Un trabajo sobre el encuentro de las dos culturas (azteca y española) durante la conquista de México por Hernán Cortés y sus tropas. Me centro en los ducomentos originales de Hernán Cortés, sobre todo en la Segunda Carta.
Índice
I. Introducción
II. La Conquista de México
II.I. Las razones para la conquista de México
II.II. Antecedentes en la vida de Hernán Cortés
II.III. Cortés en México y la conquista de Tenochtitlán
II.IV. La importancia de las cartas de relación
II.V. Consecuencias de la conquista
III. Conclusión
IV. Bibliografía
I. Introducción
Después del descubrimiento de América por Cristóbal Colón los países europeos empezaron a conquistar el Nuevo Mundo. Esa etapa de la conquista tiene mucha importancia, ya que significa un encuentro entre las culturas de dos continentes diferentes que es mucho más profundo que el de Colón. Primero, los españoles y los indígenas no podían hablar la lengua del otro, así que la comunicación era más difícil y limitada, pero cuando Cortés estaba en México, ya había intérpretes, de los cuales la más conocida es la princesa Malinche. Ella posibilitó la comunicación entre Cortés y el rey azteca de esa época, Moctezuma, y más tarde se convirtió al cristianismo y obtuvo el nombre de Doña Marina. Su figura es considerada hasta hoy en día como el símbolo de la traición.
Hubo varias razones por las que los europeos venían a América Latina y así la percepción de cada uno es determinada por otros aspectos e intenciones. Para Cortés y la mayoría de los españoles de ese tiempo la victoria sobre Moctezuma y la conquista de la tierra mexicana es un gran triunfo mientras el fraile Bartolomé de las Casas se avergüenza por la crueldad y la violencia de los españoles frente a los indígenas. Por desgracia, la mayoría de los textos de esa época son de los conquistadores, porque los indígenas no usaban una escritura como la nuestra sino otras formas coleccionadas en los famosos códices, y por eso hay que tener en cuenta que muestran solo un lado de la historia.
En esta redacción examinaré varios aspectos del encuentro de los españoles con los aztecas, los toltecas y otras tribus durante la conquista de México, concentrándome en la Segunda Carta que escribió el conquistador Hernán Cortés al rey de España, Carlos I (también conocido como Carlos V Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico). Aunque Cortés no era el único que sumiso a los pueblos de México, él es siempre nombrado en primer lugar por la victoria sobre Moctezuma y la ocupación de Tenochtitlán. “[…] se desarrolló una acción de gran significado estratégico y simbólico, la conquista de Mexico-Tenochtitlan, joya del mosaico político mesoamericano y su indiscutible capital económica.”[1] Este encuentro formó el desarrollo del país México y significaba unos cambios cruciales para la gente que vivía allí.
II. La Conquista de México
II.I. Las razones para la conquista de México
Ya en el siglo XV los países europeos empezaron a competir por la colonización del Nuevo Mundo, después de que los Reyes Católicos lograron el primer paso con el descubrimiento y la ocupación de la Nueva España. Era por un lado el prestigio de ser el primer poder colonial y por otro lado la simple ventaja económica que llevaba la conquista adelante. El símbolo para la riqueza que tenía España durante y después de la ocupación de América Latina es el oro, pero la conquista significaba también una expansión territorial, un nuevo mercado para el comercio y manos de obra baratos. No era difícil de encontrar hombres para viajar al nuevo continente y para poblarlo, cada uno siguió la promesa de poderse enriquecer y ya existió la idea de inmigrar a América, sea por motivos religiosos, personales o por el solo deseo de experimentar una gran aventura. Todos estos aspectos y muchos otros explican por qué los españoles estaban tan ansiosos por conquistar más y más tierra y por qué no se arredraban ante nada para lograrlo.
La justificación moral les daba la Iglesia Católica, porque tenía gran interés en iluminar y cristianizar a los indígenas ya que les consideraban como bárbaros. El nuevo continente era una parte importante prosiguiendo la meta de la difusión de la fe cristiana por todo el mundo. Y aunque algunos frailes y prietos, como por ejemplo Bartolomé de las Casas, querían persuadir la Iglesia de una evangelización pacifista, no tenían éxito, porque demasiados miembros estaban a favor de la conquista absoluta de México. Se muestra muy bien en la manera de la cual fray Toribio de Motolinía describe Hernán Cortés algunos años después: “[…] esta tierra fue conquistada por el buen caballero y venturoso capitán Hernando Cortés […].”[2] Para gente como él, el camino de la violencia era más rápido, más seguro y por eso preferible a las sugerencias de los pacifistas. “La conquista de América va acompañada de la evangelización cristiana.”[3]
II.II. Antecedentes en la vida de Hernán Cortés
Hernán Cortés nació en 1485 como hijo de una familia pobre, aparte de ser aristocrática, por eso el motivo de enriquecerse probablemente dominaba su decisión de encontrar y conquistar el imperio de Moctezuma. Estudió en Salamanca y después entró en servicio militar en La Española (que hoy en día es Haiti) y en 1511 fue trasladado a Cuba para trabajar como secretario bajo el mismo conquistador Diego Velázquez. La relación entre esos dos hombres no era muy buena, una vez Velázquez aun detuvo a Cortés por la razón que este no quería hacer lo que ordenó él. Cuando se enteraron de la riqueza de Moctezuma, Velázquez, quien ya había hecho dos expediciones a México, hizo planes para una tercera expedición. Nombró Cortés comandante de la expedición, pero algunos hombres le avisaron de que Cortés no fuera de fiar, así que Velázquez cambió de opinión y despidió a Cortés. En la Segunda Carta, Cortés se refiere a este asunto escribiendo:
“Y así mismo confesaron que otras personas tenían la misma voluntad de avisar al dicho Diego Velázquez; y vista las confesiones de estos delincuentes los castigué […].”[4]
Dominante como era Cortés, no podía tolerar ser el juguete de Velázquez y le traicionó. Tomó los barcos con una tripulación de más que 600 hombres, salió de Cuba y se encaminó a la costa de México para buscar el dicho imperio de Moctezuma con la capital Tenochtitlán. Este viaje de Cortés es considerado el principio de la colonización de México y de la cristianización de la población indígena de Mesoamérica.
II.III. Cortés en México y la conquista de Tenochtitlán
La ciudad Veracruz que Cortés fundó en 1519 servía como base para la exploración y la conquista del imperio de los aztecas. El mismo año consiguió llegar a Tenochtitlán con la ayuda de otros pueblos que estaban oprimidos por Moctezuma. Se quedó allí por unos meses y al principio le trataron con mucha amabilidad. “Fuertemente presionado, o acaso obedeciendo a una decisión no del todo explicable, Moteczuma […] permitió a los españoles instalarse brevemente en su propia ciudad en noviembre del mismo año de 1519.”[6][5]
Pero parece que el rey Moctezuma se dio cuenta del peligro que significaban los españoles en el centro de su imperio, así que les quería capturar y aun matar. Con muchos dificultades Cortés y sus hombres consiguieron escapar, pero después crecía el deseo de ellos de conquistar Tenochtitlán y de vengarse del infamo Moctezuma. Tenochtitlán era de verdad no solo una ciudad sino tres ciudades, una de ellas, Mexicalzingo, era construida en el centro de una laguna salada y las otras dos, Niciaca y Churubusco, estaban en las orillas. Había cuatro entradas además de los canales que tenían para las canoas. El plan de Cortés era de ocupar la tierra firme y así de cortar la gente en la laguna de los bienes que necesitaban para sobrevivir. Y no bastó con la ocupación de la tierra que rondaba Tenochtitlán, en adición construyeron trece brigantinas y las transportaron a la laguna para atacar a los aztecas desde el mar mientras las tribus alienados entraron en la ciudad por las calzadas. Ellos perdieron muchos hombres mientras las pérdidas de los españoles se redujeron a un mínimo, como dejaron la gran parte de la lucha a los indios. “Sucedió después el combate de la ciudad, reformados los cristianos, donde hicieron estragos en los indios admirables y estraños, matando infinitas gentes y quemando vivos muchos y grandes señores.”[7] La conquista de Tenochtitlán era importantísima para Cortés y sus hombres, por ser el corazón del imperio azteca, y por eso combatieron con todo lo que tenían para llevarse la victoria.
Considerando su comportamiento se podría pensar que Cortés subestimó la cultura de los aztecas, pero eso no es cierto. Aun él reconoce que un pueblo que sabe construir una ciudad tan grande y desarrollada como Tenochtitlán tiene que ser en su manera sabiente.
“[…]hay la manera casi de vivir que en España. Y con tanto concierto y orden como allá, y que considerando esta gente ser bárbara y tan apartada del conocimiento de Dios y de la comunicación de otras naciones de razón, es cosa admirable ver la que tienen en todas las cosas.”[8]
Se ve, que él sí respectaba a los indígenas por lo que habían establecido pero no les consideraba iguales. Para él su raza les distingue de los europeos y por eso no les veía como seres humanos y no les concedía los mismos derechos.
[...]
[1] García Martínez, Bernardo: La creación de Nueva España en Historia general de México. México D.F.: El Colegio de México, 2005; p.241.
[2] De Motolinía, Toribio: Historia de los Indios de la Nueva España. Edición de Georges Baudot. Madrid, Editorial Castalia, 1985; p.99.
[3] Tomado del alemán: “Die Eroberung Amerikas ging mit der christlichen Missionierung einher. Conquista und Evangelisierung arbeiteten Hand in Hand.“ Krupp, Roman (ed.): Kirche in Lateinamerika. Publicado en la página web de: Bischöfliche Aktion Adveniat (sin fecha): http://www.adveniat.de/kircheinlateinamerika.html
[4] Cortés, Hernán: Segunda Carta, en: Serna, Mercedes (ed.): Crónicas de Indias – Antología. Madrid: Catedra, Letras Hispanias, 2003; p. 214.
[5] Las informaciones siguientes son tomadas de: Lustig, Wolf: Hernán Cortés, publicado en la página web de la universidad de Mainz: http://www.staff.uni-mainz.de/lustig/texte/antologia/cortes.htm
[6] García Martínez, Bernardo: La creación de Nueva España en Historia general de México. México D.F.: El Colegio de México, 2005; p.241.
[7] De las Casas, Bartolomé: Brevísima Relación de la detruición de las Indias. Madrid: Clásicos Castalia, 1999; p.110.
[8] Cortés, Hernán: Segunda Carta en Serna, Mercedes (ed.): Crónicas de Indias – Antología. Madrid: Catedra, Letras Hispanias, 2003; p. 271.
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