„daimon“/„daimonion“ describe un ser divino subordinado que ocupa los grados medios
y bajos en contraposición a dioses de alto rango en la jerarquía divina. Segun la religión
griega antigua los „daimones“ fueron malos fantasmas que tomaban posesión del hombre
y que provocaban enfermedades mentales y otras enfermedades. Un tal hombre estaba obsesionado
con el „daimon“ y sólo era curado si un exorcista lograba expulsar al demonio
que había tomado posesión de él. La palabra griega antigua „exorkismus“ describe la expulsión
por la cual el demonio era forzado jurar reconocer un poder más alto. Una variedad
de estados patológicos era considerada la obra de malos fantasmas. Según la religión
griega antigua era posible por el exorcismo de un demonio curar enfermedades como la
epilepsía, el histerismo, la perturbación mental, el sonambulismo (caminar en sueños) y
el delirio acompañado por la fiebre alta. La asosiación del fatalismo, la fe en el destino,
con la fe en demonios sirve para explicar un crimen grave e inconcebible. Mucho antes de
que un hombre tome la decisión de cometer un crimen los demonios ya saben lo que va a
pasar por anticipación porque este acontecimiento fatal ya ha sido determinado por el destino.
Por eso el filósofo griego Plutarch estableció una relación entre demonios y oráculos.
Se creía también que un crimen provocaba a demonios de venganza. Existía también la creencia
que no podían encontrar la paz eterna las almas de los hombres que morían demasiado
temprano, de los que morían a la fuerza y de los muertos que no fueran sepultados de
una manera tradicional. Tales fantasmas o demonios descontentos estaban condenados a
permanecer en la región terrestre. No podían entrar en los infiernos y eran sensibles a encantos
de daño de toda clase. Según la religión griega antigua los fantasmas o los demonios
podían ser forzados por magos a adivinar el futuro en ritos necrománticos. La palabra
„necromancía“ describe la adivinación del futuro mediante la examinación de cadáveres. El
filósofo griego Sokrates consideró el „daimonion“ como una voz interna. Esta voz interna
no le dió jamás consejos directos a Sokrates pero le impedió cometer males como si se tratara
de una detención interna. [...]
Inhaltsverzeichnis
1) El concepto del demonio en la religión griega antigua, el mito de la caída adámica y la condición edénica
2) El sentido de la soledad en las obras y en los personajes de Gabriel García Márquez y el demonio de la soledad
3) Simón Bolívar y el demonio de la soledad en la novela „El general en su laberinto“
4) Simón Bolívar y la soledad del poder en la novela „El general en su laberinto“
1) El concepto del demonio en la religión griega antigua, el mito de la caída adámica y la condición edénica
La denominación „demonio“ es derivada del griego antiguo. La palabra griega antigua „daimon“/„daimonion“ describe un ser divino subordinado que ocupa los grados medios y bajos en contraposición a dioses de alto rango en la jerarquía divina. Segun la religión griega antigua los „daimones“ fueron malos fantasmas que tomaban posesión del hombre y que provocaban enfermedades mentales y otras enfermedades. Un tal hombre estaba ob- sesionado con el „daimon“ y sólo era curado si un exorcista lograba expulsar al demonio que había tomado posesión de él. La palabra griega antigua „exorkismus“ describe la ex- pulsión por la cual el demonio era forzado jurar reconocer un poder más alto. Una varie- dad de estados patológicos era considerada la obra de malos fantasmas. Según la religión griega antigua era posible por el exorcismo de un demonio curar enfermedades como la epilepsía, el histerismo, la perturbación mental, el sonambulismo (caminar en sueños) y el delirio acompañado por la fiebre alta. La asosiación del fatalismo, la fe en el destino, con la fe en demonios sirve para explicar un crimen grave e inconcebible. Mucho antes de que un hombre tome la decisión de cometer un crimen los demonios ya saben lo que va a pasar por anticipación porque este acontecimiento fatal ya ha sido determinado por el des- tino. Por eso el filósofo griego Plutarch estableció una relación entre demonios y oráculos. Se creía también que un crimen provocaba a demonios de venganza. Existía también la cre- encia que no podían encontrar la paz eterna las almas de los hombres que morían demasia- do temprano, de los que morían a la fuerza y de los muertos que no fueran sepultados de una manera tradicional. Tales fantasmas o demonios descontentos estaban condenados a permanecer en la región terrestre. No podían entrar en los infiernos y eran sensibles a en- cantos de daño de toda clase. Según la religión griega antigua los fantasmas o los demo- nios podían ser forzados por magos a adivinar el futuro en ritos necrománticos. La palabra „necromancía“ describe la adivinación del futuro mediante la examinación de cadáveres. El filósofo griego Sokrates consideró el „daimonion“ como una voz interna. Esta voz interna - 1 - no le dió jamás consejos directos a Sokrates pero le impedió cometer males como si se tra- tara de una detención interna. Más tarde en el platonismo el „daimonion“ fue considerado como un angel custodio. Hoy en día se podría definir el „daimonion“ de Sokrates de mane- ra más sencilla como un ser sobranatural que dirige nuestra vida entera, incluso aconteci- mientos involuntarios como los sueños. El filósofo griego Platon habló de demonios pro- tectores que acompañan a un hombre toda su vida y que conocen sus pensamientos y sus actos mas íntimos. En la religión griega antigua existió la fe en un angel custodio („agathos daimon“) en contraposición a un fantasma malo („kakos daimon“). Era posible para un hombre hacer responsable a un fantasma malo de la desgracia que le occurriera sí él no que- ría culpar un encanto de daño causado por un demonio. Según el filósofo griego Plutarch los demonios eran seres espirituales que pensaban tan intensivamente que hombres muy sensibles eran capaces de captar estos pensamientos. Con este concepto eran explicables fenómenos como la adivinación o la telepatía.
La caída adámica representa el desalojamiento del paraíso bíblico después del crimen ori- ginal. La caída adámica trae el fracaso como consecuencia directa. Otro atributo inherente de la caída adámica es la soledad. La caída adámica a su vez es predestinada por la con- dición edénica. La condición edénica representa la condena del hombre a caer y a vivir en soledad eterna. Condenado a caer, el hombre está situado en una „dimensión fundamental- mente espacial, lo que agudiza el aislamiento físico de la soledad“ (Carrillo,1975;35). Por consiguiente, el hombre está condenado a vivir en soledad eterna desde su nacimiento, pero él empieza a sentir esta soledad sólo después de su caída como consecuencia direc- ta de lo espacial y de lo temporal. El hombre vive el autodescubrimiento de la soledad só- lo después de la caída como consecuencia inmediata de estar situado ahora en un marco espacial y temporal. Estar condenados a caer, Adán y Eva están „sólos desde el principio en medio del prodigio de la Creación“ (Carrillo,1975;35). Su „soledad en dos en compa- ñía“ es consecuencia del „aislamiento espacial en medio de la vastedad del universo“ y es también „ineludible por ser parte de la condición edénica“ (Carrillo,1975;35). Del mismo modo en que esta pareja está condenada a caer, está también condenada a la soledad. Pero Adán y Eva solo empiezan a sentir la soledad compartida en la que ya vivían en estado de inocencia anterior al fracaso sólo después de la caída. Después de haber cometido el peca- do original y después de haber sido expulsados del paraíso ambos empiezan a sentir el ais- lamiento temporal y espacial. En resumen, según el mito de la caída adámica el hombre está condenado a caer y a fracasar por la condición edénica. Está condenado a vivir en so- ledad eterna desde su nacimiento y empieza a sentir la soledad sólo después de su caída y después de haber sido expulsado del paraíso a causa de haber cometido el pecado original.
2) El sentido de la soledad en las obras y en los personajes de Gabriel García Márquez el demonio de la soledad
Para poder comprender el sentido de la soledad en las obras y en los personajes de García Márquez es necesario comprender las manifestaciones literarias del tema central de la so- ledad. Es también necesario comprender la concatenación de los indicios de la soledad pa- ra reconocer el trasfondo de la soledad que domina en las obras de García Márquez. Por la comprensión de las manifestaciones literarias de la soledad el lector obtiene la idea cla- ve de la soledad. García Márquez distribuye las manifestaciones literarias de la soledad a través de sus obras. Estas manifestaciones literarias se componen de indicios ocultos y evi- dentes. En los indicios evidentes la soledad está formulada directamente. Estos indicios evi- dentes „hablan por sí sólos de una soledad“ (Valdivieso,1975;116). En los indicios ocultos
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- Markus Mross (Author), 1998, El demonio de la solead en la novela El general en su laberinto de Gabriel Garcia Marquez, Munich, GRIN Verlag, https://www.grin.com/document/12747
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