La utilización del cine en las aulas universitarias permite a los docentes aprovechar la popularidad de este medio para enseñar, motivar, llamar a la reflexión y fomentar, de la misma manera, el espíritu crítico de los discentes. Tanto es así, que la adecuada selección de un film permitirá aleccionar épocas pretéritas, contextos históricos y sociales, términos filosóficos o morales, ambientes literarios o estéticos, entre otros. El período nacionalsocialista (1933-1945) ha sido objeto de centenares de películas, más o menos objetivas, de una etapa histórica inolvidable para las sociedades actual y futura. No obstante, el séptimo arte ha dedicado a la cuestión judía un gran porcentaje cinematográfico, obviando a una parte de la población alemana que sufrió las políticas totalitarias nazis; nos referimos a los enfermos psiquiátricos y disminuidos exterminados bajo el disfraz de la eufemística “eutanasia” durante la II Guerra Mundial: un grupo de víctimas que con frecuencia permanecen en el olvido del recuerdo público.
Índice:
1. Introducción,
2. Procreadores del proyecto Lebensborn,
3. Las residencias Lebensborn.
1. Introducción
Mientras millones de judíos y otros tachados de “indeseables” eran exterminados, miles de niños corrieron una mejor “suerte” y fueron seleccionados por sus cualidades físicas y arias, y entregados a la policía especial de Hitler, las SS, en el seno de un programa eugenésico secreto conocido como “EL PROYECTO LEBENSBORN” (Traducción: Fuente de vida), iniciado por Heinrich Himmler, jefe de las SS y de la policía, con el objetivo de crear una raza superior, mediante el que se alentaba a las mujeres de características arias y de “sangre pura” a engendrar niños rubios y de ojos azules. La única exigencia para acudir a las residencias Lenbensborn y dar a luz allí consistía en que aquellas madres solteras y casadas embarazadas, ya de hijos legítimos o ilegítimos, pudieran demostrar sus orígenes arios, así como los del padre. La puesta en práctica de este proyecto se inicia a finales de diciembre de 1935 y finaliza en 1940. Resultado del mismo será el nacimiento de 8.000 niños en Alemania, 12.000 en Noruega[1] y 200.000 niños secuestrados en Polonia, naturalmente por sus características arias y futuros alemanes, con edades comprendidas entre los 6 y 12 años.
2 . PROCREADORES DEL PROYECTO LEBENSBORN
Los oficiales de las SS e incluso el propio H. Himmler fueron los responsables directos de procrear en el proyecto Lebensborn, y el médico responsable, Gregor Ebner, igualmente convencido de que este proyecto era la salvación para la sangre alemana. ¿Por qué las SS? Ellos mismos se creían una élite de hombres puros germánicos, por expresarlo de otra forma, eran la guardia pretoriana del régimen. Su superioridad resultaba evidente por diversas razones:
1) Para pertenecer a esta élite militar los candidatos tenían que demostrar que el linaje ario se remontaba a 1800, y si además querían convertirse en oficiales hasta 1750, así como verificar que no tenían sangre judía en su árbol genealógico y que no existían casos de discapacidad o ningún otro tipo de enfermedad congénita en su historia familiar reciente.
2) Los candidatos eran objeto de rigurosos exámenes físicos por parte de expertos raciales nazis.
Partiendo de esta idea de superioridad y de que Himmler estaba convencido de que el futuro del pueblo alemán estaba en manos de las SS, hará todo cuanto esté a su alcance para garantizar que transmitan su sangre aria por tratarse de los alemanes más sanos y más puros racialmente; de tal manera que desde antes de la II Guerra Mundial las políticas de natalidad impuestas a las SS convenían el nacimiento, como mínimo, de cuatro hijos en el seno del matrimonio, no sin antes obtener el permiso oficial del mismo tras un exhaustivo examen físico y de comprobación racial de los antepasados de la futura esposa.
No obstante y por su mentalidad progresista, el estado civil no era un requisito esencial para Himmler, lo realmente importante radicaba en que ambos progenitores demostrasen su aceptabilidad racial y su capacidad de procrear hijos sanos.
De toda esta maquinaria ideológica surgía un problema: ¿Cómo garantizar que todos esos hijos ilegítimos, racialmente puros, recibieran la educación adecuada? La respuesta se encontró en el proyecto Lebensborn.
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[1] La población noruega fue considerada la aristocracia de los genes arios. Durante su ocupación se alentó activamente a las tropas nazis a tener hijos con la población femenina.
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