Introducción
Este trabajo está dedicado a describir la historia del descubrimiento de Brasil. Es importante mencionar que no se trata de una descripción exhaustiva de los acontecimientos, ya que éstos se presentan como una red bastante compleja e imposible de exponer en toda su variedad. Más bien se ha de intentar hacer hincapié en los sucesos claves: la razón por la expansión de un estado tan pequeño como Portugal, el viaje de Pedro Alvares Cabral a Brasil y el primer contacto con los indígenas, las condiciones políticas de entonces como también la competencia entre las naciones europeas por los materiales y el territorio del Nuevo Mundo. La problemática será la escasez de fuentes primarias y opiniones extraeuropeas y la resultante desavenencia entre los historiadores. Se intentará evitar esas “trampas históricas”, dado que existen publicaciones enteras dedicadas a aspectos minúsculos que no se pueden detallar aquí.
Índice
1. Introducción
2. La expansion y situación político-económica de Portugal
2.1. Condiciones prévias a la expansión
2.2. El Tratado de Tordesillas
2.3. Las feitorias .
3. El descubrimiento de Brasil
3.1. El viaje de Pedro Alvares Cabral
3.2. L os indígenas
4. Los principios de la colonización
4.1. La época de las factorías
4.2. La competencia francesa.
4.3. Las capitanías
5. Conclusión
6. Ilustraciones
7. Bibliografía.
El descubrimiento de Brasil
1. Introducción
Este trabajo está dedicado a describir la historia del descubrimiento de Brasil. Es importante mencionar que no se trata de una descripción exhaustiva de los acontecimientos, ya que éstos se presentan como una red bastante compleja e imposible de exponer en toda su variedad. Más bien se ha de intentar hacer hincapié en los sucesos claves: la razón por la expansión de un estado tan pequeño como Portugal, el viaje de Pedro Alvares Cabral a Brasil y el primer contacto con los indígenas, las condiciones políticas de entonces como también la competencia entre las naciones europeas por los materiales y el territorio del Nuevo Mundo. La problemática será la escasez de fuentes primarias y opiniones extraeuropeas y la resultante desavenencia entre los historiadores. Se intentará evitar esas “trampas históricas”, dado que existen publicaciones enteras dedicadas a aspectos minúsculos que no se pueden detallar aquí.
2. La expansión y situación político-económica de Portugal
2.1 Condiciones previas a la expansión
El descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492 bajo la corona española se considera un fecha tan importante en la historia de la expansión europea que se tiende a olvidar el papel clave que desempeñaba el pequeño estado de Portugal en la navegación de entonces. Boris Fausto plantea la cuestión de por qué un país tan diminuto pudo empezar su expansión a principios del siglo XV, casi cien años antes que España (Fausto 1999, 1).
Es una pregunta algo difícil de responder, ya que las razones fueron varias y debidas a la situación socio-económica de Europa. Tras perder una gran parte de la población a mediados del siglo XIV, la sociedades europeas estuvieron contrayéndose, lo que acarreó el abandono de las zonas rurales. Como consecuencia de la falta de mano de obra en la agricultura, Portugal entró en una ‘crisis feudal’ con un descenso de tributos, fuente de ingreso principal para la nobleza. Esto produjo una búsqueda de nuevos recursos, sobre todo en el norte de África, donde los portugueses se enfrentaron sin éxito a los beréberes que se resistían demasiado a la conquista y que tenían una fé altamente consolidada en el Islam. Por eso Ceuta, que había sido conquistada en 1415, resultó poco valorosa para los fines materiales de la corona (Johnson 1984, 249).
Por tanto, Portugal se concentró en el oeste de África; los marineros comenzaron a buscar regiones africanas más fértiles y propicias a la expansión. La intención primordial de pescar, explotar y saquear no se convirtió en un interés de aprovechamiento profundo – es decir, asentarse y establecerse en las regiones encontradas – hasta que los franceses y los españoles ocuparan las Canarias en 1402. En las siguientes décadas, bajo el mando de los hermanos Dom Henrique y Dom João, Portugal tomó Madeira (aprox. 1420), las Azoras (aprox. 1427), el Cabo Verde (aprox. 1460) y São Tomé (1471), donde, por primera vez, los portugueses llegaron a cultivar la tierra y criaron ganado (idem, 250-51).
Fausto menciona también otras razones por la afinidad portuguesa a la exploración marítima. Portugal era entonces un reino unido y, por consiguiente, estaba menos ocupado con convulsiones internas, disputas y guerras que, por ejemplo, Francia, España, Inglaterra y Italia. Genova había invertido mucho en su expansión y convertido a Lisboa en un centro importante de los empeños comerciales genoveses. La localización óptima al oeste del continente y el frecuente trato comercial con el mundo árabe favorecían la experiencia portuguesa en el comercio a larga distancia (Fausto 1999, 1-2). La expansión ultramarina correspondería a los variados intereses de los diversos grupos sociales, clases e instituciones de la sociedad portuguesa:
Para os comerciantes era a perspectiva de um bom negócio; para o rei era a oportunidade de criar novas fontes de receita em uma época em que os rendimentos da Coroa tinham diminuído muito, além de ser uma boa forma de ocupar os nobres e motivo de prestígio; para os nobres e os membros da Igreja, servir ao rei ou servir a Deus cristanizando “povos bárbaros” resultava em recompensas e em cargos cada vez mais difíceis de conseguir, nor estreitos quadros da Metrópole; para o povo, lançar-se ao mar significava sobretudo emigrar, tentar uma vida melhor, fugir de um sistema de opressões. (Fausto 2001, 23)
Sin embargo, no sólo fueron los aspectos materialistas los que figuraban entre los objetivos. Más bien se trataba de una búsqueda de aventura, de lo desconocido. Los europeos se imaginaban que encontrarían reinos fantásticos, criaturas peregrinas y terroríficas, leyendas cristianas y el paraíso mundial en los continentes extraños (Fausto 1999, 3).
Todos estos factores y el hecho de que Dom Henrique (1394-1460) fue considerado un héroe por sus aventuras y descubrimientos hicieron que los portugueses se convertieran en un pueblo de navegantes. La hegemonía de navegación se desplazó de Cataluña a Portugal desde principios del siglo XV (Handelmann 1987, 27).
Von nah und fern strömten wissenschaftlich und praktisch gebildete Männer an den Hof von Lissabon, um mit ihren Kenntnissen behilflich zu sein, und so begann eine Reihe von wichtigen Entdeckungen, der endlich die Entdeckung des Seewegs nach Ostindien von Vasco de Gama 1497/1498 die Krone aufsetzte. (idem, 27-28)
2.2. El Tratado de Tordesillas
Las dos naciones ibéricas formularon su reclamación de posesión para todos los nuevos territorios que encontrarían o que ya habían descubierto. El primero fue Dom Henrique que en 1454 consiguió un documento del Papa Calixto III que ortogó a la orden cristiana portuguesa todos los derechos de los descubrimientos desde África hasta la India. Los Reyes Católicos de España exigieron que se les otorgara los mismos derechos para los descubrimientos en las Américas. Puesto que en este momento el español Alejandro VI era Papa, no fue difícil conseguirlos. Para finalmente acabar con el litigio entre las dos naciones, el Papa ordenó que se trazara una línea desde el polo norte al polo sur a cien millas al oeste de las Azoras. Todo lo que se descubriría al oeste de esa línea pertenecería a la corona española, todo al este a la portuguesa (Handelmann 1987, 29). “[Wir] schenken, gewähren und zuteilen [.] Euch..., den Königen von Kastilien und León,...alle entdeckten...Inseln und Festländer in Richtung nach Westen und Süden, wobei eine Linie [100 Meilen westlich der Azoren] vom Nordpol zum Südpol zu ziehen ist.“ (Alejandro VI, citado por Holtz 1981, 43). Este reglamento habría excluído a los portugueses de todo el territorio americano. Dom João protestó contra la línea de demarcación y consiguió un acuerdo con la corona española: en el Tratado de Tordesillas de 1494 la antigua línea de demarcación fue anulada y se adoptó una nueva línea, a 370 millas al oeste de las Azoras. Así, se incluyeron casi todas los altiplanos y la costa de Brasil como también las islas de Santa Catharina y San Paulo en el territorio portugués (Handelmann 1987, 29-30).[1]
[...]
[1] Véase ilustración 1, p.15 (Caminha 2000, 48-49).
- Quote paper
- Dominik Daling (Author), 2003, El Descubrimiento de Brasil, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/28022
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