En la presente investigación se busca comprender algunas de las representaciones y vivencias fundadas en torno a la práctica de la Ginecología Natural en Chile, que se llevan a cabo en talleres o círculos de mujeres, y cómo esta práctica podría ser considerada una forma de lucha por la autonomía del cuerpo femenino frente a la ideología patriarcal y la administración bio-política de los cuerpos en occidente.
Transitando por la historia de los movimientos feministas y los procesos de modernización de la medicina, se dará cuenta de cómo estas transformaciones políticas y sociales que apuntan al control de la reproducción de la “especie” humana impiden a las mujeres ejercer su autonomía y libertad de decidir sobre el devenir de sus propios cuerpos.
Finalmente se espera responder a los siguientes cuestionamientos: ¿De qué manera los talleres de ginecología Natural representan una práctica performativa por la autonomía del cuerpo? Y con ello, ¿Puede la práctica de la Ginecología Natural transformar las representaciones sociales sobre los cuerpos femeninos?
Para todo lo anterior, se han realizado entrevistas a expertas y grupos de discusión conformados por mujeres que han participado de algún taller o círculo de ginecología natural.
ÍNDICE
I. RESUMEN
II. INTRODUCCIÓN
III. RELEVANCIA Y OBJETIVOS
Planteamiento del Problema y Relevancia sociológica
Pregunta de investigación
Objetivo general
Objetivos específicos
IV. MARCO DE ANTECEDENTES
La Ginecología Natural y el movimiento feminista en la historia
Violencia de Género expresada en el Control de los Cuerpos Femeninos
Datos sobre aborto en Chile y el mundo
V. MARCO TEÓRICO
La sociología del cuerpo
El surgimiento de la industria de la medicina y la marginación de la mujer sanadora
Los Feminismos y la Lucha de las Mujeres por la Autonomía del Cuerpo
La Ginecología Natural como práctica de lucha por la descolonización de los cuerpos...49 La Representación Social y los Actos Performativos
VI. METODOLOGÍA
Diseño de Investigación
Grupo de estudio y recolección de información
Diseño del análisis de la Información
VII. ANÁLISIS
Resultados de la investigación
CONSTRUCCIÓN DE ESTRUCTURAS CATEGORIALES (GRUPOS DE DISCUSIÓN)
Estructura_GrupoDl
Estructura_GrupoD
Estructura_GrupoD
Análisis de Grupos de discusión
CONSTRUCCIÓN DE ESTRUCTURAS CATEGORIALES (ENTREVISTAS A EXPERTAS)
Estructura expertas l
Estructura expertas
Estructura expertas
Análisis de entrevistas a expertas
VIII. CONCLUSIONES
Medicina Alópata y el control del cuerpo
El cambio en las representaciones sociales del cuerpo femenino
¿Es la Ginecología Natural una herramienta performativa que puede transformar las representaciones sociales sobre los cuerpos femeninos?
¿Qué transformaciones políticas e ideológicas se podrían llevar a cabo al ejercer la práctica de la GinecologíaNatural como una herramienta performativa?
IX. ANEXOS
PAUTAS DE ENTREVISTAS
Grupo de discusión
Entrevista a expertas. (Facilitadoras de talleres de ginecologíanatural)
BIBLIOGRAFÍA
RESUMEN
En la presente investigación se busca comprender algunas de las representaciones y vivencias fundadas en torno a la práctica de la Ginecología Natural en Chile, que se llevan a cabo en talleres o círculos de mujeres, y cómo esta práctica podría ser considerada una forma de lucha por la autonomía del cuerpo femenino frente a la ideología patriarcal y la administración bio-política de los cuerpos en occidente.
Transitando por la historia de los movimientos feministas y los procesos de modernización de la medicina, se dará cuenta de cómo estas transformaciones políticas y sociales que apuntan al control de la reproducción de la “especie” humana impiden a las mujeres ejercer su autonomía y libertad de decidir sobre el devenir de sus propios cuerpos.
Finalmente se espera responder a los siguientes cuestionamientos: ¿De qué manera los talleres de ginecología Natural representan una práctica performativa por la autonomía del cuerpo? Y con ello, ¿Puede la práctica de la Ginecología Natural transformar las representaciones sociales sobre los cuerpos femeninos?
Para todo lo anterior, se han realizado entrevistas a expertas y grupos de discusión conformados por mujeres que han participado de algún taller o círculo de ginecología natural.
II. INTRODUCCIÓN
Hoy en día las mujeres se desenvuelven en un contexto social en constante disputa respecto a lo que significa ser mujer. No solo desde el ámbito social y económico, sino también desde la perspectiva de la representación del género y de los procesos biológicos y materiales que esto implica. Butler (1999) plantea que la identidad sexual no es algo natural o dado, sino más bien un resultado de la performatividad de lo cotidiano y de la configuración discursiva del género: “La formaciónjurídica del leguaje y de la política que presenta a las mujeres como «el sujeto» del feminismo, es, de por sí, una formación discursiva, y el resultado de una versión especifica de la política de representación” (Butler, 2007: 47).
La construcción simbólica del género femenino[1] en la sociedad patriarcal occidental ha tenido una serie de implicancias en la comprensión, administración y cuidado de la salud del cuerpo y en consecuencia también en su medicalización. Fuster (2003) se refiere a esto como el paso de una sociedad enfocada en la disciplina sobre el cuerpo para su control y vigilancia a una sociedad que administra los cuerpos-sociales para su funcionamiento dentro de un Estado determinado, lo que Foucault (1999) llamó la bio- política:
“Centrada en el cuerpo-especie, en el cuerpo transido por la mecánica de lo viviente y que sirve de soporte a los procesos biológicos: la proliferación, los nacimientos y la mortalidad, el nivel de salud, la duración de la vida y la longevidad, con todas las condiciones que pueden hacerlos variar.” (Citado por Fuster, 2003: 23)
Por otra parte, en relación a las representaciones sociales del cuerpo femenino y su posterior administración, se verá que el propio dinamismo simbólico con el cual se desarrolla la construcción de significados, hace posible la promoción de un nuevo sentido hegemónico sobre lo que simbólicamente representa el género femenino. El cuerpo femenino adopta un carácter de cuerpo-especie, y comienza a ser administrado socialmente para el control de los procesos biológicos, particularmente en lo referido a la reproducción y la sexualidad.
El Estado moderno del Siglo XIX y su necesidad de administrar lo social, demanda un tipo específico de saber de la medicina, uno relacionado con la profesionalización, que permita regular y normalizar a las masas. Estas normas:
“...actúan tanto para la distribución espacial de los cuerpos (separación, alineamiento, su puesta en serie y bajo vigilancia), como para la organización de un campo de visibilidad a su alrededor, cuyo fin será el de mantener la supervisión de los individuos y la incrementación de su fuerza útil mediante el ejercicio o el adiestramiento.” (Fuster, 2003:25).
Así, se produce un quiebre en la historia de occidente que cambió el rumbo de las cosas, las mujeres dejaron de ser las “sabias” a quienes se les consultaba por alguna dolencia y de pronto la medicina profesional ejercida por hombres, es la que irrumpe en el campo de la salud para apropiarse del conocimiento y luego dominar este campo. Esto puede asociarse en parte a las transformaciones de fines del Siglo XVIII en Europa, donde el intento de las clases dominantes por instalar un método masivo y profesional de higienización y control sanitario necesitaba abolir los métodos populares de sanación que hasta ese minuto estaba a cargo de las curanderas.
Al igual que en Inglaterra y en Alemania durante más de cuatro siglos, la caza de brujas representó el intento por abolir la autonomía y el saber de las mujeres sanadoras. “La presente lucha del movimiento feminista en el terreno de la salud de hoy tiene sus raíces en los aquelarres medievales y los responsables del despiadado exterminio de las brujas son los antecesores de nuestros actuales adversarios.” (Ehrenreich & English, 2006: 8). Lo que en el caso de Chile se llevó a cabo en la época de la colonia con la abolición de la “charlatanería” (Fuster, 2013)
El saber científico expresado en la medicina moderna de la ginecología alópata hoy en día representa una forma de dominación sobre el cuerpo femenino. Se mantiene el control del saber científico, sobreestimando la medicina como profesión por sobre los saberes populares y la experiencia de vida de cada mujer.
Ejemplos actuales de este tipo de dominación sobre el cuerpo femenino son todos aquellos tratamientos ginecológicos y obstétricos que operan en las mujeres sin un conocimiento acabado de sus efectos: exceso de medicación frente a los desequilibrios hormonales, estimulación al consumo de métodos anticonceptivos orales, desinformación frente a los procesos de diagnóstico, y como menciona Quevedo: violencia obstétrica legalizada y en términos generales, ausencia de justicia reproductiva (Quevedo, 2012) En cualquier caso se trata de la falta de autonomía de las mujeres sobre su propio cuerpo.
Como respuesta política a este proceso emergen luchas que aspiran a la “libertad” y autonomía médica y sexual de las mujeres respecto de la institucionalidad Estatal, como las luchas referidas a la salud, cuidado y valorización del cuerpo. Los movimientos feministas relacionados con esta lucha han generado diversas instancias y prácticas que se presentan como una alternativa al discurso institucional hegemónico y la ideología patriarcal que le precede.
A lo largo del recorrido teórico y metodológico de esta investigación, puede observarse como la práctica de la Ginecología Natural surgió como una forma alternativa natural de auto cuidado al sistema médico moderno, siendo además una forma de auto conocimiento en el que las mujeres de las urbes reincorporan ritos y prácticas de la medicina popular e indígena que permite a las mujeres transformar las representaciones que tienen respecto a sus cuerpos.
Se observará cómo la práctica de la Ginecología Natural tiene profundas bases en la lucha feminista norteamericana y europea de los años 60’ y 70’, sin embargo en Chile posee características y especificidades que incorporan aspectos de las culturas indígenas, principalmente latinoamericanas.
Esta investigación intenta abrir una instancia de discusión y a la vez reivindicar el espacio político que estas prácticas hoy en día tienen, devolviendo la importancia a la lucha que hay detrás de ellas y la relevancia social y cultural que puede tener como una práctica performativa[2], capaz de transformar las representaciones que las mujeres que participan de los talleres de Ginecología Natural, tienen respecto a la autonomía médica de sus cuerpos.
A continuación se detalla brevemente el contenido de cada capítulo:
En el capítulo IV “Marco de Antecedentes”, en: “La Ginecología Natural y el movimiento feminista en la historia” se muestra la relación histórica entre los movimientos feministas de la década del 60’ y 70’ y su relación con la actual práctica de la Ginecología Natural. Luego en: “Violencia de Género expresada en el Control de los Cuerpos Femeninos” se contextualiza la problemática de la violencia de género y como esto forma parte de motivaciones de las mujeres para la búsqueda de estrategias de resistencia y transformación. Finalmente en: “Datos sobre aborto en Chile y el mundo” se exponen algunos datos estadísticos que permiten establecer criterios macro estructurales de Chile frente al mundo en materia legislativa.
A lo largo del capítulo V “Marco Teórico”, en: “La sociología del cuerpo” se desarrollará un recorrido que pasa los abordajes de la sociología del cuerpo vinculado a su construcción simbólica, posteriormente en: “Los Feminismos y la Lucha de las Mujeres por la Autonomía del Cuerpo” se verá como la instalación de normativas de control bio-políticas atentan contra la autonomía de las mujeres sobre sus cuerpos, para luego describir brevemente el transcurso de las luchas feministas frente a los procesos de medicalización de los cuerpos femeninos y su vinculación con la actual práctica de Ginecología Natural. Finalmente en: “La representación social y los actos performativos” se presentará una apuesta teórica en la que se plantea a la Ginecología Natural como una práctica performativa capaz de transformar las representaciones patriarcales del cuerpo femenino.
En el capítulo VI “Metodología”, se describen las características metodológicas y los procedimientos que se llevaron a cabo para la recolección de información que permitiera relacionar los aspectos teóricos con la realidad de las mujeres que participan de los talleres de Ginecología Natural.
En el capítulo VII “Análisis” se desarrolla un análisis de tipo estructural de los discursos. Se muestran los códigos elaborados y las estructuras provenientes de esos códigos.
Finalmente, en el capítulo VII “Conclusiones” Se vinculan los análisis de discurso con el proceso de investigación teórica, dando respuesta a las interrogantes que delinearon todo el trabajo de investigación.
A estas conclusiones se les otorga un carácter preliminar entendiendo que se trata de una investigación de alcance exploratorio. Que sin perjuicio de lo anterior espera expandirse teóricamente en el futuro.
III. RELEVANCIA Y OBJETIVOS
Planteamiento del Problema y Relevancia sociológica
Para el campo de la sociología, esta investigación aporta al ámbito investigativo información relevante respecto a los movimientos de mujeres y feministas en Chile y su relación política con la autonomía del cuerpo.
Permite dar cuenta de lo acotado del concepto de violencia de género que manejan las instituciones del Estado chileno y en esta misma línea, cómo en materia de justicia reproductiva existe una enorme deuda legislativa con las mujeres, como es el caso de la penalización del aborto, la violencia obstétrica, la educación sexual ineficiente, la idea de “lo femenino”, etc. Sin embargo, aun que la problemática se va tejiendo a partir de las dificultades culturales e institucionales, esta investigación va dando cuenta paulatinamente de como la participación activa de las mujeres y el interés por conocer más sobre sí mismas y sus cuerpos permite la construcción de espacios creativos, autónomos y auto gestionados como los círculos de Ginecología Natural en pos de la autonomía y el autocuidado.
Para contextualizar parte de la dominación que ejerce el Estado moderno en Chile sobre el cuerpo femenino, es importante recordar que en el año 1989, Augusto Pinochet modifica el artículo 119 del código sanitario que venía desde 1930, con esto se incorpora a la constitución de 1980 la prohibición del aborto en base al siguiente enunciado: “la ley protege la vida del que está por nacer”. desde entonces se ha masificado la práctica de abortos clandestinos en Chile, con lo que se vulnera el derecho a integridad física y psíquica de las mujeres. Aunque existen diversos estudios y evidencias que muestran que la penalización del aborto no impide que se lleve a cabo, sino que fomenta la clandestinidad, las leyes en Chile aún no han sido modificadas.
En cuanto al modo de abordar los nacimientos, en Chile no existe una normativa de protección para mujeres durante el proceso de embarazo y parto que les permita decidir y opinar respecto a las intervenciones que se llevan a cabo en sus cuerpos. El ejercicio de médicos obstetras y ginecólogos goza de una credibilidad, libertad y autonomía de medicar a las mujeres muy superiores al que ellas mismas tienen sobre sus propios cuerpos.
Otro aspecto relevante y problemático es la educación sexual que se promueve hoy en Chile[3] Las principales instituciones a cargo de este aspecto son las escuelas e instituciones de salud, además del importante poder de difusión de los medios de comunicación masivos y las redes sociales. En cualquier caso sigue siendo insuficiente e incompatible con el modo de enfrentar la realidad de adolecentes y jóvenes, obviando aspectos relevantes de la sexualidad, como por ejemplo: el placer, la autoestima, el auto cuidado, entre otros.
El Estado moderno se manifiesta en este sentido como una paradoja, por una parte castra la existencia de los aprendizajes populares y el desarrollo de conocimientos transmitidos por medio de la tradición oral y por otra parte penaliza el ejercicio de la autonomía frente a decisiones tan importantes como el aborto. No existe una educación integral por parte de la institucionalidad que considere aspectos para evitar embarazos no deseados, sin embargo existe su castigo.
La importancia de esta investigación radica principalmente en la posibilidad de dar cuenta de la violencia de género que existe hoy en Chile respecto a la libertad de las mujeres de poder decidir sobre sus propios cuerpos y su sexualidad y cómo la Ginecología Natural puede ser entendida como un acto performativo capaz de transformar ciertas representaciones que las mujeres tienen respecto a sus cuerpos y autonomía. Para esto se realiza un breve recorrido por ciertas luchas políticas feministas y la relación que existe entre los procesos de modernización de la medicina y el control del cuerpo.
Pregunta de investigación
¿De qué manera los talleres de Ginecología Natural representan prácticas performativas por la autonomía del cuerpo?
Objetivo general
Comprender de qué manera los talleres de Ginecología Natural representan prácticas performativas por la autonomía del cuerpo.
Objetivos específicos
a) Describir parte de la historia de la mujer como sanadora y el posicionamiento de la medicina ginecológica occidental como estrategia bio-política.
b) Describir parte de la historia del feminismo y la lucha de las mujeres relacionada con la autonomía del cuerpo
c) Explorar en las representaciones que las mujeres, que han participado en talleres de ginecología natural, tienen respecto a esta práctica y su visión sobre la autonomía del cuerpo.
d) Analizar en qué medida se podrían llevar a cabo transformaciones políticas e ideológicas al ejercer la práctica de la ginecología natural como una herramienta de transformación performativa.
IV. MARCO DE ANTECEDENTES
La Ginecología Natural y el movimiento feminista en la historia
Para comprender qué es la Ginecología Natural se debe observar sus orígenes y los contextos históricos e ideológicos en los cuales surgió. Es necesario indagar en la historia del feminismo que le precede y que ha sido la voluntad política que le ha dado fuerza.
A finales de los años 60’ y principios de los años 70’ en Estados Unidos las demandas de liberación sexual fueron parte de las movilizaciones más frecuentes. La primera ola del feminismo o también llamada feminismo ilustrado, es desplazada por una segunda ola, el feminismo liberal y sufragista. Este último, vinculado a demandas del feminismo liberal y posteriormente al feminismo radical. Dadas las transformaciones sociales que se estaban llevando a cabo[4], los feminismos adoptan también nuevas banderas de lucha, viviendo cambios muy importantes respecto a los pilares ideológicos que hasta esa época eran sus fundamentos, como por ejemplo la lucha por la ciudadanía femenina y el derecho sufragista.
Surge así el feminismo radical, que tiene como particularidad la fuerte relación ideológica con la libertad sexual y las implicancias sociales de la represión ideológica patriarcal sobre el cuerpo de la mujer, no solo en el ámbito público, sino también en el espacio privado. Las mujeres comienzan a organizarse en torno a demandas relacionadas con sus vidas personales, observando la opresión patriarcal en el espacio privado, cotidiano y familiar, la lucha entonces adquiere fuerza bajo la consigna: “Lo personal es político” (Beltrán, Maquieira, Alvarez y Sánchez, 2008)
El feminismo radical se distancia ideológicamente de los fundamentos de los feminismos que le preceden como el feminismo socialista y el feminismo liberal. El feminismo socialista considera, a grandes rasgos, que las diferencias y las desigualdades son siempre consecuencia de la instalación de un sistema capitalista. Por su parte el feminismo liberal considera que las desigualdades entre hombres y mujeres están dadas por una inequitativa adjudicación de derechos y oportunidades. El feminismo radical por otro lado, plantea que el ejercicio del poder se presenta en todas las áreas de la vida cotidiana, considerando en ello la vida pública, privada, familiar y personal. (Beltrán, Maquieira, Alvarez y Sánchez, 2008)
Existen algunas críticas al feminismo radical dirigidas a un cierto determinismo biológico, vinculado más precisamente con la autora Shulamith Firestone, quien plantea que las mujeres nacen siendo discriminadas, pues ello las vincula a la función reproductora. A su favor podemos mencionar que el feminismo radical abre la discusión y pone al descubierto temáticas trascendentales en la desigualdad de género que hasta ese minuto no habían sido tratadas en profundidad, como por ejemplo los mecanismos de opresión en las relaciones sexuales y en la vida cotidiana, Martínez, A. (2013) se refiere a esto:
“El feminismo radical de los años 70 se centra en la subjetividad, en lo personal, en el Yo, en la búsqueda de identidad como forma de liberación, siendo la sexualidad y el cuerpo de vital importancia para esta meta por lo que la autonomía y la autodeterminación suponían cuestiones principales en las reivindicaciones de entonces.” (Martínez, A., 2013: 40)
El feminismo radical además tenía como característica su fuerte lazo con el activismo político que se sumaba a la nueva producción teórica. De esta manera, sus principales precursoras siempre estuvieron vinculadas a organizaciones de mujeres que se ocupaban de luchar por una parte en contra de la opresión del patriarcado en el espacio público, y por otra parte, de fomentar la autoconciencia en lo privado o personal:
“la movilización tuvo una doble vertiente: hacia fuera y hacia dentro de los grupos de mujeres. Hacia dentro, reuniéndose en lo que se llamaron grupos de autoconciencia, en los que a través de relatos individuales estas mujeres descubrían que tenían frustraciones y carencias similares y tomaban conciencia del sometimiento y la marginación de que eran objeto. Hacia fuera, dando a conocer su insatisfacción, su descontento y su voluntad de acabar con el patriarcado y manifestándose contra la violencia sexual, contra los abusos de poder masculino, a favor del aborto, la libertad sexual y el cambio de los roles sociales tradicionales.” (Beltrán, Maquieira, Alvarez y Sánchez, 2008: 112)
Así, de la mano del feminismo radical, en el año 1971 surge el movimiento Self-help impulsado por la colectiva “Boston Women Health Book Collective”. Este tenía como principal objetivo que las mujeres tomaran el control sobre sus propios cuerpos. Dado que la medicina moderna, liderada por hombres, y por un saber científico sometido a una ideología del control social, ejercían la dominación patriarcal sobre los cuerpos femeninos y no atendían a las demandas de fondo relacionadas con la libertad reproductiva y el auto cuidado.“El movimiento self-help surge ante la necesidad de que las mujeres tomaran control sobre sus propios cuerpos” (Martínez, 2013: 43).
El Boston Women Health Book Collective percibe la necesidad de las mujeres por tener esta información y las charlas y talleres ya no eran suficientes, por lo tanto deciden escribir el primer libro feminista sobre salud con contenido político y transgresor: “Our bodies our selves”. En el año 1976 el libro es traducido al español y comienza a difundirse en los países de hablahispana, comenzando por España. (Martínez, 2013)
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Imagen №1 Fanzine:”Women and their bodies” (mujeres y sus cuerpos) año 1970[5]
Mientras tanto, en América Latina en la década de los 70', las luchas políticas se estaban enfrentando a escenarios diferentes, con reivindicaciones más relacionadas con desigualdades económicas y lucha de clases. Existía además una disputa entre mujeres organizadas como parte de la institución y mujeres independientes, lo que impide hablar de una corriente feminista unificada para la época, por el contrario, se trata de un camino de lucha heterogéneo y muchas veces contradictorio (García & Valdivieso, 2005)
En el año 1975 se realiza la primera conferencia mundial sobre la situación de las mujeres convocada por las Naciones Unidas (ONU), lo que dio fuerza a los variados movimientos feministas y de mujeres organizadas en América Latina y el Caribe. Sin embargo en aquellos países que se encontraban en dictadura como Chile, Argentina y Uruguay, el feminismo tiene un cauce más silencioso, pues forma parte de la resistencia política a los regímenes militares. (García & Valdivieso, 2005)
Durante la década del 80’ los movimientos feministas y de mujeres se reúnen cada año en distintos países en torno a los llamados: Encuentros feministas Latinoamericano y del Caribe, siendo en 1996 el año en que Chile es sede de ésta reunión, con la consigna: “Desde la autonomía crecen las utopías y tejiendo rebeldías”, sin embargo de este encuentro se marginan las feministas autónomas que rechazan toda relación con la institucionalidad, pues consideraban que participar de ese encuentro era hacer un pacto con la cooperación internacional, el sistema de Naciones Unidas y las instituciones del Estado y no estaban dispuestas a abandonar sus aspiraciones radicales de transformación (Et, al, 2005)
En Chile el movimiento feminista se relaciona con las problemáticas políticas, económicas y de clase que el país vive durante toda la década del 70’ y mediados de los 80’. Durante los primeros años de dictadura militar en el país los movimientos feministas fueron reprimidos y callados junto a cualquier forma de manifestación que alterara el orden impuesto. Sin embargo a fines de la década de los 70’ pequeños grupos de mujeres comienzan a coordinarse y reflexionan en torno al contexto de represión en el que se ve envuelta la sociedad chilena.
A mediados de los 80’ las organizaciones feministas ya tomaban fuerza en diversas instancias, tanto autónomas como institucionales, surgen las redes temáticas para la articulación y desarrollo de las feministas y los centros de estudios y desarrollo en Chile y Latinoamérica. A mediados de los 80’ también se crea la red de Salud de las Mujeres de Latinoamérica y el Caribe y a fines de los 80’ el Foro abierto de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos. (Ríos, M., Godoy, L., Guerrero, E., 2003)
La década de los 90’ en Chile está marcada por un proceso de transición en el feminismo, hasta 1996 se trata de unificar fuerzas para fortalecer a un movimiento propiamente feminista, sin embargo estos intentos no prosperan por mucho tiempo, a fines de los años 90’ se agudizan las diferencias políticas e institucionales entre feministas y así también se diversifican las demandas, los debates tendieron a debilitar al feminismo más institucionalizado. (Et. Al, 2003)
Ríos, M., Godoy, L., Guerrero, E., (2003) plantean que si bien, desde fines de los años 90' hasta hoy en día, el movimiento feminista ha sufrido un debilitamiento en cuanto a su acción política tradicional, esto no significa que las feministas se hayan desmovilizado o desaparecido, sino más bien que han transformado sus estrategias para incidir en lo público, llevando a cabo nuevas estrategias de luchas vinculadas a los espacios privados.
Los talleres de Ginecología Natural podrían ser una muestra de la transformación de la lucha de las mujeres y los espacios en los cuales se lleva a cabo, pasando de la lucha en el espacio público a las reivindicaciones y prácticas de resistencia en los espacios privados. Considerando las diferencias que existen en cuanto a los orígenes de esta práctica en EEUU, vinculados al feminismo radical, y el contexto socio-político chileno, relacionado más bien con el descontento con el sistema capitalista patriarcal y la crisis del sistema médico institucional que se explica más adelante.
La práctica de la Ginecología Natural, busca instalar nuevas instancias que pueden ser reconocidas como la búsqueda de nuevas formas de auto cuidado. Desde los primeros talleres que se llevaron a cabo en la década de los 60’ en EEUU, ha sido una práctica de resistencia frente a las imposiciones ideológicas patriarcales (Martínez, 2013). Sus primeras apariciones podrían situarse a partir de la organización de mujeres que frente a la penalización del aborto, se organizan y difunden de manera clandestina herramientas de auto cuidado ginecológico con medicinas que se encontraban al alcance de todos, como por ejemplo las hierbas medicinales.
Hoy en día, la práctica de La Ginecología Natural, parece ser el resultado de un sincretismo de corrientes feministas e ideológicas en las que a la vez se desarrollan formas populares y ancestrales de sanación que reintegran ciertos aspectos ceremoniales y estructuras circulares, sin perder su esencia políticamente transgresora.
Está practica se difunde principalmente en los sectores urbanos, a través de talleres a los que las mujeres asisten voluntariamente con el interés por conocer formas autónomas del cuidado del cuerpo físico y energético. Por lo tanto, se convoca a las participantes a vivir una instancia de sanación intima, integral y de complicidad con el grupo, en la que se trabajan aspectos emocionales y formas de restablecer el equilibrio en la salud por medio de un proceso de auto conciencia de las historias personales, consciencia del cuerpo, el uso de hierbas y medicina natural en general.
Shinoda (2008) dirá:
“Escuchando, presenciando, representando un modelo, reaccionando, profundizando, haciendo de espejo, riendo, llorando, sintiéndose afligidas, inspirándose en la experiencia y compartiendo la sabiduría de la experiencia, las mujeres del círculo se apoyan mutuamente y se descubren a sí mismas a través de las palabras.”
En los talleres de Ginecología Natural se rescata la memoria de la lucha milenaria de las mujeres frente a la opresión y el exterminio y se otorga a estas muertes un carácter de ofrenda, se reconoce y se les honra por haber transmitido sus conocimientos y sabiduría, que a diferencia de los procesos de individuación que impulsa el capitalismo hoy en día, el reconocer estas historias de lucha y resistencia, permite establecer vínculos comunitarios: “...circulamos para sacarnos las capas y capas de las estrategias heredadas que no sirven para tejer hermandad. e instalamos, consciente y amorosamente, registros de confianza, contención, cuidado mutuo, respeto, derecho de ser quienes somos, etc.” (Samai, 2010)
Los talleres de Ginecología Natural promueven la transmisión del conocimiento a través del boca a boca y el aprendizaje por medio de la experiencia y la vivencia, lo que también se considera como una reivindicación a la sabiduría de los pueblos indígenas de Latinoamérica y el mundo. Estas formas de transmisión de conocimiento y el ejercicio de la sanación natural por medio del uso de hierbas, se llevó a cabo con mucha fuerza en Europa hasta el siglo XVIII. En principio, como la única forma de sanación, después como una alternativa para quienes no podían acceder a los costosos tratamientos médicos de la aristocracia (Ehrenreich & English, 2006)
En Chile, particularmente, la medicina popular fue fuertemente erradicada, castrándose parte importante de la historia y sabiduría de los pueblos indígenas. La llegada de la modernidad al país requería del borramiento completo de quienes eran llamados charlatanes, para dar paso al nuevo panorama fundacional chileno junto a la nueva elite médica (Fuster, 2013). Sin embargo, la medicina popular siguió llevándose a cabo en los sectores rurales, donde aún hoy persisten ritos y uso de hierbas para restablecer la salud. En las principales ciudades de Santiago, la práctica de la Ginecología Natural se ha incorporado de forma paulatina a los espacios urbanos, masificándose por medio de las redes sociales y la cada vez mayor demanda del uso de medicina natural.
En el año 2009, Pabla Pérez San Martín publicó una recopilación de fanzines y métodos de auto cuidado a través de las hierbas medicinales. A Este libro le llamó “Manual introductorio a la Ginecología Natural”. El primer manual publicado en Chile con el nombre de Ginecología Natural. Paralelamente realizaba talleres que promovían el autoconocimiento y sabiduría del cuerpo.
Hoy en día, Pabla Pérez se distancia relativamente del concepto de Ginecología Natural, acogiendo un nuevo concepto para referirse a su postulado de autonomía, este concepto es “Ginecosofía”:
. .me di cuenta de que lo que yo quería, más que las mujeres fueran a un especialista médico natural, era que ellas fueran las especialistas de su propia salud, auto conocerse y curarse, reconocer sus partes, su útero. Entonces le cambié el nombre de ginecología a ginecosofía, que es sabiduría de la mujer” (Pérez, P., 2012)
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Imagen №2 “portada libro: Ginecología Natural de Pabla Pérez”6
Desde el año 2009 las mujeres que participaron de los talleres de Pabla Pérez u otras facilitadoras, comenzaron a difundir el conocimiento adquirido, convirtiéndose en nuevas facilitadoras de talleres de Ginecología Natural, proceso que fue lentamente creciendo hasta que en el año 2013, cuando comienza a masificarse con el uso de las redes sociales.
A principios del año 2013 Anabel Sánchez-Talavera comienza en Chile a formar a nuevas facilitadoras de talleres de Ginecología Natural y Autonomía del Cuerpo, intentando difundir el conocimiento adquirido en sus viajes por Latinoamérica y su experiencia en el trabajo con mujeres en EEUU.[6]
Hoy en día, el movimiento de Ginecología Natural no se asocia únicamente a la lucha feminista radical, sin embargo mantiene sus propósitos de autonomía del cuerpo, convocando a mujeres de todos los sectores sociales que están en busca de información que les permita vivir con mayor consecuencia a sí mismas y al planeta. Se reúnen en búsqueda de espacios de desalienación y conciencia del cuerpo, además de promover la conciencia reproductiva y formas naturales de anticoncepción, intentando así reemplazar el uso de los métodos anticonceptivos invasivos que hoy son los métodos oficialmente promovidos por los ministerios de salud y hospitales.
Violencia de Género expresada en el Control de los Cuerpos Femeninos
La conferencia mundial de población convocada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Bucarest 1974 establece una serie de propuestas[7] destinadas a proteger el derecho a controlar el número de hijos y el momento de la maternidad de las mujeres, de manera de proteger su integridad y generar equidad en cuanto a sus posibilidades de acceder al mercado académico y laboral. Compromisos que asume cada país desde una óptica funcional, como una alternativa relacionada con el control del ritmo de crecimiento de la población a través de distintos métodos de control de natalidad. (De Barbieri, T., 1985)
Este control de la natalidad ha implicado una serie de políticas y administración de métodos de control de la reproducción que han terminado por descuidar los procesos y las valoraciones que puede haber frente a la maternidad, el aborto y al ejercicio de la sexualidad. Se han impuesto métodos a las mujeres sin ser informadas de las consecuencias de su uso para una libre elección frente a otras alternativas.
Por otra parte, el sistema médico relacionado con el control de la reproducción (ginecólogas(os), obstetras, matronas(es), enfermeras(os), etc.) se desenvuelven en una estructura jerárquica que han establecido como distante e inaccesible para quienes no son profesionales del área, y dentro de esta lógica no tiene sentido explicar o involucrar a las “pacientes” en el proceso de diagnóstico y tratamiento, por lo tanto las mujeres se transforman en objetos de estudio y reproducción por controlar.
Es un hecho concreto que en la mayoría de los organismos de salud las mujeres no son educadas ni informadas acerca de sus derechos y posibilidades de decidir por sí mismas, y constantemente se transgrede su espacio de intimidad y de decisión frente a sus derechos sexuales y reproductivos.
Al no ser informadas ni consideradas como protagonistas de sus propios procesos de control reproductivo y sus derechos sexuales, no se requiere de sus opiniones, por lo tanto, son violentadas cada vez que se vulneran sus necesidades, anuladas cada vez que se les niega la posibilidad de decidir, relegadas al silencio y a la aceptación de las normas, y sin embargo ninguna de estas prácticas es considerada como un ejercicio de violencia, por el contrario, el Estado moderno se atribuye las facultades para limitar dónde comienza y termina un acto de violencia hacia las mujeres.
En Chile particularmente, la violencia contra las mujeres es reconocida como un problema privado, familiar y específicamente se trata de un tema relacionado con agresiones que los hombres ejercen sobre ellas, por lo tanto todo aquello que no esté dentro del marco de una agresión física o sicológica ejercida por el cónyuge, no forma parte de la violencia contra las mujeres.
En Chile, el Servicio Nacional de Mujeres (en adelante SERNAM) es el organismo institucional a cargo de la protección de las mujeres contra “violencia”.
[...]
[1] Se entenderá en adelante como construcción simbólica del género al proceso constituyente de significación social, cultural e histórica del género.
[2] Ver capitulo “La representación social y los actos performatívos”.
[3] En este caso solo referiremos a la educación sexual que se lleva a cabo en los sectores urbanos
[4] Se trataba de una época de auge capitalista, consumo en masas de: artículos, medios de comunicación, publicidad, música, etc. Jóvenes y grupos críticos del control de masas se movilizan promoviendo estilos de vida alternativos y liberación de parámetros sociales de control. El movimiento feminista cuestiona y adopta como bandera de lucha las estructuras de subordinación respecto a la reproducción, la sexualidad, la religión y el poder político entre otros. Surgen los movimientos homosexuales y la lucha por la legalización de la homosexualidad. (De los Ríos, P., 1998)
[5] Extraído de: http://www.ourbodiesourselves.org/history/
[6] Extraído de https://ginecologianatural.wordpress.com/
[7] Ver: http://www.un.org/es/development/devagenda/population.shtml
- Quote paper
- Jazmin Tapia (Author), 2015, Ginecología Natural. Un Encuentro con la Autonomía del Cuerpo, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/299800
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