaje, a distancia o mixtas, en función de los diferentes tipos de estudiantes. (p. 32-33)
Política de educación permanente:
La UPEL consciente de que la evolución de los conocimientos y del contexto político es cada día más vertiginosa y que las actividades de investigación, indagación y reflexión intelectual conforman un proceso continuo que se extiende durante toda la vida, procurará reforzar la formación del personal del docente en servicio y capacitarlo y actualizarlo, para lo cual ofrecerá programas y actividades que vinculen la docencia, la extensión y la investigación con el propósito de que alcance mayor calificación y eficiencia acordes con las exigencias sociales y en beneficio de la construcción y consolidación del saber y la praxis pedagógica. (p.37)
Acción y estrategia para el logro de esta política relacionada con la orientación:
3.1. Planificar, promocionar y ejecutar con regularidad programas y actividades dirigidos a los docentes en servicio, destinados a atender sus necesidades de adaptación a los procesos de cambio en su área laboral, de ejercicio profesional y las demandas de su entorno. (p. 38)
Después de examinar las políticas antes puntualizadas, se pude decir que, definitivamente la orientación en el marco de la universidad es una necesidad prioritaria en la formación de los futuros profesionales de la docencia.
Contexto de la Orientación en la UPEL
La creación de la UPEL hizo necesaria la formulación de una concepción de los Servicios estudiantiles con el propósito de que estos respondieran a las exigencias institucionales y a las planteadas por su elevada matricula distribuida en diferentes Pedagógicos del país que conforman la universidad: Pedagógico de “Caracas”, “José Manuel Siso Martínez”, “Barquisimeto”, “Rafael Alberto Escobar Lara”, Rural “El Mácaro”, rural “Gervasio Rubio” y el Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio.
Esta concepción tiene como propósito básico gerenciar e integrar los planes, proyectos y actividades relacionadas con las áreas de: información educativa, laboral y social, asesoría vocacional, académica y profesional; asistencia socioeconómica; salud y recreación tiempo libre. Constituyéndose en un sistema dirigido a brindar un servicio integral al estudiante que responda a las características de los Institutos que conforman la UPEL.
En un espacio más explícito, los servicios estudiantiles se encuentran tipificados el marco legal constitutivo de la Ley de Universidades, el decreto 42, la resolución 12, las políticas de bienestar estudiantil del Núcleo de Directores de los Servicios Estudiantiles de CNU 1988 y el Reglamento General de la UPEL.
El decreto 42, referido a la integración del subsistema de Educación Superior, donde se perfila un sistema de coordinación y planificación de los objetivos y propósitos de cada institución; dentro de los cuales uno de los más importantes es el de la organización de los servicios estudiantiles.
La resolución 12 del Ministerio de educación, que defiende las políticas del Estado Venezolano para la formación de profesionales de la docencia, indica entre otras líneas de acción:
- El estudiante se capacita para su autoaprendizaje, autodirección y la comunicación efectiva para ampliar su formación cultural y su desarrollo físico y mental.
- El estudiante se ubica, critica y responsablemente frente a la realidad ecológica, del contexto socioeconómico, político y cultural de su país, de tal manera que participe en la toma de decisiones y solución de problemas
El reglamento General de la UPEL define a los Servicios Estudiantiles como:
El conjunto de actividades que realiza la universidad para asistir a los estudiantes, individual y colectivamente, a los fines de procurar su bienestar, lograr el mejor aprovechamiento de las oportunidades educativas y promover el desarrollo integral de su personalidad (artículo 79)
Tendrá las siguientes funciones:
- Información educativa, laboral y social; orientación académica y profesional; asistencia económica; preservación de la salud, recreación y buen uso del tiempo libre.
Entonces, la orientación es una función indeclinable dentro de la UPEL y su fundamentación filosófica se pone de manifiesto en lo siguientes:
La concepción democrática de la educación y de la noción del Estado Docente establecida en la Constitución Nacional, que instituye la gratitud de la enseñanza; la cual ha sido considerada sin más limitaciones que las derivadas de la vocación y aptitudes de los ciudadanos. Dentro de este marco de referencia, los Servicios Estudiantiles desarrollan programas de atención a los estudiante, dirigidos a realizar actividades de carácter preventivo y desarrollo del individuo, sin desmedro de las funciones remédiales y correctivas necesarias en estos programas. (UPEL, 1991)
La UPEL como centro de Educación Superior destinado a la formación de docentes, define en su reglamento Título I, artículo 6 el perfil profesional del educador que desea formar en el cual la orientación goza de una importancia fundamental “el estudiante tiene derecho a recibir una atención integral a fin de lograr el desempeño satisfactorio en su vida estudiantil, profesional y personal social”
Estructura organizativa de la Dirección de las
Unidades de Servicios Estudiantiles
La Dirección de las Unidades de Servicios Estudiantiles un ente organizativo adscrito a Rector, en una relación de asesoramiento y apoyo. Esta encargada de coordinar, planificar y evaluar la ejecución de planes, proyectos y actividades de bienestar estudiantil de la universidad.
Esta dirección con el objeto de cumplir con las funciones que le son propias, se estructura de la siguiente manera:
Figura1. Organigrama de la Dirección de Servicios estudiantiles
Sede Rectoral UPEL
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Figura 2 . Organigrama de las unidades de Servicios Estudiantiles de los Institutos que conforman la UPEL
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La división de Asesoramiento Académico, vocacional y Personal –Social depende de los lineamientos de la Dirección de Servicios Estudiantiles. Se encarga de coordinar los planes, proyectos y actividades inherentes al Asesoramiento académico, vocacional y personal social, que la universidad brinda a sus estudiantes.
La función es atender al estudiante en el inicio de su carrera a través de jornadas de inducción, durante la formación en la universidad mediante el servicio de orientación grupal, individual y psicológica, y al egreso de ella con los eventos de atención al graduando y jornadas del egresado.
Dentro del nivel operativo se encuentra la comisión Coordinadora de Asesoramiento encargada de elaborar y ejecutar los planes operativos, el desarrollo de actividades a nivel Nacional e Institucional y la atención integral al estudiante. Dentro de sus atribuciones se citan las siguientes:
1. Asesorar y asistir al Director de Servicios Estudiantiles, en materia de orientación, académica vocacional y personal social
2. Planificar y coordinar las actividades de Asesoramiento Académico Vocacional y personal-social.
3. Asistir a las reuniones del Comité Técnico-Asesor de la Dirección de Servicios Estudiantiles.
4. Participar en la elaboración de las políticas de Asesoramiento Académico, vocacional y Personal social de la universidad.
Dentro de los Servicios Estudiantiles de la UPEL se establecen políticas, estrategias y acciones dirigidas al específicamente al proceso de orientación a saber:
1. Política de Información Educativa, Laboral y Personal – social
La Universidad Pedagógica Experimental Libertador desarrollará una política de Información Educativa, Laboral y Personal – social con el fin de mantener actualizado al estudiante y de esta manera contribuir al desarrollo integral del futuro docente. En el logro de este propósito se formulan y proponen las siguientes estrategias y acciones:
a) Proporcionar información sobre oportunidades de estudio, reglamentos y servicios que ofrece la Universidad a los estudiantes.
b) Recopilar, procesar y divulgar información educativa, Laboral y Personal – social relacionado con la vida Universitaria, dirigida a la comunidad estudiantil intra y extra institucional.
c) Elaborar programas de información educativa sobre las oportunidades de estudio que brinda la Universidad a los alumnos del último año de Educación Media, Diversificada y Profesional
d) Planificar y ejecutar actividades de información sobre eventos relacionados con los servicios estudiantiles.
e) Informar sobre la oferta y la demanda en el campo de trabajo.
f) Mantener comunicación con otras dependencias de la Universidad que tengan bajo su responsabilidad la difusión de información tanto intra como extra institucional.
2. Política de Asesoramiento Vocacional, Académico y Profesional
La Universidad Pedagógica Experimental Libertador desarrollará una Política de Asesoramiento, con el propósito de contribuir a la promoción y desarrollo del estudiante, en cuanto a los roles que desempeñará en su carrera profesional.
Esta política incluye la atención del estudiante para: su integración al contexto universitario, su desarrollo personal – social, su rendimiento académico, su prosecución en la institución y su incorporación al mercado de trabajo. Para el logro de este propósito, se formulan y proponen las siguientes estrategias y acciones:
a) Desarrollar programas de iniciación universitaria dirigidas al estudiante de nuevo ingreso a los efectos de favorecer la adaptación a la institución, a la clarificación de su escogencia vocacional, a fin de contribuir a su desenvolvimiento dentro del contexto universitario.
b) Ofrecer cursos, talleres, seminarios y otras actividades que desarrollen actitudes favorables hacia la carrera docente, que propicien un eficiente rendimiento académico y una consecución armoniosa de ajustes personales y sociales.
c) Asesorar en forma individual y grupal al estudiante en la búsqueda de soluciones a sus planteamientos personales, psicológicos, vocacionales, socio – económicos de rendimiento académico y de salud, a los fines de ayuda directa, o de referencia a otros especialistas.
d) Coordinar programas con las dependencias que administran los diferentes componentes curriculares, a objeto de proporciona r a los estudiantes la orientación y/o asistencia técnica necesaria para superar las deficiencias que se pudieran presentar.
e) Promover actividades tales como cursos, talleres, seminarios, grupos de encuentro, grupos informales de apoyo amistoso, para que los estudiantes se incorporen activamente en las actividades que se realizan en los Servicios Estudiantiles.
f) Realizar talleres, seminarios y otras actividades orientadas a optimizar al docente en su rol de profesor asesor.
g) Realizar actividades de seguimiento al egresado. Promover y asesorar la sociedad de egresados de la Universidad para favorecer el sentido de pertinencia gremial e institucional y disponer fuentes de recursos humanos para el intercambio de información y experiencia profesional para la retroalimentación institucional en cuanto a los servicios estudiantiles.
CAPÍTULO III
CONTEXTO METODOLÓGICO
Paradigma de la Investigación
La lógica del proceso de producción de conocimientos en torno a las variables a estudiar desde sus supuestos gnoseológicos, ontológicos y epistemológicos en este caso se ubicarán desde una perspectiva fenomenológica hermenéutica ya que éste permite conocer, comprender y reflexionar el fenómeno, de cómo se esta encauzando la praxis de la orientación vocacional dentro de la UPEL, desde la experiencia de los usuarios en este caso los alumnos y así expresar la visión existencialista del estudiante dentro del IPREM, al que se concibe como un todo donde se procura captar el significado de las manifestaciones y revelar su sentido dentro de su proceso de orientación, en diversos contextos. En este sentido, Sánchez (1998) explica “ser-en-el-mundo, ser-con-otros, ser espacio temporal, frente al sentido al mundo y a las cosas”. (p. 124)
El enfoque metodológico utilizado está considerado dentro del ámbito del espacio microsocial Jelín, Llovet y Ramos (1982) explican que:
Lo microsocial se refiere al funcionamiento de los actores dentro de una estructura social, no a la lógica de esta (…) dentro del marco de las relaciones sociales es donde se elaboran las opciones y se concibe al sujeto actuante, como organizador del sentido de la acción. Y su indagación se construye en un área especifica de la investigación (p. 6)
Desde este orden de pensamiento, el análisis estuvo centrado en cómo se genera la praxis de la orientación dentro de la UPEL-IPREM desde la percepción de los usuarios del servicio.
Por ello, la tesis se realizó a partir de un paradigma cualitativo que abordó todos los aspectos del objeto de estudio. Pourtois y Desmet (1992) explican “en la metodología cualitativa los sujetos o los grupos no se reducen a variables, sino que son considerados como un todo: el investigador estudia el contexto ecológico en el cual evolucionan las personas” (p35.). Por lo tanto, se adoptó un diseño integrado por la investigación documental descriptiva, que permitió la búsqueda de la información a través de fuentes documentales, constituyéndose en una exploración analítica y de desarrollo conceptual, mediante el uso de técnicas de análisis de contenido y análisis comparativo. A tal efecto la indagación enlazó áreas de la investigación de campo, fenomenológica y etnográfica.
El método fenomenológico, se refiere:
Al estudio de los fenómenos tal como son experimentados, vividos y percibidos por el hombre. El énfasis primario de la fenomenología está ubicado en el fenómeno mismo, es decir, en lo que se presenta y revela a la propia conciencia y del modo como lo hace; con toda su concreción y particularidad; y esto no sólo tiene su estructura y regularidad, sino una lógica que es anterior a cualquier otra lógica (Martínez, 1994, p. 39).
El enfoque permitió entender el significado de cómo se trata el proceso de orientación en el contexto universitario, ya que su finalidad estuvo centrada en comprender las variables que afectan la situación relacionándolas con el todo para percibir su significado con profundidad. Desde una posición epistemológica qué enfatizó la interpretación de los datos sobre la base de la intuición y la reflexión para clarificar las experiencias vividas de los estudiantes con su proceso de orientación para así describirlas tal y como se dieron.
Es este sentido, se manejó la fenomenología hermenéutica, como forma de interpretar la experiencia vivida por los actores estudiados. Esto permitió comprender lo que sucede el contexto de la práctica de la orientación en la UPEL-IPREM desde la propia experiencia de los beneficiarios del servicio de orientación. “La hermenéutica ilumina los modos de estar en el mundo”. Gadamer (1990).
La investigación etnográfica, “en el sentido estricto consiste en la realización de estudios analítico-descriptivos de las costumbres, creencias, prácticas sociales, conocimiento y comportamiento de una cultura particular” (Martínez, 1994. p. 30). La indagación desde esta posición permitió conocer cuáles son las creencias, costumbres y valores que se dan en la práctica de la orientación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. “La etnografía es un método que procura la recopilación lo más exacta posible de la información necesaria para reconstruir la cultura y reconocer los fenómenos sociales propios de comunidades y grupos muy específicos”. (Cerda citado por Hurtado y Toro, 2001, p. 109).
Es significativo señalar que la investigadora forma parte del personal docente que labora en la UPEL y está adscrita el departamento de pedagogía; esto permitió que la autora pudiese explorar con mayor facilidad el fenómeno de estudio ya que conoce al personal adscrito al servicio, los estudiantes la ven como parte de la comunidad upelista, lo cual ayudo a que la convivencia se diera de manera espontánea y así se identificaran las experiencias, creencias y hábitos que esta relacionados con la orientación dentro se este contexto con mayor eficacia.
Martínez señala que los estudios etnográficos pueden ser emprendidos “no sólo dentro de (...) una región o una comunidad, sino también cualquier grupo humano que constituya una entidad cuyas relaciones estén reguladas por la costumbre o por ciertos derechos y obligaciones reciprocas” (p. 29). Una globalidad de hechos o situaciones integrados por los planteamientos que pueden agruparse bajo el término de la orientación específicamente al cómo se está orientado a los estudiantes en el contexto universitario, partiendo del supuesto de que la orientación vocacional es un proceso de desarrollo que se extiende a lo largo de la vida del individuo, que tiene carácter mediador y cooperativo dirigido a las personas en su periodo formativo, es el medio más apropiado para insertar a los jóvenes en el contexto social y laboral. De esto, se deriva la importancia de afrontar el centro del estudio desde las características propias de la investigación etnográfica.
Informantes
Los informantes se seleccionaron intencionalmente, fundamentados en criterios situacionales y la estructura interna del patrón de cómo se da la orientación vocacional en la UPEL-IPREM. En este sentido, cuando se desea conocer la estructura interna de un contexto sólo será necesario estudiar a fondo algunos casos típicos. (Martínez, 1998)
Se consideró como contexto de estudio el Instituto Pedagógico Rural “El Mácaro”, en la ciudad de Turmero porque en él se presentan las modalidades de estudio que ofrece la universidad, mixta y presencial. Esto permitió profundizar e indagar cómo se da el proceso de orientación vocacional y profesional en esta organización. Hurtado y Toro (2001) explican: “la muestra no se elige al azar sino que por razones determinadas, el investigador decide él mismo quienes serán los integrantes de la misma () y se debe procurar que reúnan características comunes, lo cual garantiza la representatividad”. (p.81)
Los criterios para la selección de los informantes fueron los siguientes:
1. Personal docente que labora en el servicio de orientación del UPEL- IPR. “El Mácaro” divididos por años de servicios con la finalidad de comprender y comparar las diferentes perspectivas de orientación vocacional que tiene cada uno de ellos.
2. Diez estudiantes de cada una de las diferentes especialidades que se ofrecen en la UPEL IPR. “El Mácaro”, subdivididos en las siguientes categorías: (a) Inicio de la carrera: comprendió a los estudiantes del primer semestre; (b) El intermedio de la carrera: abarcó a los estudiantes del sexto semestre; (c) Final de la carrera: englobó a los estudiantes del noveno semestre.
3. El 25% de los profesores ordinarios del IPREM, para ello se utilizó un muestreo de azar simple; para tal fin se tomaron los nombres de cada profesor y se incluyeron en un biombo, dejando fuera a los profesores adscritos al servicio de orientación. Esto se hizo ya que en el desarrollo de la investigación se evidenció la necesidad de incluir en la muestra a el resto del personal docente, en vista que en el proceso de orientación en la UPEL según las políticas de docencia (2000) debe estar vinculado a la docencia, por ello fue pertinente conocer si los profesores conocen los objetivos, las políticas de docencia y las funciones de la orientación en la UPEL.
Cuadro 3. Profesores informantes adscritos al la UDBE
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Para los alumnos:
Cuadro 5. Estudiantes informantes primer semestre
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- Para el año 2001 no se apertura el ingreso para la especialidad de preescolar.
Cuadro 6. Estudiantes informantes sexto semestre
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Cuadro 7. Estudiantes informantes noveno semestre
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Cuadro 8. Profesores informantes no adscritos al servicio de orientación
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Técnica de Recolección de Datos
En función de los datos requeridos en la presente investigación, se emplearon las técnicas: (a) la entrevista, la cual condujo a la búsqueda de información sobre el proceso de orientación que se desarrolla en la UPEL. Se precisó la entrevista semiestructurada y la conversación guiada, como la forma más adecuada para recoger la información (ver Anexo). Para ello, el entrevistador contó con una guía con los temas relacionados con los programas de intervención que se despliegan específicamente en el área de orientación vocacional y la incidencia de éstos en la formación del estudiante. El registro de la indagación se llevó a cabo mediante las notas de campo, planillas de observación y los cuestionarios abiertos no directivos.
A lo largo de la aplicación de las diferentes entrevistas, se recabaron los datos sobre la percepción que se tienen loa estudiantes acerca de la praxis orientadora en e la UPEL-IPREM, paralelamente se fueron elaborando interpretaciones y a su vez dándole sentido a las informaciones suministradas por los diferentes actores.
El primer paso consistió en registrar la información y la reproducción de lo ocurrido durante las entrevistas sin resumir interpretaciones. El registro se realizó tomando notas de todo lo acontecido en le proceso y grabando las conversaciones para así tener mayor claridad en el momento de la interpretación.
Este itinerario permitió centrarse en las frases más relevantes para obtener literalmente el lenguaje utilizado, por los actores estudiados y contrastar los datos proyectados con el deber ser de la orientación como proceso que ayuda al asesorado a su desarrollo integral. El acopio de f la información facilitó la interpretación de la visión interna de los protagonistas, sus comportamientos exteriorizados, además proporcionó información de los aspectos no observables directamente como emociones, sentimientos, intenciones y pensamientos sobre la orientación dentro de la UPEL –IPEREM.
(b) Concomitantemente, se utilizó la técnica de la observación participativa precisada por Martínez, (1998), Como:
Técnica clásica más usada por los etnógrafos para adquirir información. Para ello el investigador vive lo más que pueda con las personas o grupos que desea investigar, compartiendo sus usos, costumbres y estilos de vida. Al participar en sus actividades corrientes y cotidianas, va tomando nota pormenorizadas en el lugar de los hechos o tan pronto le sea posible. Después estas notas le servirán para orientar la observación de la investigación. (p.63).
La observación se llevó a cabo de la siguiente manera:
La primera tarea consistió en observar el contexto a investigar en este caso se prestó atención la información explicita y paralela sobre el servicio de orientación (políticas, objetivos, funciones y actividades que se debe desarrollan), asimismo, el hecho de que la investigadora formará parte del personal académico de la UPEL, y tuviera conocimiento sobre la función de los servicios estudiantiles permitió que el escenario se presentara con claridad.
La facilidad de acceso no estuvo condicionada se dio de manera espontánea, con empatía tanto por parte de los estudiantes como de los profesores informantes. El contacto humano se basó en la cortesía y respeto a las opiniones expresadas por los protagonistas.
Uno de los aspectos que fortaleció el trabajo de campo es la importancia que se les dio a los informantes como parte trascendental dentro del proceso investigativo, se les manifestó que el intercambio de aportaciones generaría beneficios mutuos, luego de recabada la información se les pidió opinión sobre los resultados arrojados.
La estancia en el escenario fue placentera y no hubo diversificación en los datos aportados por los estudiantes, los modelos de comunicación se basan en el respeto y la aceptación del otro como parte de la comunidad. Las vivencias en esta etapa contribuyeron con la conformación del constructo teórico.
Con relación a las interacciones informales que se dieron con los profesores y estudiantes no planeadas permitieron tener una visión holística de la situación.
Para la interpretación de los datos se tomó como punto de partida la exploración de las creencias que tienen los estudiantes sobre la praxis de la orientación y las interacciones sociales que se dan en este hecho educativo en la UPEL-IPREM.
Esto se realizó a través de de conversaciones libres con los alumnos de donde se construyeron las unidades de análisis, las categorías y subcategorías presentadas en el guión de entrevista. (Ver anexo A).
Esto implicó relacionar y abstraer los datos brutos de las informaciones recopiladas, para ello, se siguió el siguiente esquema de trabajo:
1. Se establecieron códigos a los que se le asignaron unidades de significados con el objeto de describir e inferir la información acumulada en el estudio, esto permitió facilitar la organización previa para la elaboración del guión de entrevista.
2. Se identificaron las categorías de análisis y se construyeron desde las tres modalidades básicas expuestas por Miles y Huberman (1999):
Modalidades Básicas de códigos; (a) descriptivos, atribuyen un nombre a un contenido a segmento del texto; (b) Interpretativo identifican un concepto más abstracto que representa a determinadas manifestaciones; (c) Código de patrón cariz más inferencial y explicativo “Ley Mitiv” emergente de las relaciones entre eventos” (p. 57).
Está actividad fue fundamental para la descripción de los hallazgos porque permitió teorizar sobre la praxis de la orientación en la UPEL-IPREM, así como interpretar y reflexionar sobre este hecho desde la percepción e interacciones sociales de los actores en este caso los alumnos y profesores.
El análisis de los resultados se efectuó a través de la categorización, recategorización, anotaciones especiales y triangulación de la información propuesta por Martínez (1998). Ello, con el fin de proponer alternativas que propicien el desarrollo de la orientación como proceso indispensable en el ciclo de vida de las personas.
Momentos de la investigación
Primer momento: se procedió a la búsqueda y recolección de la información mediante la consulta de documentos referidos a la orientación y revisión bibliográfica con la finalidad de identificar las corrientes teóricas que han dominado la orientación en Venezuela. Así como la clarificación de los presupuestos que están vinculados con la praxis de la orientación en la UPEL- IPREM.
El objetivo de este momento consistió en describir el fenómeno en estudio que resultó lo más completo posible. Se realizó en tres pasos: (a) elección de la técnica más apropiada, (b) realización de la observación, (c) elaboración de la descripción protocolar.
En este caso se ejecutó la observación los antecedentes del objeto de estudio y se hizo una descripción protocolar. Asimismo, una entrevista a los expertos en el área de orientación y asesoramiento, adscritos al departamento de pedagogía del IPREM para solicitar su colaboración en el desarrollo de la investigación.
Posteriormente se produjo una descripción fenomenológica de la realidad estudiada, se acopió el fenómeno en su contexto natural.
Escenario de la investigación
El Instituto Pedagógico Rural El Mácaro, esta ubicado en la arretera Nacional Turmero sector El Mácaro. Su estructura organizacional esta conformada por la Dirección, y tres Subdirecciones, Docencia, Investigación y Extensión. La Unidad de Desarrollo y Bienestar Estudiantil (UDBE) depende de la dirección del Instituto y a su vez del Rectorado. Tiene como objetivo coordinar los planes, proyectos y actividades inherentes al Asesoramiento académico, vocacional y personal social a sus estudiantes; esta unidad desarrolla tres programas básicos: sección salud, sección socioeconómica y sección asesoramiento.
En la sección de asesoramiento funciona el servicio de orientación, donde hay adscritos tres psicólogos y un profesora de educación integral quien ejerce el cargo de orientadora. Esta situada en el área de la coordinación del Programa de Educación Preescolar. El servicio tiene dos oficinas una para la atención individual y en la otra funciona la sección socioeconómica y un baño para el personal que labora en esta oficina; goza de un espacio común que funciona como sala de espera y se utiliza para la atención grupal del estudiante.
El sitio es calido las paredes están pintadas de verde arriba y rosa abajo con una cinta que los divide, la sala de espera tiene una mesa redonda con cuatro sillas, un escritorio, un closet y una biblioteca pequeña con libros colocados al descuido, cada oficina tiene su escritorio con dos sillas de visitante, una presidencial, archivo y biblioteca los espacios son reducidos.
El ambiente físico del IPREM es campestre con muchas áreas verdes, salones amplios extendidos por todo el terreno que conforma el instituto. Se aprecia un clima organizacional agradable favorable para las relaciones interpersonales entre los miembros de la comunidad upelista.
Las extensiones de Apure y Falcón formaron parte de la indagación no cuentan con espacios físicos propios.
La Extensión de Falcón funciona en la Escuela U.E. Yaracal ubicada en la Carretera Nacional Vía Mene.
La extensión Apure comparte espacios en una oficina de la zona Educativa del Estado Apure donde funciona su sede administrativa, está situada en La Av. Paseo Libertadores Edificio Mahoma, piso 1 oficina 8 San Fernando de Apure. Los alumnos son atendidos en la Escuela Rómulo Gallegos.
Como se pude apreciar en la descripción anterior se hace difícil la atención integral a los estudiantes. Éstos reciben clases los viernes en la tarde y los sábados todo el día, en ocasiones ven clases los días domingos.
Contexto sociocultural
En vista de que la indagación se efectuó en la UPEL IPREM, el ambiente sociocultural es heterogéneo, caracterizado por una variedad de estratos socioeconómicos, con estudiantes de todos los estados de Venezuela con diversidad de necesidades e intereses hacia la orientación. Se pudo apreciar en el desarrollo de la exploración que la orientación es una actividad importante para lo jóvenes que cursan sus estudios en la UPEL
Etapa Estructural
El trabajo central de esta etapa es el estudio de las descripciones contenidas en los protocolos. La captación de nuevas realidades en esta etapa dependió de la profundidad de las entrevistas y las observaciones de los escenarios. El primer paso fue la lectura general de la descripción de cada protocolo, con el objetivo de realizar una visión de conjunto para lograr una idea general del contenido. Se hizo necesario muchas revisiones del mismo protocolo.
Segundo momento: consistió en el trabajo de campo, se inició con la observación participante, consecutivamente se procedió a la aplicación de las entrevistas al personal adscrito a las dependencias de orientación para indagar cómo esta estructurada la organización de los servicios de orientación en la universidad, cuáles programas se despliegan en materia de intervención para la orientación vocacional de los estudiantes y conocer sus resultados. Concomitantemente, se administraron los instrumentos a los estudiantes con el propósito de indagar acerca de la experiencia que tiene sobre el proceso de orientación dentro de la UPEL.
Las entrevistas se realizaron de la siguiente manera:
En la sede central Aragua se entrevistaron a los profesores y a los alumnos informantes en la oficina del servicio de orientación la misma tiene un escritorio, una biblioteca, un archivo y dos sillas una presidencial y dos de visitante las paredes son de color rosa claro a pesar de que el espacio es reducido es cálida y agradable se prestó para establecer el raport entre el consultado y el consultante.
Las entrevistas a los profesores no adscritos al UDBE se hicieron en sus departamentos de adscripción. Estas entrevistas se hicieron de una manera libre e informal pero con bastante profundidad para poder identificar los conocimientos que poseen sobre las funciones del servicio de asesoramiento dentro de la UPEL, el clima de libertad permitió la expresión espontánea de los docentes informante.
Con relación a las entrevistas y observaciones realizadas en las extensiones se siguió el siguiente procedimiento:
- La investigadora viajó por 10 semanas consecutivas a las extensiones (Falcón y Apure) un fin de semana intercalado para cada extensión, para observar y describir la situación de la praxis orientadora.
- La entrevista en la extensión de Apure se realizó en la oficina administrativa. La entrevistadora luego de haber establecido la empatía previa con los alumnos de la muestra, los citó para realizar las entrevistas. Es preciso acotar que los protagonistas del estudio se mostraron colaboradores y empáticos en el desarrollo de la indagación.
- La oficina administrativa que sirvió de espacio para la entrevista, era fría e incomoda se apreciaba hacinamiento por la presencia de cajas con material de oficina a la vista muy desordenado, contaba con un escritorio de color gris y una silla marrón, las paredes de color blanca y descuidadas, a pesar de la incomodidad que brindaba el ambiente se dio un interacción favorable de la información suministrada por los actores.
- En la sede de Falcón se realizaron las entrevistas al aire libre, en el patio de la Escuela U.E. Yaracal, las misma se hicieron de esta manera porque el espacio destinado para actividades administrativas es pequeño de color azul oscuro en la parte inferior de la pared y blanco la superior, no tiene ventilación suficiente es oscuro y desprovisto de comodidad. Las entrevista se realizaron de manera ajustada y se estableció una empatía adecuada en el progreso de las mismas
A pesar de todas las molestias de espacio que presenta la sede aludida goza de una virtud con relación a las relaciones interpersonales afectivas y provistas de respeto de los estudiantes hacia sus iguales y hacia sus profesores.
En líneas generales el IPREM, no se aprecian problemas de jerarquía o de parcelación de los espacios esto permitió que la investigación fluyera en todas las sedes de forma eficiente.
Tercer momento: se efectuó el análisis de la información recogida con la finalidad de triangular y confrontar lo observado con lo arrojado en las entrevistas realizada a los profesores que laboran en el servicio de orientación y a los estudiantes de la muestra. Todo, para determinar la problemática que presenta la orientación vocacional, sus causas y efectos, asimismo, establecer cómo incide la aplicación de los programas de orientación en el perfil del estudiante universitario.
La siguiente figura recoge los aspectos básicos del análisis
Figura 3. Diagrama de flujo representativo del análisis de los hallazgos
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Cuarto momento: confrontación de los hallazgos en esta etapa se realizó la triangulación de la información con la finalidad de determinar la percepción sobre la praxis de la orientación en la UPEL IPREM. Ésta se cumplió contrastando los testimonios de los participantes con los objetivos, funciones, políticas de docencia de la UPEL en materia de asesoramiento y el deber ser de la función orientadora como disciplina que ayuda al usuario a desarrollar sus potencialidades y actitudes, a conocerse a mejor a clarificar su espacio vital de manera tal que pueda hacer elecciones más útiles para él, como ser humano libre y en constante interacción con su ambiente.
Paralelamente se agruparon los eventos en unidades abstractas a través de pasos sucesivos, exploración de los datos, ordenamiento y revisión. Posteriormente, la conceptualización de cada agrupación en categorías; en el contraste y las comparaciones de los testimonios se identificaron las propiedades de los datos, se analizaron las interacciones y se integraron al constructo teórico.
Quinto momento: validez y confiabilidad interna se realizó por lo expuesto por Martínez (ob.cit)
El nivel de validez de método o una técnica metodológica y de las investigaciones realizadas con ello se juzgapor el grado de coherencia lógica interna de sus resultados y por la ausencia de contradicciones con los resultados de otras investigaciones (…) y cuando los resultados reflejan una imagen clara y representativa de una realidad o situación dada. Este hecho constituye validez interna.
Para ello se siguieron los siguientes pasos:
1. Se usaron categorías descriptivas, es decir las categorías se sustrajeron de las entrevistas realizadas.
2. El trabajo se cumplió desde la visión de equipo, el mismo estuvo constituido por dos de las psicólogas adscritas a la UDBE y dos profesoras del Departamento de Pedagogía e Investigación conocedoras de objeto de estudio.
3. Se presentaron los datos recabados a los informantes de la indagación para confirmar la objetividad de los resultados.
4. Para el acopio de los datos se utilizaron como medios para conservar la realidad observada (filmaciones, fotografía y grabaciones.
Sexto momento: proposición de un modelo alternativo integral de orientación vocacional contextualizado a la realidad sociocultural de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador Instituto Pedagógico Rural “EL Mácaro.”
CAPÍTULO IV
CONFRONTACIÓN DE LOS HALLAZGOS
La vinculación entre la orientación y la educación es tan estrecha, que han llegado a compartir espacios y objetivos comunes como el “pleno desarrollo de la personalidad”. Por lo tanto, la orientación se ha convertido en la actualidad en un indicador de calidad dentro del proceso educativo.
Con el fin de visualizar las transformaciones que ha experimentado la orientación desde sus orígenes hasta el presente, se muestra la siguiente matriz de análisis en la cual se aprecia su evolución:
Matriz 1. Dimensión: Ev olución de la Orientación
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Fuente: Rojas, A. (2004)
Como se puede apreciar en el cuadro anterior, la orientación ha sufrido cambios a causa de las transformaciones históricas sociales y políticas de las épocas.
Desde sus inicios hasta 1925, la definición de orientación se derivó de una necesidad socioeconómica donde se buscaba que la persona a través de su profesión alcanzara el máximo rendimiento en el trabajo.
A partir de los años 30 hasta hoy día, comenzó a constituirse la relación entre la orientación y la educación al punto de llegar a confundirse ambos términos, y es en la década de los 60 cuando comienza a considerarse la orientación como proceso de ayuda, que permite al orientado alcanzar el pleno desarrollo en todas las áreas de su vida. Esta ayuda ha de ser sistemática, continúa fundamentada en principios científicos y filosóficos que se integran al proceso educativo, como una estrategia en el ámbito social que permite el desarrollo económico de la nación, la garantía de la adaptación socioeconómica del individuo para su calidad de vida y comprende todos los aspectos de la persona.
Ahora bien, la orientación debe ser concebida como función prioritaria en el desarrollo del hombre para contribuir con su proceso educativo, a fin de que éste obtenga asesoramiento, asistencia, información y exploración de sus aptitudes, actitudes e intereses que le propicien el pleno desarrollo de sus potencialidades en todos los actos transcendentales de su vida. Concordando así con lo establecido en el artículo 103 de la Carta Magna de la República Bolivariana de Venezuela (1999):
Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiración. La educación es obligatoria en todos sus niveles, desde el maternal hasta el nivel medio diversificado. La impartida en las instituciones del Estado es gratuita hasta el pre grado universitario. A tal fin, el Estado realizará una inversión prioritaria, de conformidad con las recomendaciones de la Organización de la Naciones Unidas. El Estado creará y sostendrá instituciones y servicios suficientemente dotados para asegurar el acceso permanencia y culminación en el sistema educativo (…)
Consecuentemente, a través de la orientación se puede ayudar a encaminar la vocación y aspiración del hombre en el desarrollo de su personalidad y para ello, el estado está obligado a ejecutar las políticas, acciones y estrategias que coadyuven al logro de este fin.
Matriz 2. Dimensión: Enfoques Teóricas que han Dominado la Orientación Vocacional en la Universidad Venezolana
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Fuente: Rojas, A. (2003)
Se pude apreciar claramente que la teoría de los Rasgos y Factores está dentro de la directriz descriptiva, que explica la personalidad como un sistema de rasgos y factores interdependientes, tales como habilidades (memoria, aptitud verbal, numérica, relaciones espaciales, entre otras) intereses actitudes y temperamento, son estos factores los que fortalecen y maduran a lo largo del desarrollo del individuo. La persona se propone utilizar la comprensión de sí mismo como medio para desarrollar sus potencialidades.
Se olvidan de variables relacionadas con el éxito profesional (satisfacción de necesidades inconscientes) y la madurez vocacional del individuo. Vulneran los aspectos interactivos de funcionamiento interno y a los aspectos de la personalidad .
Las teorías psicodinámicas son estrictamente psicológicas, debido a que proponen la motivación como variable fundamental del proceso de elección. Ellas se dividen en dos grandes ramas: las psicoanalíticas y de satisfacción de necesidades básicas.
El psicoanálisis plantea que existe una continuidad en el desarrollo humano, las fuentes instintivas de gratificación son las mismas para el comportamiento complejo del adulto que para el infante. Por tanto, las raíces del desarrollo vocacional se encuentran en la evolución temprana de los individuos, en ocasiones desde su infancia más temprana. El esquema individual de necesidades es determinado en los 6 primeros años de vida, aunque se puede modificar a lo largo de ella. La estructura conceptual sólo le puede aplicar a los sujetos que tienen libertad para elegir su vocación ocupacional completamente: el trabajo representa la sublimación de los impulsos infantiles a comportamientos socialmente deseables, en consecuencia, resulta gratificante. El bloqueo emocional por falta de información vocacional es un mecanismo psicológico.
En tal sentido, el desarrollo vocacional es un compromiso entre necesidades individuales y posibilidades de la realidad, a través de etapas evolutivas que van actualizando progresivamente distintos planos del yo, principios dinámicos del placer y de la realidad van intercambiando su peso e influencia en la conducta progresivamente madura; “los mecanismos psicoanalíticos que más intervienen en el desarrollo vocacional, con diferente grado según la etapa evolutiva son la identificación y la fuerzas del yo” (Rivas 1993).
Por otro lado, la teoría de la satisfacción de las necesidades básicas, formulada por Roe, sustenta que la conducta vocacional se basa en tres componentes: (a) la teoría dinámica de la personalidad, que implica la canalización de la energía psíquica; (b) la influencia decisiva de las experiencias infantiles del ambiente familiar (si éste es cálido o frío); (c) la jerarquización de necesidades de Maslow.
En síntesis, el enfoque psicodinámico sostiene ideas analíticas de personalidad, de la influencia del desarrollo evolutivo a partir de las primeras experiencias infantiles. Además, el análisis de la conducta es global y lo vocacional tiene importancia en la medida en que afecta el comportamiento general del individuo. Se considera la situación vocacional del individuo como una ocasión circunstancial, que permite lograr cambios personales de mayor relevancia y entidad personal; se busca un ajuste individual armónico del sistema interno del sujeto (yo, superyo, ello) y un ajuste autorreferente dinámico, ya que el logro del equilibrio de las tensiones refleja madurez para asumir responsabilidades de decisión vocacional.
Las teorías evolutivas asumen la existencia de un desarrollo vocacional representado por un proceso continuo, que implica una síntesis más que un compromiso entre los factores sociales y económicos, y los factores psicológicos. Super explica que el desarrollo vocacional abarca desde el nacimiento hasta los 71 años; existen diferencias individuales, que hacen que las personas se diferencien en aptitudes, intereses y personalidad. Toma en cuenta el concepto de sí mismo, el cual se desarrolla a lo largo de la vida a través de exploración, autodeterminación, identificación, desempeño de rol y evolución. Todo esto implica una consistencia temporal de la preferencia vocacional expresada; la cristalización de rasgos vocacionales (independencia, realismo, estructuración de los intereses y constructos, entre otros); y, la relación y el equilibrio entre las aptitudes, intereses y actividades vocacionales.
En síntesis, el enfoque evolutivo trata lo vocacional como un aspecto que puede distinguirse del conjunto global de la personalidad individual, sin dejar a un lado las implicaciones vocacionales y personales. Lo vocacional tiene un carácter procesual y acompaña al desarrollo del individuo desde la preparación a través de la educación hasta el retiro de la vida laboral activa. Cada etapa posee un alto grado de irreversibilidad, define y actualiza una serie de conductas y potencialidades personales, lo que implica progresión y recapitulación de las experiencias y logros vocacionales. Se refleja la madurez vocacional relacionada con el ajuste y el compromiso personal.
Por último, la teoría humanista representada por Carl Rogers con el principio de la orientación no directiva “teoría del sí mismo” (self), explica que el cliente puede hacer su propia elección, si se le brinda una atmósfera permisiva y libre de amenazas que lo lleven a la autorrealización.
El hombre es un ser racional bueno, digno de confianza, que se mueve en direcciones de la autoactualización o hacia el desarrollo, la salud, la autorrealización, la independencia y la autonomía.
El concepto de sí mismo regula la conducta y el campo perceptual constituye la realidad para el individuo; la conducta depende de las percepciones y se organiza de acuerdo con el concepto de sí mismo. La elección vocacional está determinada por la expectativa vocacional, las afirmaciones de la propia condición de libre elección y el significado personal; por ello, se busca la clarificación del autoconcepto con los roles vocacionales compatibles y enriquecedores de la experiencia e integración personal “el individuo como persona responsable”.
Las diferentes teorías presentadas están dirigidas a explicar de qué manera ocurre la decisión vocacional y cuáles agentes afectan su progreso. Se evidencia que son muy similares entre sí y dan importancia a los mismos factores que influyen en el autoconcepto en la trascendencia de las experiencias y en el desarrollo vocacional, como son: los intereses, la familia, el ambiente, las aptitudes y las actitudes.
Dichas teorías muestran una tendencia a describir el proceso del desarrollo vocacional de una manera generalizada que obstaculiza su aplicación en la práctica, apreciándose el énfasis en los métodos para atender al cliente y en el grado en que especifican la relación entre los sucesos que afectan el desarrollo vocacional a lo largo de la vida.
Después de revisadas las teorías que sustentan la acción orientadora dentro de la universidad venezolana se pudo concluir que de alguna manera todas están presentes en labor del asesoramiento, sin embargo hay una tendencia marcada hacia el conductismo. Esto puede deberse al encuadre conductista que a marcado la educación venezolana
Una teoría susceptible a utilizar en la universidad venezolana para optimizar la orientación vocacional debe estar inserta en el humanismo, el desarrollo humano y la conducta. Esta inferencia expresa, que cada una de las teorías, tiene su aportación a la orientación y dependerá de la situación que se presente en el contexto la utilización de una o la integración de todas para un adecuado proceso de orientación.
Es preciso recordar que la orientación vocacional debe ser comprendida como un ciclo vital, y, que ésta tiene una posición favorable en lo que concierne a las diferencias individuales que son importantes para el desarrollo y la efectiva aplicación de los programas diseñados para este fin.
Función de la Orientación en la Educación Superior
La orientación dentro del Sistema Educativo constituye un proceso continuo que debe iniciarse en el nivel de Educación Preescolar, y su función es facilitar el cumplimiento de los fines de la educación a través de la atención de las diferencias individuales de los estudiantes. En la universidad “Su objetivo primordial es ayudar a los estudiantes a conocer sus potencialidades, limitaciones y necesidades” (Curcho 1972, p. 44). El énfasis en este nivel se focaliza en la selección, distribución y orientación profesional, estará dirigida a quienes tiene posibilidades de éxito en cada carrera; así como a ofrecerles información completa sobre la carrera elegida, oportunidades de trabajo, mercado laboral y estudios posteriores.
El servicio de orientación en la universidad se proporciona a través de los Servicios Estudiantiles y su fundamentación está enmarcada dentro de las siguientes legislaciones:
Artículo 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999): “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiración (...)”.
Artículo 6 de la Ley Orgánica de Educación (1986) que estable:
Todos tienen derecho a recibir una educación conforme a sus aptitudes y aspiraciones, adecuadas a su vocación … El Estado creará y sostendrá instituciones y servicios suficientemente dotados para asegurar el cumplimiento de la obligación y protección integral al alumno con el fin de garantizar el máximo rendimiento social del sistema educativo y proporcionar una efectiva igualdad de oportunidades educacionales.
Artículo 112 de la Ley de Universidades (1970):
Las Universidades deben protección a sus alumnos y procurarán por todos los medios, su bienestar y mejoramiento. A este fin, la Universidad organizará sistemas de previsión social para el alumnado, propenderá a la creación de centros vacacionales y recreativos para los estudiantes, y de acuerdo con sus recursos, prestará ayuda a los alumnos que la requieran.
Y el Consejo Nacional de Universidades-OPSU 1977, en el Documento de las Políticas, Estrategias y Acciones Concretas para el Desarrollo de la Educación Superior Venezolana, formula políticas prioritarias para el desarrollo de las universidades como primera disposición puntualiza la democratización de la enseñanza e instaura las estrategias para alcanzarlo. “(…) crear mecanismos de compensación socio-cultural tales como: 1. Sistema de orientación profesional de aptitudes; 2. Sistema de nivelación académica; 3. Programas de asistencia socio-económica.
Dentro del marco legal que respalda los Servicios Estudiantiles, está claramente demarcada la importancia de la orientación dentro de la universidad y ésta debe ser vislumbrada como una función que propicie el desarrollo integral del estudiante; desde esta interpretación la concepción básica instituida por el Informe FAURE de la UNESCO “Ayudar a ser” pone de manifiesto que la orientación debe ser para la vida y no sólo para la ocupación, la orientación denominada integral debe ajustar los programas de asesoramiento desde una visión de bienestar social.
De igual manera, en el V Plan de la Nación se ven reflejados los principios básicos que sustentan la Política Educativa de Asesoramiento en orientación, a saber: Educación para la democratización, educación para el desarrollo autónomo, manifestadas con una directriz que implica la formación de una persona democrática capaz de coadyuvar en la transformación del país en todas sus dimensiones. Es importante destacar que se tomó el V plan de la Nación ya que no se encontraron en los siguientes planes nacionales diferencias significativas en las políticas de asesoramiento que marquen un pauta diferente en el desarrollo estudiantil, evidenciándose que a pesar de estarse desarrollando el X plan de nación todavía las políticas aludidas tienen vigencia en el hecho educativo.
Matriz 3. Política Educativa de Asesoramiento en Orientación V Plan de la Nación
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Las políticas de asesoramiento y orientación de la universidad venezolana tienen un potencial para producir una labor ordenada e importante en el campo de la orientación y del bienestar estudiantil en la Educación Superior; sin embargo, son muchos los factores que limitan el logro de los objetivos de la orientación, comenzando por la falta de recursos humanos adscritos a los servicios, menoscabo en la asignación de presupuesto y desinterés de las autoridades en propiciar la optimización de los servicios estudiantiles. Se deben crear programas de orientación acordes con las realidades presentes en cada universidad; esto implicaría cambios en las viejas estructuras transculturales que respondan adecuadamente a las realidades del contexto de la Educación Superior venezolana.
Triangulación de Información
Según Cohen y Manion (1989), la triangulación puede ser definida como: “el uso de dos o más métodos en la recogida de datos, a propósito de un fragmento de de la conducta humana”. (p.61)
En este sentido, se realizó la triangulación teórica expuesta por Pourtois y Desmet (ob.cita) ésta apela a teorías alternativas o concurrentes, y combina técnicas normativas e interpretativas. En el presente caso se triangularon los datos arrojados con el deber ser de la orientación (teorías subyacentes); testimonios de los alumnos sobre la praxis de la orientación en la UPEL-IPREM y los testimonios de los profesores sobre el proceso de orientación en el contexto investigado.
Figura 4. Triangulación de los Hallazgos
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Fuente: Rojas, A 2004
Matriz 4. Resultados Informantes del Primer Semestre
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Después de realizadas las entrevistas a los informantes del primer semestre se puede inferir que los estudiantes ingresan a la universidad sin una orientación adecuada, lo que muchas veces los lleva a tomar decisiones inadecuadas y no ajustadas a sus intereses vocacionales. Se hizo evidente no sólo que la orientación es recibida por personas ajenas a esta área del conocimiento, sino que ella esta cediendo sus espacios, por el incumplimiento de sus funciones y los estudiantes acuden a otros profesionales, familiares o amigos que tengan la disposición de atenderlos.
En el IPREM en el ingreso se sigue dando la orientación sin profundidad con énfasis en la información. Esta realidad se corresponde con la falta de recursos humanos adscritos al servicio con más horas de dedicación. Se determinó con las visitas que hizo la autora al servicio de orientación, que por lo general se encontraba cerrado sin nadie que diera información de horario de atención y las respuestas de los informantes, al decir que cuando necesitaba el servicio no había quien los atendiera o el orientador no tenía tiempo por las múltiples ocupaciones que tiene que desempeñar dentro de sus labores como personal académico.
Matriz 5. Entrevista a Estudiantes Sexto Semestre
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Después de las entrevistas y las observaciones realizadas se apreció que no hay diferencia entre los alumnos del primer semestre y del sexto con relación al proceso de orientación, ellos siente que no se les brinda un asesoramiento que los ayude a ser mejores profesionales, hay un desconocimiento de la ubicación del servicio y de los programas que presta.
Matriz 6. Entrevista a Estudiantes Noveno Semestre
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Se siguen presentando los mismos testimonios por parte de los alumnos de 9no semestre en comparación con los del 1eo y 6to. Semestre, en la etapa previa al la universidad, la orientación vocacional se les dio desde un enfoque informativo, recomendación de amigos o familiares. Igualmente, el servicio desasistido, falta de conocimiento sobre se ubicación, de información sobre programas y funciones.
Es pertinente mencionar que todos los informantes consideran a la orientación como una alternativa valida para fortalecer su formación docente. Esto se evidenció en la necesidad que manifestaron de contar no sólo con orientación individual y grupal, sino también en la esperanza que tienen de que se les brinden talleres de desarrollo personal y profesional entre ellos se pueden mencionar toma de decisiones, técnicas de estudio, redacción y ortografía, orientación sexual etc.
Entrevistas a el Personal Docente que labora en el servicio de Asesoramiento del IPERM
Matriz 7
Informante1. Profesora de castellano, literatura y latín Cargo: Jefe de la Unidad de Bienestar Estudiantil
Años de servicio: 8
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Matriz 8. Informante2. Psicólogo Mención Asesoramiento Psicológico y orientación.
Años de servicio: 4
Cargo: Psicólogo
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Matriz 9
Informante 3. Psicólogo Clínico
Cargo: Psicólogo
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Matriz 10
Informante 4 Psicólogo
Cargo: coordinadora de la Sección Asesoramiento
Años de servicio: 2
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Matriz 11
Informante 5. Profesora Educación Integral
Cago: Orientadora
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Confrontando los testimonios de los profesores informantes es indiscutible que en el IPREM no se cumple con los objetivos de la orientación como disciplina que busca encaminar la vocación y desarrollo holístico del educando, ni con el fin último de la ceración de los servicios estudiantiles de la UPEL, ente rectora de la formación de los docentes venezolanos, que explica concretamente que las UDBE tienen como función prioritaria integrar planes, proyectos actividades relacionadas con las áreas de: información educativa, laboral y social, asesoría vocacional, académica y profesional que ofrezca asistencia integral al estudiante. Determinándose de esta manera, el incumplimiento de las políticas de docencia como son establecer mecanismo de inducción a los nuevos alumnos, ofrecer orientación y asesoría en todas las áreas de quehacer educativo que fortalezcan el desarrollo personal-social y profesional del futuro decente.
La revisión de la literatura indica que los servicios de orientación universitaria venezolana contemplan objetivos amplios sobre la praxis de la orientación, ésta debe buscar el pleno desarrollo del estudiante, sin embargo, la ejecución en la educación superior es restringida y dirigida principalmente a dar información a los alumnos.
Confrontando con los hallazgos recabados en la UPEL-IPREM muestran una tendencia clara a la información más que al proceso de la orientación. No obstante, se detectó otro tipo de problemas que se puede atribuir a la carencia de recursos humanos para desempeñar labores en la dependencia de orientación. Se determinó que no se hacen gestiones importantes como diagnosticar, investigar y evaluar la situación de la unidad de orientación, para buscar soluciones pertinentes que accedan a emprender líneas de acción para optimizar los procesos y dar respuesta a la realidad de la orientación en el IPREM.
La gestión orientadora de los servicios estudiantiles debe convertirse en una tarea esencial que garantice la atención del estudiante desde el inicio de la carrera hasta su inserción en el campo laboral.
En los estudios realizados se encontraron análisis descriptivos de la estructura organizativa del servicio de orientación la UPEL y aún así no se pudo concretizar cómo se organizan en la práctica ya que se evidenció claramente un desfase en la praxis de los miembros del equipo; cada quien hace lo que considera que debe hacer. En las observaciones de campo se observó que a pesar de haber un horario de atención al estudiante no se cumple, pero no por desinterés del personal sino por falta de tiempo para atender las actividades de orientación; como bien lo manifestaron los propios actores una carga académica que les absorbe el 80% de su tiempo laboral, aunada a la obligación de hacer investigación y extensión, por supuesto no se puede brindar un servicio óptimo en condiciones laborales como las que tienen el personal que se desempeña en el servicio de orientación.
Igualmente, en la asistencia a reuniones para advertir cómo éstas se llevan a cabo, se apreció: falta de una agenda clara, la asistencia es imprecisa, no todos asisten. Se hizo acto de presencia a 6 de las reuniones convocadas en el servicio y se comprobó que sólo dos profesores del personal adscrito al servicio asisten mientras que los demás explican que se hacen sin consultar horarios, que en las mismas no se resuelve nada, que el liderazgo organizacional es impreciso y que lamentablemente desconoce cómo se debe manejar el servicio, en esta aspecto todos los informantes coincidieron en que la UDBE necesita un gerente que maneje procesos administrativos y sea capaz de motivar al trabajo en equipo. Explicaron que la “jefe tiene un liderazgo dejar hacer” y esto no beneficia para nada la realización y desarrollo de la unidad.
Al abordar a los estudiantes se observó que desconocen los objetivos y los programas que se despliegan en esta unidad, muchos explicaron que la información que reciben al inicio es muy escueta y no es complementada por los profesores en clase y las informaciones que reciben de sus compañeros va más hacia el servicio de becas y FAME por el seguro de maternidad, entonces el alumno tiene una visión deficiente de los servicios que se prestan y el verdadero objetivo de la orientación.
En cuanto al programa de asesoría académica, que es una herramienta valiosa para el desarrollo de la orientación, no se desarrolla; se apreció desconocimiento de los alumnos, sólo dos de los entrevistados manifestaron saber y los profesores que deberían estar obligados a desempeñarse como profesores asesores no se interesan en el programa de asesoría académica, y no hay medios de los entes rectores para lograr la integración de los docentes a este programa que tiene una valía importante en el proceso de la orientación.
Se realizó una entrevista de manera informal a los profesores ordinarios sobre la labor que se desarrolla en el servicio de asesoramiento y solo el 25% conoce la tarea que se despliega en esta dependencia, lo cual hace mucho más difícil articular la orientación vocacional con el currículum y así lograr la calidad en la formación del profesorado.
No existe un criterio homogéneo en la denominación del servicio de orientación, sólo se puede acceder a un servicio si se conoce previamente sus funciones. Esto dificulta claramente la localización dentro de la universidad. Los estudiantes manifestaron quejas constantes en cuanto al servicio, explican que no se promueven de manera sistemática actividades que fortalezcan el desarrollo personal, social y académico.
No hay estadísticas que permitan visualizar el número de estudiantes atendidos en las distintas modalidades de la orientación.
Una de las fallas encontradas en relación a los egresados es la falta de un banco de data sobre éstos y que el programa de egresado es manejado por la Subdirección de Extensión con desvinculación al servicio de orientación.
La revisión exhaustiva indica que existe una escasez de recursos materiales y personal de orientación en la sección de asesoramiento. El Jefe del servicio es Profesora de Castellano, Literatura y Latín con maestría en Educación Mención Orientación, una Profesora egresada en Educación Integral realizando Maestría en Educación Mención Orientación. El resto del equipo está compuesto por tres psicólogos que están realizando postgrado en el área con una dedicación ½ tiempo y comparten su labor con horas docente, lo que hace que el servicio esté desasistido.
En cuanto al servicio puede ser utilizado sólo por los estudiantes, haciendo entonces la labor orientadora muy restringida.
Son muchos los problemas que confronta el servicio de orientación en el IPREM; en el acercamiento, observación y entrevista con los informantes se apreció la insatisfacción de los estudiantes en cuanto al servicio de orientación.
De igual manera, el personal que labora dentro del servicio se quejó en su totalidad de la falta de recursos materiales, humanos y de gerencia para enfrentar los problemas que afronta la unidad.
Explicaron que no existe un plan de formación específica para el personal que desempeña su trabajo en el servicio de orientación y que los procesos de comunicación son deficitarios. Las reuniones son descortinadas y sin objetivos precisos con una marcada desvinculación con los fines de la orientación y la formación docente.
No se aprecia dentro del servicio la investigación como opción para precisar la problemática estudiantil y así generar alternativas viables que permitan fortalecer el desarrollo integral del estudiante. No se llega ni a la realización del diagnóstico según la aportación de los informantes, el mismo se queda en pasar encuestas que al final sólo se archivan como un recaudo administrativo.
De los datos arrojados en la presente investigación se puede inferir que la orientación ha cedido sus espacios a otros actores del quehacer diario del estudiante bien sean padres, familiares, amigos entre otros. Que en lugar de consolidar la condición procesual de la orientación, la entorpece por el desconocimiento en el área.
Al comparar las apreciaciones de los alumnos, la de los profesores con las teorías y políticas que sustenta la praxis de la orientación, es desalentador observar que las acciones destinadas para la labor orientadora son tradicionales y limitantes desvinculadas de la docencia y por ende del currículo. Centradas en contenidos y no en procesos que generen cambios significativos para el desarrollo del estudiante como derecho universal.
Basta entonces con leer los objetivos trazados por la UPEL, sobre los derechos que tienen los beneficiarios, se vislumbra el desfase que hay entre el anhelo humanista de procurar el desarrollo integral del educando y la realidad cotidiana de las necesidades que no se satisfacen por que no se realiza una verdadera labor de orientadora.
Es indudable que estudiar las necesidades ayudaría a establecer prioridades, pero el problema radica en que un sistema universitario con una orientación como la que existe, las prioridades se pierden de vista, convirtiendo al servicio de orientación en un reproductor de diagnósticos donde no se presentan ni ejecutan acciones para remediar la situación.
Es significativo reflexionar sobre la orientación como proceso social que conlleva al estudio de las necesidades humanas, por lo cual se hace necesario excluir las dificultades que se presenta en el área de orientación y establecer un marco conceptual que permita abordar la génesis y evolución de las necesidades latentes en los estudiantes upelista para lograr el desarrollo pleno de sus potencialidades y así garantizarle a la sociedad el egreso de un docente con formación humanística capaz gerenciar su vida de manera conciente.
La percepción que tienen los estudiantes sobre la orientación es sencillamente que no existe y que no se le brinda la atención que ellos se merecen, porque los cursos y talleres que ofrecen no se difunden y cuando se promueven los cupos son escasos y los horarios favorecen por lo general a un de los turnos, coincidencialmente, los estudiantes y profesores asumen que los más favorecidos son los del turno de la mañana. Los profesores explican que al tener una dedicación de medio tiempo cumplen en el horario matutino y programan las actividades en ese itinerario.
Al cotejar los datos recabados sobre las creencias que tienen los alumnos sobre el proceso de orientación se pudo detectar que sus experiencias con ella ha sido negativa, antes de ingresar a la universidad y durante el desarrollo de su carrera. Por supuesto, que el estudiante al sentir que sus necesidades de formación no son cubiertas crean resistencia a los cambios, es decir, al no ejecutar la orientación como una práctica social que ayuda al desarrollo personal y profesional se generan agentes que impiden que los educandos asimilen una representación correcta de la función de la orientación como herramienta para potenciar su desarrollo.
Lo que ocurre es que las interacciones sociales entre los actores se resisten, normalmente, a ser encasillados dentro de un sólo marco de referencia, la vida supera aquello que está explícitamente formulado. El es y el deber ser constituyen una realidad que pocos cuestionan, lo que se espera según la norma es que la brecha entre ambos sea estrecha. No obstante, lo que la investigación dice es que tal brecha es demasiado amplia amenazando con la desaparición de la orientación como disciplina que coadyuva en la formación profesional y personal.
Tradicionalmente se han señalado como las dos funciones manifiestas más importantes de la educación, “la de preparar a las personas para ganarse la vida y la de ayudarlas a que puedan realizarse personalmente y aporten su contribución a la sociedad” (Horton y Hunt 1988:315). Tales funciones hacen referencia a una sociedad y a un “estar” de la persona en ella, entonces suponen un tipo de sociedad y un tipo de persona deseable socialmente. Y, esto es, precisamente, lo que está en crisis en la actualidad.
Desde la educación la respuesta que se escucha es que ella debe cambiar para responder a las exigencias de un mundo globalizado e interdependiente. Pero, en mi opinión, esta es una respuesta similar a la que se ha dado habitualmente a las diversas épocas de cambio: es la educación la que debe preparar personas para la economía y no se considera la opción de ubicar en el centro a la persona y desde sus definiciones del tipo de persona y sociedad deseables. Por ello se deben generar cambios en el servicio de orientación que permita que los estudiantes interactúen con él y se alcance la formación integral que tanto se cuestiona, en las universidades venezolanas.
Así, lo que está ocurriendo en la UPEL-IPREM y en las aulas es un mundo de relaciones y de conflictos que no han sido suficientemente develados por la investigación. En parte, esto se debe a que la indagación de la realidad educativa se ha caracterizado por dimensionar el hecho educativo con un método similar al de las ciencias naturales. Y, en parte, a que si bien hay estudios cualitativos en orientación, que se dirigen a comprender cómo es que ocurre la práctica pedagógica, estos no han sido suficiente, especialmente porque son a pequeña escala y las autoridades no las consideran en la toma de decisiones y éstas se hacen sin tomar en cuenta las necesidades latentes de cada uno de los institutos que conforman la UPEL, en este sentido se ilegitimiza la orientación como práctica social. No obstante, estos estudios han aportado una descripción en profundidad de las categorías subyacentes y que ayudan a explicar no solo cómo es la realidad de la orientación sino, también, por qué es de ese modo.
La realidad social que se vive en el IPREM, las interacciones entre los actores del proceso de orientación, las cosmovisiones de los actores, los conflictos, las influencias de la clase social, el lugar en que se vive, las expectativas de vida, las subcultura a la que se pertenece, los conflictos que se desarrollan, las normas que se practican, las creencias, los hábitos, las valoraciones de la cultura ideal y material, las pautas de crianza, las pautas de socialización, en fin, todos los rasgos culturales que se dan en la práctica pedagógica constituyen un “componente primario” que debe ser extraído a fin de comprenderla y transformarla en acción deliberada de los diversos actores implicados en el proceso.
Evidentemente se requiere la elaboración de estrategias que permitan desarrollar en la UPEL un modelo de orientación vocacional que permita brindar al estudiante habilidades para la elaboración y conducción de un proyecto de vida basado en el desarrollo de sus potencialidades humanas.
Pertinencia del Modelo Alternativo de orientación vocacional para la Universidad Venezolana. Caso: Universidad Pedagógica Experimental Libertador
De la investigación llevada a cabo y el análisis del contenido de los documentos sobre el desarrollo de la orientación en Venezuela, se evidencia la necesidad de redefinir el rol de la orientación en la universidad venezolana. Desde un argumento que despunte el modelo tradicional que da énfasis a los aspectos remédiales más que a los preventivos, que busque vincular la integración teórica en términos de la diversidad de enfoques que permitan el desarrollo del potencial humano en sus diferentes contextos.
Partiendo de los postulados legales que sustentan los Servicios Estudiantiles en la educación superior, se pone de manifiesto que ésta debe ser vislumbrada como una función que propicie el desarrollo integral del estudiante para la vida y no sólo para la ocupación, y afrontar la orientación vocacional como ciclo vital del hombre, y que a través de ella y la puesta en práctica de su verdadera esencia se podrán ajustar los programas de asesoramiento desde una visión de bienestar social.
Equivalentemente, al aplicar la entrevista a los informantes para conocer la praxis de la orientación, se comprobó que en la UPEL-IPREM no se hace un proceso de orientación, lo que limita la acción educativa en cuanto al perfil docente que la UPEL quiere formar. Y se confirmó que tanto los alumnos como el personal de la unidad de orientación coinciden en darle importancia a la orientación como medio para optimizar la calidad de vida de los estudiantes.
De esta visión global parte la iniciativa de crear un modelo alternativo de Orientación Vocacional centrado en el desarrollo de la persona, sus valores y el significado que tiene el área ocupacional para su autorrealización personal.
La orientación que la universidad venezolana necesita, debe estar articulada con la vocación profesional como ciclo vital, no puede ser comprendida si se descontextualiza del ambiente sociocultural en el que está inmersa, cada contexto universitario tiene sus propias características y por consiguiente sus exigencias.
El modelo que se va a desarrollar busca redefinir el paradigma de la orientación con la misión de dar un sentido más preciso y amplio de la praxis orientadora en tiempos postmodernos, cuando está emergiendo una nueva forma de procesar el conocimiento, en la cual la tendencia se manifiesta hacia la integración dialéctica de las dimensiones empíricas, interpretativas y críticas que de alguna manera dirige la orientación como una actividad práctica que busque equilibrar el pensamiento reflexivo de la persona como expone Heidegger citado por Sauret, (2003)
Salvaguardar la esencia del hombre exige cultivar con ahínco lo que tiene de más propio, su ser reflexivo, ejercitándolo aún en las ocasiones más insignificantes. “No necesitamos de ningún modo una reflexión elevada”. Es suficiente que nos demoremos junto a lo próximo y que meditemos acerca de lo que nos concierne a cada uno de nosotros aquí y ahora, desde donde podrían echar raíces nuestras obras para elevarse a “la abierta región del espíritu”. (p.3)
Desde esta representación, la orientación vocacional en la educación superior se obliga a generar cambios ontológicos y epistemológicos que en vez de abordar principios abstractos sobre carreras, enfaticen la importancia del conocimiento personal, familiar, social y ocupacional de sus usuarios. Por ello, el modelo tendrá presente factores que conjuguen la identidad personal del alumno, género, clase social, orientación sexual, ocupacional y su realidad laboral entre otros.
CAPÍTULO VI
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones
La orientación es una disciplina que está inmersa en el hecho educativo, ella debe ser apreciada como una actividad donde se pone de manifiesto la importancia de las diferencias individuales, de la elección profesional, la influencia de la educación, la experiencia en la toma de decisiones y el conocimiento de las aptitudes personales y de los oficios.
Ella ha experimentado cambios a través del tiempo que han sido consecuencia de la evolución histórica y social. Se inició básicamente por una necesidad socioeconómica y su finalidad primordial era ajustar las particulares y capacidades de las personas a las exigencias de una profesión para alcanzar el mayor rendimiento laboral. Con el tiempo se fue perfeccionando como disciplina y se articula con la educación hasta el punto que muchas veces se confunden los términos de educación y orientación.
La orientación en la actualidad es considerada como un proceso de ayuda que permite alcanzar el desarrollo personal en todos sus aspectos. Por consiguiente, debe ser sistemática, continua, con basamento científico e integrada a la educación como parte del proceso de formación. Se forja como una función educativa total a la que le concierne el desarrollo de los individuos y que debe comprometerse, como agente de cambio social, no sólo con individuos, sino también con las instituciones.
La orientación hoy por hoy se concibe como una disciplina suplementaria de los programas académicos, y se debe gestionar desde diferentes enfoque tales como: currículum intra y extrauniversitario; asesoría basada en una relación personalizada y dirigida a alcanzar el conjunto de objetivos educativos, personales y profesionales; atención clínica para la resolución de problemas; y acciones dirigidas a completar las provenientes de la enseñanza de las asignaturas.
Las universidades venezolanas contemplan objetivos restringidos direccionados a dar información, con marcada tendencia hacia a realizar una atención más remedial que preventiva; ya que se espera que el estudiante acuda al servicio en momentos críticos, pudiéndose pensar que esta situación es causada por la desvinculación que existe entre el servicio de orientación y el proceso de enseñaza y aprendizaje en la UPEL. Esto se debe a la falta de recursos humanos que permitan emprender la orientación desde una perspectiva integral.
Es pertinente puntualizar que en las entrevistas realizadas, se evidenció que la orientación está siendo asumida por personas que no están formadas para su desempeño y pareciera que cualquiera puede asumir ese rol. De hecho, la mayoría de los actores manifestó haber sido orientado por personas ajenas a esta área del conocimiento.
La percepción de los estudiantes sobre la praxis de la orientación es desalentadora, todos los testimonios aportados puntean que en la UPEL-IPREM no hay un proceso de orientación que los acompase y guíe en el desarrollo de su carrera y de su vida personal social.
En las visitas realizadas a las extensiones se pudo apreciar que los estudiantes no reciben ningún tipo de apoyo en el área de asesoramiento y orientación, es obvio que la situación obedece que no se cuenta en las sedes foráneas con espacios físicos propios y que no hay personal ordinario en esas localidades, el trabajo es realizado por docentes contratados para administrar las cátedras el proceso de admisión e inscripción se hace con el traslado de profesores de planta a las extensiones.
Equivalentemente, a través de las observaciones y entrevistas realizadas al personal adscrito al servicio de orientación, se determinó que en el IPREM no se realizan programas de orientación que propicien el desarrollo del estudiante; de igual manera los alumnos informantes, exteriorizaron su necesidad de ser orientados en todos los aspectos relacionados con el desarrollo personal y de carrera.
Se encontró, que los alumnos del IPREM desconocen los programas y objetivos del servicio de orientación y por lo general lo identifican como un servicio se ayuda socioeconómica o cuando necesitan ser beneficiarios de FAMES, sobre todo las estudiantes cuando quedan embrazadas para que les costeen el parto.
Los servicios de orientación en la UPEL se muestran claramente desconectados de lo que es la actividad docente y la dinámica educativa global de la institución, esto se evidencia en el desconocimiento que tienen los profesores y los estudiantes sobre los objetivos que tiene el servicio de orientación de UDBE del IPREM. Así mismo, se evidencio que la UPEL tiene una estructura organizativa y políticas claras para su ejercicio, no obstante, funcionan de manera independiente, los aspectos de tipo académico y profesional, por una parte, y los de tipo personal por otra.
Para concluir, el ejercicio orientador en el IPREM debe fundamentarse en las políticas establecidas por el Vicerrectorado de docencia en ele año 200 y ha de estar planificado como proceso coherentemente acumulativo, donde la intervención ha de ser evolutiva diferencial e integral. Por ello, el modelo que se presenta está Fundamentado en la necesidad de proteger y estimular la libertad de la persona en la toma de decisiones tanto de su carrera como de vida personal, así como, el derecho a recibir ayuda profesional en los distintos períodos de su existencia a través de un esfuerzo comunitario.
La orientación vocacional desde la óptica del ciclo vital busca estimular, favorecen y potenciar el desarrollo de la carrera, cimentada su intervención programática en la educación superior.
Recomendaciones
A las autoridades de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador:
Reflexionar sobre la vigencia de la orientación en el escenario educativo de la UPEL, ya que a través de ella se puede lograr optimizar la calidad de la formación docente, desde el reconocimiento que tiene vincular la labor orientadora al currículo desde la visión prospectiva de los pilares del conocimiento aprender a hacer, conocer, ser y convivir identificándose así como persona que intuye, piensa, exhibe una conducta motivada, dentro de un a sociedad donde vive en compañía de otros en armonía.
Considerar la orientación como una ayuda institucional que apoya y acompasa la formación integral del futuro profesor y que ella estará presente a lo largo de todo el transcurrir del alumnado por la vida universitaria, y que se enlaza con momentos anteriores y posteriores a la formación profesional.
Contratar y aumentar los recursos humanos dentro de los servicios de orientación. Así como, vigilar que el personal que se adscriba a estos servicios sean profesionales egresados del las áreas de orientación, psicología y psicopedagogía para garantizar la optimización del asistencia.
Velar por el cumplimiento de las políticas de docencia que respaldan la importancia de la ejecución de la orientación dentro de la universidad como acción mediadora para el fortalecimiento de la formación docente.
Ejecutar el modelo propuesto y evaluar su efectividad, para así implementarlo en todos los institutos que conforman la UPEL.
Al personal del servicio de orientación y asesoramiento del la UPEL-IPREM:
Identificar las necesidades de los estudiantes a través de diagnósticos e investigaciones que permitan abordar la orientación de una manera más real y contextualizada a las características individuales y colectivas del alumnado.
Considerar la evaluación como una alternativa que debe estar presente en el proceso orientador tanto en el análisis inicial de las necesidades en el seguimiento y confirmación de resultados para optimizar el proceso orientador en la universidad.
Generar programas específicos que sistematicen la acción orientadora desde enfoques que permitan al estudiante aprender a ser y a convivir como pilares fundamentales para el desarrollo personal y la exitosa inserción laboral.
Estimular la participación activa del alumnado, del profesorado y la comunidad como uno de los medios que permiten fortalecer las habilidades sociales y valores del futuro docente.
Apoyar la función orientadora en los distintos agentes involucrados en el proceso formativo del docente. Así como, sensibilizar a los profesores en lo relativo a su función orientadora como docentes.
CAPÍTULO V
MODELO ALTERNATIVO DE ORIENTACIÓN VOCACIONAL
Presentación
En esta propuesta se eligió como principio para la definición de modelo la expuesta por Gimeno (1985), él autor explica que:
Los modelos son propuestas teóricas que vinculan entre sí diversos componentes que hay que tomar en cuenta a la hora de entender y planificar la enseñanza. El modelo selecciona datos de la realidad, determinando los que son más importante para hacerla comprensible. Los modelos son esquemas amplios por su grado de generalidad, lo qué implica que pueden existir varios modelos para explicar la realidad; su diferencia radica en la elección de los factores que se toman en cuenta para darle significado a la realidad.
Desde este orden de ideas, la versión del modelo que se presenta, explica cómo se debe ser la praxis de la orientación en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador.
Los supuestos de partida son los siguientes:
- Visión del hombre como una persona única que ajusta los deseos individuales con necesidades sociales y con derecho a tomar sus propias decisiones, capaz de asumir la responsabilidad de las mismas.
- La orientación como apoyo al estudiante en todo su proceso de formación profesional y desarrollo personal; para dar cumplimiento a este objetivo, se centrará el énfasis en tres áreas: área académica, área de orientación vocacional para el desarrollo de la carrera y área de asesoramiento personal.
La UPEL como universidad comprometida con la formación del docente necesita ofrecer respuestas innovadoras que propicien el desarrollo integral de sus estudiantes, desde un enfoque de sensibilidad social que contribuya con el pleno desarrollo de la personalidad de sus usuarios. Por ello, la orientación y al asesoramiento deben ser pilares fundamentales dentro de la universidad, porque es a través de estos espacios que se puede lograr concienciar al estudiante sobre sus potencialidades, su realidad y las oportunidades que tiene para desarrollarse como persona productiva en una sociedad cambiante como la que se vive en este milenio.
El propósito de este modelo es optimizar el proceso de orientación vocacional desde el principio del ciclo vital y la pertinencia que debe haber entre las necesidades sociales y el docente que necesita el país, en ese sentido Echeverría (1997), afirmó que la orientación universitaria tiene como finalidad: “dotar a las personas de las competencias necesarias para poder identificar, elegir y/o reconducir alternativas formativas y profesionales, de acuerdo a su potencial y trayectoria vital en contraste con las ofrecidas por su entorno académico y laboral”.
El presente modelo alternativo busca concretizar la práctica de la orientación en la UPEL considerando las siguientes particularidades:
- Carácter continuo del proceso de orientación desde el inicio de la carrera hasta la vida adulta y laboral, insistiendo en la importancia del transito entre ambas etapas.
- Apertura a un modelo de actuación profesional más abierto que complete el trabajo tradicional del asesoramiento que asiste a estudiantes aislados con fines terapéuticos.
- Énfasis en la persona como sujeto activo de su proceso de orientación, más que de un receptor pasivo de ella, donde todos los estudiantes puedan beneficiarse.
- Difusión de la orientación como “proceso que debe ayudar a la capacitación para llegar a ser” (UNESCO, 1957).
- Llevar actuaciones conjuntas con los docentes de la universidad para mejorar la calidad del servicio que se ofrece al estudiante.
Con la ejecución de estas opciones se podrá hacer referencia a un proceso educativo tendente a que los jóvenes adquieran una conciencia interpretativa, capaz de afrontar una gran cantidad de situaciones en la vida.
Esta idea remite al aprendizaje vocacional como habilidades que se aprenden "en el y para el" desarrollo de la carrera. La premisa tiene como finalidad, reconocer al término madurez vocacional como la capacidad de la persona para decidirse en lo que concierne al rol que desea tener en la sociedad, a través de una determinada profesión incluyendo actitudes hacia la toma de decisiones, comprensión de la demanda laboral, actividades de planificación y desarrollo de capacidades vocacionales, además de la propia elección vocacional.
La vocación como inclinación a la carrera se perfila a lo largo de un proceso madurativo. Las opciones se irán reforzando desde un mayor conocimiento de las propias posibilidades y de las del entorno con las que el individuo tiene que interactuar para fortalecer su formación profesional y personal. Abbildung in dieser Leseprobe nicht enthalten
Fundamentación del modelo propuesto
Para la concepción del modelo se tomó como referente teórico los postulados que se presentan a continuación:
Cuadro9. Influencias Teóricas Subyacentes del Modelo Alternativo Integral de Orientación Vocacional
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Como se aprecia en el cuadro el fundamento paradigmático del modelo se apoya en el humanismo y en la visión constructivista sociocultural donde el hombre crea su propia realidad y destino a través de las interacciones y experiencias que tiene con su medio. En términos generales, la tesis individual en la construcción del conocimiento supone al individuo como protagonista en la elaboración del conocimiento. Se parte de la actividad del sujeto, quien en interacción con el medio físico y cultural construye “su realidad”. Para ello, cuenta con un equipamiento cognitivo básico que le permite adquirir, elaborar, interpretar y utilizar el conocimiento.
Desde la perspectiva sociocultural, el énfasis en el proceso de construcción del conocimiento es colocado en los aspectos personales y sociales; es decir, la elaboración del conocimiento no es producto de un individuo en particular, sino que es una creación social que comparten los miembros de determinado grupo, pero el sujeto tiene sus pensamientos, creencias, imágenes y pautas de comportamiento sobre ese “mundo” compartido. Considerando la posición de Vigostki, donde pone de manifiesto, la influencia de la dimensión social en la educación como aspecto esencial para que el aprendizaje se de, sin oponerse a la construcción individual del sujeto. Entendiéndose que el conocimiento se construye de manera individual, pero al mismo tiempo en interacción social (núcleo familiar, amigos, medios de comunicación entre otros) como factores que actúan sobre la zona del desarrollo próximo.
Desde esta configuración, que se conoce como construcción sociocultural, el conocimiento se edifica dentro de un proceso biunívoco en el que la experiencia individual siempre está mediada por las interacciones sociales presentes y precedentes. Esto implica que lo que un alumno aprende está filtrado por la cultura, el lenguaje, las creencias, la relación con los otros compañeros, la relación con el maestro, el asesoramiento continuo y los conocimientos previos.
El punto de convergencia entre la orientación y el enfoque constructivista sociocultural se encuentra en el énfasis que la corriente hace sobre la actividad mental constructiva del alumno, mientras que la orientación se produce como un proceso intencional de intervención que aprecia al alumno como protagonista, quien le da sentido y significación a los conocimientos que enfrenta con miras a favorecer su desarrollo integral creando condiciones favorables dentro del ámbito educativo, para que el mismo alcance, mediante estímulos adecuados y la acción programada, el mayor desarrollo posible de las distintas facetas que configuran su personalidad.
Este modelo pretende que se le de un papel activo al alumno en su formación personal y profesional para que le otorgue un sentido particular a la información del entorno y sea capaz de observar como ésta influye en su formación y la percepción que él pueda tener de sí mismo y del mundo, bajo esta representación los estudiantes construyen su propia vida.
Por ello, el orientador como asesor debe centrar su atención en el ser humano, como persona que necesita un medio favorable para autorrealizarse y generar estrategia que propicien en los educandos el establecimiento de metas próximas, específicas y desafiantes, para así proveerles de una retroalimentación que le oriente, con el fin de conseguir que reconozca y confirme sus logros y en consecuencia cree estrategias de autorrefuerzo personal.
Dentro de esta concepción humanística el proceso de orientación debe promover la formación de un estudiante y posteriormente un profesional con capacidad para autodireccionar su aprendizaje, de tomar decisiones autónomas personales, socioeconómicas y culturales.
Se partirá de perspectivas emergentes como identificación de necesidades a través del análisis de la realidad con una visión comunitaria que forje una cultura de participación democrática y de colaboración en los momentos de investigar en acción con el propósito de comprender la realidad en que se actúa y la resolución de problemas.
En concordancia con lo anterior, se busca establecer la distinción entre la función de la orientación en la universidad como una acción dirigida a favorecer no sólo la construcción del conocimiento y la adquisición de saberes sino la toma de conciencia del asesorado de sí mismo como personas, la orientación vocacional desde una acción de intervención para el desarrollo potencial de la personalidad. Desde la óptica de ayudar al educando a enfrentarse a diferentes transiciones tales como: inserción académica (del bachillerato a la universidad); de la universidad al trabajo (inserción sociolaboral); trabajo-desempleo (itinerario de empleabilidad y formación continua); ingreso al postgrado; la familia a la cual pertenece o familia proyectada, ocupación en el tiempo libre.
Todo lo anteriormente expuesto, permitirá afrontar las problemáticas personales, evitar el estrés, perdida de la autoestima, cambio de expectativas y situaciones sociales que puedan conducir a una marginación y desencanto por no saber manejar los procesos de transición de manera adecuada.
Por ello, se debe orientar desde una perspectiva integral a los jóvenes y adultos en los periodos de transición, especialmente potenciando una serie de acciones destinadas a la formación de un docente preparado para la vida adulta y activa.
El propósito estará dirigido a la dimensión teórica explicativa conformada por un conjunto de principios que se complementaran al representar a la orientación vocacional en el contexto universitario como una disciplina que comprende, analiza, explica e interviene en el proceso formativo del alumno. Es decir, darle importancia en la prosecución de la carrera a aspectos relativos a la educación como práctica social y socializadora donde se tomen en cuenta los factores afectivos, relacionales y psicosociales del desarrollo y del aprendizaje. Así, el alumno construye su identidad personal y a su vez le permite verse como persona similar a los demás pero al mismo tiempo diferente, e inseparable del proceso socializador.
Desde las reflexiones anteriores, se considera oportuno priorizar los componentes afectivos, relacionales y psicosociales simultáneamente con los aspectos actitudinales y volitivos del sujeto en correspondencia con la construcción del significado que tiene para el alumno la elección de su carrera docente. De lo cual se deriva, la conveniencia de conocer los propósitos y expectativas con que el discípulo abordará sus estudios en la universidad, la construcción de significado desde dos aspectos complementarios e indisolubles del proceso de construcción del conocimiento de sí mismo como persona con relación a motivación y expectativas, del estudiante en el acto de aprender y formarse como docente.
La orientación vocacional será vista desde el triángulo interactivo de las teorías humanista y constructivista enfatizando el conocimiento previo del alumno, la organización interna y la importancia del contenido de lo que va a aprender y la intervención del asesor en el proceso. Desde la educación y la orientación se tratará de proporcionar respuesta a algunas de las problemática presente en el IPREM . Aportando estrategias de intervención, que propicien el fortalecimiento de la madurez vocacional, personal y educativa de los estudiantes. La orientación vocacional como ciclo vital será la intermediaria entre los alumnos, el mercado laboral y la formación.
Objetivos del Modelo
Objetivo General
Generar alternativas de orientación vocacional desde un enfoque humanista-constructivista-sociocultural con la finalidad de brindar una formación intelectual, instrumental y profesional, desde la esfera afectiva social y de la personalidad, del estudiante de la UPEL-IPREM como ser individual y relacional.
Objetivos Específicos
- Determinar las estrategias que permitan relacionar el enfoque humanista y constructivista sociocultural con la teoría de la orientación vocacional como ciclo vital para el ejercicio de la profesión docente.
- Establecer las competencias instrumentales necesarias desde el enfoque humanista y constructivista sociocultural que permitan responder exitosamente a las exigencias propias de la carrera docente.
- Delimitar el ambiente adecuado para generar un proceso de orientación que motive al estudiante a conocerse a sí mismo como ser integral con la finalidad de que pueda relacionarse efectivamente con su entorno laboral, social y personal.
Líneas Maestras del Modelo
Los perfiles articulares del presente modelo alternativo integral para la orientación vocacional del estudiante universitario está compuesto por elementos esenciales como: lo comunitario desde una óptica de conjunto de interacciones, comportamientos humanos que tienen un sentido, y expectativas entre sus miembros . La intervención se define en este modelo desde la acepción de Pelechano (1981), quien la concibe como: “intervenir en algo o sobre alguien, viene a expresar una participación activa, es entrar dentro de un sistema de individuos en progreso y participar de forma cooperativa para ayudarles a planificar, conseguir y/o cambiar sus objetivos” (p. 3). Es decir, se defiende una concepción teórica de la orientación vocacional dentro de un proceso continuo que permita favorecer el progreso del orientado a lo largo de las distintas etapas evolutivas y vocacionales.
En este orden de ideas, se proporcionará al estudiante universitario una formación plena que le ayude a través de la mediación su propia identidad, dirigida al desarrollo de su capacidad de ejercer de manera crítica su autónoma desde un currículo que realmente sirva de referente para el desarrollo personal, académico y profesional del sujeto.
Representación Gráfica del Modelo
A continuación se presenta la representación gráfica de los perfiles que sustentan el modelo propuesto:
Como se puede observar, la figura 3 muestra cómo se abordará la orientación en el contexto universitario y los factores implicados en el proceso. Se concibe al educando como una ser biopsicosocialespiritual que ingresa al sistema de educación superior con componentes afectivos, socioculturales actitudinales, relacionales, motivacionales y volitivos que conforman su personalidad.
Por ello, se completa como ejes centrales de la praxis orientadora el estudiante y la prosecución de su carrera docente y la intervención como medio para el encadenamiento de las diferentes actividades académicas, prácticas profesionales y extraprofesionales, para así conducir al educando al enriquecimiento de su vida personal, familiar y social como individuo.
Se enlaza con el elemento socio comunitario ya que se subraya la pertinencia de lo social, los factores del entorno y la necesaria implicación activa de la persona dentro de los contextos comunitarios donde se insertará laboralmente. Se debe asumir que desde el punto de vista teórico y práctico, los principios sociales son ineludibles en el desarrollo integral del profesional de la docencia.
Asimismo, se consideran sujetos del proceso orientador los alumnos, los profesores, la familia y la comunidad.
Objetivos y actividades dirigidas al alumno
Estarán encaminadas a lograr una formación intelectual, instrumental y profesional, así como un desarrollo en la esfera afectiva social y de la personalidad. En líneas generales, hay que considerar las peculiaridades que presenta la realización de tareas dentro del ámbito de la Educación Superior que han de ser encaminadas en todo momento a la superación del individuo.
Las actividades se pueden dividir en:
- Actividades dirigidas a la maduración personal y vocacional. La intervención se hará a través de acciones dirigidas a ayudar al alumno en la adquisición de valores, conocimientos y habilidades que lo conduzcan a un comportamiento vocacional efectivo.
- Actividades de preparación profesional. Se plantean como una secuencia a seguir talleres de trabajo donde los alumnos adquieran y potencien diferentes habilidades en función de sus posibilidades e intereses. Estos talleres serán planificados por todo el equipo y serán puestos en práctica por los monitores, profesores de taller y orientadores. Para su organización se tendrán en cuenta los diagnósticos de los alumnos, las demandas u opciones del mundo laboral y un estudio de las habilidades requeridas para cada uno de ellos. En estos talleres, los alumnos que puedan se prepararán para acceder primeramente a escuelas que se puedan vincular con la universidad a través de alianzas estratégicas que beneficien a las escuelas con la colaboración de pasantes y a los universitarios se les brinda la oportunidad de la experiencia laboral futura y a su vez se le da la posibilidad de adaptarse al mundo laboral.
- Actividades para el desarrollo de habilidades sociales. Estas actividades no pueden ser olvidadas, puesto que uno de los objetivos principales que se buscan es el desenvolvimiento del individuo dentro de su comunidad. La habilidad para relacionarse, la capacidad para crear amistades, el desarrollo de hábitos de convivencia, la aceptación de las normas sociales, el liderazgo como competencia fundamental del docente son algunos de los aspectos que deberían desarrollarse.
Junto a las actividades reseñadas anteriormente, se deben desdoblar otras de apoyo que permitan superar las distintas dificultades y lograr la integración plena del estudiante. Con ello, se busca responder a las necesidades físicas, psíquicas, sociales, educativas y profesionales de los futuros docentes.
Objetivos y actividades dirigidas al profesorado de la universidad
Se destacaran dos niveles de actuación:
- Objetivos y actividades en el ámbito educativo. Tendrán lugar a lo largo de todo el proceso formativo. Se buscará asesorar al profesor en toda la amplitud y complejidad del proceso de enseñanza y aprendizaje, el desarrollo personal y laboral del alumno. El orientador ha de ser principalmente el encargado de dinamizar la participación, reflexión y toma de decisiones docentes.
- Objetivos y actividades en el ámbito profesional. Van referidas a todos aquellos aspectos que deben tener en cuenta los profesores, los Departamentos y el instituto en general para lograr una buena formación profesional y social del sujeto.
Objetivos y actividades dirigidas a la Comunidad
Se engloban en este aspecto todas aquellas actuaciones orientadas a la consecución de la vinculación de la universidad a la comunidad, así como la conveniencia de ofrecer una actitud favorable hacia la integración. Por ello se debe impulsar un mayor acercamiento entre la universidad y su entorno cultural, social y económico.
La evaluación
El propósito de la evaluación es ofrecer información acerca de cómo se va desarrollando todo el proceso, posibilitando a la vez que se lleve a cabo una reflexión y un replanteamiento de toda la acción, junto al esclarecimiento de las futuras vías de actuación.
Algunos factores a tener en cuenta relacionados con la evaluación serian:
Con respecto a los profesores
- Interés por las actividades realizadas.
- Valoración de la organización.
- Grado de satisfacción por el desempeño de su rol profesional.
- Influencia de los alumnos.
- Grado de implicación en los programas.
- Trabajo cooperativo.
Con respecto a la comunidad
- Interés por las actividades a realizarse en la universidad.
- Valoración de la información recibida.
- Actitud hacia el desarrollo comunitario conjuntamente con la universidad
- Influencia en el desarrollo vocacional y la inserción laboral dentro de la comunidad del asesorado.
- Grado de colaboración de las escuelas vinculadas con el instituto con el desarrollo del modelo.
- Expectativas de la comunidad con respecto a la orientación.
- Impacto social del egresado.
Con respecto a los alumnos
- Grado de satisfacción en las actividades realizadas.
- Importancia de la Orientación en el desarrollo vocacional.
- Grado de satisfacción respecto a las opciones elegidas.
- Nivel de participación en las actividades realizadas.
- Grado de integración alcanzado.
Estos factores no tienen un carácter exclusivo, sino que intentan ser una guía para llevar a cabo una evaluación formativa y procesual del modelo planteado.
Descripción del Modelo
El Modelo de Alternativo Integral de Orientación Vocacional para la Universidad Pedagógica Experimental Libertador comprende la orientación, concebida en los términos anteriormente expuestos, tiene como finalidad abordar las siguientes dimensiones: Afectivos, relacionales, psicosociales y comunitario desde el enfoque de la orientación vocacional como ciclo vital. Con la intención de intervenir en particular a cada individuo en los procesos de formación para la inserción socio‑laboral que se da en la UPEL.
La orientación actual tiene sus orígenes en la orientación vocacional, profesional o para el desarrollo de la carrera, que surgió como necesidad de facilitar a los estudiantes la información necesaria para su adecuada inserción en el mundo del trabajo. Desde sus inicios hasta la actualidad ha experimentado cambios significativos y ha pasado de ser una acción puntual a ser una acción permanente integrada en la dinámica educativa. De aquí, se desprenden las características de esta propuesta que tiene un carácter mediador y de sentido cooperativo, dirigido a todos los alumnos que están en proceso de formación docente en UPEL-IPREM, con la finalidad de desarrollar en ellos aquellas conductas vocacionales que le preparen para la vida en general; mediante una intervención continuada, sistemática, técnica y profesional, basada en los principios de prevención, desarrollo e intervención social; con la implicación de agentes educativos y socio-profesionales, es decir, la orientación profesional asume como meta o finalidad última el desarrollo de la carrera del individuo a lo largo de toda la vida.
Para facilitar estas tareas, y dado que la orientación vocacional requiere el desarrollo de determinados aprendizajes, conviene sistematizar el proceso orientador e integrarlo en el currículo teniendo en cuenta las intenciones educativas del mismo, las capacidades expresadas en sus objetivos, el contexto en el que se desarrollan los procesos, las características evolutivas de los destinatarios, los condicionantes personales de cada uno de los alumnos.
Para lograr un mayor grado de eficacia en la orientación vocacional, el alumno debe ser el protagonista de los procesos y deberá implicarse de forma activa en sus aprendizajes llegando a establecer el mayor número posible de dinámicas de autoorientación, a través de las mediaciones pertinentes, con el fin de desarrollar una labor preventiva que permita anticipar las consecuencias de las elecciones.
La metodología del presente modelo estará sustentada en los postulados sociológicos, pedagógicos y psicológicos de la formación permanente del ser humano desde un enfoque humanista constructivo, entendido como la preparación para el trabajo, no como actos aislados e inconexos de actualización profesional, sino como el "aprender a aprender" o como lo entiende Fernández en la Conferencia de Nairobi de 1976:
Un proyecto global encaminado tanto a reestructurar el sistema educativo existente, como a desarrollar todas las posibilidades de formación fuera del sistema educativo; en ese proyecto, el hombre es el agente de su propia educación, por medio de la interacción permanente con sus acciones y su reflexión; la educación permanente, lejos de limitarse al período de su escolaridad, debe abarcar todas las dimensiones de la vida, todas las ramas del saber y todos los conocimientos prácticos que puedan adquirirse por todos los medios y contribuir a todas las formas de desarrollo de la personalidad (p. 33).
La idea constructivista humanista del modelo se ajusta a los procesos de enseñanza aprendizaje desde la concepción de un proceso de ayuda a los mediadores profesores, familiares, institución para construir estructuras de conocimiento con el objeto de que los representaciones que se hagan de los procesos sean los más apropiados a través del desequilibrio cognitivo para que se produzca una toma de conciencia de sus limitaciones y desafíe los retos que se le plantea. La conceptualización del orientador como agente de cambio social es el factor calve en el proceso de construcción conjunta del conocimiento para que se de una verdadera transformación de la labor orientadora.
Desde esta reflexión, se tratará la orientación vocacional como un proceso que garantice la atención de la persona desde su ingreso a la universidad hasta después de su egreso, a través de la formación integral y permanente del docente, esto facilitaría las diferentes transiciones que, de acuerdo con la teoría de Schlossberg, se dan a lo largo de toda la vida (Schlossberg, 1984, citado por Bisquerra y Figueras, 1992).
El proceso orientador se enmarcará en:
- Conocimiento de la propia persona: capacitar a los estudiantes en las competencias de autoconocimiento y conocimiento del otro, en la toma de decisiones, y en las actitudes positivas hacia la exploración, planificación y gestión de su futuro profesional a través de valorar sus propias competencias, características y aspiraciones.
- Conocimiento y comprensión del medio social: visualiza la educación como un proceso esencialmente social y que ocurre continuamente como resultado de la interacción entre seres humanos para conseguir un aprendizaje más significativo o para lograr involucrarse personalmente en el contexto, el estudiante debe conocer y comprender su medio social para garantizar su identidad cultural y su integración.
- Conocimiento del entorno laboral: consiste en enseñar al estudiante la construcción del proyecto profesional, el cual debe realizarse en función de necesidades, motivaciones, informaciones, experiencias y contexto social. Ayudar al joven en esta construcción vocacional significa cuestionar sus deseos, plantear objetivos, tomar conciencia de sus recursos, desarrollar su madurez vocacional como un proceso continuo que va a prolongarse durante la vida adulta.
Para la concreción de estos tópicos se tomó como referente el desarrollo de la carrera que han seguido los modelos teóricos estudiados, respondiendo a las etapas de la vida de una persona, a saber:
- Cada cual tiene la necesidad personal de interpretar y construir la propia identidad profesional.
- El proceso de construcción supone una búsqueda del sentido de sí mismo en interacción con el entorno.
- La concreción de acciones individuales conducen a la mejora de las condiciones de vida e integración social.
- El proceso de enseñanza y aprendizaje es básico en el proyecto profesional.
- La ayuda de un profesional en orientación vocacional es fundamental en la exploración y organización de las experiencias personales.
La disposición y las acciones para hacer frente a las tareas vocacionales se le denominan conducta vocacional. Por ello se apoya en o se dirige hacia un entorno social adulto. La conducta vocacional es un proceso evolutivo que aunque aparece en los primeros años escolares se hace visible con claridad en la adolescencia y en la vida adulta, como respuesta a una demanda inespecífica de carácter social, acompaña durante la juventud y en la madurez y declina hacia la jubilación (Rivas, 1995).
La explicación de la conducta vocacional en el modelo de Desarrollo de Carrera (Crites, 1978) se basa en cuatro factores de grupo, cuyos contenidos contemplan:
1. Consistencia de las acciones: tiempo, nivel educativo, familia.
2. Realismo: intereses, habilidades, personalidad y clase social.
3. Competencias de elección: información, planificación, selección de metas, resolución de problemas y autoevaluación.
4. Actitudes de elección: preferencias, compromiso, independencia e implicación.
Por último, la existencia de gran cantidad de materiales informativos de autoayuda que pueden ser de utilidad en determinados momentos por la persona.
La orientación dará prioridad al desarrollo cognitivo y afectivo del joven buscando su actividad y capacidad de resolver los problemas planteados con iniciativa personal.
Las líneas gerentes de estos tres elementos incluirán, contenidos: cognoscitivos, procedimentales y actitudinales. En este sentido, se hará énfasis en la importancia de estos últimos como componente importante en la formación docente.
Se considera la necesidad de una metodología activa centrada en el alumno, que propicie experiencias creativas para que él sea capaz de analizarlas, de profundizar en ellas y de integrarlas. Se busca ir más lejos del propio diseño curricular.
Desde esta práctica, se deben desplegar labores como el asesoramiento a la comunidad para favorecer la integración (actitudes favorables, condiciones de infraestructura, entre otras), el asesoramiento a los profesores (relación de los contenidos vocacionales con los curriculares, desarrollo de los procesos instructivos), asesoramiento a las familias (información, colaboración), asesoramiento a los alumnos de los recursos que ofrece el mercado de trabajo cara al desarrollo personal, del conocimiento sobre sí mismo, implementación del autoconcepto, información profesional, esclarecimiento de la realidad vocacional, ayuda para la toma de decisiones, generar actitudes positivas ante el trabajo y la búsqueda de empleo y elegir su ocupación de forma consciente y aceptando los resultados que para su vida pueda tener.
En este sentido, la integración plena del estudiante debe entenderse como un proceso, que se da a lo largo de la vida y es necesario articular las medidas adecuadas en la universidad para que el desarrollo tenga lugar de forma equilibrada. Esto exige la presencia de servicios de diagnóstico, atención asesoramiento del alumno. Considerando que los estudios universitarios son fundamentales y definitivos, puesto que van a establecer las oportunidades futuras de integración social y laboral del sujeto. De esta forma, durante el tiempo que el estudiante permanezca en la universidad, se deben desarrollar actividades conducentes a una formación intelectual, personal, social y profesional que le permita competir en igualdad de condiciones e incorporarse al mundo del trabajo, etapa importante en el desarrollo de las personas.
Debido a su relevancia, parece conveniente proponer este modelo para la organización de programas de intervención en la UPEL que permitan lograr los objetivos deseados con respecto a la formación del docente. En efecto, se busca el desarrollo de una acción planificada que se inicie partiendo de una exploración de las variables que inciden en cada realidad educativa.
Como se ha visto, la orientación constituye en el presente una actividad científica, compleja y persistente. Científica por su aporte teórico, complejo por todos los ámbitos que contempla y persistente por ser un proceso continuo y sistemático. No debe entenderse como una labor aislada, sino incluida dentro del currículo. Se parte de la idea de un asesoramiento global en el ámbito personal, escolar, social y profesional, y se debe tener en cuenta a todos los implicados en el desarrollo integral de los alumnos: familia, comunidad, profesores, y alumnos.
La nueva postura teórica en el campo de la orientación vocacional, ha propiciado el nacimiento de gran cantidad de programas de intervención, con los que se han querido ofrecer vías para que los procesos de desarrollo personal y vocacional se conduzcan de forma favorable para los intereses y necesidades de los individuos. Esto hace pertinente, partir de constructos que ayuden al desarrollo integral del alumno desde los principios siguientes:
- Comunitario, en contraposición al modelo tradicional que se centraba sobre todo en la asistencia individual y puntual o counseling. Frente a este exclusivismo del hecho orientador, se busca que el modelo tome en cuenta otros elementos y factores, que trate de abordar los problemas de una forma integral y que incida en todos aquellos que participan en el proceso de orientación (padres, profesores, alumnos, entorno laboral, entre otros.)
- Hacer intervención frente a las metodologías puramente descriptivas o etiquetadoras. Hacer hincapié en el desarrollo de estrategias de acción y elaboración de programas de intervención para la evolución integral de los individuos.
- Tener en cuenta las necesidades y características particulares de cada persona, buscando en última instancia que sea él mismo quien encuentre soluciones adecuadas a sus problemas, partiendo de un conocimiento ajustado de sus potencialidades, que le permita planificar los pasos sucesivos de su carrera y tomar las decisiones más ajustadas a sus intereses y posibilidades.
- Centrarse en el medio, ya que la actividad orientadora debe partir del estudio de la realidad inmediata que vive cada uno.
- Usar estrategias adaptadas a las etapas madurativas de cada sujeto.
- Tener en cuenta la variedad de elementos que intervienen en el de cada individuo.
Fase Explicativa del Modelo
El elemento operativo de este modelo alternativo integral de orientación vocacional se corresponde con las dimensiones conocimiento de la propia persona, comprensión del medio social y del entorno laboral. Concretamente a través de las cuales se producen una serie de interacciones que facilitan el proceso entendido como un ciclo vital.
Del ámbito teórico, para la operatividad de la propuesta se puntualizan las siguientes características. En primer lugar debe adaptarse al contexto, puesto que, las particulares del grupo al que se dirige, van a condicionar su puesta en práctica de la orientación y asesoramiento que requiere el usuario. El espacio de partida será, entonces, la detección de necesidades desde un análisis sistémico para ajustar la oferta a la demanda con el fin de cubrir las expectativas de los destinatarios. Las posibilidades de integración en el programa deben ser diversificadas con el fin de atender a las características y circunstancias individuales, las actividades a desplegar deben contemplar la vinculación del alumno con la realidad a través de diferentes experiencias reales o simuladas para que así las interacciones que se produzcan se puedan ir perfilando los intereses para el desarrollo de la carrera.
Es importante la integración de la orientación en el currículo de manera que se impliquen a todo los profesores en esta labor tan importante y decisiva para la vida de las personas. La oferta de orientación deberá contribuir al conocimiento ajustado posibilidades y limitaciones de cada alumno, de los planes de estudios de la universidad, de las expectativas y la oferta del mundo del trabajo, de las estrategias que hay que poner en marcha para lograr el éxito personal y profesional.
La acción orientadora debe dirigirse a personalizar la educación, contribuir al diseño y al desarrollo del proyecto de vida, facilitar la transición a la vida laboral, favorecer la madurez personal, académica, vocacional e informar así como, ayudar a buscar y procesar información sobre guías educativas, planes de estudio y demandas laborales. Concomitantemente, favorecer la autonomía de los alumnos a través del desarrollo de habilidades que les permitan un alto grado de independencia en su desarrollo personal, académico y vocacional. Watts (1979) plantea que: “la vida profesional puede subdividirse en estadios relacionados con la evolución personal y sería la integración de intereses, capacidades y valores la que podría jugar un papel concurrente en el desarrollo vocacional”. (p.79). Este planteamiento, es coincidente con las dimensiones propuestas anteriormente e imprescindible para la viabilidad del modelo.
Para lograr estas metas, los objetivos y actividades de la Orientación Vocacional deben ir dirigidos en las tres dimensiones expuestas fundamentales del individuo desde una perspectiva personal, escolar y profesional.
Cuadro 10. Ámbito de acción del Modelo Alternativo Integral Orientación vocacional para el IPREM
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Como se puede apreciar en el cuadro la propuesta tiene como finalidad más significativa contribuir con el progreso personal y socioafectivo del alumno y generar estrategias positivas que fortalezcan el desarrollo integral la personalidad del futuro profesor. Para el desarrollo se deben contemplar tres momentos cruciales para el estudiante el ingreso a la carrera, prosecución, el final de la carrera que implica la incorporación del estudiante a la vida laboral.
La información debe estar presente desde el inicio hasta la culminación de la carrera. Debe contemplar información sobre la institución universitaria, especialidades que brinda, ubicación geográfica de los diferentes institutos que conforman la UPEL, del plan de estudios, becas, salidas profesionales. Siempre que se pueda se facilitará de modo colectivo aún cuando se deberá contar con los recursos necesarios que permitan mantener un servicio de información continuado y una documentación de autoconducción que responda a las necesidades individuales de cada estudiante.
Para aumentar el radio de acción de la orientación se realizará de forma colectiva, con el fin de garantizar su eficacia, en pequeños grupos. Serán cursos de corta duración, de carácter práctico, pudiendo darse de forma intensiva y extensiva a la comunidad.
El asesoramiento se direccionará hacia aspectos personales y planteamientos académico y/o profesionales. Los personales que respetan a situaciones individuales que pueden surgir en distintos momentos y en el servicio debe haber con un personal permanente que pueda atender estas situaciones particulares. Lo académico y/o profesional, será asumido imprescindiblemente por los profesores de las asignaturas, a través del programa de asesoría académica.
En cualquiera de los casos, esta propuesta está ideada para dar respuesta de modo individual a las necesidades de los alumnos.
CONSIDERACIONES FINALES
Es pertinente que los programas de orientación vocacional de la UPEL reflejen la filosofía de la institución y que a su vez estén planificados de manera tal que puedan ser implementados de forma que todos los estudiantes puedan beneficiarse.
La orientación como disciplina debe trascender el marco individual del estudiante y la universidad para que realmente se sitúe en un nivel óptimo que abarque más allá del contexto educativo.
La familia es una variable importante como primer contexto de identificación del educando respecto a su desarrollo personal por ello es esencial que se haga intervención familiar en el marco de la orientación con fines preventivos desde un enfoque ecológico.
Como referente de la orientación vocacional como ciclo vital es pertinente vislumbrar a la persona en su totalidad libre y protagonista de su propia vida, ubicado en un espacio sociocultural constantemente cambiante que interactúa con él desde su nacimiento hasta su muerte. Es conveniente tomar conciencia de las implicaciones psicológicas del fenómeno de la jubilación y que la atención vocacional a la tercera edad es importante, ya que la longevidad del hombre va en aumento. Esto apunta a la conveniencia de de una atención creciente a esta población “que hacer después de la jubilación”. En esta área sería importante involucrar al personal docente y administrativo que labora en la UPEL. Próximos a jubilarse, esto aumentaría la participación y garantizaría la labor de la orientación en todas sus etapas.
La orientación desde un enfoque comunitario es importante cuando se relaciona con las etapas de transición y cómo los problemas que se presentan en ellas pueden ser abordados desde un enfoque comunitario que ayude al usuario a enfrentar las dificultades.
Las competencias vitales de un profesional de la docencia deben estar focalizadas al conocimiento de: autoconcepto, relaciones interpersonales, manejo del afecto, preparación para las transiciones, control de estrés, acceso a los recursos disponibles a través de la difusión de cursos talleres, conferencias que permitan la formación permanente del profesional.
El reconocimiento en el sector educativo de que la atención integral a los estudiantes aumenta su productividad y los beneficios a mediano y largo plazo se ven reflejados en el producto que egresa de las universidades deja advertir que se debe tomar conciencia en la importancia que tiene la orientación en los espacios de la educación superior venezolana.
Finalmente se debe considerar a la orientación como una función interconecta por las diferentes áreas que la conforman (vocacional, familiar, desarrollo de carrera, profesional, personal, social y académica) cada una de ellas con sus características concretas, permiten que se convierta en una unidad de acciones coordinadas que ayudan al individuo a potenciar su desarrollo humano a lo largo de la vida.
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